Marquesa Maron - MARMAR - Libro 3 - Capítulo 318

Maris fue liberado rápidamente. Los subordinados de Akeshio también salieron de los aposentos de los sirvientes y recibieron un trato digno. Los demonios que habían temblado de miedo ante la idea de un conflicto entre Akeshio y Marbas respiraron aliviados.

—¡Soy quien pronto será el Rey Demonio! Si quieren persuadir al conde para que me sea leal, ¡¿no deberían tratarlo con la mayor magnificencia?! ¡¿Por qué no tengo un solo consejero decente a mi alrededor?! ¡Incompetentes! ¡¿Para qué tienen cabeza?!

Valen actuaba con todas sus fuerzas.

—No puedo creerlo…….

Marbas, que había perdido completamente su espíritu de lucha al ver las esferas de maná que había creado, preguntó:

—Usted, ¿quién es en realidad?

—Te dije que soy una divinidad.

—¿De verdad… de verdad ha vuelto al Mundo Demoniaco? ¿Sí?

—¿Qué volví? Soy una divinidad que acaba de nacer.

Había temido que Marbas no me creyera a pesar de haberle mostrado las esferas de maná, pero mi preocupación era en vano. Él insistía en que yo era una divinidad, incluso si yo lo negaba, y dijo que era porque él era un mago.

—Puedo verlo. El flujo de maná que la sigue… El Mundo Demoniaco la está observando. Solo la escucha a usted y le presta atención.

—Lo sé. Me aman un poco.

No me sorprendió, ya que lo sospechaba.

Lo de ser la divinidad de la soledad o una divinidad inútil era una broma, pero la verdad es que a veces me preguntaba si no era la divinidad del Mundo Demoniaco en lugar del mundo humano. Al fin y al cabo, había sido elegida por el maná desde el principio y recibía un seguimiento ciego.

El hecho de que este mundo fuera excepcionalmente favorable conmigo también era un factor. Si una esfera de maná tan pequeña como un grano de arroz podía crear una bifurcación en una carretera, eso lo decía todo.

Si me concentrara y comprimiera una esfera de maná del tamaño de un campo de fútbol hasta que fuera del tamaño de un balón de fútbol, y luego la lanzara como un torbellino, ¿qué pasaría?

¿Se convertiría en una sonata de la aniquilación?

¿Soy de ese tipo de seres? Ya sabes, un ser cósmico que puede partir un planeta de un solo puñetazo, ese tipo de nivel.

—…….

Quizás la entidad que realmente debe desaparecer de este mundo no es un villano común que puede ser derrotado con cooperación y sacrificio, sino un «invencible» como yo.

De repente sentí un escalofrío.

Marbas me suplicó:

—¿Cómo puedo manejar el maná como usted? Aunque he detenido el envejecimiento y prolongado mi vida a la fuerza, y he investigado una y otra vez, no pude encontrar la respuesta. ¡El maná… el maná es un poder muy egoísta! Por mucho que me arrodille y suplique, no me extiende su mano. ¡Ni siquiera aceptó mis órdenes o mi obediencia!

—Ey.

—Si quiere, renunciaré a mi sueño de convertirme en Rey Demonio. Incluso si me pide que renuncie a mi puesto de duque, lo haré. Soy un mago, por favor…

—No mientas.

Yo estaba sonriendo.

—Si llegaras a manejar el maná tan bien como yo, ¿qué harías? ¿Te esconderías en lo profundo de una montaña, criando discípulos? ¿Dejarías un libro con los logros de toda tu vida para la posteridad? ¿O, habiendo logrado tu objetivo, partirías de este mundo sin ambición, convirtiéndote en un puñado de maná?

No lo harías.

—No lo harías. Tú no eres así. Sin duda, volverías a tomar los territorios de otros para aumentar tu poder y te esforzarías por el puesto de Rey Demonio. ¿Y eso es todo? Si la puerta del mundo humano se abriera, querrías entrar y ocupar tierras más grandes.

—¡No! Yo…

—¡Claro que sí!

No quería seguir escuchándolo. Tenía otra pregunta para Marbas.

Me acerqué a su cara y pregunté:

—¿Amas a Demonio Cara de Jade?

—¿Eh, eh?

—¿Te enamoraste a primera vista? ¿Te sonaron campanas en la cabeza? ¿Se te cayó el corazón hasta los talones y te dio un hormigueo eléctrico en la columna vertebral? ¿Te empezó a correr el sudor frío y te mareaste?

—Eso……

—Solía burlarme de la idea de que alguien pudiera enamorarse tan destructivamente de un rostro, sin saber nada de la otra persona.

Ahora sé que es posible. Mi príncipe es bastante extraordinario, después de todo.

Le pregunté a Marbas, que estaba demasiado avergonzado para saber qué hacer:

—¿Qué harías si Demonio Cara de Jade no fuera un demonio del infierno, sino un humano que cruzó la puerta del mundo humano y cayó en el Mundo Demoniaco?

—…….

—¿Aun así podrías amarlo?

Los demonios odian a los humanos. Los detestan. Los catalogan como objetos de terror y enemigos a los que hay que exterminar.

