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Mi Amado, A Quien Deseo Matar - Capítulo 271

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  4. Capítulo 271
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—¡Ay!

Cuando recuperó la conciencia, después de ser arrastrada en un instante, ya estaba acostada en el sofá. El hombre que originalmente estaba acostado allí se había posicionado sobre ella.

Como si hubiera atrapado a una niña haciendo algo malo, la miró con severidad, con los ojos aún llenos de sueño. Le quitó la cajetilla de cigarrillos y el encendedor que Giselle sostenía con recelo, como si fueran su última ración de comida, y los guardó sin piedad en el bolsillo de su pantalón.

Cuando ella hizo un puchero, Edwin se rio como si la encontrara adorable y se inclinó. Justo antes de que sus labios se tocaran, él susurró:

—Cuando tu boca se sienta vacía, piensa en mí.

En ese instante, Giselle se transformó en una niña obediente y, en lugar de un cigarrillo, mordió y succionó los labios del hombre. El beso, por supuesto, no terminó con un simple toque de labios.

La mano que había colocado junto a su cabeza para sostener su torso se hundió en su cabello. Luego, se deslizó por su nuca.

Esta vez, no necesitaba que lo sostuviera, así que sus manos quedaron libres para explorar el cuerpo de Giselle. La mano que le tanteaba la cintura se metió por debajo del suéter y acarició su columna vertebral de arriba abajo.

Debajo de su cintura, sus piernas se enredaron. Su cuerpo se estremeció con la sensación de la lana de la tela rozando su piel desnuda.

Se sentía completamente diferente a los intensos besos que se habían dado cada vez que se veían a los ojos durante todo el mes. Era la primera vez que se besaban acostados. Debido a eso, el contacto era mucho más íntimo. Tanto, que pensó que, si se quitaban la ropa, sería prácticamente un acto sexual.

‘¿Hasta dónde me estoy adelantando yo sola?’

Justo cuando estaba pensando en lo absurdo de mis pensamientos, sus labios se separaron y se posaron en un lugar donde nunca antes la habían tocado. Tal vez no era la única que se estaba adelantando.

Edwin le acarició la barbilla y luego fue dejando besos en la nuca. ¿Estaría él también listo para pasar al siguiente nivel? Su respiración se aceleraba a medida que esa trayectoria pegajosa y ardiente se acercaba a su pecho.

Sintió un cosquilleo que le hacía soltar gemidos y la hacía retorcerse. Sin darse cuenta, movió las piernas, pero la rodilla de Edwin estaba entre sus muslos, impidiéndole cerrarlas.

Finalmente, sus labios se detuvieron en el cuello de su vestido. ‘Ahora desabrochará los botones. Ojalá lo haga’.

En ese momento, Giselle recordó un detalle muy importante que había olvidado.

La ropa interior.

No llevaba nada arriba, así que no había problema. El problema era la de abajo. A pesar de que se había comprado ropa interior bonita, se puso algo muy feo. ‘Preferiría no llevar nada a mostrarle esto’.

‘Ojalá no se dé cuenta de la ropa interior porque está pensando en otras cosas’

Sin embargo, su preocupación fue inútil. Edwin ni siquiera llegó tan lejos como para desabrochar un solo botón. Se limitó a enterrar la cabeza en su cuello y a frotarse, y luego se acostó a su lado, la abrazó por detrás y se volvió a dormir.

¿En qué estaba pensando, si el hombre está cansado? A mí también se me evaporaría el deseo sexual si no durmiera.

……¿Y lo tenía en los días en que no se desvelaba?

Este hombre no mostraba interés en nada más que en los besos, incluso cuando no estaba cansado. Ni siquiera notó los cambios en su cuerpo.

¿Será que no tiene mucho deseo sexual? ¿O tal vez lo evita porque la experiencia que no quiso fue desagradable y traumática?

Tal vez se detiene por miedo a que yo vuelva a llorar.

Pensé que mi señal de no rechazarlo era suficiente’.

Pero tampoco quería ser tan descarada. Tenía una culpa que no la dejaba sentirse segura de sí misma.

Debido a la compleja situación en la que ambos eran culpables, Giselle sentía una contradicción insoportable: quería ver a Edwin Eccleston sentir deseo por ella.

Así como había sentido amor, también quería deshacerse de la última cadena de la culpa y ser completamente libre.

Pero aunque el corazón de Giselle se aceleraba más rápido que el de él, el hecho de que la abrazara mientras se acostaban juntos ya era un avance monumental. Su cálido aliento le cosquilleaba suavemente el cuello y su pecho, firme, subía y bajaba rítmicamente detrás de su espalda. Su respiración baja era increíblemente pacífica.

‘No me moveré hasta que Edwin se despierte’

Así que volvió a tomar su libro, pero su propia historia de amor era tan acogedora que el emocionante thriller de misterio no lograba captar su atención.

Como un chocolate que se derrite con el calor, la mano que sostenía el libro se deslizó. Al mismo tiempo, los párpados de Giselle, que se cerraban lentamente, se abrieron de golpe.

Había sentido una presión en su trasero. Se hacía más grande. Y más firme.

Era una erección monumental.

⋅•⋅⋅•⋅⊰⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅∙∘☽༓☾∘∙•⋅⋅⋅•⋅⋅⊰⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅

Como la historia de amor de otra persona era aburrida, eligió una película de comedia. Las carcajadas resonaban sin cesar en la sala, pero de repente, se hizo un silencio sepulcral, como si todos los espectadores hubieran sido absorbidos por la pantalla.

Justo cuando la escena sexual había comenzado.

