La sirvienta fugitiva es amada por el Gran Mago - Capítulo 61

En el piso más alto de la Torre Mágica, donde había un pequeño jardín, Roina estaba inmersa en sus pensamientos.

Una vez más, Fides le había traído sándwiches, diversas frutas y otras cosas. Roina aceptó con gusto la comida que Fides le ofrecía.

Soplaba una brisa suave, las plantas alrededor desprendían una fragancia fresca. Era invierno, pero el lugar siempre estaba verde. Como la cuna de Quies.

Al pensar en eso, Roina abrazó sus rodillas. Lo de Quies fue muy repentino, pero era un gran alivio que todo se hubiera resuelto bien. Al final, ella había logrado devolver a la normalidad lo que había causado.

Las mujeres que regresaban después de saltar décadas probablemente causarían confusión, pero Quies las ayudaría lo mejor posible, en la Finca Amasto también harían todo lo posible para reparar los daños de los residentes.

—Pia, ¿sabías que Quies vivía así?

—Uhm, no. Solo compartimos fragmentos de emociones. Pensamientos cercanos a la fuente. Últimamente, Quies solo ha estado feliz y en paz, así que no pensé que hubiera algún problema.

«Obedeceré bien a mi ama», dijo Fides, sentándose frente a las rodillas de Roina y abrazándolas.

Era su forma de expresar afecto. Ella acarició el cabello del espíritu. Sentía una textura suave, esponjosa y sin peso. ¿Sería así tocar una nube?

—Lo siento.

—No, no tienes de qué disculparte.

Siendo sincera, fue mi culpa en mi vida pasada.

Ella se sumió de nuevo en sus pensamientos. ¿Qué era exactamente la novela original que ella conocía?

Desde que escuchó que Verónica era en realidad un fragmento de magia, este problema la había confundido. En esa novela, la sirvienta llamada Roina no aparecía.

Al principio, pensó que la historia original se había desvirtuado por sus acciones, pero se sintió confundida al saber que Verónica, la heroína original, era en realidad una sombra que imitaba a Roina.

Entonces, ¿qué le había pasado a la verdadera heroína original?

—Pia.

—¡Sí, ama!

Fides respondía con una sonrisa radiante.

Estaba llena de afecto hacia Roina.

Roina pensó que tal vez podría confiarle un poco sus preocupaciones a este espíritu.

Pero, ¿cómo se lo diría? «¿En realidad, conozco el futuro?» «¿Leí sobre este lugar en un libro?»

Sí, esta historia era un poco complicada de explicar. Por eso, hasta ahora, no había pensado en compartir este hecho con nadie.

Pero ahora, tenía a quienes la seguían y creían en ella incondicionalmente. Roina se armó de un poco de valor.

—¿Sabes algo sobre antes de que yo llegara aquí?

—Uhm, no con detalle, ¡pero sé que vino de otro mundo!

—…Sí, no solo de otro mundo, sino que…

Ella eligió sus palabras. Realmente no tenía idea de cómo decirlo. Fides miró fijamente a Roina.

—¿Quizás vio el futuro antes de venir?

—Uh, es un poco ambiguo, pero se podría decir que lo vi en una situación muy diferente a la actual.

Fides asintió.

Y luego, como para tranquilizarla, le dio palmaditas en la rodilla. Se sintió cosquilleo.

—Mi ama, poder vislumbrar el futuro era algo que podía hacer originalmente.

—¿Yo?

—Sí, sí, un futuro donde algo importante ha cambiado. Mi ama dijo eso. Que la forma no importa, solo que el ama ve el futuro centrado en sí misma. Y desde el momento en que lo ve, el destino cambia, así que no fluye de la misma manera, sino que es completamente diferente.

Al escuchar esto, Roina se quedó un poco aturdida. Aunque Roina no había dicho nada explícitamente, Fides se lo explicó muy bien.

Ella le agradeció y le acarició un poco más la cabeza.

—¿Te sirvió de ayuda?

—Sí, me ayudó. Pero lo pensaré un poco más.

Si lo que decía Fides era cierto, entonces la novela original que ella vio era una premonición del futuro, el hecho de que la obra original hubiera cambiado se debía a que ella la había visto.

Entonces, ¿significaba eso que este cambio se originaba en ella y que los eventos externos probablemente permanecerían iguales?

La expresión de Roina se ensombreció.

Mientras estaba absorta en sus pensamientos, sintió la presencia de alguien.

—Laiger.

Ahora lucía un cabello blanco bien peinado y le sentaba bien, pero vestía el impecable uniforme de caballero del templo, el cual era sumamente indecente si se pensaba en lo que hacía con ella. Era Laiger.

—Sí, Lady Roina.

—¿Estás mejor del cuerpo?

Al escuchar esas palabras, él enrojeció y bajó la cabeza.

Las puntas de sus orejas, sonrojadas, sobresalían claramente entre sus cabellos blancos con una saturación nítida.

—Yo… la puse en problemas de nuevo, Lady Roina. Lo siento.

—Oh, no, no es así. Laiger estuvo a punto de que su existencia se desmoronara, así que… por eso pregunté.

Al escuchar eso, Laiger apretó un poco más el puño. La miró de reojo con un aire un tanto indeciso.

Su flequillo blanco se agitó, revelando la expresión de sus ojos. El rabillo de sus ojos estaba ligeramente caído, mostrando una expresión lamentable, como si la estuviera observando.

