Rezo, para que me olvides - Capítulo 199
Me di cuenta de la situación cuando levanté la cabeza. El hombre estaba lívido y se metía los dedos en la boca. La sangre goteaba sin parar de su boca abierta y le escurría por los dedos.
‘…¿Le corté la lengua?’
Recién entonces abrí la boca, horrorizada, y la porción de lengua que todavía estaba dentro cayó pesadamente bajo mi propia lengua. La sensación de esa masa carnosa y el sabor ferroso de la sangre me produjeron escalofríos.
—¡Puaj!
La escupí rápidamente, pero el escalofrío no desaparecía.
‘Ugh, qué asco…’
Al ver el trozo de carne rojo brillante con la forma de las papilas bien definida, sentí náuseas.
—¡Ugh!
Finalmente, no pude contenerme y vomité bilis y jugos gástricos sobre la lengua cortada.
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—El tejido que fue seccionado sufrió mucho daño por el ácido gástrico, por lo que fallamos en suturarlo.
El jefe de cirugía le comunicó el resultado de la operación al marqués, que ya había despertado de la anestesia. El marqués, que había estado mirando al jefe con los ojos inyectados en sangre, separó los labios firmemente apretados y de repente frunció el ceño. Había intentado hablar sin querer.
—No use la lengua por un tiempo. Podría comenzar la hemorragia de nuevo.
El marqués escribió algo en un bloc de notas sobre la mesa de la cama y el asistente se lo mostró al médico.
—Eso está por verse.
Tan pronto como el jefe respondió, el asistente rompió el papel, lo tiró al cenicero y lo prendió fuego con un encendedor.
—Como sus cuerdas vocales no fueron dañadas, no tendrá problemas para emitir sonido, pero debido a que la lengua está más corta, su pronunciación será poco clara.
Se podía adivinar cuál había sido la pregunta solo con escuchar la explicación del jefe. Ante el diagnóstico de que no podría volver a hablar normalmente, el rostro del marqués, que ya estaba pálido por la gran pérdida de sangre, se volvió aún más blanco.
‘¿Qué demonios le hizo a esa chica para que llegara a tal extremo?’
Mientras observaba el informe de resultados de la cirugía del jefe de cirugía, Phineas tuvo que contenerse de preguntarle esto al marqués. Aunque la parte del marqués no revelaba cómo había ocurrido la amputación de la lengua, Phineas ya sabía que había sido su hija.
-¡Phineas! ¡Qué vamos a hacer! ¡Dayna! ¡Esa loca! ¡La lengua del marqués! ¡Le mordió la lengua!
Su madre le había llamado a última hora de la tarde de hoy, gritando como si fuera a desmayarse en cualquier momento. Como el sangrado era severo, solo le dijo que llevara al marqués al hospital de inmediato y, por la confusión, no pudo preguntar qué había pasado.
Solo después de que el marqués entró al quirófano recobró la compostura y llamó a casa, pero su madre solo dijo que no sabía qué había pasado. Él pidió hablar con Dayna y ella le dijo que la niña estaba durmiendo.
—¿Dónde y cómo trajo a Dayna de vuelta?
Era imposible que la niña hubiera regresado sola a casa.
-El marqués dijo que Dayna iba a ir hoy a la prisión donde está ese sujeto, así que me pidió que fuera a buscarla, y la traje.
—¿Ella lo siguió voluntariamente?
Tampoco era probable que lo hubiera hecho. Su madre guardó silencio por un momento y luego respondió con voz temblorosa.
-Phineas, tu madre hizo lo correcto. ¿Acaso crees que esto es mi culpa?
Cuando su anciana madre comenzó a sollozar al otro lado del teléfono, Phineas no tuvo más remedio que decirle que no.
—¿Por qué no me lo dijo a mí primero?
-Eres un hombre ocupado. Tantas vidas importantes dependen de ti, no quería molestarte con algo tan insignificante.
Su madre preguntó por el estado del marqués y luego le insistió encarecidamente que lo calmara bien para que no cambiara de opinión y cancelara el plan.
—¿De qué plan habla?
Solo entonces se enteró del plan del marqués.
-Phineas, por el bien de Dayna, este es el camino correcto. ¿Lo sabes? Así que, por favor, trata de complacer al marqués para que no cambie de opinión.
Phineas no sabía cómo calificar el plan del marqués. Su cabeza le decía que era lo correcto, pero su corazón le preguntaba si realmente lo era. Era como si su mente considerara la revelación de su hija como falsa, pero su corazón se inclinara cada vez más a creerla.
¡Clang!
Phineas volvió a la realidad frente a sus ojos cuando el marqués agarró el cenicero y lo arrojó al suelo. El joven sentado en la cama estaba jadeando y enfurecido. Parecía que el resultado de la cirugía no le gustaba. Como el paciente no podía comunicarse, el jefe se retiró y le susurró a Phineas.
—Hice lo mejor que pude, director.
—Lo sé. Has trabajado duro. Puedes irte.
Después de despedir al jefe de cirugía, le pidió al marqués que también despidiera a su asistente por un momento. Phineas finalmente preguntó al marqués, con quien se había quedado a solas:
—¿Cómo diablos pasó esto?
Dayna no está en su sano juicio. Es una bestia. Debe ser llevada a un psiquiatra.
