Cargando...
Novelas de Asure
  • Browse
    • Action
    • Adventure
    • Boys
    • Chinese
    • Drama
    • Ecchi
    • Eastern
    • Fantasy
    • Fighting
    • Fun
    • Games
    • General
    • Girl
    • History
    • Horror
    • Horrow
    • LGBT+
    • Male Lead
    • Manhwa
    • Realistic
    • Romance
    • Sci-fi
    • Sports
    • Teen
    • Urban
    • War
    • Wuxia&Xianxia
  • Authors
    • Libenia
    • Gakim
    • Purrine
    • Geon Eomul Nye
    • Dam Yeon Seo
    • Ahn Siha
    • Jaya
  • Ranking
  • New
Advanced
Sign in Sign up
  • Browse
    • Action
    • Adventure
    • Boys
    • Chinese
    • Drama
    • Ecchi
    • Eastern
    • Fantasy
    • Fighting
    • Fun
    • Games
    • General
    • Girl
    • History
    • Horror
    • Horrow
    • LGBT+
    • Male Lead
    • Manhwa
    • Realistic
    • Romance
    • Sci-fi
    • Sports
    • Teen
    • Urban
    • War
    • Wuxia&Xianxia
  • Authors
    • Libenia
    • Gakim
    • Purrine
    • Geon Eomul Nye
    • Dam Yeon Seo
    • Ahn Siha
    • Jaya
  • Ranking
  • New
  • User Settings
Sign in Sign up
Prev
Next
Novel Info

Rezo, para que me olvides - Capítulo 112

  1. Home
  2. All Mangas
  3. Rezo, para que me olvides
  4. Capítulo 112
Prev
Next
Novel Info

—No fue así.

 

El hombre dijo que nunca tuvo la intención de engañarme para siempre. Solo que al principio, no tuvo más remedio que hacerlo.

Después del bombardeo, porque yo había cambiado.

 

—¿Cómo podría decirle a una persona que lo había perdido todo, incluso sus recuerdos, que incluso a mí me veía como un extraño y me temía, que estábamos infiltrados en un país enemigo y que moriríamos en el instante en que nos descubrieran?

—Eso lo entiendo. ¡Pero no había necesidad de ocultarlo hasta ahora! Si me lo hubieras dicho antes…….

—¿Crees que algo hubiera cambiado si lo hubiera hecho?

—… ¿Eh?

—Me refiero a si crees que en ese momento lo habrías aceptado con una sonrisa y calma, a diferencia de ahora.

 

Decir que sí habría sido una mentira.

 

—Habrías temido a personas a las que no tenías por qué temer y habrías sufrido más tiempo, inquieta e incapaz de dormir incluso en días de paz. Para mí, el recuerdo es veneno y el olvido es medicina.

 

Dijiste que yo era mucho más feliz después de olvidarlo todo que antes.

 

—Dayna, que tú fueras feliz era lo más importante para mí.

 

Por eso, el hombre dijo que estaba dispuesto a renunciar a regresar a su patria y a ocultar la verdad para siempre, con tal de que yo fuera feliz. Parecía referirse al momento en que me juró que viviríamos como los esposos Lenner.

 

—Aquel bastardo de Falkner se interpuso y todo se arruinó, pero…….

—¡Entonces pudiste habérmelo dicho!

—Si ese tipo te estaba vigilando constantemente, ¿Cómo iba a decirte que éramos espías?

—¿Creías que no podía guardar un secreto? ¿Qué clase de persona crees que soy? ¡Me pides que confíe ciegamente en ti, sin embargo, tú no podías confiar en mí!

 

Habiendo reprimido todo lo que quería decirle hasta ahora, al empezar a soltarlo, toda la ira acumulada estalló de una vez. El hombre me miró con ojos tristes mientras yo gritaba emocionada, luego dijo con voz apagada:

 

—Yo te conozco, pero tú no te conoces a ti misma.

—…….

—Quiero decir que sé que antes eras cautelosa, pero ahora eres vulnerable a los impulsos, que antes eras serena en cualquier momento, pero ahora te asustas, lloras y tiemblas por cosas triviales ¿Podrías tú contarle una historia peligrosa a alguien que ha cambiado por completo?

 

Incluso ahora, mientras le reprochaba, yo sollozaba y todo mi cuerpo temblaba. El hombre, observando mi rostro inexpresivo, con una expresión de querer matarse por haber dicho eso, extendió una mano para abrazarme. Cuando lo esquivé de nuevo, él se frotó bruscamente la cara con la mano que había retirado.

 

—Dayna, no te estoy culpando. Solo quiero que entiendas mi situación. Y también quiero que sepas que te amo, sin importar cómo seas.

 

Al oír que me amaba incondicionalmente, me atraganté. Esta vez no por emoción, sino por resentimiento.

