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Mi Amado, A Quien Deseo Matar - Capítulo 237

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  4. Capítulo 237
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‘¿Por qué yo…? No, debo estar malinterpretando. No significa nada……..’

Como si hubiera leído sus pensamientos en sus ojos, el hombre curvó los labios en una sonrisa y ladeó levemente la cabeza. Como cuando se besaban. Así, empujaba sus pensamientos, que solo querían seguir un camino preestablecido, hacia un camino desconocido.

Los dedos que le sostenían la barbilla también actuaban como si no fueran a darle margen para otra interpretación. La punta del dedo, que era claramente el índice, recorrió la línea de su mandíbula, subió, se metió detrás de su oreja, le cosquilleó suavemente el lóbulo, y de ahí se deslizó por el contorno de su cuello. Ya no podía insistir en que no significaba nada.

‘Por qué… ¿por qué me hace esto a mí?’

Su cabeza empezó a dar vueltas. Solo se dio cuenta de que había olvidado respirar cuando el hombre que tenía enfrente arrebató y quitó los cigarrillos que estaban entre ellos. Un aroma refrescante atravesó el aire viciado y se derramó en sus pulmones. El tenue aroma a menta, impregnado en el aliento de otra persona, debería haber sido imperceptible debido al olor a tabaco y perfume que llenaba el espacio, pero era tan intenso que la asfixiaba, lo que significaba que sus rostros estaban muy cerca.

Los labios que se posaron entre sus ojos dejaron una serie de cosquillas a lo largo del puente de su nariz, se detuvieron en la punta, y luego, como si saltaran de un acantilado al mar, se precipitaron sobre sus labios. El corazón de Gisele estaba a punto de estallar, como si ella también se hubiera lanzado al vacío, y su mente se volvió borrosa.

 

—Sí, es la patética autocompasión de un hombre que está bastante hambriento. Pero ¿no nos vimos como si nos estuviéramos besando de verdad?

 

Susurró en voz baja, con los ojos fijos en ella a una distancia peligrosa en la que sus cuerpos casi se tocaban, y eso hizo que el corazón de Gisele latiera con fuerza.

 

—Esta pista es suficiente, ¿verdad? Ahora contesta. ¿Quién es la mujer que amo?

 

Las grandes pupilas negras se agitaron y de repente se calmaron. Al mismo tiempo, Gisele despegó sus labios, que había mantenido firmemente cerrados. Edwin había pensado en tragarse su respuesta y sus labios…

 

—¿Lorenz?

 

Su mirada se volvió feroz como si estuviera a punto de romperse, la mano que sostenía a Gisele cayó sin fuerza.

 

 

¡Plaf!

 

 

La cabeza del hombre se desplomó sobre el hombro de Gisele.

 

—¿Cómo puedes mencionar a otro hombre?

 

Porque ella pensaba que ya no podía distinguir a Lorenz por su mirada. Porque todavía no podía creer que Edwin Eccleston hubiera hecho todas esas acciones que implicaban que la deseaba como mujer.

Pero en el momento en que Gisele dijo el nombre de otro hombre cuando debía decir el de él, la decepción y la traición que surgieron en sus ojos, que habían sido claros a pesar de contener un deseo turbio, fueron genuinas. No era Lorenz.

 

—… ¿Director?

 

Él suspiró y levantó la cabeza, quejándose de que no le gustaba que lo llamara así, pero que era mejor que el nombre de otro hombre.

 

—¿Por qué me hace esto?

 

Ella preguntó, completamente por curiosidad y sin ninguna mala intención, pero el jefe se quedó pasmado, como si le hubieran dado una bofetada.

 

—…Es por esto que uno anhela fumar.

 

Tomó un cigarrillo a medio apagar del cenicero y comenzó a fumar. Con la mano en la frente, como si le doliera la cabeza, el humo salía de entre los dientes del hombre como un suspiro, y todo en esa escena le resultaba extraño a Gisele.

