Rezo, para que me olvides - Capítulo 149
—Snif, snif…
Sentí una profunda tristeza. Rompí a llorar, en el momento en que Killian me sujetó el brazo, mi cuerpo fue arrastrado hacia arriba de golpe. Pensé que me iba a apartar, pero en su lugar, me abrazó.
‘Si dejo de llorar, tal vez me separe de él’
Lo abracé fuerte por el cuello y lloré aún más. Killian, como si me estuviera consolando, me acarició la espalda y luego me besó la frente, susurrando:
—Déjame que yo lo haga.
—¿De verdad? ¿Es en serio?
Solo después de que me lo asegurara tres veces, solté los brazos que lo tenían abrazado. Killian me dejó sentada sobre sus rodillas y me bajó el vestido.
—¡Aah!, Aah…
Me besa y me lame todo el cuerpo como si me estuviera adorando. Incluso las zonas insensibles se convertían en puntos de placer en el momento en que él las tocaba, y cada vez que sus labios y su aliento me rozaban, temblaba.
—Ah, sí…….
Sentía que me iba a morir del gusto. Pero solo el cuerpo.
Mi corazón, en cambio, sentía que simplemente iba a morir. ¿Qué pasaría si este fuera el último momento? A medida que sus apasionadas caricias se intensificaban, mi miedo a perderlo y mi tristeza también se volvían más intensos.
—¡Ah, ah, ah!, ¡Me encanta! Siento que me voy a volver loca de tanto placer.
Al final, no logré excitarme. Si se daba cuenta, podría detenerse y comenzar la «conversación». Con miedo, fingí con todas mis fuerzas que estaba a punto de morir de placer.
Mientras lo hacía, moví mis caderas sobre los dedos que se revolvían dentro de mí. La bestia entre mis piernas, hambrienta del placer que este movimiento le proporcionaba, finalmente se enderezó y babeó.
Con un grito interno de triunfo, me senté rápidamente sobre él, una prueba de que el cuerpo de Killian no estaba completamente cerrado para mí. Tan pronto como mordí la punta, Killian intentó echarse hacia atrás. Lo envolví con mis piernas alrededor de su cintura y me dejé caer con todo mi peso. El grueso pilar se deslizó por completo dentro de mí y llegó hasta el fondo.
—¡Ugh!
—Aah……
Tengo que tener un bebé.
Como si fuera una trampa, lo enredé, apreté con fuerza y moví mis caderas con fervor. Pronto, la mirada del hombre se nubló, embriagado por el placer que yo le ofrecía. Aun así, el regreso ocasional de la razón a sus ojos me ponía ansiosa.
—Killian, ha……
Sin dejar de moverme desesperadamente, le susurré al oído lo que más anhelaba oír.
—El único hombre que amo eres tú.
En ese instante, la mirada de Killian cambió por completo. Como aquella noche en el desván, perdió toda la razón y se abalanzó sobre mí.
—Ah, ah, ah, ugh…
Killian me sujetó ambas mejillas y me besó con vehemencia. En ese momento, una voz de mi recuerdo resonó en mi cabeza.
—Ahora el novio puede… besar a la novia.
¿No fueron esas las mismas palabras que Killian me dijo hoy al besarme en el campo de nomeolvides? Sin embargo, la escena que vino a mi mente fue, sorprendentemente, la de nuestra boda.
‘¿Killian dijo esas palabras en nuestra boda?’
Ese era el tipo de cosas que decía el sacerdote, no el novio. Mientras me preguntaba, la mano con un anillo de boda levantó el velo que cubría mi rostro. En ese momento, mi yo del recuerdo, que había mantenido la cabeza baja todo el tiempo, la levantó para mirar el rostro del novio.
—¡Gasp!
En ese instante, mi yo de hoy se sobresaltó.
‘¿Rupert?’
Aunque esperaba que el novio fuera Killian, era el oficial de la policía militar que nos perseguía quien estaba parado en ese lugar.
‘¿Por qué, por qué su rostro está ahí? ¿Acaso no es un recuerdo?’
El rostro del hombre equivocado se acercó a mí. Si no fuera un recuerdo, debería haber podido evitarlo, pero no pude.
‘¡No!’
Los labios del extraño hombre me tocaron. Mientras mi yo de ahora sentía tanto asco que quería vomitar, mi yo del recuerdo no mostraba ninguna emoción.
‘¿Por qué? ¿Por qué yo, por qué me estoy casando con ese hombre?’
Mi yo del recuerdo, por supuesto, no dio ninguna respuesta.
¡Bang!
Solo giró la cabeza hacia el estruendo que se escuchó fuera de la catedral.
A través de la alta vidriera, un avión en llamas se estrellaba en una trayectoria descendente. No pude ver dónde caía el avión, ya que mi vista estaba obstruida por los hombros del hombre vestido con una sotana negra que estaba parado frente a mí.
Pensé que algo estaba mal con el sacerdote. La razón era que, a pesar de haber escuchado la explosión, no se giró y solo miraba al frente. Aunque era demasiado oscuro para ver bien su rostro, sentí que me estaba mirando.
‘¿Por qué me está mirando?’
Solo después de que mis ojos, que se habían iluminado con el fuego, se acostumbraron de nuevo a la oscuridad, pude ver claramente la mirada lúgubre del sacerdote que estaba en la oscuridad. Y también las facciones de su rostro.
‘…¿Killian?’
¿Por qué el sacerdote que yo tanto admiraba, por qué, por qué tenía el rostro de mi esposo? ¿Por qué? ¡No puede ser!
