Cargando...
Novelas de Asure
  • Browse
    • Action
    • Adventure
    • Boys
    • Chinese
    • Drama
    • Ecchi
    • Eastern
    • Fantasy
    • Fighting
    • Fun
    • Games
    • General
    • Girl
    • History
    • Horror
    • Horrow
    • LGBT+
    • Male Lead
    • Manhwa
    • Realistic
    • Romance
    • Sci-fi
    • Sports
    • Teen
    • Urban
    • War
    • Wuxia&Xianxia
  • Authors
    • Libenia
    • Gakim
    • Purrine
    • Geon Eomul Nye
    • Dam Yeon Seo
    • Ahn Siha
    • Jaya
  • Ranking
  • New
Advanced
Sign in Sign up
  • Browse
    • Action
    • Adventure
    • Boys
    • Chinese
    • Drama
    • Ecchi
    • Eastern
    • Fantasy
    • Fighting
    • Fun
    • Games
    • General
    • Girl
    • History
    • Horror
    • Horrow
    • LGBT+
    • Male Lead
    • Manhwa
    • Realistic
    • Romance
    • Sci-fi
    • Sports
    • Teen
    • Urban
    • War
    • Wuxia&Xianxia
  • Authors
    • Libenia
    • Gakim
    • Purrine
    • Geon Eomul Nye
    • Dam Yeon Seo
    • Ahn Siha
    • Jaya
  • Ranking
  • New
  • User Settings
Sign in Sign up
Prev
Next
Novel Info

Rezo, para que me olvides - Capítulo 170

  1. Home
  2. All Mangas
  3. Rezo, para que me olvides
  4. Capítulo 170
Prev
Next
Novel Info

Solo después de jurar por Dios, pude escuchar el secreto que me pediste que no le dijera a Rupert.

 

—Rupert tiene otra mujer.

 

La mujer en cuestión era más joven que tú y trabajaba en un bar cerca del cuartel general de operaciones.

 

—No llegaba tarde por el trabajo, sino por ver a esa mujer.

 

Al parecer, tú eras la única en el cuartel general que no lo sabía.

Te enteraste porque un oficial te lo insinuó. Ese hombre también era una bestia. Te consoló por la infidelidad de tu marido y luego te sugirió que tuvieras una aventura con él.

 

—Así que ayer confronté a Rupert.

 

Al principio lo negó, y luego, frustrado, lo admitió de esta manera:

 

—Si hubieras cumplido con tu deber, ¿crees que buscaría a otra mujer? Me dijo esto.

—… Dayna.

 

Estaba tan enojado con el tipo por tratarte como una prostituta que apreté los dientes, pero tú lo malinterpretaste y te confesaste avergonzada, pensando que era tu culpa.

 

—En realidad, nunca hemos tenido una relación de pareja. Fue porque yo me negué.

 

Para mí, fue una confesión impactante. Y para ti, en este momento, también lo es.

‘Nunca te acostaste con Rupert……’

Rupert, que insinuaba su vida marital para que yo lo escuchara, y yo, que me atormentaba creyendo en ello, ambos éramos ridículos.

Supongo que no sabías por qué estaba tan impactado, por qué sonreía amargamente. Pensaste que era tu culpa y me explicaste con detalle:

 

—Sé que descuidé mis deberes como esposa. Pero tenía una razón para hacerlo. ¿Qué pasaría si tuviera un hijo? No era el momento adecuado. Por eso me negué, Rupert parecía estar bien con eso y no me exigió más. Pensé que lo entendía.

—Dayna, Dios también estaría de tu lado en esto.

—¿De verdad?

—Claro.

 

No. ¿Cómo podría yo saber lo que piensa Dios?

Solo era un estafador que usaba el nombre de Dios para imponerte mi voluntad. Me negaba a verte acostándote con Rupert para evitar que te fuera infiel.

 

—Dios nunca dijo que negarse a una relación de pareja fuera un pecado. Pero prohibió el adulterio como un pecado.

—Es cierto.

—No tienes la culpa de nada. Es el pecado que Rupert cometió solo. Él es el único que puede arrepentirse y dejar de hacerlo, así que no pienses en sacrificar tu salud para detenerlo.

