Mi Amado, A Quien Deseo Matar - Capítulo 229
—¿Y yo cómo voy a saber eso?
No era una situación para fijarse en la expresión de la cara de alguien.
—Solo podía pensar en que tenía que encontrar a Elena.
Aunque Giselle había caído al agua de repente, estaba lo suficientemente bien como para nadar por sí sola. No había necesidad de que Howard la llevara a la orilla.
Entiende por qué la detuvo cuando iba a buscar a Elena. 「Pero por qué no la escuchó cuando le dijo que nadaría por su cuenta y que él buscara a Elena en ese lapso.」 El solo recordarlo la llenaba de furia.
‘¡Qué pérdida de tiempo en un momento de crisis! ¿Quizás por eso se entrometió el Duque?’
—Si te queda energía para pelear, ve a buscar a otro amigo.
Lo que le soltó al Duque a Howard fue tan acertado que no solo la alivió, sino que también la hizo sentir agradecida.
Por otro lado, Giselle se sintió decepcionada con Howard.
—No podías ver a tu amiga en el agua, ¿pero en ese momento te importaba más que el hombre que vino a ayudarnos tuviera una expresión molesta?
La situación de vida o muerte de Elena no era culpa de Howard, pero ¿Cómo pudo tener ese pensamiento tan superficial en una situación donde su amiga estaba a punto de morir?
Aunque Howard se disculpó por su falta de criterio, la impresión de decepción no se le quitaba de la cabeza.
—Sin embargo, el Duque tampoco vino a ayudarnos con intenciones puras.
Howard tampoco podía sacarse de encima sus sospechas.
—¿Hay intenciones impuras al salvar a alguien?
—Apareció como un príncipe en su caballo blanco, pretendió salvarte y luego intentó pedirte una cita.
‘Él es un hombre que no necesita una excusa para pedirle una cita a una mujer’
Giselle se tragó esas palabras que se le subieron hasta la garganta.
—Hay un sentimiento que solo los hombres conocen. Aceptemos que tú no lo sentiste. Entonces, ¿esa frase tampoco te pareció extraña?
‘No le estaré robando la pareja a nadie. Aunque tampoco me importaría’
‘¿Qué tiene de extraña esta frase? Significa que no estaba interfiriendo con la relación de otra persona. Como él no me considera una mujer, no hay razón para que evite ir al cine con Giselle, incluso si ella tiene pareja’
Eso es lo que pensó.
Sin embargo, la interpretación de Howard era completamente diferente.
—Significa que se alegró de no estarle robando la pareja a otra persona. Y que incluso si fuéramos pareja, no le importaría, porque él te iba a quitar. ¿Por qué le das una interpretación tan forzada?
—Entiendo que suene así.
De hecho, en el momento en que lo escuchó, Giselle también lo malinterpretó y se sorprendió como Howard.
—Pero te equivocas.
—¿Cómo puedes estar tan segura?
—Porque yo conozco al Duque mejor.
‘A menos que esté mentalmente inestable como Lorenz, no hay forma de que me vea como una mujer.’
Pero Howard, que no lo sabía, le señaló una a una las acciones puras del Duque como si fueran impuras.
—Honestamente, también me pareció extraño y desagradable que te tocara tanto y te besara en la frente.
—Solo me trata como a una niña y es sobreprotector. Siempre hemos sido como familia. ¿No es extraño que alguien sospeche de un padre que adora a su hija?
—Tú eres la más extraña por insistir en que es como un padre y una hija, cuando la diferencia de edad no es tan grande. ¿No son familia, verdad? Y tú no viste al Duque como a un padre, sino como a un hombre.
‘Cómo es que sacó a relucir mi pasado enamoramiento por él’
—Y no solo lo viste.
Solo entonces se le ocurrió que tal vez Howard se enteró del incidente del beso directamente de su padre, que trabajaba en el palacio real.
Tan pronto como Howard soltó esas palabras, pareció arrepentirse y cerró la boca con fuerza, revisando el estado de ánimo de Giselle. Pero ella no se sintió ofendida en absoluto. Solo un poco avergonzada y muy sorprendida con Howard.
Se dio cuenta de repente.
‘¿De verdad me quiere, sabiendo que el beso que le di al Duque no era un rumor propagado por los chismosos, sino algo real?’
Giselle todavía se sentía avergonzada y avergonzada de su yo de ese entonces.
Sintió la sinceridad de Howard. Al mismo tiempo, llegó a comprender que no era extraño que él se sintiera inseguro cuando los veía juntos.
—Howard, no te preocupes. Todo eso es cosa del pasado.
—Mantén esa promesa. No te dejes llevar.
Ella entendía cómo se sentía al darle un consejo que no necesitaba.
‘Para tener una relación, primero tengo que poner distancia con el Duque’
Se sintió mal por él, pero sería lo correcto para su relación. Su determinación se fortaleció aún más esa tarde, cuando llamó a Elena para ver cómo estaba.
-Por cierto, Giselle… ¿No será que le gustas al Duque?
—¿Qué te hizo pensar en una sospecha tan ridícula?
-Solo es un presentimiento.
