Cargando...
Novelas de Asure
  • Browse
    • Action
    • Adventure
    • Boys
    • Chinese
    • Drama
    • Ecchi
    • Eastern
    • Fantasy
    • Fighting
    • Fun
    • Games
    • General
    • Girl
    • History
    • Horror
    • Horrow
    • LGBT+
    • Male Lead
    • Manhwa
    • Realistic
    • Romance
    • Sci-fi
    • Sports
    • Teen
    • Urban
    • War
    • Wuxia&Xianxia
  • Authors
    • Libenia
    • Gakim
    • Purrine
    • Geon Eomul Nye
    • Dam Yeon Seo
    • Ahn Siha
    • Jaya
  • Ranking
  • New
Advanced
Sign in Sign up
  • Browse
    • Action
    • Adventure
    • Boys
    • Chinese
    • Drama
    • Ecchi
    • Eastern
    • Fantasy
    • Fighting
    • Fun
    • Games
    • General
    • Girl
    • History
    • Horror
    • Horrow
    • LGBT+
    • Male Lead
    • Manhwa
    • Realistic
    • Romance
    • Sci-fi
    • Sports
    • Teen
    • Urban
    • War
    • Wuxia&Xianxia
  • Authors
    • Libenia
    • Gakim
    • Purrine
    • Geon Eomul Nye
    • Dam Yeon Seo
    • Ahn Siha
    • Jaya
  • Ranking
  • New
  • User Settings
Sign in Sign up
Prev
Next
Novel Info

Seré la Madre del Guerrero - Extra 3: Varias formas de salvar el mundo - Capítulo 213

  1. Home
  2. All Mangas
  3. Seré la Madre del Guerrero
  4. Capítulo 213
Prev
Next
Novel Info

Diana se dio cuenta del problema por sí misma antes de que la mirada de Dianne se volviera más severa.

Ah, claro.

Aunque le resultaba una idea extrañamente familiar, Tritan no era un perrito. Que un adulto, y además no familiar, durmiera en su cama, resultaba extraño para cualquiera.

Diana revisó rápidamente la habitación y señaló el sofá que entró en su campo de visión.

 

—Ahí.

—Hermana, ¿realmente tiene que dormir aquí? Tritan también tiene su propia habitación.

—Es mi decisión.

 

Diana respondió con calma y llevó a Tritan al sofá. Enseguida, Tritan se tumbó de lado en el sofá sin oponer resistencia, y no quedó ni un solo espacio en los extremos.

 

—¿Hecho a la medida?

—¡Hermana!

—Me asustaste.

 

Diana entrecerró los ojos y se dio la vuelta, y Dianne se calló al instante.

 

—¿Le gritas a alguien que acaba de dormir un día entero?

—¡Ah, lo siento… no, no es eso! ¿Por qué vas a dejar que Tritan duerma en tu habitación?

—Dijiste que llevaba tres días sin dormir.

—¡No es el hecho de que duerma, es por qué aquí!

—Esta es mi habitación, Dianne.

 

Diana miró fijamente a Dianne a los ojos.

 

—La dueña de mi habitación soy yo. Deja de cuestionar mi autoridad y mis decisiones.

—Pero…

—¿Te preocupa? ¿Que le haga algo a Tritan?

—¡No, es exactamente lo contrario!

—Dianne Mayhard.

 

Dianne se detuvo al escuchar su nombre y apellido. Diana le dio una palmada en el hombro amplio y firme de su hermano.

 

—Te prometo: si eso llega a pasar, te llamaré ‘Oppa’

—…¿De verdad?

—¿Alguna vez me has visto romper una promesa?

—…No.

 

Diana rara vez usaba la palabra «promesa», pero cuando lo hacía, siempre la cumplía. Cuando el ímpetu de Dianne disminuyó, Diana sonrió con satisfacción.

 

—Por cierto, tienes los hombros más firmes. Y creo que también más anchos.

—¿Sí?

—Y con ese físico, igual perdiste contra mí.

—Hermana.

 

Dianne le lanzó una mirada llena de reproche. A pesar de la mirada punzante, Diana no corrigió su broma. Era la verdad.

 

—Dianne, ¿te vas a quedar más tiempo aquí?

—¿Qué vas a hacer ahora, hermana?

—Pues, como ya me desperté, me ducharé y comeré. Solo estoy esperando a que Tritan se duerma.

