Rezo, para que me olvides - Capítulo 138

—¿No era porque me amabas que querías hacer el amor?

Ahora yo era la que estaba perpleja.

—Claro que quería hacer el amor porque te amo. ¿Por qué dudas de lo obvio?

—Porque dijiste que era porque éramos marido y mujer, porque eras mi esposo…….

—Es lo mismo.

—Para mí es diferente.

¿Qué demonios era diferente? ¿Dónde había ido el adulto tranquilo de siempre? Al ver a Killian comportarse como un niño impaciente, insistiendo en que lo mismo era diferente, de repente recordé lo que había dicho anoche.

—Me amas porque soy tu esposo, ¿verdad?

¿Estaba diciendo esto en el mismo contexto? Parecía que no le gustaba que sonara como si hubiera aceptado acostarse con él solo porque eran marido y mujer.

‘Realmente, desde ayer, se comporta como un niño’

Como si estuviera regañando a un niño, le tomé las mejillas y lo miré a los ojos.

—No quería hacer el amor contigo solo porque fueras mi esposo. Si otro hombre hubiera sido mi esposo en tu lugar, nunca le habría dicho que viniera a la cama. Ni siquiera habría sido yo quien propusiera hacer el amor, si mi esposo lo hubiera pedido, lo habría evitado.

—Sí, pero yo te amaba.

Killian asintió como si fuera la respuesta correcta y sonrió satisfecho, luego me suplicó:

—Dime de nuevo lo que dijiste esa noche.

—¿Qué palabras?

—Lo que dijiste la noche que hicimos el amor por primera vez… la primera noche que lo hicimos en el ático.

¿Exactamente lo que dije entonces?

—Eh… ¿Qué dije?

—¿No te acuerdas?

—Claro que recuerdo esa noche. Pero, ¿Cómo voy a recordar todo lo que dije entonces?

—Yo lo recuerdo claramente…….

Killian dejó entrever su decepción con el final de sus palabras arrastradas y sus cejas. Luego, al recitar lo que dije esa noche, sonrió soñador y tímidamente, como si reviviera el momento.

—»Tú eres el único hombre al que amo.» Dijiste exactamente eso.

—Ah… Sí, eso fue.

Al escucharlo, lo recordé vagamente, pero Killian lo recordaba con exactitud.

—Vaya…… Tienes una memoria increíble.

Ante mi admiración, Killian me miró con ojos insatisfechos. Su mirada gritaba que no quería escuchar eso. De nuevo, le tomé la cara y le dije:

—Killian, tú eres el único hombre al que amo.

Killian sonrió con una mezcla de emoción. Por la forma en que se le arrugaron los ojos, parecía que estaba a punto de llorar. ¿Serían esas palabras tan alegres? Me abrazó con fuerza hasta casi aplastarme, luego gimió y murmuró apenas audible:

—Desde el momento en que escuché esas palabras, no pude volver atrás.

—…….¿Qué es lo que no puedes volver atrás?

No respondió a mi pregunta, solo siguió murmurando para sí mismo.

—Crucé un río sin retorno.

Al principio, habló como si hubiera sido empujado a cruzar el río, pero…

—Y estoy cruzando un río sin retorno una vez más, como aquella noche.

—…….

—No quiero volver.

Al final, parecía una persona que cruzaba el río por su propia voluntad.

—¿Qué estás diciendo, ugh?

Sus brazos alrededor de mí se apretaron aún más. No sé si no le oyó porque tenía la cara hundida en su pecho, pero Killian no respondió y solo dijo algo irrelevante.

—¿Estás cansada porque te molesté mucho anoche?

—No, ugh, me estás molestando demasiado ahora. Ahh, me asfixio.

Él se rió, me soltó y luego intentó ofrecerme su hombro.

—Apóyate en mi hombro y duerme como antes.

—No estoy cansada.

Era la primera vez que recordaba un viaje en tren sin preocupaciones, así que lo estaba disfrutando tanto que no creía que el sueño me llegara.

—Tú pareces cansado. ¿Por qué no te apoyas en mí y duermes esta vez?

Le ofrecí mi hombro y le di unas palmaditas. A Killian no le desagradó, pero dudó en apoyarse.

—Sería demasiado pesado para apoyarme en tu hombro……

—¿El hombre que se subió encima de mí anoche con ese cuerpo pesado era otro hombre, quizás?

Killian se sonrojó, cerró la boca y, dócilmente, apoyó la cabeza en mi hombro. Lo observé con orgullo y no pude evitar reír.

—¿Es pesado?

—No, yo estoy bien, pero tú…….

—Yo también estoy bien.

—No pareces estarlo en absoluto.

Era porque yo era mucho más pequeña que Killian, su cuello, inclinado hacia un lado, parecía dolerle mucho.

—Simplemente recuéstate y duerme.

Le ofrecí mi regazo en lugar de mi hombro. Killian se acostó sobre mis rodillas con mucha más disposición que antes.

—Cierra los ojos.

Le cubrí los ojos con la mano al hombre que, en lugar de dormir como le había pedido, se limitaba a mirarme mientras estaba acostado.

—Buenas noches, mi amor.

Luego, le acaricié el rostro y le di unas palmaditas en el pecho, pero la frente de Killian, que parecía estar en paz, se fue frunciendo poco a poco.