A estas alturas, sintió que tal vez el problema no eran los demás, sino Giselle y el Duque. El problema era la actitud del Duque de tratar a una mujer adulta como si todavía fuera una niña. Y ella también era el problema por estar tan acostumbrada a sus hábitos de la infancia que los consideraba normales.
‘Debo hablar con él seriamente esta noche’
Le diría que, si bien le gustaba su amabilidad, debería evitar abrazarla o besarla en la cabeza como cuando era niña.
Mientras reflexionaba sobre lo irreflexiva que había sido al aceptar y sentirse cómoda con eso, estaba lavando la ropa que se le había acumulado.
Riiiiing.
‘¿Por qué el teléfono suena tanto hoy?’
—Habla Giselle Bishop. Ah… ¿Por qué…?
Esta vez, no fue una llamada bienvenida en absoluto.
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—Loise, ¿cuál es mejor, este o este?
Era un evento tan inusual que no recordaba la última vez que el Duque le había preguntado por el color de una corbata.
‘¿No es él el tipo de persona que solo va a eventos formales con trajes incoloros?’
Por esa razón, el color de la corbata nunca fue un problema.
Sin embargo, el traje que eligió hoy era azul pavo real, e incluso tenía un patrón de rayas.
Aunque el Duque tenía un gusto estético excepcional, parecía que, al ser la primera vez en mucho tiempo que se ponía un traje de colores, no estaba seguro de qué corbata le quedaría bien.
—Ambos me parecen excelentes. Pero ¿por qué no pregunta la opinión de los jóvenes en lugar de la mía?
Loise también había perdido la práctica, ya que hacía tanto que no sucedía algo así. Llamó a otro secretario de la edad del Duque y a una joven criada que pasaba, pero…
—A mi parecer, el mismo color del traje se ve más natural y elegante.
—Eso es demasiado monótono. A mí me gusta el color rojo vino, llama más la atención.
—Pero, ese color podría hacerlo parecer un poco… como un bufón… o algo anticuado…
—¿El Duque? Jaja, si incluso con este rostro se viera anticuado y ridículo, eso sería un talento. Duquesa, es una cita, no se vista de forma aburrida.
Las opiniones estaban divididas por la mitad.
—Entonces me quedaré con este.
Al final, el Duque eligió el color rojo vino.
‘Pensé que iba a confiar en el ojo de la mujer’
pero la razón que murmuró para sí mismo mientras se ponía la corbata era inesperada.
—Esto se parece a la ropa que usó ayer.
Loise no lo entendió.
‘Él no usó ese color en absoluto ayer’
El Duque se abotonó el chaleco y se paró frente al espejo. Loise no pudo evitar admirar al elegante caballero que vio reflejado en el espejo.
‘El ojo de la mujer es realmente preciso’
Si el Duque pudiera verse anticuado y ridículo, eso sería noticia por sí solo. Azul pavo real y rojo vino. Colores vivos casi complementarios. Él los controlaba y los dominaba a la perfección con su carisma maduro que emanaba silenciosamente de su postura erguida y su expresión contenida.
Por otro lado, al añadir colores vibrantes a una persona con una impresión tan tranquila y fría, se revelaba una vivacidad y un encanto ocultos, lo que también era perfecto.
‘Este hombre guapo está a punto de ofrecer una noche inolvidable. Si hasta un hombre se desmayaría de la emoción, ¿qué sentiría una mujer?’
‘No sé quién es, pero seguro se enamorará perdidamente’
Luego, mientras elegía un reloj y un pañuelo, parecía más entusiasmado de lo habitual. Esto no se debía solo a la vitalidad añadida por la ropa. El Duque de hoy le resultaba extraño a Loise. Pero no por ser un loco retorcido.
—Mañana tengo una cita.
Claro que, anoche, cuando regresó a la casa de Richmond y dijo eso, lo sospechó de ser un loco.
‘¿Una cita?’
En todo el tiempo que Loise había servido al Duque, las citas eran eventos tan raros que se podían contar con una mano. Además, después de que el demonio se apoderara de él y de los desafortunados eventos con Señorita Bishop, no había tenido ni una sola.
‘Y ahora va a ver a una mujer. En estos días, ni siquiera lo están presionando’
Los intentos de Duquesa Roxworth de emparejarlo cesaron por completo después del incidente en el palacio real. Por supuesto, las propuestas de matrimonio seguían llegando de vez en cuando y sus familiares continuaban organizando encuentros, pero el Duque los rechazaba sin siquiera considerarlos.
‘¿Acaso no había declarado públicamente que viviría soltero? ¿Cómo, cuándo y dónde conoció a una mujer? Y de la nada, sin ninguna señal, dice que tiene una cita mañana. ¿Quién se lo creería?’
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Merry
Aaaaaay, tan cerca, esperemos todo salga bien 🤭
Gracias por el capítulo doble Asure’
magui96
Giselle amiga date cuenta jajaja che estoy nerviosa, siento q algo va a pasar!!!
EmySanVal
Ah no… yo ya preparando las palomitas para ver la declaración , y seguro va a pasar algo para q Giselle cancele la cita… ni modo a esperar… de todos modos no creo q Giselle acepte la confesión de Edwin facilmente…. esta autora juega con mis sentimientos 😣
Gracias por el capitulo doble! 😍