 

—¿»Por qué me hace esto?»… Es la primera vez en mi vida que le confieso mi amor a una mujer, pero nunca imaginé que recibiría una respuesta así.

 

La voz baja, como si de verdad le doliera la cabeza, se mezcló con un gemido de dolor. Volvió a poner el cigarrillo en su boca, dio una calada profunda, exhaló un suspiro nublado y lo apagó en el cenicero. Al levantar la cabeza, se pasó la mano por la frente, pero el cabello solo se le despeinó más. Mientras él se quedaba aturdido, Gisele soltó otra confesión que hizo que su mente se confundiera aún más.

 

—Gisele, ¿sabes? Esto es una cita.

—… ¿Eh?

—Una mujer que no se da cuenta de que es una cita. Esto también fue impactante, lo primero en mi vida, pero comparado con la reacción de “¿por qué me hace esto?”, es algo de lo que me puedo reír.

—¿Una cita?

 

Quizás porque la idea de una cita era más realista que el amor, su mente, que se había detenido, comenzó a funcionar solo en torno a esa palabra. Por supuesto, tan lentamente que era casi lo mismo que estar detenida.

 

—¿Conmigo?

—¿Quién más está aquí aparte de ti?

 

Gisele preguntó, dudando de lo que era obvio, y de repente se inclinó hacia él, acercó su rostro y le susurró, cubriéndose la boca con la mano.

 

—¿Estamos en medio de una operación?

—¿En qué sentido esto parece una operación?

—Quizás un espía lo está siguiendo, y usted lo está engañando, o tal vez las órdenes cambiaron y ahora debemos fingir que somos una pareja, o está poniendo a prueba mi lealtad…

—Gisele Bishop, ¿qué te pasa? Eres inteligente, ¿por qué dices tonterías?

—Porque eso tiene más sentido que pensar que a usted le gusto. ¿Sabe… no cree que su inteligencia se ha deteriorado?

—……..

—No se lo digo por ser sarcástica, sino porque me preocupa de verdad. Por ejemplo, la bomba que explotó ayer en el río era en realidad una bomba de gas venenoso y su función cerebral se redujo…

—Entonces, ¿crees que tu cabeza estaría bien?

—Ah, es cierto.

 

‘Parece que mi cabeza realmente se ha deteriorado. Tengo que dejar de beber alcohol’

Aunque era una pena dejar la cerveza que quedaba en el vaso, lo ignoró y pidió un refresco para calmar su garganta seca. Pero la sed no desaparecía, porque el silencio del hombre que esperaba su respuesta era demasiado intenso.

 

—A usted… le gusto… de verdad…

 

Gisele, que solo estaba jugueteando con el vaso de refresco vacío, rompió el silencio y dijo con voz temblorosa, y los hombros de Edwin se relajaron. No podía esperar una alegría conmovedora, ya que eso estaba descartado, pero al menos esperaba que lo aceptara. En cambio, su tono seguía siendo el de una persona que analiza una enfermedad terminal en otra persona. Su presentimiento se hizo realidad: Edwin había sido degradado a un enfermo mental incurable.

 

—Pero esto es por precaución, ¿se está sometiendo a tratamiento últimamente?

—Gisele, ahora no me duele la cabeza, me duele el corazón.

 

Primero lo hizo parecer un tonto que iba a una cita solo, luego no le creyó cuando le dijo que era una cita, y ahora, cuando le dijo que la amaba, ella le preguntó si estaba enfermo. Estaba preparado para ser rechazado, pero no estaba preparado para que su amor fuera tratado como una enfermedad mental.

 

—Gisele Bishop, no sabía que fueras una mujer tan cruel…….

—…….

—Tú me criaste.

 

En la época en que el que amaba y el que recibía el amor estaban en papeles opuestos, Gisele solo le devolvía lo que él le había dado.

Por lo tanto, la incomprensión de su amor platónico como algo falso es la penitencia por haber tratado el amor de Gisele como una simple confusión o un proceso de crecimiento. Las lágrimas que le ardían en los ojos ahora debían ser el precio por las lágrimas de soledad que Gisele derramó cuando su amor no fue comprendido.