 

—¿Crees que algo hubiera cambiado si lo hubiera hecho?

 

Las palabras de este hombre no eran del todo erróneas. Hay cosas que no habrían cambiado, incluso si yo hubiera sabido la verdad de antemano. Habría vuelto a sentir todo como extraño y aterrador, como cuando desperté sin recuerdos, como ahora. Y en medio de todo eso, seguramente habríamos sido descubiertos por el enemigo debido a mi malentendido de las costumbres navideñas.

Sin embargo, estoy segura de que una cosa sí habría sido claramente diferente.

 

—Dices que me engañaste por amor, pero ¿sabes que por eso llegué a dudar de tu amor?

 

Con vergüenza, me sinceré con el hombre, quien me miraba con total desconcierto.

 

—Pensé que amabas a otra mujer, que no era yo. Otra mujer llamada Dayna.

 

Por su expresión, el hombre no se lo había imaginado en absoluto.

 

—…….Entonces, ¿por casualidad, me malinterpretaste pensando que tenía otra mujer y por eso todo este tiempo….…?

 

Según él, yo había empezado a actuar de forma extraña desde hacía un tiempo. Había pensado que mi corazón se había enfriado por su culpa, o por otro hombre que pudiera haber aparecido en mi vida.

¡El hecho de que ese hombre pensara que yo no lo amaba! Era indignante. Y él también se sentía ultrajado por lo mismo.

 

—¿Que yo ame a otra mujer que no eres tú…? ¡Es imposible! Te he amado toda mi vida, cuánto te he deseado, ¿por qué haría algo así?

—Como dices, yo soy una persona que no se conoce a sí misma, ¿cómo podría conocerte a ti?

 

Apenas dije eso, volví a atragantarme. Esta vez, por resentimiento.

Es una suerte que yo sea Dayna, pero no es que solo me sienta feliz. Me da vergüenza que me haya celado y odiado a mí misma, me vuelvo loca al pensar en el tiempo que perdí dudando y sintiendo ansiedad, sin poder disfrutar plenamente de su amor.

 

—Soy tan tonta…….

—Dayna…… no digas eso.

 

Él extendió la mano hacia mí. Yo volví a apartarla bruscamente. El hombre miró fijamente su mano antes de dejarla caer sin fuerzas.

 

—Soy yo quien es un tonto……. Lo siento.

 

El hecho de que dos tontos como nosotros estemos infiltrados como espías en un país enemigo, ¿no es también algo increíble?

 

—¿Por qué estamos aquí, de todos modos?

—Es una larga historia, te la contaré mientras vamos. No hay tiempo para esto.

 

Pensando que bastaba con que yo hubiera dejado de llorar, el hombre se dirigió al maletero del auto, diciendo que debía cambiarme de ropa y que debíamos partir de nuevo. Lo detuve.

 

—Entonces, dime al menos esto. ¿Quién soy yo?

—Dayna.

 

Me dijo solo lo que ya sabía y guardó silencio. Justo cuando iba a atragantarme de nuevo y a enfadarme, el hombre volvió a abrir la boca.

 

—…Loveridge. Dayna Loveridge.

 

Dayna Loveridge. Mientras yo repetía mi nombre en voz baja, el hombre me observó en silencio y preguntó:

 

—¿Lo recuerdas?

 

Negué con la cabeza, aturdida. Decía que era mi nombre de toda la vida, pero me resultaba tan extraño como si lo escuchara por primera vez. Si mi nombre era ese…

 

—Entonces, ¿cuál es tu nombre?

 

¿Por qué dudaría en algo así? El hombre volvió a mirarme fijamente, se tomó un momento y luego respondió:

 

—Killian Ackroyd.

 

Sentí una gran consternación al escuchar su nombre. Quizás notando mi confusión, el hombre me preguntó con ojos tristes:

 

—¿Acaso… recuerdas este nombre?

—No.

—Entonces, ¿por qué tiemblas?

 

Killian, Ackroyd… La razón por la que ahora estaba aterrorizada era que nuestros apellidos eran diferentes.

 

—Tú……. ¿sí eres mi esposo, verdad?

 

El hombre tardó en responder esta vez. No, esta vez no respondió.

‘….… ¿También esto fue una mentira?’

Nosotros solo estábamos infiltrados, fingiendo ser un matrimonio, y yo, sin saberlo, exigía cosas que solo los esposos de verdad hacen, este hombre, sabiendo que no éramos así, me lo ocultó y me engañó. Su abrazo, que antes solo me había parecido reconfortante, empezó a resultarme escalofriante.

 

—¡Ay… Dios mío!

 

En el instante en que retrocedí horrorizada…….

 

—Dayna.