El marqués ignoró su pregunta y calumnió a su hija, la dulce e inocente, llamándola loca y bestia.
—No estoy de acuerdo con esa afirmación, pero ni una mujer loca ni una bestia pueden sacar y arrancar la lengua que está dentro de la boca de otra persona.
Le preguntó de nuevo cómo había llegado Dayna a morderle la lengua, pero el marqués no respondió y, en su lugar, comenzó a escribir amenazas sobre la responsabilidad legal, como si lo estuviera chantajeando. Phineas finalmente se atrevió a expresar la fea sospecha que había estado rondando en su mente.
—Marqués, ¿acaso intentó violar a mi hija?
La mirada del marqués, que lo estaba observando, se volvió salvaje. Garabateó algo en el bloc de notas y lo levantó.
Doctor, sus palabras son excesivas.
—Si está siendo tratado injustamente, respóndame. Si no responde, asumiré que mi conjetura es correcta.
Estoy protegiendo a la hija del Doctor. La persona que pidió el beso primero no fui yo, ¡sino Dayna!
—¿Qué le hizo usted antes de que ella le pidiera un beso?
¿No es de buena educación que un padre, por más que lo sea, no pregunte sobre la relación matrimonial de su hija?
—Pregunto porque no creo que mi hija haya deseado esa relación matrimonial de la que usted habla.
De todos modos, el marqués había admitido indirectamente que intentó violar a Dayna y que ella le había mordido la lengua. Lejos de avergonzarse, resopló y garabateó otra respuesta en la nota.
Entre cónyuges no existe la violación.
Mientras Phineas se quedaba sin habla por el absurdo, el marqués hizo algo aún más indignante. Dejó las otras notas, pero esta, tan pronto como se la mostró, la rasgó y la quemó con un encendedor.
—Legalmente será así.
Phineas, recobrando la razón, reprendió al joven astuto.
—Pero las relaciones humanas no se rigen solo por la ley, ¿verdad? También existe la cortesía en un matrimonio.
¿La hija del Doctor tuvo cortesía con su esposo?
Solo continuaban con discusiones triviales. Phineas se dio por vencido en intentar persuadir al marqués con palabras. El marqués, sin embargo, seguía raspando la pluma contra el papel, como si le quedara algo más por decir.
¿Cuándo me dan de alta?
—Podrás irte en tres o cuatro días.
Entonces, la ceremonia y la rueda de prensa programadas para mañana las moveré al día después de mi alta. Mientras tanto, Doctor, mantenga a Dayna dócil.
Phineas no pudo evitar reprimir una mueca.
—¿Dócil? ¿Qué significa eso, cómo se supone que debo hacerlo?
Eso es problema del Doctor, que es el padre de esa mujer y un médico. Use algún sedante, incluso los que se les ponen al ganado.
El ceño de Phineas se frunció severamente ante la sugerencia de drogar a su hija.
—Marqués, mi hija no es una bestia. Convénzala mediante el diálogo. ¿No es usted quien está en conflicto con ella? No me traspase su responsabilidad.
¿Diálogo? ¡Esa mujer me mordió la lengua y me dejó sin poder hablar! ¿Diálogo? ¿Me está insultando?
El marqués mostró su furia garabateando su escrito en dos hojas de la libreta.
Doctor, parece que está confundiendo su propia situación.
Debería agradecerme solo por el hecho de que voy a seguir viviendo con ese animal loco.
Si yo decido anular el matrimonio, ¿cree que solo su hija será la abandonada? En ese mismo instante, la inversión que hice en este hospital será retirada por completo.
Si eso sucedía, el hospital iría a la quiebra.
Por supuesto, también tendrán que compensar el daño que su hija me causó. Entonces, no solo el hospital cerrará, sino que la familia Loveridge también se arruinará. Sepa que solo me contengo de hacerlo de inmediato porque todavía somos familia.
Doctor, esta es mi última advertencia. Si no quiere perder todo lo que ha logrado y terminar en la calle, haga lo que sea necesario para que Dayna se comporte dócilmente frente a la gente ese día.
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Yo quería escapar, pero ni siquiera pude intentarlo. Estuve drogada todo el día, no sé qué le puso la abuela al agua que me obligó a beber. No sé cuántos días pasaron así.
—¡Levántate, mocosa!
Un día, me despertó sacudiéndome desde la madrugada, luego me bañó y me arregló. Igual que la vez que el marqués vino a buscarme. Pensé que él vendría de nuevo, y estaba decidiendo qué parte de su cuerpo morderle esta vez, cuando me pusieron una ropa completamente diferente.
‘…¿Un vestido blanco?’
Era demasiado lujoso para ser un simple vestido blanco ordinario.
—¡Ustedes, inútiles! ¡Les dije que prepararan unos guantes lo bastante largos para cubrirle las muñecas!
Además, usaron unos guantes largos, como los que había mencionado el marqués la vez anterior, para cubrir las heridas de mi muñeca.
Así, la abuela me vistió a la fuerza como una muñeca y me arrastró a una iglesia apartada en las afueras. Cuando me llevaron al cuarto trasero de la iglesia y me pusieron un velo en la cabeza, lo supe con certeza.
‘Van a hacer la ceremonia de boda de nuevo.’
Asure: Faltan 5 Capítulos y termina la novela :v
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