—Mmm……

—Si no tienes nada que hacer, puedes quedarte tú también a ver cómo se duerme Tritan.

—No, está bien.

 

Dianne negó con la cabeza. La verdad es que tenía una montaña de trabajo acumulado. Todo por haber estado viendo el combate de Diana y Tritan, y por esperar a que Diana, que se había quedado dormida, se despertara.

Una vez decidido, Dianne dio un paso atrás.

 

—Confío en ti, hermana. Prometiste. Si lo rompes, nuestro trato cambiará para siempre.

—Sí, claro.

—¡Incluso afuera tienes que llamarme ‘Noona’! ¡Delante de nuestros padres, de la tía, el tío, Canna, Cain también!

—¡Ya entendí!

 

Diana hizo un gesto con la mano, como diciéndole a Dianne, que se aferraba a su petición mencionando incluso los nombres de sus primos, que se fuera rápido. Pronto, Dianne salió de la habitación.

Hasta el último momento, mientras la puerta se cerraba, no dejó de mirar a Diana y Tritan a través de la rendija.

 

Clac.

 

La puerta se cerró y Diana suspiró.

 

—¿Siempre fue así de exagerado?

 

Murmurando para sí misma, se acercó. Tritan seguía acostado en el sofá. Diana arrastró una silla cerca del sofá, se sentó y preguntó:

 

—¿Qué tal? ¿Estás cómodo? No creo que la piel de vaca sea incómoda.

—Cómodo.

—Qué suerte.

 

Diana cruzó las piernas y apoyó la barbilla en la mano. Sus ojos, entornados, estaban ocultos por sus pestañas plateadas.

 

—Tritan.

—Dime.

—Yo, hace un momento, pensé por un instante que fue un sueño.

—…¿Un sueño?

—Que te gané, digo.

 

Había intentado preverlo, añadiendo palabras como «quizás», «en el peor de los casos», «imposible». Pero no imaginó que esa suposición se convertiría en realidad.

Justo después de despertarse, la verdad es que no le parecía real. De hecho, incluso ahora le resultaba extraño y novedoso. Era como una fantasía o una ilusión a medias.

 

—¿Por qué eres tan fuerte, Tritan?

—Yo tampoco lo sé.

—¿No lo sabes?

—¿Tú sabes por qué eres fuerte?

 

Diana asintió con la cabeza.

 

—Claro. Es porque me parezco a papá. Y también un poco a mamá. Mamá… bueno, es difícil explicarlo en detalle, pero tiene una constitución especial.

 

Diana recordó el poder divino que había heredado de Ilena. Aunque aún no lo había usado para curar a otros como su madre en el pasado, el poder divino latente en su cuerpo tenía un efecto bastante positivo en su físico.

Por ejemplo, no se lesionaba fácilmente, si se lesionaba, sanaba rápido, y no se enfermaba… ese tipo de cosas.

‘¿Será por eso que no me emborracho?’

La cabeza de Diana se inclinó. Pero su madre no tenía mucha resistencia al alcohol. Su padre a menudo, con ojos nostálgicos, le contaba sobre las travesuras de su madre cuando bebía. Y si su madre los descubría, siempre terminaba dándole un coscorrón en la espalda y regañándolo por qué les estaba contando esas cosas a los niños.

‘Entonces esto debe ser de papá.’

Justo cuando Diana, que no se emborrachaba ni con un barril entero de alcohol, llegó a esa conclusión, se escuchó la voz de Tritan.

 

—Así es. Viéndolo así, yo también creo que sé el origen de mi fuerza.

—¿Tus padres?

—……Algo similar.

 

Tritan pensó en la bestia demoníaca que ponía huevos cada varios cientos de años en las profundidades del Mundo Demonio. Él había salido de uno de esos huevos.

Tritan cerró la boca y guardó silencio. De repente, se dio cuenta de que él y Diana eran seres muy diferentes. No, no solo Diana, sino todas las criaturas que respiraban en esta tierra eran diferentes a él desde su nacimiento. Era lo natural. Él no era un habitante de este mundo.

Tritan sintió por un instante una sensación de aspereza, como un cuerpo extraño en su garganta.

……Quizás, esto era lo mismo que el mundo sentía por su existencia.

 

—¿Tritan?

