La sirvienta fugitiva es amada por el Gran Mago - Capítulo 6

Finalmente, el caballero que se había movido lentamente, profundamente teñido de excitación, dejó escapar un jadeo sofocado y agarró su pelvis con manos calientes, aumentando gradualmente el ritmo. Debía ser insoportable para él también.

Ella no podía girar la cabeza, así que no podía ver su expresión, pero sintió sus emociones más allá de sus dedos que se apretaban con urgencia.

Cerró los ojos con fuerza. Aunque era increíble, cada vez que él la penetraba rápida y fuertemente, un placer insoportable la invadía, y gemidos se derramaban del interior de sus labios entreabiertos.

—Ha, ah, ¡ah! ¡Ugh, ung!

—Como una bestia, ha, solo lloras, Roina, ¿te gusta? Porque estás cumpliendo tu propósito.

Ella lloraba, pero al mismo tiempo gemía mientras el hombre la penetraba arriba y abajo. Las palabras de Roberto se lo recordaron. Quería resistirse, pero cada vez un pene caliente atravesaba su vagina, haciéndola temblar involuntariamente. Desde el principio, domesticada por el príncipe heredero, acababa de experimentar un placer extremo ante el estímulo desconocido.

Su boca inferior ya había recibido un miembro más grueso y oscuro que antes, y una vez que comenzó, su vigoroso movimiento solo se aceleró, haciendo que su vulva burbujeara de espuma blanca. Era la espuma producida por el semen que ya se había extendido dentro de ella una vez.

—Haa. Tú, ¡ha!, eres para este propósito. ¡Aah!

—¡Ugh, ah, hang! ¡Hup!

—Kuk, ahora, deja de permitir…

Roberto asintió levemente y sacudió su cintura vigorosamente hacia adelante y hacia atrás. Ante una velocidad diferente a la de antes, Roina tembló sin poder cerrar la boca. Lágrimas continuaron fluyendo de sus ojos, sin saber si eran por placer o por humillación.

Ella realmente quería dejar de sentir. Pero el gran hombre que se movía honestamente por el deseo debajo de ella infundió un placer contundente en su interior como una llama. Como si los orgasmos que había sentido varias veces antes se acumularan en capas, volvieron a golpear su presa.

—¡Huk, ah! ¡Haang, ugh, uwaaa!

Entonces, en un instante, como si esa presa se rompiera, su bajo vientre se retorció profundamente. Su coño, que había estado apretando su miembro con fuerza, tembló y se contrajo prolongadamente contra su voluntad, ella tembló, dejando caer lágrimas ante el intenso placer. Reflexivamente torció su pelvis para escapar, pero fue inútil porque dos grandes y cálidas manos la sujetaban. El príncipe heredero también tembló, empujando su miembro profundamente dentro de su boca.

Un sabor amargo y espeso llenó su boca. Gulp, era asqueroso, pero debido al largo lavado de cerebro, su boca tragó el semen sin dudarlo.

El hombre que estaba abajo eyaculó un instante después en su interior tembloroso. Aunque claramente había hecho lo mismo que el príncipe heredero, sintió una sensación más apretada en su bajo vientre, con algo aún más caliente llenándolo más que antes. Hubiera sido mejor si hubiera sido un poco más profundo. Como el príncipe heredero. Un pensamiento confuso y obsceno cruzó brevemente su mente.

Los dos hombres se movieron un par de veces más, empujando su semen profundamente, y luego se retiraron uno tras otro.

Sseak sseak

su pequeño y frágil cuerpo, completamente exhausto después de experimentar una serie de grandes placeres, se desplomó sobre el escritorio del despacho, respirando con dificultad. El semen que no había podido tragar se acumuló en su boca, brillando turbiamente con su saliva, sus labios, hinchados y rojos por las repetidas inserciones, goteaban un flujo blanco y abundante cada vez que inhalaba.

El semen de los dos hombres se mezcló, hinchando su interior. A pesar de haber fluido tanto durante el salvaje acto sexual, su interior estaba lleno de mucosidad blanca. Roina, que aún no había aceptado completamente la realidad, solo miraba fijamente hacia adelante con ojos desenfocados.

Sobre el escritorio donde el príncipe heredero solía realizar sus tareas, una sirvienta, terriblemente violada por dos hombres, yacía como una muñeca a la que se le habían cortado los hilos. Con marcas rojas de manos y marcas de dientes como pétalos de flores por toda su blanca piel.

El intenso olor a flores nocturnas y la fragancia lasciva de un acto sexual amargo llenaban el despacho.

Roberto, al ver esa escena, sonrió cruelmente con una lánguida satisfacción. Agarró la cinta que colgaba de su cuello como una correa y la obligó a hacer contacto visual.

—Recuerda que la razón por la que solo me sirves a mí es para mantener el secreto, no porque seas especial. Eres una herramienta para servir a los hombres. Si vuelves a olvidar que eres mía y te comportas con insolencia, te destrozaré por completo y te arrojaré al barro.

Sus ojos azules brillaron escalofriantemente. Roina, desnuda e impotente, sintió instintivamente la amenaza y tembló de miedo. Solo había una respuesta que podía dar.

—Entendido, amo… todo lo que soy es para usted…

Una lágrima solitaria, escondida bajo sus pestañas, rodó y cayó por su barbilla.

