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Mi Amado, A Quien Deseo Matar - Capítulo 170

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  4. Capítulo 170
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Como si no quisiera volver a la situación de no poder encontrarse nunca más con Giselle, el tipo apartó las manos de su cuerpo de inmediato. Mientras ella volvía a abrocharse el sujetador y a arreglarse la ropa, el hombre actuó como Loddy, quien había escuchado un «no lo hagas» de Giselle. Es decir, aunque puso una expresión de disgusto, se quedó quieto.

‘Qué interesante’

Así que ahora no la amenaza.

Ese hombre tan astuto no podría desconocer que podría hacerla abrir las piernas amenazándola con expulsarla de inmediato por violar las normas antitabaco. ¿Será que ha cambiado, o que ahora no puede ocultar completamente los recuerdos al dueño de su cuerpo? Fuera cual fuera la razón, le resultaba fascinante.

 

—Aquí tienes, un regalo.

 

Le extendió la colilla que había tenido en la mano todo este tiempo, como si fuera un regalo de despedida, ya que no tenía dónde tirarla. Como era de esperar, el hombre no la tomó y entrecerró los ojos, mirando fijamente a Giselle.

 

—¿No querías chuparme? Pues chúpate esto, aunque sea con mi saliva. ¿Esto también es una especie de beso, no?

 

Sus ojos se volvieron más feroces, pero no pudo hacer nada. Una vez más, se confirmó que la supremacía en esta relación la tenía Giselle.

Así que este es el sabor del poder.

En cualquier caso, cuanto antes se deshiciera de la evidencia de la infracción, mejor. Y si se la entregaba al comandante del batallón, sería aún más seguro.

 

—¿No dijiste que estábamos del mismo lado? Deséchalo por mí.

 

Solo entonces el tipo aceptó dócilmente la colilla. Sintiendo el alivio de haber destruido la evidencia, a Giselle se le ocurrió una idea brillante.

 

—Lorenz, ¿podrías guardarme el tabaco por mí?

 

Quizás a la mañana siguiente llevarían a cabo una inspección masiva de equipaje para encontrar artículos prohibidos. Por lo tanto, también debía deshacerse de la cajetilla de cigarrillos, pero ¿no sería imperdonable tirar un objeto tan valioso?

 

—Entonces, cada vez que tenga ganas de fumar, tú me verás.

 

Era una propuesta tentadora, pero insuficiente. El hombre extendió la mano y modificó los términos del acuerdo.

 

—Ven todas las noches a medianoche a la parte trasera de mi alojamiento.

—No mezclaremos ni lenguas ni cuerpos. Solo palabras. ¿Aun así te parece bien?

 

Cuando el hombre asintió con la cabeza, Giselle sacó la cajetilla de cigarrillos de su sujetador y se la entregó. Él la sostuvo y la manipuló por un momento, luego le hizo un favor inesperado.

 

—No solo puedo guardártelo, sino también suministrártelo.

—Realmente, solo tú, Lorenz.

 

Al darle palabras que le gustaban escuchar como recompensa, él intentó ocultar la sonrisa que se le escapaba por la comisura de los labios. Ese solitario, solo por querer escuchar esas palabras de nuevo, cumpliría su promesa con Giselle y se lo ocultaría al mayor.

¿Y si no lo hiciera?

La pérdida sería solo para el que ama. Por lo tanto, Giselle no tenía nada que perder.

 

 

 

 

 

 

⋅•⋅⋅•⋅⊰⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅∙∘☽༓☾∘∙•⋅⋅⋅•⋅⋅⊰⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅

 

 

 

 

 

 

Edwin abrió los ojos con el sonido de la trompeta. Antes de abrir los ojos, era claramente de noche, pero ahora ya era de mañana.

 

—Lorenz, te extraño.

 

Desde ese momento increíble de anoche, los recuerdos se habían cortado.

¿Qué diablos hicieron los dos?

