Temporada de Reproducción - Extra 1 - Capítulo 93

Siren hojeó el libro mientras se relajaba en la bañera.

—Tipos de apego: ansioso, evitativo y seguro.

Aunque suene gracioso, estas clasificaciones humanas le habían ayudado a entender mejor a su esposo.

Que la ansiedad no surge necesariamente por una inseguridad real en la relación, sino que es simplemente una emoción que puede aparecer.

Que eso también es doloroso para uno mismo, pero no hay una solución clara.

Que solo un amor profundo e ilimitado puede calmar la ansiedad del tipo ansioso, y así sucesivamente.

Siren había aprendido bastante.

[El tipo de apego ansioso no puede estar solo ni un momento. Dentro de ellos reside un pensamiento negativo: la idea de que serán abandonados algún día, o que su pareja se cansará de ellos.
Por lo tanto, tienden a querer confirmación continua de amor.]

Hasta aquí leyó Siren y pensó en Yasamin.

Era tan él.

[El tipo de apego ansioso es muy solitario y puede derivar en depresión. Si un tipo seguro se encuentra con un tipo ansioso, al principio intentará satisfacerlo, pero al final sentirá que es como echar agua en un jarro sin fondo. Así, cuando el tipo seguro se va, el tipo ansioso se vuelve aún más solitario.]

Supongo que así es.

Un humano normal ya tiene dificultades para lidiar consigo mismo, ¿cómo podría cargar también con otra persona?

[El tipo ansioso desea que su pareja lo conozca y lo acepte por completo. Cuando la pareja está cerca, también desconfía de otros, y odia al extremo que la pareja muestre interés en alguien más que no sea él.]

Esto también es tan… la historia de Yasamin.

Él se pone celoso si ella siquiera mira a otro lado.

[El tipo ansioso, al sumergirse en la ansiedad misma, a veces muestra reacciones impulsivas. Al depender en exceso de la persona amada, es decir, de su pareja, cuidador o compañero, reacciona de forma extrema si se encuentra en una situación de separación. Ejemplos incluyen autolesiones y pensamientos extremos.]

Mmm, parece que hay mucha gente como Yasamin en el mundo.

Claro, a ella no le disgustaba.

Porque ella era estable.

‘El yo de ahora nunca abandonará lo que es mío.’

¿Será por eso que Yasamin también ha mejorado bastante?

Incluso lograron estar separados durante medio mes, ¿no?

Ahora estarían separados por alrededor de un mes… será difícil, pero probablemente lo soportará.

‘Ahora tenemos hijos, y también la confianza que se ha acumulado con el tiempo.’

Mientras él soporta el tiempo sin ella… la gente que lo rodea en Iodoros lo pasará bastante mal, pero bueno. No hay nada que hacer.

¿De qué sirve haber convertido a un hombre que podría ser un tirano en un rey sabio?

‘Para que Yasamin esté completamente bien, deben pasar cien años más.’

Porque estuvo mil años solo.

Además, para ser honesta, no sentía que él estuviera mal.

Para ser más sincera… incluso le gustaba.

¿Acaso él no la mira solo a ella, piensa solo en ella, es consciente de ella, y anhela su ausencia?

Era un pensamiento bastante retorcido, pero si Yasamin no fuera así, ella sentiría pena.

‘Yo también. Después de decir que tenía que criarlo y convertirlo en un adulto.’

Afuera, Yasamin es un adulto. Pero en su relación con ella, es como un niño.

Si ella fuera una humana normal, eso podría ser agotador y difícil, pero ella es Aquafuran. ¿Acaso un dios no es quien abraza y mira con compasión a las criaturas de esta tierra?

La ansiedad de Yasamin nunca la abrumaba como una ola.

Al no haberla, él podía sentir ansiedad sin reservas.

Si lo que Yasamin necesita ahora es mimarse y quejarse, está bien.

Quiero decirle que lo haga cuanto quiera.

Si él es así, ¿qué puede hacer? Tiene que amarlo.

‘En el abismo de toda esa ansiedad, al final, debe haber un deseo de ser amado.’

Si el amor es insuficiente, solo hay que dar más.

Así como las plantas florecen con suficiente lluvia, ella cree que las personas también.

Yasamin no es una persona, pero es aún más extremo.

Le parecía aún más comprensible que él fuera del tipo ansioso, ya que las bestias de la era mítica solo miran a su amo.

—Cariño, ¿qué miras?

Cuando el agua se enfrió, Yasamin entró.

No parecía cansado en absoluto, a pesar de haber acostado a los dos niños.

Siren presionó su pecho contra la pared, se acercó a él y extendió la mano.

—Bienvenido a casa, cariño.

—Sí. Te extrañé.

—Yo también. ¿Te vas a duchar? Tendría que calentar un poco más de agua.

—No, no creo que haga falta calentar más. Pronto se pondrá caliente.

Siempre quiere que él se sienta bienvenido por ella.

…Aunque eso no significaba que quisiera ser devorada así.

[Para el tipo ansioso, el sexo no es solo un medio para la liberación sexual. Es un acto para encontrar la estabilidad mental y, en ese momento, significa poseer completamente a la pareja.]

