Mi Amado, A Quien Deseo Matar - Capítulo 235
—¿Y por eso seguiste adelante como si estuvieras en una película?
La resonancia suave de esa voz grave se coló en mis oídos y me atravesó profundamente. Con la piel de gallina, Giselle comenzó a arrepentirse.
‘Debí haberle dicho que bebiéramos en casa’
Había confiado en la distancia entre las sillas, pero el ruido de las voces de la gente y el sonido del barman agitando los cócteles era tan fuerte que tuvieron que acercar sus bocas para poder hablar, haciendo que la distancia fuera inútil.
‘No. Es suficiente con que yo sea la que haga más ruido aquí’
Giselle fingió que iba a beber su cerveza, echó la cabeza hacia atrás y alzó la voz.
—¿Qué cree que le pasó a Bernstein?
—¿Quién?
—El prometido original de Veronica.
—Ah… No lo sé. Supongo que encontró un nuevo amor y vivió feliz.
—…Fue a la cárcel, ¿no? ¡Estaba en el corredor de la muerte!
—Ah… ¿De verdad?
Giselle le lanzó una mirada de reproche al hombre, que intentaba disculparse con una sonrisa incómoda.
—¿Cómo puede no saber el nombre de un personaje secundario y el final de una película que acabamos de ver? ¿Vimos la misma película?
—No la vi.
—¿Qué?
—Estaba pensando en cómo hablar contigo.
Este era el momento. El momento que había estado esperando todo el día. Giselle, que ni siquiera tenía una larga historia que contar, se humedeció la garganta con un sorbo de cerveza y se giró completamente para mirarlo de frente. En ese movimiento, ocurrió un incidente incómodo: su rodilla rozó la parte interior del muslo de él, que ya estaba sentado hacia ella, pero el director pareció no inmutarse. Se limitó a mirarla intensamente, con la misma sonrisa tenue.
—Dime. La historia que querías contar hoy.
‘Mi historia la contaré al final. No es un tema muy agradable’
Sin embargo, en el instante en que Giselle escuchó su confesión, acompañada de una sonrisa que revelaba nerviosismo y vergüenza, su historia dejó de ser necesaria.
—Hay una mujer que me gusta.
—…¿En serio?
El director asintió, mordiéndose los labios que se curvaban en una leve sonrisa.
—Dios mío.
‘Gracias a Dios’
Giselle quiso levantar las manos y alabar a Dios en medio de ese antro de pecado y libertinaje.
‘Ahora sí, voy a escapar para siempre del terrible pantano llamado Edwin Eccleston’
Pensó que volvería a caer en el pantano, pero la habían rescatado, así que se sintió aliviada y contenta. Giselle, encantada con su eterna liberación, olvidó por un momento que era el momento de felicitar a otra persona por su buena noticia.
La sonrisa en el rostro de él se desvaneció al instante, como una flor marchita por la escarcha. En sus ojos, que la observaban, una emoción que solo podía definirse como decepción se hizo más profunda.
‘Debe estar resentido porque no lo felicité’
Tal vez malinterpretó que, como Giselle aún no lo había superado, se quedó en Dios mío y se quedó en silencio, impactada por la noticia de que él tenía una mujer que le gustaba.
‘Pero mi expresión no es la de alguien impactado o herido en absoluto’
Giselle sonrió aún más radiante y levantó su vaso para brindar.
—Es una noticia que esperaba con ansias, me alegra como si yo hubiera encontrado el amor. Director, lo felicito de verdad.
‘Esto es lo que siento por el hombre que una vez amé en secreto’
Chocaron los vasos. Él lo dejó sin beber, pero Giselle se bebió su trago de un solo sorbo y dejó escapar un suspiro de alivio.
—Lo sabía… De todos modos, me parecía que había encontrado a alguien.
—¿Ah, sí? ¿Por qué lo pensaste?
—Solo era un presentimiento.
Giselle lo recorrió de arriba abajo con la mirada, analizando su aspecto diferente, como si dijera: ‘¿No crees que cualquiera pensaría que estás saliendo con alguien si te ves así?’
—¿Vienes de una cita hoy?
El hombre, que estaba apoyado en su mano y mirándola fijamente, soltó una carcajada. Como no lo negó, parecía que era cierto.
—¿Cuánto tiempo llevan saliendo?
—Es un amor no correspondido. Apenas he empezado a expresar mis sentimientos, pero no sé qué piensa la otra persona de mí.
‘Así que Edwin Eccleston también tiene sus inseguridades. Y es el amor, y para colmo, un amor no correspondido’
Por fin, este hombre le pareció un ser humano como ella. Sintió una gran curiosidad por saber qué clase de mujer era la que había logrado derretir el corazón de hielo de Edwin Eccleston y convertirlo en un ser humano. Sin embargo, no quería que la malinterpretaran de que aún no lo había superado si le preguntaba.
—Le irá bien.
No creía que hubiera de qué preocuparse, fuera quien fuera la mujer.
‘Es imposible no enamorarse de este hombre una vez que lo conoces’
Claro, el problema era que con él venía de regalo un hombre terrible llamado Lorenz.
—Rezaré por usted todos los días.