Primero revisó su alojamiento y su ropa, pero no había nada a la vista. Aun así, no se sentía tranquilo. Necesitaba ver los recuerdos de ese tipo.

Edwin volvió a cerrar los ojos. Se había vuelto hábil en hipnotizarse a sí mismo para entrar en el mundo mental de otra personalidad, pero…

 

¡Crak, crak!

 

Si no paraban de sacudir su cuerpo, no iba a funcionar. Al final, se rindió en recuperar sus recuerdos y salió con el perro que insistía en pasear, pero se dirigieron a su oficina en lugar del bosque fuera del cuartel.

Parecía que hoy tendría que encargarle el paseo del perro a otra persona. Mientras tanto, Edwin tenía la intención de llamar a Giselle para preguntarle sobre lo de anoche y advertirle severamente que no volviera a hacer esa cosa tan peligrosa de invocar al diablo. Pero por alguna razón, la entrada de su oficina estaba abarrotada desde temprano en la mañana.

 

—¿Una mujer hace esto? Debe ser obra de los del Batallón 108.

—Puede que no haya sido un recluta.

—Más bien, antes de que llegue el comandante del batallón, rápido…

 

Normalmente, a esa hora solo el soldado encargado de la limpieza entraba y salía, pero los oficiales del batallón también se habían reunido y estaban murmurando.

 

—¿Qué pasa?

 

Cuando se acercó preguntando, los capitanes de compañía que estaban de pie en el pasillo, mirando dentro de la puerta, se volvieron hacia él, se quedaron rígidos y se pusieron pálidos.

 

—¡Buenos días, comandante del batallón!

—¡Justo hoy llegó temprano, jajaja!

—¿Qué es lo que pasa?

 

Edwin miró dentro de la oficina a través de ellos. En ese instante, los soldados que estaban intentando mover algo detrás del escritorio se sobresaltaron, lo dejaron y saludaron. En el lugar donde debería estar la silla de oficina, había un inodoro.

 

—Ah… Parece que alguien hizo una broma durante la noche.

 

¿Qué mensaje sería un inodoro en lugar de una silla? ¿Que su trabajo no es diferente de sentarse en un inodoro?

Mientras tanto, el mensaje que el culpable dejó en la placa de identificación sobre el escritorio era mucho más claro. Detrás del segundo nombre de Edwin, donde solo estaban grabadas las iniciales, alguien había escrito una «U» con pintura.

 

FU

 

Asure: FU de Fuck

Era la abreviatura de un insulto vulgar que solo se escribiría en la pared de un baño. En el espacio vacío de al lado, dibujado con la misma pintura, había lo que claramente era un pene masculino.
¡Esto no puede ser!

Fue un momento en el que el impacto de la noche anterior parecía ridículo.

 

—Lo siento, comandante del batallón. Lo limpiaremos rápidamente y buscaremos al culpable, incluso si tenemos que castigarlos a todos.

—Ya basta. Sé quién es.

 

Giselle.

Aunque era difícil de creer por ser un método tan vulgar e impropio de esa chica, la única persona en esta unidad que estaba tan enojada con Edwin y desesperada por vengarse era Giselle.

 

—Entonces, si solo me lo dice, la castigaré de inmediato.

 

Si hacía eso, esta vez sentiría que le decían «vete a la mierda» en la cara.

Le molestaba que esas hermosas manos hubieran dibujado esa cosa asquerosa, y se negaba a que de esa boca tan delicada salieran palabras tan groseras.

 

—No es necesario. Siendo un comandante, si nunca me hacen una broma, más bien significaría que estoy haciendo mal mi trabajo.

—Jajaja, es cierto.

—¿Qué les dije? Aunque sea mujer, un soldado es un soldado.

—Entonces tendremos que tratarlas como a los hombres.

—Eso no es necesario, solo hagan una inspección sorpresa de las pertenencias de los miembros del batallón.