 

En ese momento, Diana, que observaba con curiosidad al repentinamente silencioso Tritan, acortó bruscamente la distancia entre ellos. Con su rostro tan cerca, Tritan abrió los ojos de par en par. Intentó retroceder sin darse cuenta, pero se detuvo al darse cuenta de que no había espacio.

 

—¿En qué piensas? ¿Tienes sueño?

—…No, no lo tengo.

—¿No tienes sueño? Pero si es así, ¿no es peor? Llevas tres días sin dormir.

—Normalmente casi no duermo.

—¿Eh? ¿En serio?

—Es mi constitución. Así he sido desde que nací.

 

Tritan tartamudeó un poco al final. El aliento de Diana, que rozaba peligrosamente su mejilla o sus cejas cada vez que abría la boca, le distraía constantemente.

Sin saber si Tritan estaba avergonzado o no, Diana murmuró con el rostro cerca:

 

—Eres realmente peculiar.

—…¿Lo soy?

—Sí. Llevamos diez días juntos y tuvimos un combate, y aún hay muchísimas cosas que no sé de ti.

 

Diana echó el torso hacia atrás y se cruzó de brazos. Solo entonces Tritan sintió que su respiración se volvía un poco más fácil. Se dio cuenta, tardíamente, de que había estado tenso.

 

—A veces pienso que viviste en la naturaleza salvaje sin aprender a controlar tu fuerza, pero otras veces, pareces muy familiarizado con las comodidades de la civilización.

—…….

—Parece que no has interactuado mucho con personas, pero has escuchado tan seguido el habla formal que puedes imitarla de forma natural.

 

La mirada de Diana atrapó a Tritan.

 

—¿Quién eres, Tritan?

 

La simple pregunta lo atravesó como una lanza.

Tritan apenas logró mover los labios. Cada vez que le preguntaban su identidad, la respuesta que podía dar ya estaba fijada.

 

—…Yo soy Tritan.

—Así es. Sabía que dirías eso. Siempre es la misma respuesta.

 

Diana no parecía decepcionada. Desde un inicio, no parecía esperar otra respuesta. Soltó sus brazos y cambió el tema a lo anterior.

 

—Entiendo tu constitución, pero aun así, duerme un poco. Luchaste a gusto conmigo por dos días. Vas a desmayarte.

 

Tritan no se desmayaría. La poca necesidad de sueño y la excelente resistencia eran características de las bestias mágicas.

Especialmente Tritan, quien ocupó el puesto de rey de las bestias mágicas desde su nacimiento, poseía la resistencia y el vigor para luchar día y noche durante unos cien días sin problemas.

Sin embargo, él asintió sin decir nada. Le resultaba fácil comprender que Diana lo decía por preocupación.

La sensación era extraña. Era desconocida y peculiar, y no podía definirla exactamente, pero de momento, no le desagradaba en absoluto.

Tritan cerró los ojos, como Diana quería. Y entonces preguntó:

 

—¿Dejaré de ser tu huésped ahora?

—¿Eh?

—Me permitiste quedarme aquí para que luchara contigo, ¿no es así? Ahora que ese propósito se ha cumplido…

—¿Me preguntas si te tienes que ir?

—….…

—¿Te quieres ir?

 

Tritan respondió después de pensarlo bien:

 

—No lo sé.

—A veces coincidimos en nuestras opiniones. Como ahora. Yo tampoco sé qué hacer contigo de ahora en adelante.

—….…

—Por lo pronto, duerme. Te responderé esa pregunta cuando te despiertes.

 

Diana extendió una mano hacia el pecho de Tritan, luego cambió un poco la posición y le dio una palmada en el hombro.

Prev
Next
Novel Info
Madara Info

Madara stands as a beacon for those desiring to craft a captivating online comic and manga reading platform on WordPress

For custom work request, please send email to wpstylish(at)gmail(dot)com

Comments for chapter "Capítulo 213"

MANGA DISCUSSION

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

*

Contact Us
  • Contact
  • Help & Service
Resource
  • Terms of Service
  • Privacy Policy
Referral
  • Buy theme
  • Other products

© 2025 Madara Inc. All rights reserved

Sign in

Lost your password?

← Back to Novelas de Asure

Sign Up

Register For This Site.

Log in | Lost your password?

← Back to Novelas de Asure

Lost your password?

Please enter your username or email address. You will receive a link to create a new password via email.

← Back to Novelas de Asure