La frase del libro le vino a la mente. Al mismo tiempo, el agua de la bañera se desbordó, y los dos se hicieron uno rápidamente.

La unión física era para él estabilidad y posesión de la pareja, por eso siempre estaba tan lleno de lujuria.

Al entenderlo así, lo aceptó y pudo tolerarlo más.

Además, su relación con Yasamin era increíblemente buena.

—¡Ah…!

Su esposo besó lentamente desde su nuca hasta la columna vertebral.

Cada vez que la mordía con los dientes, sentía flores brotar en su espalda.

Una flor de posesividad, dos flores de exclusividad. Tres flores de «ámame». Cuatro flores de «te amo».

Sentía que su corazón se convertía en un poema al escribirse, por lo que este acto le resultaba satisfactorio.

De todos modos, nosotros nunca nos soltaremos el uno al otro.

Entrelazados de forma tan obstinada, prometieron estar juntos hasta la destrucción de este mundo, pero ¿qué era lo que tanto le preocupaba?

‘De todos modos, yo tampoco puedo vivir sin ti.’

Siren estaba tan domesticada por él como Yasamin la anhelaba.

Las caricias que le daba al cocinar, las noches que compartía, el regazo y el brazo que le ofrecía sin dudar.

Él la desarmaba, lamía y acariciaba cada faceta, eligiendo dónde debía bañarla la luz de la luna o el sol para exhibir solo sus partes más hermosas.

Eso era probablemente una demostración de que solo él conocería sus partes dolorosas y malas.

Sería un oscuro deseo que los demás solo vieran su lado bonito.

Porque solo con eso, ya era demasiado para los demás.

—¡Ah, mmm…!

—Te amo, Sei.

—¡Hmph!

Algo duro se presionó entre sus nalgas.

Después de varias caricias lentas, él se hundió por completo en ella.

Sus músculos estaban algo relajados por el agua tibia, así que aceptó sin problemas el miembro masculino, ahora más grande que antes.

Siren, aferrada a la bañera boca abajo, tembló ante el placer que la invadía y bajó la cabeza.

‘Ah, qué bien.’

Él sabía exactamente dónde tocarla para que sintiera placer.

A veces terminaba rápido, pero cuando el ambiente era así de lánguido, nunca le permitía alcanzar el orgasmo fácilmente.

Al presionar solo cerca del punto con un toque burlón, la presión fue tal que el líquido claro brotó al instante.

—¿Cómo que ya te vienes, cariño?

—¡Ah, ahhh…!

—Aún no has sentido nada de verdad. Pero ya se te aflojan las piernas.

Él, juguetón, sonrió maliciosamente, sacó el miembro por completo y lo volvió a meter de un solo golpe. Entró tan profundo que tocó el punto correcto, y la boca de Siren se abrió sola.

—¡Ah…!

Sus pechos, que jadeaban sin aliento, fueron amasados salvajemente por una mano grande. Él presionó y retorció, y luego acarició suavemente ambos pezones, impulsando sus caderas.

En el baño, los gemidos fuertes resonarían y se extenderían rápidamente hasta el pasillo.

Sabiendo eso, Siren se contuvo con dificultad, conteniendo los sonidos.

—No te contengas. Quiero escucharte.

Él susurró con una voz más baja y ronca, deslizando un dedo en su boca y frotando su lengua.

Presionó y luego giró rápidamente, cosquilleándole el paladar, y lágrimas brotaron en sus ojos por sí solas.

Mientras tanto, él no dejaba de hurgar abajo.

‘Ah, siento como si todos mis órganos internos estuvieran resonando.’

Si él frotaba la parte superior a propósito, me volvería loca por la vibración que sentía desde el ano. Si raspaba hacia abajo, simplemente no podía respirar.

En una situación así, lo único que podía hacer era temblar.

Así, ella disfrutó el momento como tal.

Aunque se esforzó por sentir la ansiedad de Yasamin disuelta en este acto, no se hundió en ella.

Porque solo así podría ella sostenerlo.

Aunque no pudiera ser un faro, ¿no podría ser un ancla?

Para que no se perdiera a la deriva.

Para que no tuviera que flotar solo en el vasto mar.

Si el ancla se rompía, cuando llegara la tormenta, no podría descansar aunque quisiera.

—No quiero ser tu destino ni tu sueño. Pero quiero ser un lugar donde puedas descansar bien.

Después de un sexo breve pero satisfactorio, Siren acarició suavemente el cabello de Yasamin y susurró:

—El ancla siempre está con el barco en su camino. El faro está lejos, y el barco tiene que llegar hasta él.

—Hoy estás muy sentimental. ¿Será por el libro que leíste hace un rato?

—Lo tomaré como un sí.

Aunque le había dicho palabras cariñosas, Yasamin respondió de forma juguetona o refunfuñando.

Como incluso eso era él, Siren no le dio mucha importancia y simplemente abrazó a su esposo con suavidad.

Así, algún día se ablandaría. Aunque si no lo hiciera, tampoco le importaría mucho.