Temporada de Reproducción - Capítulo 31

Mientras tanto, a la misma hora. Siren estaba desconcertada mirando al niño pequeño que la había visitado.

—Así que… ¿dices que no tienes nombre?

—¡Sí! ¡No tengo!

No pudo decir la palabra ‘por qué’. La reacción del niño era tan brillante, pero temía que pudiera herirlo.

Pero si no tenía nombre, ¿cómo debía llamarlo?

Dudando, decidió simplemente preguntar.

—Entonces, ¿cómo te gustaría que te llamara?

—¡Hmm, hermana mayor, ponme uno tú!

—¿Her-, hermana mayor?

—¡Sí! ¡Hermana mayor!

El niño, de hermosa apariencia, sonrió radiantemente.

El niño, de una belleza tan singular como Yasamin, parecía tener unos diez años, pero Eltan, quien lo había traído, no le había dado ninguna explicación.

Simplemente le había dado un papel con los nombres de los platos para la fiesta y se había ido.

El niño iba a ser de ayuda, pero como no había ninguna explicación detallada, todo era confuso.

—Pero…… si yo lo pongo…..

Quizás este niño sea huérfano.

No quería pensar que sus padres no le habían puesto nombre. Le dolería demasiado el corazón.

—¡Está bien, me gusta hermana mayor! ¡Me gustará cualquier nombre que me dé hermana mayor!

El niño, respondiendo alegremente, saltó a sus brazos. Luego, ¿no sonrió?

Era tan adorable que Siren, sin darse cuenta, le acarició la cabeza.

—Ah, lo siento. ¿Te molestó…?

El cuerpo del niño se estremeció y tembló, así que Siren inmediatamente retiró su mano y se disculpó. Debería haber preguntado antes de tocarlo. Estaba mal no haber pedido permiso.

Ella tampoco odiaba que alguien la tocara sin cuidado.

—Eung, no. Me gusta mucho. Acaríciame más.

—¿De verdad?

—¡Sí!

Menos mal.

Relajada, Siren acarició al niño con más sinceridad. El niño entrecerró los ojos y se acurrucó, y aunque quizás fuera por su apariencia, era realmente lindo.

‘¿Qué nombre sería bueno ponerle?’

Necesitaré un nombre para llamarlo en el futuro, ya que me ayudará. No puedo seguir diciéndole ‘niño’.

Siren miró en silencio el cabello azul del niño. También vio sus ojos brillantes como zafiros.

¿Debería ponerle un nombre de la familia Wilkeron?

Era lo único que sabía.

Dudando, Siren abrió la boca en voz baja hacia el niño.

—Chris.

—¿Chris?

—Sí. Te llamaré Chris.

—¡Qué emoción! ¡Soy Chris!

Aunque era un nombre de Wilkeron, pronunciado de otra manera sonaba sureño.

Satisfecha, sonrió mirando al niño que brillaba como una estrella.

—Sí, Chris. ¿Puedes contarme sobre la fiesta?

—¡Claro! Primero, la fiesta es para comer y beber. Mucho. ¡Hasta emborracharse!

Eso… era un poco diferente de Wilkeron.

En Wilkeron, una fiesta era un lugar de socialización.

Un lugar para luchar con la lengua sin espadas.

No se permitía comer mucho ni emborracharse. No se debía hacer nada que pudiera ser criticado.

—¿Emborracharse es de buena educación?

—Sí. Y todos encuentran pareja. Si se conocen en la fiesta y pasan una noche juntos, se casan.

—¿Eh…?

¿No era eso demasiado rápido?

El matrimonio era la unión de familias. Algo que se hacía por motivos políticos… ¿simplemente se casaban si se gustaban?

—Pero no es necesario casarse. En cambio, la gente que solo quiere divertirse lleva una insignia en el pecho para indicar que esa es su intención.

—¿¿¿Eh???

¿Qué significaba eso?

Confundida, Siren dudaba de que esas palabras salieran de la boca de un niño.

—¡Es una insignia de cobre con forma de pájaro! Así que la gente que lleva la insignia con forma de pájaro también se divierte junta.

—¿Ah… ja?

Las costumbres sexuales eran muy liberales.

Parpadeando, Siren pensó en los tipos de comida que se servirían en la fiesta.

El trabajo que Yasamin le había encomendado.

‘En realidad, todavía no sé qué está pasando, y todo es confuso.’

Si lo que terminaba sucediendo allí… era acostarse, sería mejor evitar la comida picante. Y cualquier cosa que pudiera causar mucho mal aliento.

En lugar de comida pesada, sería mejor algo ligero y fresco.

¿Existiría algo así…?

—¿Debería ir a la cocina para verificar…? ¿El almacén de alimentos…?

Mientras murmuraba para sí misma, el niño que se había convertido en Chris sonrió brillantemente.

—¡Podemos ir a ambos lugares!

—¿Eh?

—A nadie le importará que la hermana mayor ande por ahí. Vamos.

¿Estaba bien…?

Pero no había recibido permiso de Yasamin.

¿O sí? ¿Darle este trabajo era en sí mismo un permiso?

Confundida, ya estaba en el pasillo, agarrada de la mano de Chris.

