Rezo, para que me olvides - Capítulo 150
‘¡M, maldita sea, por qué está él aquí…!’
Era Mayor Falkner, sentado en el alféizar de la ventana y mirándome fijamente.
‘¡Kilian, levántate!’
Grité con urgencia, pero Kilian no se levantó. Intenté sacudirlo para despertarlo, pero mis manos no se movían. Me di cuenta de que ni siquiera había gritado. Mi boca se sentía como si estuviera pegada, no se abría.
‘Ah, no… Por favor.’
Falkner se burló de mí, que estaba aterrorizada, tomó un cigarrillo que Kilian había tirado del cenicero y se lo puso en la boca. Lo miré fijamente mientras encendía una cerilla y prendía el cigarrillo, me consolé a mí misma.
‘No. No hay necesidad de tener miedo. Él está muerto.’
—Sí, y no pude cerrar mis ojos. Mi mayor arrepentimiento es no haber podido matarte clavándote mi bastón en tu vientre.
Más allá del fuego de la cerilla, la pupila de sus ojos, que me miraban fijamente, brillaban de un rojo intenso. Como un demonio.
¿Acaso se ha manifestado como un demonio? Si es así, lo que acabo de ver podría no ser un recuerdo, sino solo una ilusión invocada por el demonio.
‘Sí, eso es. No es más que una falsedad inventada por ese astuto demonio…….’
Jajaja.
Como si hubiera leído mi mente, Falkner torció la boca y se rio.
—Rize, Rize, la estúpida Rize. El recuerdo no es falso. El ‘esposo’ que está acostado a tu lado es el falso.
Ni siquiera después de muerto pudo deshacerse de su obsesión. El demonio se esforzaba por convertir su delirio en verdad.
—Ya te dije innumerables veces que ese estafador no es tu marido. Míralo. Al final, yo tenía razón.
‘¡Desaparece al infierno ahora mismo, demonio!’
—Una mujer perdida no puede ahuyentar a un demonio. Por qué no le pides ayuda al santo sacerdote que está dormido abrazándote desnudo.
En ese momento, mientras gemía por la resurrección del recuerdo, o más bien de la ilusión, el demonio continuó con su delirio.
—¿Por qué, después de solo pensar en escapar, de repente perdiste todo el entusiasmo y actúas como una prisionera esperando ser ejecutada? Lo sabes. Porque recuperaste tus recuerdos. Incluso cuando ese hombre lo admitió con su propia boca, ¿por qué solo tú finges que no lo sabes?
‘No. Nunca pasó algo así.’
Jajaja. El demonio se burló de mí otra vez, y luego, como si no valiera la pena que siguiera reaccionando, continuó hablando.
—¿Por qué tus recuerdos serían un problema? ¿Por qué odiaría que los recuperaras desde el principio? ¿Eh? Responde.
‘…….’
—Porque no es tu marido.
‘Deja de inventar novelas…’
—Ese estafador tiene miedo de cómo reaccionarás cuando se descubra su mentira. Si tu marido hubiera muerto, tú lo seguirías porque no te quedaría de otra, pero tu marido está vivo. Y él te está buscando para recuperarte. Me refiero a Rupert. Rupert.
No quiero escuchar. Quiero taparme los oídos, pero mi cuerpo aún no me obedece.
—¿Lo están buscando porque descubrieron que es un traidor? Ja, no digas tonterías. ¿Un soldado que persigue a un traidor le ruega que deje sola a una mujer?
‘No. No es así.’
—Entonces, ¿por qué crees que le dijo que te dejara?
Estaba demasiado ocupada pensando en la razón para refutar, pero el demonio sonrió con satisfacción, como si yo hubiera admitido algo.
—Se casaron apresuradamente por una operación. Eso no debe ser mentira. Pero no fue contigo. ¿Te dije que eran tres espías? Una mujer y dos hombres. Se ha revelado que la mujer eres tú y uno de los hombres debió ser tu verdadero marido. Entonces, ¿Quién es el otro?
‘……..’
—El sacerdote que ahora mismo está durmiendo satisfecho, disfrutando de la mujer de otro.
‘No…’
—Dijo que se infiltró en Lenning para seguirte. ¿Un hombre sigue a una mujer casada? Él te admiraba en secreto. El sacerdote te siguió hasta el país enemigo, te acosaba mientras eras la mujer de otro y, cuando perdiste la memoria, lo vio como una oportunidad enviada por Dios, te secuestró y fingió ser tu marido.
‘¡No! ¡Kilian no pudo haber hecho eso!’
—Ya lo presentías desde hace mucho tiempo. Por eso, subconscientemente, evitabas la verdad. Porque si conoces la verdad, tendrás que tomar una decisión. De cualquier manera.
‘Yo nunca evité…’
—Quieres saber, pero no quieres saber. ¿No es eso lo que siempre piensas? Eres muy curiosa, pero también muy miedosa. ¿No fue tan grave que hasta le dijiste a ese farsante que deseabas que te engañara por completo?