 

El hombre, que había permanecido inmóvil como si estuviera anclado al suelo, me alcanzó rápidamente y me sujetó. Me tiró de la muñeca y me atrajo hacia él, tragándome entera en su escalofriante abrazo.

 

—¡No! ¡Suéltame!

 

El hombre, que antes me soltaba al menor intento de apartarme, ahora no me soltaba por mucho que me debatiera. Como si no fuera a dejarme escapar de sus brazos, incluso si me hacía pedazos.

‘Parece otra persona’

Mientras yo me resistía con más fuerza, aterrorizada, el hombre me susurró:

 

—Dayna, soy tu esposo.

—¡Mentira!

—Si fuera mentira, ¿cómo recordaría nuestra boda?

—¡Todo eso es mentira!

—El miércoles 11 de julio, a las tres de la tarde, nos casamos apresuradamente en la capilla del pueblo de Castle Hill, donde estaba acuartilado el batallón, justo antes de ser desplegados en la operación. No tuvimos tiempo de encargar un vestido de novia nuevo, así que tuviste que usar un vestido de novia viejo que ya había sido usado. Eso me angustió muchísimo, pero…….

 

Un vestido de novia viejo.

 

—Cuéntame la historia de nuestra boda, Johann. ¿Qué vestido de novia usé?

—Un vestido de novia viejo.

 

Coincidía con lo que el hombre me había dicho el año pasado, después de tanto rogarle.

 

—Y lo que más me angustió, tú no lo sabes, es este anillo. Era una reliquia familiar transmitida de generación en generación, el anillo de bodas de unos amantes que murieron trágicamente en una guerra hace cientos de años y se convirtieron en héroes. ¿De qué sirve ser un héroe? Si estás muerto. Por eso me horrorizaba que tuvieras que usar este anillo de mal augurio. Todavía me siento tan angustiado por ese momento… Sí, ojalá fuera todo mentira, como dices. Ojalá todo esto fuera mentira desde el principio…….

 

La descripción de la boda no difería de lo que me había contado el año pasado. Incluso las nuevas historias que escuché eran tan vívidas que no se podía decir que no las hubiera visto y experimentado él mismo. Eso significaba…….

 

—…….. ¿De verdad? ¿De verdad somos esposos?

 

El hombre asintió, hundiendo la cabeza en mi nuca mientras dejaba de forcejear.

 

—La única mujer a la que he amado en mi vida eres tú, el único hombre al que has amado tú soy yo. Eso nunca ha sido una mentira, así que no dudes de nuestro amor.

—Si quieres que no vuelva a dudar, no me mientas más. Porque esta vez no te perdonaré de verdad.

 

La frase «la próxima vez no habrá perdón» significaba que esta vez lo perdonaba. ¿Solo eso fue lo que escuchó? El hombre solo me rodeó con los brazos con más fuerza y jadeó ruidosamente, sin responder.

 

—Promételo ya. Promete que no me volverás a mentir.

—Nunca te volveré a mentir……. lo juro.

—Te creeré.

 

Solo entonces lo abracé por su ancha espalda y escondí mi rostro en su pecho.

Al menos su amor no era un engaño.

Su abrazo volvió a sentirse reconfortante. Incluso el latido inquietantemente rápido de su corazón.

El corazón que latía con tanta prisa debía ser porque realmente estábamos siendo perseguidos. Pronto volvimos a subir al auto. En el coche que se deslizaba en la oscuridad, miré la carretera que no revelaba lo que nos esperaba, como nuestro mañana, y oré mientras tomaba la mano del hombre sentado a mi lado.

Que al final de este arduo camino, al abandonar los nombres que no son nuestros, Johann Lenner y Rize Lenner, podamos, por favor, recuperar lo que es nuestro.

Prev
Next
Novel Info
Madara Info

Madara stands as a beacon for those desiring to craft a captivating online comic and manga reading platform on WordPress

For custom work request, please send email to wpstylish(at)gmail(dot)com

Comments for chapter "Capítulo 112"

MANGA DISCUSSION

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

*

1 Comment

  1. Eris_chan

    Acho que ela casou com o irmão dele. Não entendo por que ela faria isso

    junio 30, 2025 at 12:53 am
    Responder
Contact Us
  • Contact
  • Help & Service
Resource
  • Terms of Service
  • Privacy Policy
Referral
  • Buy theme
  • Other products

© 2025 Madara Inc. All rights reserved

Sign in

Lost your password?

← Back to Novelas de Asure

Sign Up

Register For This Site.

Log in | Lost your password?

← Back to Novelas de Asure

Lost your password?

Please enter your username or email address. You will receive a link to create a new password via email.

← Back to Novelas de Asure

Caution to under-aged viewers

Rezo, para que me olvides

contains themes or scenes that may not be suitable for very young readers thus is blocked for their protection.

Are you over 18?