La sirvienta fugitiva es amada por el Gran Mago - Capítulo 64

Creak

Se escuchó el sonido de una página al pasar. Era Roina sentada, hojeando un libro. Después de rechazar al Gran Mago por primera vez, el lugar al que Roina fue era la biblioteca de la Torre Mágica.

Aunque su propósito era diferente al de una biblioteca real y la cantidad de visitantes era limitada, se podría llamar simplemente una sala de estudio. Sin embargo, debido a su vasta colección de libros y su amplio espacio, todos, incluida Roina, la llamaban naturalmente «la biblioteca».

El espacioso lugar, lleno de libros hasta el tope, estaba impregnado del familiar y viejo olor a papel, con un ligero toque a polvo. Roina estaba sentada en el centro, leyendo un libro.

El corazón que le había latido con fuerza y ansiedad después de apartar a Lutan, se había calmado, dejando solo un dolor punzante y frío. Le dolía, pero esto era lo correcto. Aunque el inicio de su relación con él fue inevitable, sus acciones posteriores sí eran una elección. La relación entre Roina y Lutan se basaba casi por completo en el pasado, un pasado que Roina no recordaba. Siendo así, esa relación debía construirse de nuevo desde cero.

Quizás esa relación pasada era la razón por la que una emoción inexplicable la controlaba, pero ella siempre quiso decidir su propia vida, desde el principio hasta ahora. Aunque fuera terca, no podía evitarlo. No encajaba con su personalidad dejarse llevar sin saber nada.

Ella se consideraba una persona apacible, pero por otro lado, pensaba que debido a este aspecto, su personalidad no era tan buena.

—Maestra, ¿ya no habla con Señor Lutan?

—…Mmm, no, no es eso. Solo decidimos dejar de tener relaciones innecesarias.

Cuando Fides, con la apariencia de una niña pequeña, le preguntó eso, Roina se sintió momentáneamente avergonzada de cómo responder. Lo pensó un poco, pero le dijo la verdad. Aunque Fides pareciera así, no era una niña ingenua que no supiera nada.

—¿Por qué? A usted le gusta Lutan, ¿no?

Por un instante, se quedó sin palabras. Era cierto que le gustaba Lutan. Quizás ella estaba pensando demasiado las cosas. Pero Roina no era de las personas que, después de pensarlo mucho y tomar una decisión, la cambiaban o la revocaban.

—Sí, me gusta. Pero esta relación no se construyó de forma normal. Si Lutan y yo fuéramos realmente pareja, podríamos hacer lo que quisiéramos si ambos nos gustáramos, sin ninguna razón. Pero yo creo que Lutan y yo aún no somos pareja.

Y yo todavía no tengo la capacidad de aceptar a alguien.

La última frase prefirió no decirla. Era solo su pensamiento que necesitaba tiempo para reflexionar sobre sí misma. Pensándolo bien, era una decisión muy unilateral y arrogante. Para Lutan también debió ser repentino. Pero él también fue unilateral y arrogante, así que debería soportar esto. Sin importar que lo hubiera hecho por ella. Roina pensó eso y volvió a bajar la mirada al libro que leía.

La historia, sociedad, geografía y cultura de este mundo estaban empezando a echar raíces en su mente. Ella tenía una buena capacidad de aprendizaje.

—Los humanos se vuelven novios si se gustan, ¿verdad? Entonces, ¿por qué la Maestra y Señor Lutan son diferentes?

—No todos los humanos que se gustan se hacen novios. Y aunque todos lo hicieran, no todos los individuos piensan igual. Si hay cien personas, hay cien formas de pensar. Así es como los humanos tienen sus propias ideas.

Fides no pareció entenderla completamente, pero asintió con la cabeza y volvió a sus tareas. Él siempre se dedicaba con esmero a barrer, limpiar y cuidar la Torre Mágica.

Roina volvió a apoyar la barbilla y continuó con sus pensamientos.

El libro que leía trataba sobre la Fiesta de Año Nuevo.

La Fiesta de Año Nuevo del Imperio Cailum. No era solo un evento nacional o una fiesta. Era una ceremonia religiosa solemne organizada por la familia imperial y, al mismo tiempo, un campo de batalla social entre los diversos países y nobles que rodeaban el imperio.

Como la magia era considerada un regalo de los dioses a los humanos, el Gran Mago siempre era invitado, pero las veces que él asistía eran contadas. Esto se debía aún más a que no había razón para que estuviera atado a la sociedad humana. En esta ocasión, Roina, conocida públicamente como la discípula del Gran Mago, lo acompañaría a dicho evento.

Roina había estado constantemente devorando los libros de la Torre Mágica, acumulando conocimiento sobre el mundo. Sin embargo, las áreas donde le faltaba información las aprendía a través de Maili y Josef.

Parecía inevitable que esta vez también necesitara esa ayuda. Tendría que hablar con el Gran Mago, pero primero planeaba investigar por sí misma tanto como pudiera. Cerró el libro y se levantó.

Por un momento, le vino a la mente la petición del Gran Mago de que le permitiera acompañarla, pero Roina abandonó la biblioteca sin decir una palabra.

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—¡Ro-Roina! Qué inesperado, no, quiero decir, ¡bienvenida!

La visita de Roina tomó a Josef por sorpresa, mientras Maili la miraba con el interés de un gato frente a un juguete. Josef, de repente, se dio cuenta y se apresuró a arreglarse el cabello desordenado, sin importar lo que estuviera haciendo antes.

—Sí, los tomé por sorpresa, ¿verdad? Espero no haber sido una molestia.