—Te lo agradezco, pero no necesito tus oraciones, te necesito a ti.
—¿A mí?
‘¿Me necesita a mí? ¿Significará que quiere que lo ayude a lograr ese amor?’
—¿Puedo ser de ayuda?
—Por supuesto.
‘¿Qué mujer se alegraría de que otra, especialmente Giselle Bishop, con quien ha habido rumores, ande merodeando?’
En lugar de ayudarlo en su romance, solo sería un obstáculo, a menos que sirviera para alejar a la mujer que no le gustaba.
—¿Cómo?
—Porque tú eres la persona que tiene la llave más importante en esta relación.
‘¿Qué es todo esto? ¿Cómo puedo ser la solución clave para el romance de alguien más?’
Mientras parpadeaba sin comprender, el director apoyó los brazos en la barra junto a Giselle y se inclinó hacia ella. Si hubiera sido cualquier otro hombre, ella se habría alejado pensando que iba a besarla, pero él era Edwin Eccleston, acababa de confesar que estaba enamorado de otra mujer.
Se detuvo cuando su nariz casi tocó la de Giselle. Ella entendió que tenía que acercarse para bajar la voz, ya que era una conversación privada que nadie más debía escuchar. Sin embargo, el director no dijo nada.
La expresión del hombre, que la miraba fijamente, cambiaba a cada momento. Frustración, decepción, resentimiento, desesperanza. A veces, incluso veía emociones que no coincidían con la situación. «¿Tal vez lo estoy viendo mal, debido a la oscuridad, el humo del cigarrillo y el alcohol que nubla mi mente como la niebla?». De cualquier manera, era extraño que se quedara en silencio mirándola.
—¿Qué pasa?
—Tengo curiosidad por saber en qué estás pensando ahora.
‘¿Será que sospecha que todavía me importa y me está poniendo a prueba?’
—Estaba pensando que ojalá su amor se hiciera realidad.
—¿Ah, sí? Giselle, entonces, ¿me ayudarías a que mi amor se haga realidad?
—Sí, por supuesto.
‘Ya no me importa nada de ti. Así que puedo ayudarte sin problemas. ¿Lo habrá entendido bien?’
En el momento en que Giselle aceptó, el rostro sombrío del hombre se iluminó con una sonrisa. Llenó de cerveza el vaso vacío de Giselle y brindó primero. Parecía tan feliz como si su amor se hubiera hecho realidad.
Pero, ¿por qué dejó de beber a medio camino, se apoyó en la barra y se quejó, sujetándose la frente?
—No. Ni siquiera sabes lo que acabas de prometer.
—¿Por qué? ¿Me acaba de estafar?
—Podría decirse que sí. Porque no sabes quién es esa mujer.
‘Una mujer que me haría sentir estafada si supiera quién es’
No podía pensar en nadie.
—¿Quién es, entonces?
‘Este hombre debe considerar a la mujer que ama como una figura sagrada cuyo nombre no debe pronunciarse a la ligera’
Se enderezó y se puso frente a Giselle antes de responder.
—Es deslumbrante, tan hermosa que no puedes quitarle los ojos de encima.
‘Por supuesto. Me habría sorprendido si hubiera dicho que era fea. Le estoy preguntando quién es, no por qué la ama, ¿por qué responde de esa manera?’
Se sintió decepcionada después de haberse emocionado tanto.
—Es increíble.
Esto fue inesperado y sorprendente. Es más raro encontrar una mujer increíble que una mujer bonita. Además, ¿no es muy raro que un hombre califique a una mujer como «increíble»? Giselle sintió curiosidad.
—¿Qué la hace increíble?
—Es increíble cuando trabaja. Su mente es rápida y profunda, por lo que a menudo descubre cosas que otros no ven. A veces, incluso me sorprende. También es confiable porque no solo confía en su inteligencia, sino que también se esfuerza constantemente para mejorar sus habilidades. Tiene un fuerte espíritu competitivo, pero también es responsable y no es egoísta, por lo que se lleva bien con sus colegas. Es una mujer a la que admiro, a pesar de ser mucho más joven que yo.
Las generosas alabanzas, que todos los miembros de la agencia de información envidiarían, no le llegaron a Giselle.
‘…¿Cuando trabaja?’
Eso significaba…
El director miró fijamente a Giselle, que no podía ocultar la sorpresa por la pista. Tenía la boca abierta y parpadeaba. Tal vez por lo larga que había sido su alabanza a la mujer de la que estaba enamorado, se humedeció los labios con la punta de la lengua y le preguntó:
—¿Ahora sabes de quién hablo?
Asure:
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Merry
Jajajja tal cual Asure!
Así yo también, Giselle se esforzó tanto para “superar” su amor por Edwin, que caerá en el pantano a revolcarse, espero jajaj 🤭
Feliz inicio de semana Asure, gracias por el capítulo!
magui96
Amiga date cuenta, está en la negativa y s muy seguro que lo va a mandar a la friendzone.
EmySanVal
🤣 Está chica no va entender la indirecta, no se lo cree… la autora solo nos da falsas esperanzas… ni siquiera un beso en este capítulo, que stress!
Gracias por el cap! 💖