—… ¿Mi salud?

—No querrás contagiarte de una enfermedad de transmisión sexual, ¿verdad?

 

Tu cara se puso roja con mis palabras directas.

 

—O incluso quedar estéril.

 

Por un momento, me miraste como alguien a quien se le abren los ojos.

Pensé que no tendría sentido decirte cosas obvias y vacías, como que él no te amaba o que la culpa la tenía él por cometer adulterio. Así que usé una terapia de choque más realista.

Por mucho que alguien ame a otra persona, nadie querría amarla tanto como para contagiarse de una enfermedad. Al final, la persona que más amamos somos nosotros mismos.

De todos modos, mis palabras funcionaron, y no caíste en sus trucos. Funcionaron tan bien que incluso empezaste a dormir en una habitación separada.

Rupert, al ver que no actuabas como él esperaba, se volvió más rebelde por obstinación. Casi todas las noches regresaba al amanecer, con el olor de perfume de otra mujer o con marcas de lápiz labial.

Lo hacía para molestarte a propósito.

Pero tú no te inmutabas. No sé cómo te sentías por dentro, pero por fuera te veías digna.

Sin embargo, yo me estaba volviendo loco al ver eso. Un día, incapaz de soportarlo, te mentí diciéndote que iba a ver a Miller, y lo seguí.

El tipo entró a la casa de la mujer a altas horas de la noche y salió unas dos horas después. Era una noche sin luna. Él caminaba solo por un callejón desierto.

Me puse el pasamontañas que había preparado y me acerqué a él, agarrándolo por el hombro desde atrás.

 

—¿Qué…? ¡Cof!

 

Le lancé un puñetazo en la cara antes de que pudiera darse la vuelta. No le di solo uno. Él intentó contraatacar, pero no me golpeó ni una vez.

 

—¿Qué tal si te enfrentas a mí también?

—Pide permiso a tu mamá, pequeño.

—¿Por qué? ¿Ya tienes miedo de que te noquee de un solo golpe frente a la chica que te gusta?

 

‘Mírate. Al final, el que fue noqueado al enfrentarse a mí fuiste tú’

Quería decírselo, pero tuve que contenerme. Fingía ser un ladrón.

 

—¡Basta, déjame! ¡No, no…!

 

Lo dejé con la cara metida en el basurero y empecé a buscar en su bolsillo trasero, y el tipo se puso a llorar. Debió pensar que yo iba a hacerle algo más.

Claro… era fácil malinterpretarlo. Un ladrón cuyo único objetivo es el dinero no golpea a una persona hasta dejarla incapacitada.

En silencio, saqué su billetera del bolsillo trasero y fingí revisar la cantidad. Luego, como si no estuviera satisfecho con el dinero, le di un golpe en la nuca con la billetera.

Estaba tan exhausto que no creo que pudiera haberme seguido, pero por si acaso, lo dejé de cabeza en el basurero y me fui.

¿Viste su cara la última vez que lo viste? Su nariz debe estar torcida.

Esa es mi obra. No sabes qué alivio siento de que ya no se parezca tanto a mí.

Lo siento. Me emocioné demasiado contando cómo dejé a tu marido hecho un desastre.

En realidad, quería matarlo, pero me contuve. En ese entonces, no era lo suficientemente valiente para llevar mis pensamientos a la acción.

Pero quiero que sepas que no fue por falta de valor que me disfracé de ladrón. No podía permitir que tú, que eras inocente, sufrieras las consecuencias.

 

 

⌈Lo que pasó en el campo de golf la última vez… No sé si estabas allí, pero seguro te enteraste. Esa vez también me encerraron en un armario. Fue mi culpa por ser orgulloso y no saber comportarme, en lugar de agradecer y escuchar lo que se me enseñaba⌋

 

 

Ya te había causado problemas torpemente por tratar de ayudarte.

Y, como me habías pedido que lo mantuviera en secreto, simplemente no podía traicionarte.

En realidad, había planeado informarle a la dirección sobre su infidelidad. Somos espías para quienes la seguridad es lo más importante, y él estaba involucrado en una relación profunda con una local. ¿Qué pasaría si descubrían nuestra identidad? Era un acto suicida.

