La sirvienta fugitiva es amada por el Gran Mago - Capítulo 154

—¡¡Josef!!

Roina se ahogó en un grito. Sintió que el cuerpo de Josef caía lentamente al suelo y que la energía de oscuridad que lo rodeaba desaparecía con rapidez.

Josef se había sacrificado para expulsar por completo a Ryu Hyeon. Roina se apresuró a acercarse a él. Vio cómo la sangre se esparcía de una manera irreal. Sintió un ardor en los ojos, y las lágrimas se acumularon y brotaron, como si fuera inevitable. Su vista se nubló y sintió que no podía tomar una decisión clara.

—Señora… Roina.

dijo Josef con una voz tan débil que parecía que se iba a romper. Roina negó con la cabeza enérgicamente, queriendo decirle que no hablara. Pero él no solo no la escuchó, sino que también levantó un dedo tembloroso y rozó la mejilla de Roina.

—No llores…….

Al verlo sonreír con dificultad, Roina se ahogó y se cubrió la boca. Esto no podía estar pasando.

—Soy feliz… lo último que veo, es usted.

Josef exhaló con dificultad y dejó caer su mano. Roina murmuró ‘no, no’, pero la respiración de Josef no regresó. Él, de forma cruel, le había dicho esas palabras y exhalado su último aliento. Roina sintió una tristeza como si hubiera caído en un pantano sin fondo. Él no tenía por qué morir.

En ese momento, una mano se posó en el hombro de Roina.

—¿Lutan…?

—Todavía hay una manera.

—¿Hay… una manera?

Roina intentó preguntar cuál era, pero Lutan parecía dudar. Sintió que sus pestañas revoloteaban y se posaban con tristeza. Sorprendentemente, habló con una expresión melancólica.

—Haga un nuevo contrato.

—¿Un nuevo contrato…?, ¡Lutan!

—Es posible si se superpone. Señora Roina, usted puede hacerlo.

Roina miró a Lutan con horror. Era una posibilidad en la que ella ni siquiera había pensado. Lutan estaba hablando de un nuevo contrato por sí mismo.

Roina tenía cinco contratos de forma anómala: Lutan, Ethan, Laiger, Jason y el príncipe heredero, que tenía el poder de Ryu Hyeon. Todos ellos tenían algo en común. Obtuvieron poder o recuperaron la vida a través del contrato con ella. Y, tenían que tener una relación física con Roina.

Eso también se aplicaría a Josef.

—Es mejor eso que sufrir por el resto de su vida.

—Lutan…

Lutan limpió con cuidado las lágrimas que caían por la mejilla de Roina. El calor de su cuerpo se sintió en su piel. Su toque era suave, como si la estuviera consolando. Roina tomó suavemente la mano de Lutan y se giró para mirar a Josef. La vacilación le hizo jadear un poco, pero pronto se calmó. Miró a Josef con ojos decididos, se inclinó y lo besó profundamente.

Pronto, sintió una sensación como si estuviera hundiéndose en el fondo de un océano. Estaba en la conciencia de Josef. Afortunadamente, su vida y su alma aún no habían abandonado su cuerpo por completo. Roina nadó hacia Josef, quien se hundía poco a poco en la muerte. Cada vez que se movía, sentía una energía oscura y pegajosa que la bloqueaba. Eran los restos de Ryu Hyeon. Roina, con una expresión firme, emanó su energía dorada para expulsar esos restos uno por uno. Los envolvió uno por uno con su energía dorada para que no pudieran usar su fuerza, evitando que controlaran a Josef. A diferencia del príncipe heredero, Josef no había perdido el control ante Ryu Hyeon.

Roina se acercó a Josef lentamente, pero con seguridad. Justo antes de que Josef se hundiera por completo en el pantano de la muerte y no pudiera regresar, ella lo agarró de la mano y lo levantó.

—¿Señora Roina…?

Sus ojos, que habían estado cerrados como si estuviera dormido, se abrieron lentamente y sus pupilas azules aparecieron. Al ver a Roina frente a él, abrió los ojos de par en par, sorprendido.

—Escúchame, Josef. Ahora vamos a hacer un contrato.

—¿Qué?

—Es la única manera de que vivas. Extenderemos tu vida con un contrato, y a cambio, yo te daré un suministro interminable de maná.