Lo mismo sucedía con Marbas. Además, él era un mago, la base del Mundo Demoniaco, y había vivido por mucho tiempo.

Para él, los humanos no eran más que monstruos horribles y repugnantes.

—¿Humano?

—Demonio Cara de Jade es un apodo que ustedes le pusieron. Su verdadero nombre es Maris Mare Casnatura. Es un valioso humano, el heredero del reino más próspero del mundo humano.

—Eso es imposible. Él…

—¿Qué harás si se corre el rumor de que tú, que te proclamaste el mejor mago del Mundo Demoniaco, que aspiras a ser el Rey Demonio, te convertiste en mujer por enamorarte de la hermosa cara de un simple humano?

—Eso es imposible.

—Sí es posible.

Marbas se esforzó por mantener la compostura. Como si los años de su vida no hubieran sido en vano, se reprimió y se tragó la explosión de ira y emociones.

Cuando hacía berrinches, era muy emocional, pero ahora que lo había golpeado en su punto débil, se tranquilizó.

¿Vencería la razón o la emoción?

Escuché que un demonio no puede cambiar su género una vez que lo ha decidido. Marbas tendría que vivir como mujer para siempre. ¿Cómo iba a aceptar el hecho de que la persona que había capturado su corazón, que era tan fuerte como una fortaleza, fuera un humano horrible?

Se sentó en una posición ambigua, ni derrumbado ni firme. A diferencia de sus ojos, que ardían en rojo, su rostro pálido no tenía color.

—Yo…….

Finalmente abrió la boca.

—Odio a los humanos.

—Lo sé.

—El día que la barrera entre el mundo humano y el de los demonios desapareció, yo estaba dispuesto a arriesgarlo todo para proteger este mundo. Aunque codiciaba el trono del Rey Demonio, mi intención era luchar en primera fila si la paz del Mundo Demoniaco se veía amenazada.

—……

—El Rey Demonio es quien rige el Mundo Demoniaco. No lo gobierna, sino que lo domina. No sé por qué la divinidad decidió ponerse del lado de los humanos, pero… este mundo debe ser protegido a toda costa. Usted también debería hacerlo.

—¿Por qué?

—Porque estamos deteniendo al infierno.

Esa era una información nueva.

Hice como si estuviera escuchando atentamente.

—El día que se abrió la puerta del mundo humano, la del infierno también se abrió. Nos han llegado reportes de fenómenos extraños y monstruos que han sido descubiertos en varias partes del Mundo Demoniaco.

—¿Y qué?

—Si esas puertas no son esporádicas y temporales… un día se abrirá una puerta gigantesca, que conectará ambos mundos para siempre.

Marbas continuó:

—Ni siquiera los humanos, a quienes la divinidad protege, estarán a salvo de los demonios del infierno.

Qué tipo tan inteligente.

Claro, él era un mago.

La reacción de Maris cuando se enteró de que Marbas se había convertido en mujer fue muy divertida.

—No es la primera vez que pasa.

Salió de la cárcel y, después de ayudar a Akeshio y a Valen, vino a verme tarde en la noche.

—¿Qué no es la primera vez?

—Tú también lo sabes. Cuántas mujeres me amaban en Kasnatura. Cuando se hacía una fiesta en el palacio real, los mensajes de amor y las propuestas de matrimonio que recibía eran suficientes para mantenerme caliente toda la noche.

—Qué engreído.

Maris soltó una carcajada.

—Incluso los demonios tienen buen gusto, así que es natural que sepan que mi cara es deseable. ¡Después de todo, es la cara que a ti te gusta!

—Ella lo dice en serio.

—Yo lo digo aún más en serio.

¿Por qué se me acerca tan de repente últimamente?

Mientras me quedaba sin palabras, asombrada por la desvergüenza de mi príncipe, él se acercó y me dio un beso ligero.

En la mejilla.

Al mismo tiempo, la ferviente oración de alguien resonó en mi cabeza.

[Marquesa, soy yo. La situación es muy urgente y no tengo tiempo para una larga oración. Debería ser más formal y devota, lo siento. Es muy urgente. Esto es cuestión de tiempo]

Era Rango.

[Los que regresaron del campo de batalla del sur dicen que un guerrero humano con un poder extraordinario ha entrado en el Bosque Lunar. Dicen que tiene el pelo rubio espeluznante y ojos azules, me parece que es el mismo tipo]

—¿Haley? ¿Qué pasa?

Mi mente estaba hecha un lío. Yo, sentada y confundida, Maris observándome, y la voz de Rango.

—¿Qué sucede? ¿Quién está orando?

[Unos cazadores humanos profesionales han entrado en lo profundo del Bosque Lunar. Pero creo que van a morir todos a manos de ese tipo. Si enviamos más cazadores, solo aumentaremos las víctimas inocentes… Creo que debo ir a comprobarlo yo mismo]

¿El Bosque Lunar?

[Es Reikart, ¿verdad? ¿Es él?]

¡Reikart!

No necesité escuchar más. Me levanté de golpe, miré a Maris una vez y extendí mis alas de inmediato.

—¡Haley!

[Marquesa, ¿me escucha?]

¡Mi familia está en el Bosque Lunar!