¿Quién se hubiera imaginado que una película de comedia tendría una escena tan explícita y obscena? El rostro de Giselle se sonrojó de vergüenza al presenciar el acto sexual de otras personas sin estar preparada.

Edwin también se sorprendió, era evidente. La mano que la había estado abrazando por el hombro, acariciándole la mejilla o jugando con su cabello, se detuvo de repente. Giselle lo miró de reojo y se sintió avergonzada.

‘¿Por qué me estás mirando fijamente?’.

¿Qué significaba mirar a su pareja con tanta intensidad mientras una escena de sexo se desarrollaba frente a sus ojos? Contuvo la respiración y esperó. Los dedos que sostenían su hombro se deslizaron por el cuello y llegaron a su barbilla.

—Se te va a caer el caramelo.

Pero Edwin solo le empujó la barbilla a Giselle para cerrarle la boca. ‘No sabía que también tenía la boca abierta por el sexo de otras personas’. La vergüenza no se desvaneció fácilmente, incluso después de que la escena se terminó.

Aunque la película continuó con más escenas cómicas, las risas en la sala de cine eran mucho más bajas. La razón: los hombres y mujeres en el cine no estaban viendo la película, sino que se estaban pegando el uno al otro, besándose y succionándose.

Pronto, Edwin también se dio cuenta de lo que estaba pasando. Atrapó la cabeza de Giselle, que miraba las historias románticas de otros como si estuviera en un zoológico, y se la cubrió con las manos, como si fuera un caballo de carreras, para que solo mirara la pantalla.

‘Qué extraño, en esto no has cambiado desde que eras niño’

Quería ver la película sin importar la erótica que se desarrollara a su alrededor, pero la pareja que estaba justo delante de ellos también comenzó a filmar su propia película, lo que la desconcentraba. Edwin frunció el ceño al principio, pero cuando Giselle murmuró: ‘Mejor salgan y alquilen una habitación de hotel’, Edwin pateó el asiento de enfrente.

Los dos se separaron con un sobresalto y se voltearon. El hombre, que parecía más joven que Giselle, estaba vestido con un uniforme militar. Era una edad en la que se creía más en los puños que en la cabeza. Su expresión se volvió feroz, como si fuera a darle una lección a quien lo había avergonzado frente a la mujer. Pero en cuanto se encontró con los ojos de Edwin, toda su bravuconería desapareció y rápidamente se volteó sin decir una palabra.

Una vez que la pareja se calmó, Edwin la envolvió en un abrazo como si se sintiera aliviado y apoyó su cabeza en su hombro. Sus labios rozaron su frente. Los dedos volvieron a acariciarle la mejilla.

Mientras que otros hombres en la sala de cine se estaban besando con sus parejas en lugar de ver la película, Edwin estaba haciendo todo lo contrario. No se parecía en nada al hombre que le pegaba los labios a Giselle cada vez que se veían.

Aunque pensaba que era extraño, sintiendo su mano tocándola en todo momento, de repente se dio cuenta de que él era igual que los otros hombres, solo le interesaba ella y no la película.

Giselle giró la cabeza apoyada en su hombro, miró a su pareja y susurró:

—Edwin.

—¿Sí?

Él era el tipo de hombre que se ponía de buen humor sin importar la razón por la que Giselle lo llamara. Se inclinó y le frotó la punta de la nariz. Ahora, eso siempre terminaba en un beso, pero él no tocó sus labios.

—¿Por qué me llamaste?

—Tú también quieres besarme, ¿verdad?

—¿Aquí?

Cuando Giselle asintió con la cabeza, su ceño, que era liso, se arrugó de repente.

—No. Jamás.

—¿De verdad?

El hombre que miraba con desprecio a las parejas que seguían besándose, miró severamente a la inocente Giselle.

—¿Olvidaste lo que te dije cuando eras niña? Te dije que no salieras con un hombre que te hiciera algo así en público. Y por supuesto que yo no lo haría.

‘¿Para qué pregunté?’

Ahora iba a escuchar el mismo discurso de siempre que le fastidiaba desde que era niña.

—Un hombre que le hace cosas obscenas a una mujer en público no merece ser llamado hombre, ni siquiera un ser humano. Es una bestia.

Esas eran palabras que Lorenz debía escuchar, más que Giselle.

—Tratarlas como a una prostituta no es amor. Si en verdad la amas, quieres tratar a la mujer como a una reina.

Edwin, sin duda, era un hombre que vivía de acuerdo con sus creencias.

Entonces, ¿Qué era todo esto?


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Comments for chapter "Capítulo 271"

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5 Comments

  1. Merry

    Nos ilusionan y luego nada xD
    Gracias por el capítulo de hoy Asure! 🙂

    septiembre 16, 2025 at 1:40 pm
    Responder
  2. Merry

    Nos ilusionan y luego naaaadaaa xD
    Gracias por el capítulo de hoy Asure 🙂

    septiembre 16, 2025 at 1:41 pm
    Responder
  3. Merry

    Nos ilusionan y luego nada de nada jajaj
    Gracias por el capítulo de hoy Asure 🙂

    septiembre 16, 2025 at 1:42 pm
    Responder
  4. RousZu192022

    Son las mejores migajas que he comido pero fck ya necesitamos acción. Ja, ja, ja.

    septiembre 16, 2025 at 3:34 pm
    Responder
  5. magui96

    Jajajajaja Giselle quiere que le hagan el sin respeto y Edwin prefiere ser todo un caballero jajaja me encanta 💞!

    septiembre 18, 2025 at 2:57 am
    Responder
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