Cargando...
Novelas de Asure
  • Browse
    • Action
    • Adventure
    • Boys
    • Chinese
    • Drama
    • Ecchi
    • Eastern
    • Fantasy
    • Fighting
    • Fun
    • Games
    • General
    • Girl
    • History
    • Horror
    • Horrow
    • LGBT+
    • Male Lead
    • Manhwa
    • Realistic
    • Romance
    • Sci-fi
    • Sports
    • Teen
    • Urban
    • War
    • Wuxia&Xianxia
  • Authors
    • Libenia
    • Gakim
    • Purrine
    • Geon Eomul Nye
    • Dam Yeon Seo
    • Ahn Siha
    • Jaya
  • Ranking
  • New
Advanced
Sign in Sign up
  • Browse
    • Action
    • Adventure
    • Boys
    • Chinese
    • Drama
    • Ecchi
    • Eastern
    • Fantasy
    • Fighting
    • Fun
    • Games
    • General
    • Girl
    • History
    • Horror
    • Horrow
    • LGBT+
    • Male Lead
    • Manhwa
    • Realistic
    • Romance
    • Sci-fi
    • Sports
    • Teen
    • Urban
    • War
    • Wuxia&Xianxia
  • Authors
    • Libenia
    • Gakim
    • Purrine
    • Geon Eomul Nye
    • Dam Yeon Seo
    • Ahn Siha
    • Jaya
  • Ranking
  • New
  • User Settings
Sign in Sign up
Prev
Next
Novel Info

Rezo, para que me olvides - Capítulo 107

  1. Home
  2. All Mangas
  3. Rezo, para que me olvides
  4. Capítulo 107
Prev
Next
Novel Info

—Mayor, ¿qué pretende hacer aquí? Si hay sospechas, debe arrestarlos formalmente e interrogarlos.

Como si el director tuviera la misma premonición que yo, desobedeció la orden y, pálido, intentó detener al Mayor. En cuanto él le desvió la atención, corrí.

—¿A dónde vas, tú… ja…!

El Mayor intentó perseguirme, pero se detuvo y se burló. La razón era que yo había huido escaleras arriba en lugar de salir.

—Qué tonta.

Pero para mí, huir al exterior era aún más tonto. Con mi velocidad, seguro me alcanzaría en pocos pasos.

Mientras él, creyendo que era un ratón acorralado, me seguía lentamente, entré en nuestro dormitorio y eché el pestillo a la puerta.

¡Clack! ¡Clack-clack-clack!

Tan pronto como aseguré todos los cerrojos que él había instalado, me dejé caer en el mismo lugar donde un momento antes me había resignado a la muerte y volví a tomar la pistola. No dudé en llevar el cañón a mi boca.

Si de todos modos voy a morir, quiero morir en paz. Antes que ser abusada y morir de forma agonizante…

Sin embargo, no pude amartillarla.

—¡Ugh…!

¿Morir sin saber mi propio nombre? Aunque mi destino era morir, no quería morir sin saber cómo había llegado a esta situación. Así que, mientras dudaba sin poder amartillarla, el Mayor, que intentaba derribar la puerta a patadas, gritó desde afuera:

—¡Traigan un hacha! ¡Ahora mismo!

Parecía que el director no le había obedecido. Pronto, lanzó una amenaza:

—¡Ey! ¿Ya olvidaste que si me obedecías sacaría a tu hijo de allí?

Mi intuición, surgida de la sospechosa conversación de antes, era correcta. El director había estado vigilándonos bajo las órdenes del Mayor.

‘Ah… así que el Mayor sabía que hoy estaría sola desde la entrada del pueblo de Ashbron.’

El director también estaba presente cuando me hizo esas advertencias por la mañana.

Nosotras, sin saberlo, habíamos pensado que el director era una buena persona e incluso habíamos entrado sin dudarlo en la jaula del vigilante.

—Aquí, aquí está.

Aunque era un espía, el director no podía simplemente quedarse de brazos cruzados viendo cómo sufrían un trato tan cruel, así que intentó detener al Mayor, pero finalmente cedió ante la promesa del Mayor de sacar a su hijo del frente.

—Díganles a las mujeres que bajen al sótano y no salgan, sin importar lo que escuchen. Tú ve y avisa a los soldados que vigilan desde la casa de campo vacía al final del camino. Diles que se escondan en la entrada de esta casa y que arresten a Johann Lenner cuando llegue.

—Ah, de acuerdo.

—Que nadie suba al segundo piso. Tú también baja ahora.