Me dijo que yo no debía cometer errores que te afectaran a ti, pero él lo estaba haciendo descaradamente. «Qué idiota».

 

—Prometió que lo mantendría en secreto. No se lo diga a Rupert.

 

Pero te mantuviste firme. Y, como sabes, soy un cobarde que teme ser odiado por ti más que cualquier otra cosa.

En realidad, también tenía miedo de que te enteraras de mi venganza contra Rupert y me odiaras. Afortunadamente, no pareció que te dieras cuenta. Por supuesto, Rupert tampoco lo supo.

Él no pudo regresar a casa por su cuenta. Después de pasar la noche tirado en el callejón, unos ladrones le robaron su uniforme militar y sus armas. La policía lo encontró pensando que era un cadáver y lo llevó al hospital.

La noche era muy oscura, así que no me di cuenta de lo grave que estaba. No, para ser honesto, creo que incluso si lo hubiera visto bien, lo habría seguido golpeando hasta que mi ira se calmara.

No me arrepentí. Me sentí aliviado de que lo hubiera dejado tan mal que tuviera que ser hospitalizado.

Si se hubiera podido quedar en casa, tú lo habrías cuidado. ¿Por qué ese bastardo iba a merecer tus cuidados?

Tal vez tú sentías lo mismo. No lo cuidaste, sino que solo pasaste a saludarlo de camino a casa.

Tal vez ya no lo amabas…

No, quizás solo era mi deseo. No escuches lo que acabo de decir.

Dayna, si por casualidad…

… decides volver con Rupert, si él se entera de nuestro «adulterio» y te culpa por ello, dile este nombre:

Frida Schmidt.

Dile que él fue quien cometió adulterio. Él lo hizo a sabiendas, pero tú no.

Y diles que fue mi culpa. Di que te obligué a estar conmigo, que te forcé a hacer algo que no querías.

… Hablemos de eso un poco más tarde. Tengo que contarte otra cosa primero.

Solo al hablar de esto, me dan ganas de matarlo de nuevo. Ah, debí haberlo matado en ese callejón. Debí haberlo matado por lo que te obligó a hacer después…

Fue un mes después de eso. Rupert había salido del hospital, pero no dejó su infidelidad a pesar de todo lo que le había pasado. Regresaba tarde casi todos los días, y ese día, por eso, estábamos en un rincón del patio trasero, fumando y bebiendo juntos.

Normalmente, al escuchar el sonido de su auto, entrábamos. Pero ese día, a la hora habitual de su regreso, no se escuchó nada.

 

—Entremos.

 

Aunque mi deseo era quedarme contigo, esa noche hacía mucho frío. Era noviembre, la primera nevada temprana, y había nieve acumulada a nuestros pies.

 

—Padre, espere.

 

Pero esa noche, fuiste tú quien me detuvo.


Prev
Next
Novel Info
Madara Info

Madara stands as a beacon for those desiring to craft a captivating online comic and manga reading platform on WordPress

For custom work request, please send email to wpstylish(at)gmail(dot)com

Comments for chapter "Capítulo 170"

MANGA DISCUSSION

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

*

1 Comment

  1. rouss

    Ya se sabía que Dayna era virginal desde la primera noche juntos y más o menos imaginaba el porqué pero esto es de un ser bastardo en toda la extensión de la palabra. Dayna solo fue un capricho para Rupert. En fin, gracias Asure por este intenso capítulo nunca decepcionas ja, ja, ja.

    septiembre 2, 2025 at 4:11 pm
    Responder
Contact Us
  • Contact
  • Help & Service
Resource
  • Terms of Service
  • Privacy Policy
Referral
  • Buy theme
  • Other products

© 2025 Madara Inc. All rights reserved

Sign in

Lost your password?

← Back to Novelas de Asure

Sign Up

Register For This Site.

Log in | Lost your password?

← Back to Novelas de Asure

Lost your password?

Please enter your username or email address. You will receive a link to create a new password via email.

← Back to Novelas de Asure

Caution to under-aged viewers

Rezo, para que me olvides

contains themes or scenes that may not be suitable for very young readers thus is blocked for their protection.

Are you over 18?