—Así lo haremos.

 

Edwin se rio y los otros oficiales también se relajaron y comenzaron a sonreír ampliamente. No conocían a Edwin lo suficiente como para reconocer su falsa sonrisa.

 

—19… 20… 21…

 

Parecía que le costaba subir la cuerda debido a la falta de fuerza en los brazos, así que cada vez que tenía oportunidad, entrenaba los músculos de sus brazos haciendo dominadas. Hoy también,

Giselle estaba sola en su preciado tiempo de descanso, colgada de la barra de hierro junto a la pista de obstáculos.

 

¡Tac, tac, tac!

 

Mientras recitaba «22», se quedó helada al escuchar el sonido de una bestia de cuatro patas corriendo.

‘¿Hay un lobo en el bosque?’

Pensando que había salido algún animal salvaje, se dio la vuelta de repente y exhaló un suspiro mezclado con alivio y un lamento, luego se subió por vigésima tercera vez.

 

¡Arf, arf, arf!

 

—¡Ay, no! ¡Vete! ¡Siéntate, Loddy!

 

¿Había olvidado todas las órdenes en ese corto tiempo? Loddy saltó y brincó hacia Giselle, que estaba colgada de la barra de hierro. Antes de que lo empujara la fuerza y cayera, se bajó sola. Se sentó en el suelo de tierra y el perro se restregó con entusiasmo contra ella, lamiéndole la cara sin parar.

 

—Ugh… ¿Qué comiste?

—Mantequilla de maní.

 

El hombre, que había soltado a Loddy a sabiendas de que interrumpiría su ejercicio y que caminaba con una lentitud exasperante, se apoyó en la barra de hierro y respondió en lugar del perro. Giselle lo miró y se sintió decepcionada. Era el Mayor, no Lorenz.

Podría llamarlo, pero no había razón para hacerlo. Este no era un momento de crisis como anoche y, sobre todo, ese hombre no tendría cigarrillos en el bolsillo.

Giselle lo miró fijamente, abrazando a Loddy, se preguntó. ¿Había venido en calidad de superior o de «Ajussi»?

 

—¿Por qué estás sola en este bosque apartado? ¿Olvidaste que esto es una base militar llena de tipos con nada más que hormonas en la cabeza?

 

Era «Ajussi». Giselle omitió el saludo. Luego levantó y bajó el cuchillo militar que llevaba en la cintura, como si quisiera que lo viera bien.

 

—Nuestro comandante de batallón dijo que se haría responsable si le corto el cuello a quien me ataque.

 

Él soltó una risa ahogada y preguntó:

 

—¿Y si yo te ataco?

—……¿Qué?

—No me apuñalarías en ese caso, ¿verdad?

—……

—Giselle, esta es mi última advertencia. No vuelvas a invocar a ese tipo.

 

La mirada y el tono feroces le decían que ni se le ocurriera responder o resistirse.

 

—Entendido.

 

Le dio la respuesta que quería dócilmente y se puso de pie. Cortó la conversación con un asentimiento y comenzó a caminar hacia la cuerda, pero no había dado ni un solo paso cuando él la agarró del brazo.

 

—Dime todo lo que pasó con ese tipo anoche.

—…¿No lo vio?

—¿Si lo hubiera visto, te lo preguntaría?

 

Preguntar significaba que ni siquiera lo recordaba. Eso, a su vez, significaba que Lorenz podía ocultar los recuerdos y, aun así, no había amenazado a Giselle para forzar una relación. Era inesperado.

 

—No pasó nada.

—Te pregunto qué hicieron.

—Nos saludamos.

—¿Desde cuándo tú y ese imbécil se saludan amistosamente?

—Entonces, ¿qué tipo de relación teníamos?

 

El Mayor se quedó sin palabras. No podía pronunciar él mismo la vulgar relación en la que sus impuros deseos se retorcían descaradamente y los carcomían a todos.