‘Eso…’
—Él hizo lo que le pediste. Sin embargo, no pudiste engañarte a ti misma. Desde que comenzaste a recuperar tus recuerdos.
‘…….’
—Hiciste un esfuerzo enorme por esquivar los recuerdos incómodos y solo quedarte con los convenientes. A pesar de que no sirves para nada, tenías un talento tan increíble para eso que me sorprendió mucho.
‘¡Nunca hice eso!’
—Entonces, ¿por qué los recuerdos más incómodos vinieron a tu mente de golpe, solo después de que perdiste la razón, por la euforia del alcohol y el sexo?
‘…….’
El demonio exhaló humo de tabaco con una sonrisa y aplastó la colilla en el cenicero. Deseé que desapareciera así, con el humo del cigarrillo, pero él saltó del alféizar de la ventana y empezó a acercarse a mí lentamente.
‘¡N, no te acerques!’
—Rize, Rize, la cobarde Rize.
Me estremecí, mientras miraba impotente cómo él me miraba, desde el lado de la cama, como si fuera una presa atrapada en una trampa.
—¿Hacemos otra apuesta? Demuéstrame que estoy equivocado.
‘Lo haré, así que no te vuelvas a aparecer. Púdrete en el infierno para siempre.’
—Lamentablemente, nunca me equivoco. Así que, cuando te des cuenta de que estás equivocada……
Él hizo un gesto, como si señalara algo más allá de la cama.
—¡Convierte a ese maldito estafador en lo que yo soy y arrójalo al infierno!
Mi mirada, que iba hacia más allá de la cama, giró hacia Falkner debido a un repentino grito. Su rostro, que antes rebosaba tranquilidad, se desfiguró por el dolor. Su piel, que parecía intacta, se rompió y se agrietó, la sangre comenzó a brotar a borbotones. Su forma humana se deformó y una masa de carne triturada y huesos rotos se derrumbó sobre mí.
—Ugh……
En el instante en que solté un grito, mis ojos se abrieron de golpe. La sangre y la carne que habían caído sobre mí no estaban por ninguna parte.
‘Fue un sueño. Haaaa…’
Kilian, que también se había despertado por mi culpa, se estremeció y apretó el brazo con el que me estaba abrazando aún más fuerte. Parecía que se había vuelto a dormir de inmediato, pero yo no pude.
No dejaba de mirar el rostro del hombre dormido y luego a algún lugar más allá de su cara una y otra vez. Al final, la curiosidad le ganó al miedo.
Con cuidado, solté su brazo y me alejé. Kilian no se despertó, porque el sueño era profundo.
‘Pero si hago ruido, podría despertarse’
Recogí mi ropa, pero el crujido me asustó y la dejé caer. No me quedó de otra que, completamente desnuda, me acerqué a la puerta con pasos sigilosos. Allí, estaba la bolsa que, en mi sueño, Falkner había señalado con la cabeza.
Busqué en la bolsa y saqué discretamente un sobre doblado. Era el sobre que Teniente O’Brien nos había dado cuando nos fuimos. Contenía los documentos que garantizaban nuestras identidades.
‘Kilian nunca me había mostrado esto’
Abrí el sobre con nuestras identificaciones y murmuré para mí misma.
‘No es que quiera hacer la apuesta con ese demonio’
Porque solo fue un sueño. ¿Quién creería en un sueño?
‘Pero, ¿por qué Kilian nunca me mostró esto?’
El sueño no sembró fe, pero sí sembró la duda.
‘No, ¿no fue más bien como si no quisiera que lo viera? Como si fuera algo que yo no debía ver……’
Una duda que se resolvería al instante con solo ver esto. Busqué entre los papeles, saqué uno que tenía el título de «Certificado de identidad» y me prometí a mí misma.
‘Ahora, veré esto, resolveré mis dudas y volveré a los brazos de Kilian con la mente tranquila……’
Justo cuando empecé a leer los detalles de nuestra identidad, me detuve en mi nombre.
Dayna Mansfield
‘Ah, no. No puede ser……’
Esposa de Marqués Mansfield, Rupert Mansfield.
Apellido de soltera: ‘Loveridge’
Ocupación: Marquesa Mansfield.
‘Q, qué significa esto……’
Algo tiene que estar mal. Busqué la siguiente página y leí los detalles de la identidad de Kilian. Su nombre no era Rupert Mansfield, sino Kilian Ackroyd, justo como me había dicho, mis manos comenzaron a temblar.
Cuando leí su ocupación, grité sin darme cuenta.
Clérigo
—…¿Dayna?
Levanté la cabeza de repente al oír que me llamaba y me di cuenta de que Kilian estaba con los ojos abiertos.
Asure: Hahahaha, empieza el drama, faltan 54 capítulos para que termine, asi que ya me voy imaginando … Feliz domingo
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rouss
Asureeeee, saca el próximo tempranito…. porfaaaaas, me muero de curiosidad.