—¡Para nada! Usted es bienvenida en cualquier momento, Roina.

—Eh, Josef, eso nunca se lo has dicho a esta hermana.

Al escuchar eso, Josef abrió los ojos y los rodó de arriba abajo, como si le dijera en silencio que se callara. Roina soltó una risita ante la adorable y animada escena de los hermanos, algo realmente sorprendente si pensaba en la primera vez que conoció a Maili.

—Vine porque quería hablar sobre la Fiesta de Año Nuevo. Después de todo, ustedes dos, Maili y Josef, saben más sobre la alta sociedad que Lutan.

—Ah, de hecho, estábamos hablando de eso.

Ante sus palabras, Maili asintió y comenzó a hablar:

—¿El Gran Mago es tu pareja confirmada para la Fiesta de Año Nuevo? ¿Qué tal mi hermano?

—¿Eh?

—¡No, hermana! ¡No íbamos a hablar de eso!

¿Pareja? Roina nunca lo había pensado. Parpadeó. Josef, resoplando, le gritó a Maili, pero al mismo tiempo la miró de reojo, curioso por su respuesta. Roina sonrió incómoda ante su expresión.

—Quiero ir sin pareja.

—¿Sin pareja?

Maili miró a Roina con sorpresa y se acarició la barbilla. Murmuró: «Ah, es cierto, eso también es posible».

—Nunca pensé que fuera posible… Tienes razón, no hay ninguna ley que diga que no puedes ir sin pareja.

Si fuera una joven noble que buscara casarse, el asunto de la pareja sería de suma importancia. Se consideraba que no encontrar pareja significaba que el poder de la familia era débil o que no era popular. Por lo tanto, si no era una dama demasiado joven para ser objeto de tales conversaciones, lo normal era intentar conseguir pareja a toda costa, y hasta el año pasado, Maili no fue la excepción. Sin embargo, las palabras de Roina de ahora parecieron cambiar un poco su forma de pensar.

—Mmm, de acuerdo, lo de la pareja era en parte una broma. Dejemos eso para después. Roina, lo que de verdad quiero preguntarte es si estarás bien. Si ir al palacio imperial.

Al escuchar eso, Roina sonrió levemente. Maili, al saber por lo que había pasado, parecía preocupada.

—Sí, también tengo miedo de que mi cuerpo no responda si vuelvo a ver al Príncipe Heredero. Pero no puedo posponerlo. Verónica está allí, y también Ethan.

Ethan, ante ese nombre olvidado, Maili se puso seria. Si Ethan no hubiera estado allí en el último momento, Roina no solo no habría podido escapar, sino que Maili tampoco habría estado a salvo.

—¿Y eso es todo? Hay muchas otras personas que han sufrido por culpa del Príncipe Heredero. Tú lo sabes.

Josef reaccionó a eso. Había muchísimas personas con el rencor de que sus familias hubieran sido asesinadas por el Príncipe Heredero. Solo se habían callado ante la inmensa coerción, el miedo y el dinero. Josef había estado trabajando recientemente en acercarse y reclutar en secreto a esas personas.

—Tengo muchas cosas que quiero hacer. También quiero realizar nuevas investigaciones combinando las teorías de los magos con la magia que practico. También quiero redefinir los tipos de hierbas medicinales en este mundo. Hay muchas investigaciones que aún no se han llevado a cabo, así que hay muchos campos que se pueden abordar.

Todo lo que investigue y publique dejará una huella duradera en el mundo académico y será de gran beneficio para muchas personas. Ella quería hacer ese tipo de investigación, y además, quería dar verdadera libertad a aquellos que, como ella, habían sido esclavos, y también quería que todos tuvieran igualdad de oportunidades de aprendizaje.

Saber lo que uno quiere hacer es algo que solo es posible si se tiene cierto conocimiento. La gente común que vive en este mundo ni siquiera tenía la oportunidad de adquirirlo.

Las palabras del Príncipe Heredero sobre que «los esclavos también son personas» eran, en realidad, una mentira con buena apariencia. Probablemente era más bien un espectáculo para mantener una relación amistosa con el país del lejano este, al otro lado de las montañas, que se oponía estrictamente a la esclavitud.

La Roina de antes no lo sabía, pero después de adquirir diversos conocimientos, pudo leer esta sencilla situación política.

—Pero mientras el actual Príncipe Heredero exista, no podré hacerlo. Estaré atrapada para siempre. En mi trauma.

Roina habló con calma. Ante eso, Josef y Maili guardaron silencio. Especialmente Maili, quien al principio había disgustado y atormentado a Roina, atrapada en pensamientos erróneos, tenía una expresión llena de culpa. Su yo del pasado era de mente estrecha, y eso la atormentaría por mucho tiempo.

—Así que voy a luchar por mí misma.

Los ojos de Roina brillaron con serenidad.

Ella era una persona hermosa incluso cuando estaba sola, pensó Josef. Era alguien que había encontrado una causa mucho más grandiosa que la mera lealtad o fidelidad al emperador, y lo había hecho sola, sin depender de nadie. ¿Quién más podría salir de un lugar tan humilde y no conformarse? ¿Quién podría despertar por sí mismo esa inteligencia y curiosidad tan brillantes? Josef, en silencio, se grabó su imagen en la mente.

Quería ayudar a esa persona. Quería construir el mundo que ella deseaba junto a ella. Quería estar a su lado.

El joven en proceso de convertirse en hombre, sin saberlo, quedó profundamente fascinado por una mujer, no, por una persona. Fue un cambio que tendría un gran impacto en el resto de su vida.