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Comments for chapter "Capítulo 170"

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19 Comments

  1. EmySanVal

    Me encanta! Gracias por los capitulos ❤️

    junio 2, 2025 at 6:40 am
    Responder
    1. Asure1409

      Gracias jovencita

      junio 2, 2025 at 9:43 pm
      Responder
  2. luciaperez

    Que emoción, gracias por el capitulo.

    junio 2, 2025 at 2:16 pm
    Responder
    1. Asure1409

      A ti, jovencita, gracias

      junio 2, 2025 at 9:44 pm
      Responder
  3. RousZu192022

    Aaaaaahhhhhh, jajajaa Gisselle es una chica loca… pero me encanta como se ha tornado en una bravucona. Esperando con ansias el siguiente capítulo, gracias Asure por cada capítulo. (Espero te encuentres bien)

    junio 2, 2025 at 3:50 pm
    Responder
    1. Asure1409

      todo bien por mi parte jovencita, trato de publicar lo que puedo en mis tiempo libres. Agradecido que te guste y disfrutes

      junio 2, 2025 at 9:45 pm
      Responder
  4. Indietutifresa

    Gracias a Duque Edwin FU por el entretenido capítulo XD.
    Gracias chico por tus traducciones están geniales!!!

    junio 2, 2025 at 3:53 pm
    Responder
  5. Chanteurplus

    Gracias por el capítulo, me la recomendaron y no me la pierdo…

    junio 2, 2025 at 3:54 pm
    Responder
    1. Asure1409

      a ti jovencita, gracias x tu apoyo

      junio 2, 2025 at 9:54 pm
      Responder
  6. Irianacuevas

    La traducción está genial, Asure… cuándo te refieres a «Ajussi» a qué viene?

    junio 2, 2025 at 3:59 pm
    Responder
    1. Asure1409

      Inicialmente la versión inglés se refiere a Edwin como Mister (Señor), la versión inglés dejó de traducir y empecé a continuarlo. Ahora que hay lectores en inglés, el señor de español, usando GT lo lee como Lord, Sir, Mister. Para evitar eso, uso mejor el término original 아저씨 (ajeossi = Ajussi), cuando hay cierta ‘intimidad-amistad’, se utiliza la abreviatura Nombre-ssi. Ajussi es el término original y el que usaré hasta que la novela termine. Saludos

      junio 2, 2025 at 9:49 pm
      Responder
  7. ClauM

    Rezo para que me olvides y MAADM me consumeeeeen!
    Pero LAS AMO!!!!!

    junio 2, 2025 at 4:01 pm
    Responder
    1. Asure1409

      Gracias jovencita, gracias x tu apoyo

      junio 2, 2025 at 9:51 pm
      Responder
  8. Auroraboreal

    Ímaginate eso, y pensar que la cachorrita era sumisa y ahora hasta le puso apodo. «Edwin FU»☠️ (en realidad quería añadir el «me» pero no podía ponerse en evidencia.🥱)

    junio 2, 2025 at 4:04 pm
    Responder
    1. Asure1409

      En teoría era eso o ‘u’, mejor lo dejo así para las que no entienden el idioma inglés (queda como adivinanza)

      junio 2, 2025 at 9:54 pm
      Responder
  9. SaraLOVE

    ¿Alguien puede pensar en Lorenz? 😮‍💨

    junio 2, 2025 at 4:08 pm
    Responder
    1. Asure1409

      yo como lector y traductor, me ‘identifico’ en algunas cosas y me gusta Lorenz

      junio 2, 2025 at 9:57 pm
      Responder
  10. ZoiLA

    Comencé a leer por una amiga que me pasó el link.
    Oye, está genial tu contenido, THNKS!!

    junio 2, 2025 at 4:12 pm
    Responder
    1. Asure1409

      a ti jovencita, gracias x tu apoyo leyendo mi contenido

      junio 2, 2025 at 9:56 pm
      Responder
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