Roina abrió los ojos en su habitación.

Una habitación individual hecha a la ligera a partir de un cuarto donde se guardaban las herramientas de limpieza. Había una razón por la que Mailie podía entrar y salir fácilmente a pesar de que ella cerraba con llave. Todo en esta habitación era viejo, chirriaba y tenía huecos por donde entraba el viento.

Ella tembló los párpados con un sentimiento de vacío. El acto sexual que le había dado un placer extremo y al mismo tiempo había arañado su autoestima aún permanecía como una sensación vívida en todo su cuerpo.

Pero no había rastro de ello en ninguna parte. Una de las magias grabadas en su cuerpo la devolvía a un estado limpio y «ocultaba» las heridas. No importa cuán salvajes fueran los actos del príncipe heredero, no quedaba ni una sola marca en ella. Aparentemente.

Cuando se levantó, la vieja manta cayó sobre sus rodillas con un crujido. No solo no era suave, sino que tenía una textura rígida. Sin embargo, si se esforzaba por envolverse en ella y acurrucarse, le daba un calor aceptable. Era una de las pocas cosas que poseía Roina, por lo que la apreciaba aún más.

Miró hacia afuera y vio que el sol aún no había salido, era un amanecer tenue. Su cuerpo y su mente estaban hechos jirones, pero se había despertado más temprano de lo habitual.

¿Serían diferentes las personas de este mundo, o el cuerpo de Roina sería inusualmente fuerte? Originalmente, debería haber estado demasiado cansada para seguir el horario, pero de alguna manera lo había soportado.

Una vez que estuvo en un estado en el que podía reflexionar en silencio sola, la ira que había estado evitando deliberadamente brotó repentinamente de una esquina de su mente.

[Los esclavos también son humanos. También son mi pueblo. Yo aboliré el sistema de esclavitud profundamente arraigado en este país. La familia imperial dará el primer ejemplo.]

Fueron las palabras del propio príncipe heredero. Pero él, bajo la máscara de un heredero al trono joven, justo y como un cordero manso, terminó pisoteando cruelmente su dignidad en secreto.

Aparentemente, Roina era muy obediente. De hecho, la Roina original antes de que ella se convirtiera en ella habría tenido que conformarse. El príncipe heredero también estaba satisfecho con su comportamiento sumiso.

Pero ella estaba furiosa.

‘No soy tu esclava ni tu mascota. Yo decido mis necesidades. No tú, basura sucia’

Si Roina hubiera sido la verdadera Roina, habría aceptado las palabras del príncipe heredero como verdad y se habría derrumbado rápidamente. Pero ella no era así. Si hubiera sido una persona que se derrumbaba fácilmente, no habría sobrevivido a la dura vida de esclava en el palacio imperial.

Incluso antes de convertirse en Roina, solo diferían ligeramente en estatus, agresividad y forma. Muchas personas intentaron hacerle algo similar.

Su jefe, que se apropiaba de sus logros y trataba de salir del paso con un «es gracias a ti, no lo olvidaré» o con acoso sexual, su compañero, que la difamaba y trataba de echarle la culpa de sus errores, su ex novio, que se entrometía en todo y trataba de dominarla, eran todos iguales.

Y ella hizo que todos se arrepintieran. Estaba harta del gaslighting y al menos sabía exactamente qué era la hipocresía que la engañaba. El mundo la había hecho así.

[¿Tú también sientes placer al recibir a un hombre? Tú existes para esto. Vivir como mi juguete es la mejor vida para ti.]

Esta era la lógica del príncipe heredero. Era realmente ridículo.

‘Otros no deciden lo que es bueno para mí’

En cualquier situación, ese hecho permaneció como su base, y esta era su forma de protegerse y mantenerse a sí misma.

Ese príncipe heredero no podía hacerla temblar solo porque tuviera una cara bonita.

Sacudió la cabeza y se levantó completamente. Se enderezó el cuerpo que crujía, se arregló la ropa y decidió comenzar el día más rápido que los demás. Luego abrió la puerta de su habitación y se sorprendió tanto que gritó.

—¡Kyaa!

—…….

Otra vez él. Roina se agarró el pecho palpitante y apenas se calmó. Una de las pocas personas que creía que era decente aquí, pero la sombra del príncipe heredero que la había violado brutalmente ayer.

—¿Qué sucede, Lord Ethan?

Ethan. Él estaba parado frente a la puerta con rostro severo. Se sentía completamente diferente a como era antes de entrar al despacho. Da miedo. Esa persona es igual que el príncipe heredero. Cuando ese pensamiento cruzó su mente, Roina retrocedió involuntariamente un paso.

—Escuché que ayer corrió peligro, durante el día. Es una orden del príncipe heredero que permanezca a su lado por un tiempo.

—…¿No es usted, Lord Ethan, demasiado valioso para proteger a alguien como yo?

Roina se quedó atónita. Un caballero directamente bajo el príncipe heredero era demasiado para escoltar a una sirvienta de origen esclavo que era tratada peor que una criada.

Se sintió frustrada.

‘¿Por qué el príncipe heredero me hace esto? ¿Cuál es la razón de tal obsesión con una simple esclava sexual?’