—Este es el piso de las habitaciones VIP. Es un edificio de cuatro pisos y el salón de banquetes está en el primer piso. El almacén de alimentos está en el sótano. Ah, la cocina también está en el primer piso, pero hay que caminar bastante. ¡Si te duelen las piernas, dímelo, hermana! Te llevaré a caballito.

—Qué considerado. Gracias.

Aunque no era para tanto como para que un niño de diez años la llevara a cuestas, Siren aceptó el corazón de Chris con gratitud.

‘Una amabilidad sin razón.’

Eso era algo precioso y brillante.

Siren caminó por el pasillo y bajó las escaleras. Abajo, abajo. Luego llegó a la cocina, donde varias personas se movían afanosamente.

—¡Esta es la cocina!

—Wow…

En Wilkeron, nunca había bajado a la cocina del palacio. Así que no sabía que sería un espacio tan lleno de calor, ruido y vitalidad.

—¡Trae ese cuchillo!

—¿Terminaste de limpiar el pescado?

—¡Lo estoy asando ahora mismo!

Qué hermoso era que cada uno hiciera su trabajo en su lugar asignado.

Abatida por la escena como de chispas volando, Siren los miró como hipnotizada.

—Eh… ¿no es esa la persona que trajo el rey?

—Huk. ¿Ma-, parece que sí?

—El rumor se extendió por todas partes. Mujer de Wilkeron, ojos azules y cabello negro. ¿Parece que sí…?

—Ahora que lo pienso, ¿no dijo Eltan que era… la señorita Siren?

La gente que la miraba de reojo hablaba entre sí.

De repente, al concentrarse la atención en ella, le corrió un sudor frío por la espalda, pero pudo soportarlo gracias al calor de la mano de Chris que sostenía firmemente la suya.

‘Yasamin me aprueba. Yasamin es el rey de estas personas. Así que… así que, sí. Está bien. Enderecemos la espalda.’

Eltan lo había repetido innumerables veces. Que ella encogerse era un acto que rebajaba la dignidad de Yasamin. Así que debía enderezar la espalda.

Si no funcionaba bien, no por ella misma, sino por no avergonzar a Yasamin, debía mostrarse digna.

Hasta ahora, el pensamiento de no querer avergonzar a Yasamin era un poco más fuerte que el de hacerlo por sí misma.

—Me alegra conocerlos a todos.

Cuando Siren abrió la boca, la bulliciosa cocina quedó en silencio de repente.

—Mi nombre es Siren. Vengo de Wilkeron. No sé muchas cosas, pero si me enseñan, aprenderé diligentemente. Quiero llevarme bien con ustedes.

Ni una sola sílaba era falsa.

Aunque sentía frío en el pecho y le dolía el estómago, finalmente terminó de hablar con calma.

Después de todo, estas personas no conocían sus escamas. A los ojos de estas personas, Siren era literalmente solo una ‘princesa de Wilkeron’.

Así que no había necesidad de retroceder innecesariamente.

Solo si la odiaban por ser de Wilkeron.

—¡Ohhhhh!

—¡Qué increíble! ¡Una persona de Wilkeron hablando el idioma del sur!

—Pensé que toda la gente de Wilkeron era malvada y eso… pero parecen más débiles de lo que pensaba. Con esos brazos delgados, parece que ni siquiera podrían sostener un cuchillo.

—¡Escuché que hizo un dyet con el rey! ¿Cómo es el rey? ¡Tengo curiosidad!

Siren se tambaleó por un momento ante el torrente de palabras que se derramaban sobre ella.

En ese instante, un hombre de enorme complexión gritó con voz atronadora.

—¡Silencio todos! ¡La princesa está teniendo dificultades!

—¡Hap!

—Bien, bien. Yo soy el chef. Mi nombre es Abtum, pueden llamarme cómodamente. ¿Quisiera sentarse aquí un momento?

En sus miradas había curiosidad, pero no malicia.

Siendo ella tan sensible a la aversión ajena, podía darse cuenta.

Aquello era curiosidad genuina.

—Gra… cias.

—Tome un poco de esto también. Está muy delgada. Dicen que Wilkeron es próspero, pero parece que no es así.

No era eso, sino que todos tenían comida pero no comían.

Siren aceptó la leche de camella caliente y tomó un sorbo.

Su estómago se calentó de inmediato y una suave emoción la invadió.

El yogur que había comido antes también se lo habrían dado estas personas.

—Ahora dicen que viene un carro cargado de alimentos de Wilkeron. ¡Espero que puedan traerlo bien, evitando a esos malditos infectados! ¡Je, je!

—…….

—Ah, ¿quizás no debería decir esto delante de la princesa de Wilkeron?

El chef, Abtum, se rascó la nuca. Siren negó con la cabeza en silencio.

—Sé que Wilkeron no ha dado ningún apoyo. Siento no haber podido ayudar hasta ahora por mi falta de poder. Wilkeron es abundante, así que es correcto compartir lo que tienen con el sur.

—¿Oh…? No pensé que lo vería así. Honestamente, pensé que odiaría mucho al sur.

—No. Sé lo que hizo mal Wilkeron. Y lo siento por eso.