 

—Me equivoqué, Gisele. He estado arrepintiéndome de haber ignorado y tratado con frialdad tu amor, y lo seguiré haciendo hasta el día de mi muerte.

—Ah, no… espere un momento. No es que esté guardando rencor y me esté vengando por lo que pasó. Y, ¿cuándo ignoró y trató con frialdad mis sentimientos?

 

Gisele miró a su alrededor y susurró en voz aún más baja.

 

—Hasta pensó en casarse conmigo.

—Fue una propuesta absurda.

—…….

—Y ahora te digo que te amo. Sí, soy un loco.

 

No es de extrañar que le dijeran que se sometiera a tratamiento.

 

—No podía evitarlo en ese momento. Fui yo la que actuó de forma absurda, y usted fue sensato. El hecho de que no le crea ahora no tiene nada que ver con eso.

—¿Cómo que no tiene nada que ver? Si no hubiera dicho tonterías como que no la vería como mujer a menos que estuviera loco, te habrías dado cuenta de mis sentimientos antes de que yo te lo dijera.

—Bueno… eso tiene sentido.

 

Solo después de que los gruesos lentes de sol que decían «Edwin Eccleson no puede ver a Gisele Bishop como una mujer» se rompieran, Gisele pudo ver los momentos en que él no pudo contener su amor platónico con claridad. Sin embargo, antes de eso, ni por un instante, se le había ocurrido siquiera dudar.

 

—En fin, es que ahora no lo reconozco, por eso no le creo.

 

Gisele lo miró fijamente, como si en verdad no lo reconociera, y luego mordisqueó sus labios secos con los dientes, dudando antes de preguntar.

 

—¿No será que está siendo manipulado por Lorenz?

—Me preguntaba por qué no habías dicho eso.

 

A un Edwin desanimado, Gisele le dio una risa incómoda y rápidamente le inventó una razón.

 

—Lorenz me lo dijo. Que aunque le costara mucho esfuerzo, podría hacer que usted me amara, aunque no quisiera.

—Lorenz me ha pedido que te diga algo. Que, como tú dijiste, él solo es un síntoma trivial, así que no puede ser algo tan grandioso como la causa de una enfermedad mental llamada «amor».

 

El tipo le devolvió la misma frase que Gisele había usado una vez para burlarse de él, y negó la acusación. El hecho de que se lo pidiera a él en lugar de aparecer en persona, significaba que se estaba comportando como un espectador que se sienta en el teatro comiendo palomitas y dando consejos sobre la película. Parecía que no quería interrumpir la preciosa escena en la que Edwin era rechazado tan cruelmente como él.

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Comments for chapter "Capítulo 237"

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4 Comments

  1. magui96

    Al fin!! Edwin que la hacía re larga para confesarle , Giselle que no cazaba una sobre las señales y Lorenz cagandose de risa . Ahora ya necesito saber q va a pasaaaar!!!!!

    agosto 13, 2025 at 11:49 am
    Responder
  2. Connie Aranda

    Ay dios santo!!!! No me quiero quedar con la intriga de que pasará, quiero besoooo

    agosto 13, 2025 at 1:42 pm
    Responder
  3. Merry

    Iiiiiiiiii Dios mío!
    Bien porEdwin que ya se lo dijo directamente, que sorpresiva la reacción de Giselle, ya quiero saber qué pasará!
    Gracias por el capítulo Asure

    agosto 13, 2025 at 2:55 pm
    Responder
  4. EmySanVal

    Kamisama! Que desesperación!.. yo super emocionada cuando la besó y luego Giselle me sale con eso… amiga date cuentaaa… me dejan intrigada, pero bueno… a esperar q Giselle lo acepte, para cuando estos dos estén juntos yo voy a estar con un pie en la tumba 😒
    Gracias Asure 💖

    agosto 13, 2025 at 9:30 pm
    Responder
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