—Pero si hacemos eso, usted, señora Roina… —Josef se sintió abrumado y triste porque sabía que ella no podría escapar de esa forma que Ryu Hyeon había creado. Y al mismo tiempo… se sintió vergonzosamente feliz.

—No hay tiempo. Hagamos el contrato, Josef.

—El proceso de ese contrato, ¿no es una relación física al final?

—Sí, pero tu cuerpo está cerca de la muerte, así que haremos un precontrato en tu conciencia.

—Señora Roina… yo… —En ese momento de conflicto, Josef exhaló y dijo—: Estoy bien. No quiero vivir sacrificándola a usted. La amo, pero no puedo ser una carga.

‘Usted no me ama’, fueron las palabras que no dijo. No podía decirlas. ¿Cómo se atrevía él? También sabía que conectarse con ella de esta manera solo le traería problemas. Josef bajó la cabeza.

—¿Solo tú… tienes que estar de acuerdo?

—¿Qué?

—Josef, ¿la tristeza de tu familia, amigos, compañeros… y la mía, no significan nada para ti?

—…

—Esta es mi decisión. No me arrepentiré.

Josef finalmente se vio atrapado por la intensa mirada de Roina. Una vez más, ella había atrapado su mirada. Fue arrastrado sin poder evitarlo, hacia arriba, cada vez más arriba, por la mano de ella. Fue sacado de la muerte profunda, como el abismo, hacia la vida, como la luz, por Roina.

—No mueras, Josef. Al menos por mí.

Una vez que ella le había ordenado eso, él no podía desobedecerla. Finalmente, asintió aturdido, su diosa se inclinó, posó sus labios en los de él lentamente, pero con pasión, le dio vida.

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—¡Uf!

Un dolor punzante invadió el cuerpo de Josef. Despertó de su sueño como un buceador que emerge a la superficie, jadeando. Su pecho estaba vendado y se encontraba en una sala de hospital limpia.

—¿Despertaste?

¡Shhh!

Un débil sonido de cadenas se escuchó. Josef, confundido, miró hacia donde provenía la voz. Vio a Roina sentada con las piernas cruzadas en una silla junto a su cama.

—¿Qué… qué pasó?

—Todo terminó. Tú, en realidad, moriste en el sacrificio final, y yo te reviví a la fuerza. Es como si hubieras resucitado como un no-muerto. ¿Cómo te sientes?

—… No lo sé. Es como si acabara de despertar de un sueño…

—Ya veo. Qué bueno.

‘Parece que no te duele nada’

dijo Roina, se subió a la cama de Josef. Él, confundido, exclamó: ‘¡Qu… qué!’, y Roina soltó una risita ante su extraña reacción.

—Te dije que era un precontrato. Para revivirte por completo, tenemos que tener una relación física.

—¿Sí…? ¿Sí?

Josef estaba completamente avergonzado, y su rostro se puso muy rojo. Roina se rió, encontrándolo sinceramente lindo.

—Tienes vendas, pero las heridas de tu cuerpo parecen haber sanado… No te pongas nervioso.

Roina levantó un dedo y lo deslizó sobre la barbilla, el cuello y la clavícula de Josef, luego rasgó su ropa. La ropa parecía estar hecha de una tela extraña, porque cada vez que Roina la tocaba, se desprendía. Josef estaba completamente avergonzado. La otra mano de Roina ya había llegado a la cintura de sus pantalones.

Vergonzosamente, su miembro ya estaba bastante erecto desde el momento en que Roina se había subido sobre él, y no podía controlarlo.

—Señorita Roina, por favor… espere un momento. ¡Ugh!

‘Mi primera vez no puede ser así’, su voz se ahogó en la vergüenza. En este momento, su corazón latía tan fuerte que parecía que se le saldría, lo que le impedía actuar correctamente. En el momento en que la mano de Roina llegó a su ropa interior, Josef cerró los ojos con fuerza. Aunque se arrepintió de inmediato del exceso de estimulación.

La reacción temblorosa de Josef le dio a Roina un nuevo tipo de diversión. La culpa de tener una relación con Josef, que era como su hermano, duró solo un instante. Como él reaccionaba de forma exagerada a cada toque, no podía evitar divertirse.

‘Es como si… yo estuviera abusando de Josef’

Roina sonrió, sintiéndose un poco avergonzada por la extraña situación que la hacía sentir nerviosa también.