Marquesa Maron - MARMAR - Libro 3 - Capítulo 294

¿Era posible emocionarse tanto por el hecho de que hubiera estaciones en el Mundo Demoniaco? Había mucha humedad en el aire. Me dijeron que la gran diferencia de presión significaba que pronto llegaría una fuerte lluvia y el verano comenzaría. Cuando pregunté cómo lo sabían, me dijeron que fue por esta época cuando cayeron por primera vez en el Mundo Demoniaco.

—Debieron sorprenderse.

—Pensé que era un sueño.

—Y que sufrieron mucho.

—Aun así, los exiliados que estaban aquí no eran tan malos. Nos daban comida y nos ponían a trabajar.

—Se habrán alegrado de que les llegara mano de obra esclava gratis, ¿no?

Ante mi interpretación cínica, la mujer que asaba carne sonrió cálidamente.

—Al principio, ¡cuánto miedo nos teníamos mutuamente! Nosotros, como éramos demonios de los que solo habíamos oído rumores, temblábamos de miedo, y los exiliados nos veían y nos gritaban que no nos acercáramos.

Según ella, los demonios y los humanos se tenían tanto miedo entonces que con solo mirarse se ponían a llorar. Tomé rápidamente la carne que la mujer estaba asando y pregunté:

—¿Cómo se hicieron amigos?

—Nos vieron escribir en tablas.

—¿Eh?

—Escribimos cosas como «Si hay humanos varados como nosotros en algún lugar, cuando nos encontremos, volvamos a casa».

—¿Y luego?

—Los exiliados no sabían leer. Les enseñamos uno por uno. Y poco a poco nos dieron comida, nos ofrecieron un lugar para dormir, íbamos juntos al río a pescar…

¿Letras? ¿Escritura? De repente, sentí como si alguien me hubiera golpeado fuertemente en la nuca. Después de toser violentamente por un buen rato porque la carne se me atascó en la garganta, le pregunté a la mujer:

—¿Nunca pensaste que era extraño?

—¿Qué cosa?

—Que demonios y humanos hablen el mismo idioma y usen la misma escritura.

La carne se le cayó del tenedor a la mujer. No solo ella estaba sorprendida; todos los que preparaban la comida se miraron entre sí, inclinando la cabeza.

—Ahora que lo pienso…

—Uhm… pensé que era algo normal.

Fui corriendo hacia Misty. Acerqué mi cara a la suya y le pregunté:

—He descubierto el secreto de este mundo.

—¿Eh?

—¡Parece que estas criaturas son especies que prosperaron bajo el mismo ancestro!

—¿En serio?

—Escucha. En el mundo donde vivía hace mucho tiempo, había algo así, ¿sabes? Los que hablaban idiomas similares a menudo tenían el mismo ancestro. Estas criaturas… si rastreamos su linaje, la primera madre podría haber sido un demonio, y el padre, un humano.

Misty escupió violentamente el té que estaba bebiendo.

—¡Cof, cof! ¿En serio?

—¿Qué hago? ¿Habré descubierto algo demasiado grandioso? ¡Como era de esperar, los dioses son diferentes! ¿No será algo así como que un enemigo acérrimo era en realidad un hermano perdido hace mucho tiempo?

—Maestra Haley.

—El amor es realmente grandioso.

La emoción me invadió. Realmente no había nada más grande que el amor en este mundo. ¿De qué servían el dinero, el poder, el honor y todas esas cosas? ¡Lo que unía a humanos y demonios era, al final, el amor!

—Jajaja… Es amor. Fue amor.

—Ejem, Maestra Haley.

Misty dijo con voz risueña:

—No es eso… es porque quien propagó el idioma en el Mundo Demoniaco fue un humano.

—¿Ah?

—Se cree que la apertura de puertas entre los dos mundos ocurrió mucho antes de los primeros registros. Probablemente se movieron por accidente, o por la conspiración de alguien.

Así, los humanos se escondieron en el Mundo Demoniaco, y los demonios en el mundo humano.

—La aparición de la nobleza en el Mundo Demoniaco, y la existencia de señores y los soldados que los siguen, se deben a razones similares.

—¿Ah?

—El sistema de clases del mundo humano se extendió hasta aquí.

Ay, qué tontería. Yo que pensé…

¿Por qué habrían propagado el sistema de clases? Como si fuera algo bueno. De todos modos, con el tiempo, las clases más bajas se levantarían en una revolución, diciendo que no podían seguir viviendo así.

¿O quizás primero habría un Renacimiento? No, ¿acaso su origen no es diferente?

—¿Dijiste que la nobleza del Mundo Demoniaco no es por nombramiento ni por herencia? ¿Que yo misma puedo insistir en ‘Ahora seré noble’?

—Sí.

Misty dibujó un círculo en el papel.

—Si el más fuerte de la aldea se presenta para proteger a sus vecinos de una invasión externa, esa persona se convierte en el noble de esa aldea. Y ese noble ya no cultiva la tierra.