Escuchando las órdenes del Mayor al director desde fuera de la puerta, miré por la ventana. En el camino que descendía la colina, no veía al hombre por ninguna parte, y en ese momento me sentía tanto aliviada como desesperada.

¡CRASH!

El hacha del Mayor comenzó a golpear. La puerta, que al principio solo temblaba violentamente, empezó a astillarse. Intenté abrir la ventana y saltar, pero abajo era un suelo de piedra.

‘Si me caigo por ahí, seguro que me rompería algo.’

Mientras dudaba, los cerrojos detrás de mí se rompieron uno a uno, y se abrió un agujero en la puerta lo suficientemente grande como para que pasara un puño. El Mayor, de hecho, metió su puño por el agujero e intentó desenganchar el cerrojo que aún no se había roto.

¡BANG!

—¡Ugh, maldita rata!

Cuando mi bala le rozó la mano, el Mayor retiró la mano, de la que se desprendían pedazos de carne, me lanzó una mirada furiosa desde detrás de la puerta.

¡CRASH!

El rasguño en la mano no detuvo al Mayor, el hachazo volvió a comenzar desde afuera. Apunté la pistola a la altura donde estaría su corazón y esperé a que entrara. Yo, que iba a morir, ahora estaba decidida a matarlo.

¡CRACK!

En el instante en que el último cerrojo se rompió y la puerta se abrió de golpe hacia adentro…….

¡BANG!

Disparé la pistola hacia el tipo que estaba frente a mí.

¡CLINK!

Pero la bala, justo en ese momento, impactó contra la hoja del hacha que él arrojó y rebotó. Al esquivar apresuradamente el hacha que venía directo a mi cabeza, el revólver se me resbaló de la mano sudorosa. Se cayó al suelo, rebotó y se metió debajo de la cama. Intenté alcanzar la pistola, pero…

—¡Ugh!

En ese momento, el Mayor entró en la habitación y me dio una patada en el plexo solar.

—¿Cómo te atreves, puta, a disparar un arma?

Con su mano ensangrentada, me agarró del cabello y me obligó a arrodillarme frente a él, mientras yo jadeaba sin poder respirar, tirada en el suelo. Luego, con una mano, comenzó a desabrocharse el cinturón.

—Dime tu nombre. Te penetraré mientras lo digo.

—…….No lo sé.

—Entonces te llamaré cerda.

Aunque solo me había agarrado del cabello para que lo mirara a la fuerza, él creyó que lo estaba mirando con desprecio y resopló con desdén.

—Los de las Malvinas son bastardos mestizos nacidos del cruce entre demonios y cerdos. ¿Ya olvidaste que dijiste eso con tu propia boca?

Eso fue solo algo que me vi obligada a decir porque el Mayor me acusaba de traición por cosas insignificantes.

—Hazlo de nuevo. En ese entonces, te tratabas a ti misma como una plaga sin inmutarte, ¿verdad?

En ese entonces no lo sabía. Pero incluso si lo hubiera sabido, no habría habido nada que hacer.

—¿A quién tratabas de plaga, si tú misma eres una verdadera plaga?

Él abrió su bragueta y sacó su miembro, ya completamente excitado, lo puso frente a mis ojos y me ordenó:

—Chúpala.

—…….

—Como me enseñó la que murió primero.

Lo miré con desprecio y extendí la mano hacia esa repugnante masa de carne. En mi mente flotaba un fragmento del recuerdo que acababa de recuperar: el momento justo después de abofetear al soldado que me sujetaba la muñeca.

El soldado que me abofeteó intentó abofetearme de inmediato. Recuperé ese recuerdo, irónicamente, cuando el Mayor levantó la mano para golpearme en el primer piso. Por eso no pude esquivar la mano de este tipo.

Por un recuerdo inútil que ni siquiera quería saber.

Sin embargo, lo que mi yo del pasado hizo cuando ese soldado intentó golpearme me fue muy útil ahora: le pegué con la rodilla entre las piernas.

—¡Ugh!

En lugar de la columna de carne, agarré los dos trozos de carne que colgaban debajo. Tan pronto como apreté con fuerza, el Mayor jadeó y tembló. En el instante en que apreté con todas mis fuerzas, como si quisiera reventarlos, sus ojos comenzaron a revolverse.

Parecía querer lanzarme un torrente de maldiciones, pero no podía emitir sonido alguno, solo graznaba y luchaba con sus manos rígidas para apartarme. A pesar del dolor insoportable de mi cabello, que parecía arrancarse por el tirón, no lo solté y me aferré con más tenacidad.