Roina también estaba igual de preocupada por Laiger. Por mucho que fuera necesario para el contrato, no podía ignorar la resonancia emocional que los unía con un placer tan extremo.

Sintió un calor repentino y Roina se abanicó.

De repente, él soltó una frase inesperada y confusa.

—Yo, para que a Lady Roina le sea más placentero, he… he estudiado un poco.

—¿Eh?

¿Qué estudio? ¿Qué diablos estudió? Mientras Roina estaba desconcertada, Laiger, con una expresión decidida, se acercó a Roina.

Estaban tan cerca que podía sentir su aliento. Fides, que estaba a un lado, de alguna manera apretó ambos puños con una expresión igualmente resuelta, hizo un gesto como de animar a Laiger, luego desapareció de allí con un suave fwoosh.

—¡¿Fides?! ¡¿Adónde vas?! ¡Ah!

Laiger, de repente, se llevó el lóbulo de la oreja de Roina a la boca.

Primero lo lamió suavemente, luego lo masticó sin dolor, con pequeños mordiscos. La forma torpe en que la tocaba en realidad estimulaba su sensibilidad.

Roina sintió que le subía la temperatura de repente.

—Ugh, uhm, Laiger, no tienes que hacer esto.

—¿No ha estado usted sufriendo por mi culpa todo este tiempo?

«He aprendido recientemente que en el acto sexual entre hombre y mujer, no solo hay penetración», le susurró a Roina con voz húmeda.

Luego, él la tomó por los hombros y la tumbó naturalmente sobre la hierba.

¡Plop!

Roina cayó sobre el jardín, que estaba impregnado de un calor reconfortante, mientras balbuceaba.

Sobre ella se proyectó la sombra de un hombre mucho más grande, cuya expresión era tímida y de alguna manera lúgubre.

Los botones de su túnica de caballero sagrado blanca estaban abrochados hasta el cuello.

—Espere un momento. Por ahora, no necesita reponer su maná… uhm.

—Lo sé. Pero me gustaría que usted también fuera feliz.

Laiger bajó la cabeza y le subió el dobladillo de la blusa a Roina. Luego, apoyó sus labios alrededor de su ombligo y lo besó con un suave «toc». Pero no solo eso, deslizó su lengua y lamió su vientre suave. Una sensación suave y cálida flotó alrededor de su ombligo, erizándole la piel.

Roina dejó escapar un quejido.

—No es necesario que lo haga conmigo. Solo deseo que usted sienta el mayor placer.

Diciendo eso, suavemente, con la boca, tomó el borde de la lencería de su blusa y la subió. Su pecho, que estaba cubierto por la ropa, quedó expuesto. Sus labios, que sostenían la tela, rozaron sus pezones, lo que también le provocó una sensación estimulante.

—Ah, no. Laiger. Nadie quiere que hagas eso. Por favor, detente…

—Pero Lady Roina.

Él deslizó su lengua y succionó con franqueza el pecho de Roina. La punta de su lengua, húmeda y cálida, tocó su pezón erecto y sensible, haciendo que ella temblara ligeramente. La sensación de succión suave y cuidadosa era sensual. También se escuchó un leve jadeo de ella.

—Su rostro es demasiado hermoso.

Roina se sonrojó de vergüenza.

Laiger la miraba como si estuviera genuinamente extasiado. Cuando ella no pudo encontrar una respuesta debido a la confusión, él bajó la cabeza sin dudar y se metió de repente bajo su falda.

—¡No, un momento, necesito hablar… ¡Hmph!

Esta vez, Roina, sorprendida, intentó detenerlo, pero él era terco. Inmediatamente, con fuerza, abrió sus muslos y le lamió la braga de un extremo a otro.

Roina sintió de nuevo una extraña confusión ante la sensación caliente y húmeda que se deslizaba sobre la tela fina.

Él no le dio tiempo a reaccionar y con la punta de su lengua invadió el espacio entre la tela, succionando su lugar íntimo.

Chup-

Su lengua se adentró en su parte inferior. Roina se estremeció. Por más tiempo y con más intensidad que hubieran intimado, Laiger aún era un hombre desconocido para ella.

Era un tipo de persona completamente nueva, de principio a fin, algo que ella nunca había visto. A diferencia de Lutan, su cabello blanco y corto, suave y algo desordenado, le cosquilleaba el interior de los muslos, eso a su vez hizo que algo brotara desde lo más profundo de su ser.

Sentía un cosquilleo desde el interior de su corazón. Intentó apartarlo, pero todas esas sensaciones eran excesivamente estimulantes, y se quedó sin fuerzas.

—¡Ugh, ah!

Cuando él le lamió torpemente el clítoris, rozando su vulva, un gemido se escapó involuntariamente, casi por inercia.

Era como si una bola de fuego se acumulara dentro de su cuerpo. Ella misma no sabía por qué.

Mientras la sostenía por la parte posterior de las rodillas y le lamía su parte inferior húmeda de forma lasciva, él transmitía una sensación de reverencia, como si estuviera rezando a Dios.

En ese momento, otro hombre apareció a su lado. Era Lutan. Parecía un poco malhumorado, o quizás incómodo, pero sostuvo su hombro y su cabeza con delicadeza.

—¡Lu- hng, Lutan?!