Con un sobresalto, abrí los ojos que había mantenido cerrados. En ese momento, mis labios se separaron y el rostro del hombre que me estaba besando apareció ante mis ojos.
‘¿Yo, yo por qué me estoy revolcando con el sacerdote?’
De repente, Killian me pareció el sacerdote. Horrorizada, no solo empujé esa parte de él que tenía en lo más profundo de mi vientre, sino que también lo empujé por completo y huí hasta el borde de la cama.
Mi cuerpo desnudo me avergonzaba frente al sacerdote, así que me acurruqué para cubrirme. Sin embargo, el sacerdote, lejos de sentirse avergonzado, mantenía expuesto su miembro, que nunca debería mostrar a una mujer, y además, estaba húmedo por las evidentes huellas del coito.
Su miembro estaba mojado por las huellas de haber tenido sexo conmigo.
Mientras yo temblaba por la conmoción de haber cometido un pecado imperdonable, el sacerdote, o más bien, Killian, mi esposo, mi esposo Killian me preguntó:
—¿Qué te pasa? ¿Te dolió?
—No, no.
En ese momento, recobré la razón y solté los brazos que abrazaban mis rodillas.
—Simplemente, rápido…
—……Termine rápido, padre.
……Casi lo digo, como mi yo del recuerdo.
Otro recuerdo siguió. Esta vez, era justo antes de la boda.
—¿De verdad tenemos que celebrar la ceremonia en un momento como este? No digo que la canceles. ¿No podemos posponerla unas horas hasta que todo termine?
—Padre, sigue siendo tan miedoso como siempre.
—…Tú sabes que no es porque tenga miedo que quiero posponerla.
—Dayna, ¿tú también tienes miedo de la plaga de moscas de Highland, como el sacerdote?
Rupert me arrastró a la discusión sin que yo dijera nada. Me sentí extremadamente incómoda.
—Lo siento. Simplemente, termine rápido, padre.
Al final, me puse del lado del sacerdote sin ofenderlo. Después de todo, Rupert sería el hombre con el que me casaría.
‘N-No… No puede ser… ¡Gasp!, ¡No!’
En mi recuerdo, el sacerdote unía a mi yo del pasado con otro hombre en matrimonio, mientras que el sacerdote de hoy se convertía en un hombre, abría mis piernas e introducía su miembro prohibido por Dios en el camino permitido solo para mi esposo.
—¡Ah, ugh, n-no, aah!
Me quedé atónita al ver al sacerdote, que solía ser tan ascético, subido encima de mí, moviendo sus caderas de manera tan vulgar.
‘Dios mío… el sacerdote está excitado por mí… Yo confiaba solo en él…’
La conmoción era demasiado grande. Tanto, que llegué a pensar que en realidad mi recuerdo era el presente y que este momento era una ilusión que me mostraba el diablo. Sin embargo, aunque la sensación de la boda era vaga, la sensación del miembro frotándose contra mis entrañas era más real que cualquier otra cosa.
‘No. Killian es mi esposo. No puede ser el sacerdote.’
Aun así, por más que lo intentaba, no podía evitar que la imagen de mi esposo que me hacía el amor se superpusiera con la del sacerdote vestido de sotana negra, debido a los recuerdos de la boda que fluían como un dique que se rompe.
—Dayna, no es momento para esto, ugh, ¡maldita sea!
No. Nunca debimos estar así, padre.
A medida que su miembro se introducía en mí cada vez más rápido, la culpa de estar cometiendo adulterio con el sacerdote se hinchaba en mi estómago tanto como el placer que sentía.
El extremo de su miembro que se frotaba en el fondo de mi vagina hasta que no podía soportar el calor, la punta de su lengua que rodeaba mis pezones, y la punta de sus dedos que buscaban los nódulos a través del espeso vello púbico. Todos esos contactos íntimos eran a la vez extasiantes y escalofriantes.
—¡A-ah, aaah!
Al final, no pude resistir la familiar sensación del clímax y me corrí. Inmediatamente después, temblé y lloré de miedo. El hombre, a quien no sabía cómo llamar, no pensó que fuera nada extraño, creyendo que yo estaba temblando y llorando de puro placer.
—Maldita sea… ¿Qué he hecho otra vez…?
Tal vez su propio error, que fluía entre mis piernas, era tan grande que no pudo ver mis lágrimas. Al final, se corrió dentro de mí.
¿Debería alegrarme de que mis planes de retener a mi esposo por un tiempo hayan funcionado? ¿O debería sentir vergüenza por haber concebido la semilla del sacerdote?
‘No lo sé…’
La agitación había terminado, pero me sentía mareada. Seguramente era por la confusión en mi cabeza.
El hombre, cansado, me abrazó y se durmió. Aunque quería quedarme para siempre en sus brazos, también quería alejarlo, y no sabía qué hacer.
‘No. No. Esto no tiene sentido.’
Uno tiene fantasías sin sentido cuando está embriagado por el placer. Debe ser por eso. No es un recuerdo, es una ilusión. La razón por la que todo se siente tan vívido y por la que siguen apareciendo cosas nuevas es porque estoy borracha. Esto es solo una broma terrible de mi mente.
—Tsk…
El chasquido de la lengua me sobresaltó, y me di la vuelta. En ese mismo instante, grité.
Madara Info
Madara stands as a beacon for those desiring to craft a captivating online comic and manga reading platform on WordPress
For custom work request, please send email to wpstylish(at)gmail(dot)com