—¿Qué pasa? ¿Estás incómodo en algún lado?

—¿Por qué hoy siento que me tratas como a un niño?

‘Porque te comportas como un niño’

Si le respondía con tanta honestidad, dejaría de actuar como un niño al instante. Por eso, no respondí con sinceridad.

—Porque eres lindo.

Tampoco podía decir una mentira descarada.

—…¿Que soy lindo?

La frente de Killian se arrugó aún más, de repente su rostro se puso rojo.

—¡Ah…! ¡Duerme!

Por alguna razón, obligué al hombre que intentaba levantarse de golpe a acostarse de nuevo. Killian se cubrió el rostro con el antebrazo, quizás avergonzado de que lo vieran. A la sombra de su camisa, su rostro se volvía cada vez más rojo.

Luego, como si no pudiera soportarlo más, se dio la vuelta y hundió la cara en mi abdomen, como si quisiera esconderse. No pude evitar reír.

—Qué lindo.

Un largo suspiro se escapó por mi delgada falda de verano.

—¿Te avergüenza tanto que te digan lindo?

—Porque es una palabra que, si la dices tú, es adorable, pero si la oigo yo, me avergüenza.

—Tú también eres adorable.

¿Por qué suspira al escuchar la palabra «adorable»?

—No volveré a hacerlo.

—¿Hacer qué?

—Lo de ayer, lo de no ser un hombre…….

No dijo lo que había hecho, pero lo reemplazó con un largo suspiro; yo lo entendí. Como lo estaba consolando, probablemente se acordó de que había llorado abrazado a mí ayer. Y le avergonzaba que eso no fuera «de hombre».

—Fue adorable que fueras tan humano.

Para mí, el hecho de que hubiera derramado lágrimas frente a mí, lejos de decepcionarme, fue significativo. Era como si por fin hubiera visto el rostro de un hombre, no, el rostro de una persona, Killian Ackroyd.

El corazón de Killian siempre estaba cubierto por una densa niebla. En los días en que me ocultaba cosas, pensaba que era comprensible, pero incluso ahora, siempre parecía ocultar sus sentimientos en la niebla, lo que creaba una extraña distancia. Probablemente por eso, a pesar de saber que me amaba, sentía una constante inquietud.

Sin embargo, ese hombre, que rara vez mostraba sus sentimientos, reveló su corazón más vulnerable. Aunque me dolía su dolor, en el fondo me alegraba. Era como si la extraña distancia se hubiera acortado y nos hubiéramos acercado un poco más.

—Me gustas cuando eres sincero.

¿Por qué se ponía tan tenso por haber derramado lágrimas delante de mí? Le di unas palmaditas en la espalda, que estaba rígida.

‘Mira, tú también estabas cansado’

Poco a poco, su cuerpo rígido se fue relajando y comenzaron a escucharse sus respiraciones uniformes. Estaba tan profundamente dormido que, aunque a veces se oían los anuncios de las estaciones, no abría los ojos.

Esta parada es Bondorf. Bondorf

¿Será que esta estación estaba en una ciudad grande? A medida que el tren se acercaba a la estación, el paisaje fuera de la ventana cambiaba de lo que había visto hasta entonces. Los edificios se volvían más altos y densos. Se veían bastantes lugares con tejados derrumbados o quemados. La ciudad, que había sufrido una dura batalla, se parecía a Renningen después del bombardeo aéreo.

‘Renningen…….’

La visión infernal de ese lugar después de que perdí la memoria y fui dada de alta del hospital, quedó grabada en mi mente, que entonces era como una pizarra en blanco, aún la recordaba vívidamente.

‘Que ese infierno fuera todo culpa mía…….’

Mi corazón se sintió pesado de nuevo. ¿Yo también, que había traído la muerte a la ciudad, me habría derrumbado en los brazos de mi ser querido, incapaz de soportar la culpa, como Killian ayer? ¿Me habría arrepentido de mis acciones antes de perderme por la muerte que yo misma causé?

Acaricié la espalda de Killian dormido, sumida en pensamientos sombríos. El tren, cruelmente, no se alejaba de la ciudad parecida a Renningen. Era porque allí, que era un punto militar estratégico, muchos soldados subían y bajaban del tren.

‘¿Por qué no se suben esas personas?’

Un grupo de soldados parados en el andén llamó mi atención.

‘¿Estarán esperando el tren de bajada?’

Estaba absorta en mis propios pensamientos cuando, de repente, mi mirada se dirigió hacia un oficial que estaba de espaldas fumando un cigarrillo.

‘¿Por qué se me hace tan familiar?’

Una espalda que parecía haber visto en algún lugar. Era la primera vez que sentía tanta familiaridad con la espalda de alguien, y me resultaba tan extraño que no podía apartar la vista.

‘¿Será que lo conozco?’

Mientras tanto, Killian se despertó y preguntó dónde estábamos, pero yo estaba tan absorta en el oficial fuera de la ventana que respondí distraídamente:

—Bondorf……

—¿Qué hay afuera?

En el instante en que Killian se incorporó y preguntó, el hombre de la ventana intentó girar la cabeza hacia acá.

‘Quizás si veo su cara, lo recordaré’