En mi recuerdo anterior, los soldados que estaban conmigo y las enfermeras golpearon al soldado caído, impidiendo que me hiciera nada más, pero ahora estaba sola. En ese instante, con la intención de no soltarlo hasta que el Mayor se desmayara, apreté con más fuerza esa repugnante masa de carne.

¡PUCK!

—¡Gasp!

Me golpeó la cabeza con el puño con fuerza. Un dolor punzante y atroz me atravesó la cabeza, y mis manos se aflojaron, soltando el punto débil del tipo.

—¡Ugh…! Perra que, ugh, no merecería ni ser picada hasta la muerte…

Tan pronto como me soltó, él, como aquel soldado, se llevó las dos manos a la entrepierna y se arrodilló, gimiendo. Aproveché que estaba aturdido por el dolor para arrastrarme bajo la cama e intentar agarrar el revólver, pero él me agarró el tobillo al instante.

‘No, un poco más.’

Me aferré a la alfombra con las uñas para no ser arrastrada, pero fui arrastrada justo antes de alcanzar el revólver.

—¡Gulp!

Me volteó y me agarró el cuello como si quisiera romperlo, mientras siseaba con voz ronca entre dientes apretados.

—Así no se exprime la leche. Te mostraré cómo.

Mi visión se volvió cada vez más negra. La fuerza de mis manos, que arañaban la mano que me estrangulaba, disminuyó. Solo cuando me quedé flácida, él me soltó.

¡Crac!

Sentí cómo su mano me desgarraba la blusa y lamenté que no me hubiera matado allí mismo.

—Quitarle la mujer a un aliado es un pecado, pero violar a un enemigo no es un defecto. Esto es experiencia personal.

—Johann……

Mi visión, que se había vuelto negra, se aclaró de nuevo. Pero no podía controlar mi cuerpo. Todo lo que podía hacer era mirar la ventana, que estaba abierta de par en par sobre mi cabeza, y exprimir mi voz.

—¡Johann, snif……!

—¿Johann?

El Mayor levantó mi falda y se burló.

—¿Crees que vendrá si lo llamas, si ni siquiera es su nombre?

—¡Snif……!

¿Dónde estará ese hombre sin nombre? Dondequiera que esté, ya debe haber sido arrestado. Llamar inútilmente a un hombre que no podía venir me hacía sentir aún más triste. En ese momento, el Mayor se burló de mí y comenzó a bajar mis bombachos.

—Entonces, ¿probaremos el sabor de una cerda de las Malvinas después de tanto tiempo?

En ese instante, una vibración que golpeaba rápidamente el suelo de madera resonó en mi espalda. Levanté la vista y vi la ilusión de un ángel alzando un hacha sobre la cabeza del demonio que intentaba violarme. La hoja del hacha, bañada por la intensa luz del sol de la tarde, brillaba con un resplandor rojo sangre.

Aun siendo solo una ilusión, estaba asombrada por esa vista extasiante, solo cuando el ángel lanzó el hacha hacia el cuello del demonio y me gritó, recuperé la lucidez y me di cuenta de que no era una ilusión.

—¡Cierra los ojos, Dayna!

…… ¿Dayna?

En ese fugaz instante, recuperé otro fragmento de mi memoria perdida. Este hombre me había observado con ojos asombrados mientras yo castigaba al insolente soldado. Nuestro primer encuentro, y sus primeras palabras para mí.

—¿Dayna?

Y mi respuesta:

—Sí, pero eres grosero para un primer encuentro.

…… ¿Yo era Dayna?

Asure: Está confirmado: webtoon para las 2 novelas que traduzco: Mi amado a quien deseo matar – Rezo, para que me olvides.

Prev
Next
Novel Info
Madara Info

Madara stands as a beacon for those desiring to craft a captivating online comic and manga reading platform on WordPress

For custom work request, please send email to wpstylish(at)gmail(dot)com

Comments for chapter "Capítulo 107"

MANGA DISCUSSION

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

*

1 Comment

  1. Eris_chan

    Finalmente!!!

    junio 30, 2025 at 12:14 am
    Responder
Contact Us
  • Contact
  • Help & Service
Resource
  • Terms of Service
  • Privacy Policy
Referral
  • Buy theme
  • Other products

© 2025 Madara Inc. All rights reserved

Sign in

Lost your password?

← Back to Novelas de Asure

Sign Up

Register For This Site.

Log in | Lost your password?

← Back to Novelas de Asure

Lost your password?

Please enter your username or email address. You will receive a link to create a new password via email.

← Back to Novelas de Asure

Caution to under-aged viewers

Rezo, para que me olvides

contains themes or scenes that may not be suitable for very young readers thus is blocked for their protection.

Are you over 18?