—Porque los vecinos le traen comida.

—Así es. Y si luego logran otra victoria en un conflicto con otra comunidad, entonces adquieren un feudo.

—¿Uniendo pueblos?

—De esa manera, van expandiendo su influencia hasta que en algún momento se dan cuenta. De que no pueden hacer más.

—¿Se dan cuenta de si el límite de sus habilidades es de dos pueblos, o tres, o si pueden abarcar una gran ciudad?

—Sí.

—¿Qué pasa si es un tonto fuerte, embriagado por la confianza y la vanidad, en lugar de por la iluminación?

—Esa persona, para empezar, no puede poseer una aldea grande. Será utilizado por los astutos y morirá sin dejar rastro.

Vaya, qué lugar tan brutal.

El Mundo Demoniaco era un lugar interesante. Sentía que era una emoción que solo yo, como forastera, podía percibir, pero no podía negar que era emocionante.

Le pedí a Misty que me consiguiera un mapa cercano de la gran ciudad, lo extendí y me familiaricé con cada uno de los símbolos curvos.

—Entonces, ¿este es el gran río que atraviesa el oeste desde el Gran Ducado, y esta es la ciudad de enfrente… y nuestra aldea está por aquí?

Como era de esperar, la aldea de los exiliados ni siquiera estaba marcada en el mapa. Misty asintió y señaló con el dedo alrededor de la aldea, uno por uno.

—Para ir a la ciudad, hay que cruzar el río y seguir por aquí. Hay una montaña bastante alta por este lado, así que el camino es difícil… y abajo es una llanura sin nada.

—¿Todavía pertenece al Gran Ducado, pero también está cerca del oeste ocupado por los rebeldes?

—Hasta ahora, los rebeldes se han concentrado en ocupar grandes ciudades y rutas comerciales, por lo que las aldeas pequeñas como esta eran relativamente seguras, pero… con lo que pasó ayer, no puedo asegurarlo.

—No te preocupes por eso.

—Ahora que el Príncipe Maris sabe que Maestra Haley está aquí, ¿no vendrá por aquí, verdad?

—Por supuesto que no.

Maris nunca me pondría en peligro. Sonreí con confianza.

Pero la gran ciudad, que estaba a medio día de viaje de nuestra aldea, podría convertirse pronto en un campo de batalla. Le señalé ese hecho a Misty y le dije que comprara muchas cosas necesarias para almacenarlas.

—Usa todas las casas vacías como almacenes. Apenas somos un centenar, pero esta aldea podría albergar a unas trescientas personas.

—Entendido.

Misty sonrió suavemente y asintió con la cabeza. Estaba a mi lado, como un mayordomo, mirándome con ojos llenos de orgullo.

Era una mirada, digamos, como la de una nodriza que ve a una señorita bien criada.

—¿Sabe algo? Los humanos que no conocen la verdadera identidad de Campanilla y Valen están siendo engañados.

—¿Qué?

—Parece que creen que Valen es la hija del príncipe Maris, Campanilla es el hijo de Su Alteza el Gran Duque.

—Deben estar locos.

No podía creerlo.

—¿Qué les pasa? Soy Marquesa Maron. ¿Creen que eso es posible, considerando mi edad y la de ellos?

—La imaginación es libre.

—¿Cómo van a ver mi figura y mi cara después…?

—Creo que debería preocuparse más por otra persona que por Su Alteza el Gran Duque.

¿Otra persona?

Ah.

De repente, la cara de mi «familia mixta» apareció flotando como una nube. Es cierto que tiene un caso grave de «síndrome de segundo año de secundaria», pero de los tres, él es el más celoso. ¿Qué hago?

—Lo pensaré después.

Supongo que les explicaré bien la situación. ¡Qué más da! Con esa idea, cerré los ojos con fuerza y al abrirlos, hundí la cara en el mapa para evitar la mirada abrumadora de Misty.

Entonces, esto es el río, esta es la montaña escarpada, y este es el antiguo embarcadero…

¿Eh?

—Misty.

—Sí.

—¿Qué te parece este embarcadero?

—Parece que ha sido usado como embarcadero desde hace mucho tiempo debido a su ancho río y su corriente lenta. No solo abarca el Gran Ducado y el oeste, sino que si se navega río abajo, se puede llegar hasta el Bosque Lunar donde cayó Maestra Haley.

¿Qué?

Mi respiración se agitó de repente. Sentí que mis fosas nasales se ensanchaban. Incapaz de calmar mi emoción, agarré el mapa con fuerza y murmuré sombríamente:

—Es un lugar auspicioso con montañas detrás y agua delante. La parte delantera conduce a una ribera suave y baja, y la parte trasera tiene un bosque alto. La montaña bloquea el viento por detrás, tiene una forma abrazada y la entrada es relativamente estrecha.

—¿Sí?

No pude evitarlo. Estaba segura. La ardiente sangre coreana que corría por mis venas me lo dijo:

—¡Esta tierra es prometedora!