La sirvienta fugitiva es amada por el Gran Mago - Capítulo 148

Una fuerte ráfaga de viento golpeó los hombros de Jason y Nova. Ambos se aferraron a la isla rocosa, luchando para no ser arrastrados por el aire. A su alrededor, la oscuridad se cernía mientras el mar rojo se agitaba y se alzaba amenazadoramente. Nova, aterrado, gritó:

—¡Seguro que todo esto está pasando porque no me convertí en un sacrificio!

—¡Te dije que no dijeras tonterías!

—¡Es que hubo una profecía!

—¿Una profecía?

—¡Sí! ¡Una profecía!

Nova cerró los ojos con fuerza, tratando de controlar su cuerpo tembloroso. Jason lo atrajo hacia él con un «Ay, qué demonios», y lo cobijó entre sus brazos. Solo entonces el cuerpo de Nova dejó de temblar. Se encogió como un gatito, y a Jason le pareció increíblemente lamentable.

—Snif, si cada año, en la fecha establecida, no se le sacrifica una bestia que tenga la sangre mezclada al dragón dorado, el mundo será destruido…

—Demonios, ¿qué es esta tontería ahora?

—Pero eso dice la profecía, ¿qué puedo hacer? Un dios no diría una tontería.

—Claro que sí. Puede que lo haga.

Hace mil años, los dioses de las bestias humanoides parecían haber tenido un gran prestigio. Era un sentimiento de reverencia que a Jason, que venía del futuro mil años después, le resultaba difícil de entender. Ante sus palabras, Nova se quedó mudo con los ojos muy abiertos.

Era la primera vez que un adulto le decía algo así. Nadie le había dicho jamás que estaba bien desobedecer una profecía. Aunque se evitaba hablar de ellas, así que no era algo que se mencionara muy a menudo.

—Entonces, ¿y esto? Para calmar la ira del dios, hay que matar al dragón dorado.

—Oh, eso me gusta un poco más.

Por supuesto que no había forma de que pudiera matarlo. ¿Acaso no los acababa de echar con su poder? Pero Jason esbozó una sonrisa. Como si no importara que no pudiera ganar.

Se levantó, estiró el cuerpo y, poco a poco, comenzó a transformarse. Sus manos, brazos, hombros, torso y cabeza. Su cuerpo, ahora en forma de bestia, se parecía mucho a un lobo.

—¡Ugh, hueles a perro!

—No soy solo un perro, soy un perro lobo.

Se paró en medio de la isla rocosa, y resopló, golpeando el suelo varias veces con las patas, antes de agacharse.

—Sube. Sujétate fuerte para no caerte.

—¿Eh?

—No sabes nadar, ¿verdad?

—¡Ugh!

Fue entonces cuando Nova gimió y se subió a la espalda de Jason, ahora convertido en un perro lobo. En ese momento, Jason se impulsó con sus patas traseras y saltó. Una marca del impacto quedó grabada en la isla rocosa.

Sorprendentemente, Jason corrió sobre la superficie del mar. Sus patas delanteras tocaban el agua y al mismo tiempo sus patas traseras la impulsaban. Por el camino que él pasaba, el mar rojizo salpicaba. Nova, sorprendido, gritó:

—Si podías hacer esto, ¿por qué no lo hiciste antes?

—¡No estaba seguro de que fuera a funcionar! ¡Lo hice ahora porque no había de otra! ¡Ay, qué es esto!

Además de las salpicaduras, por donde Jason pasaba aparecían unas bestias negras. Se parecían a tiburones sin ojos y, con un chasquido de dientes, intentaban morder y devorar el lugar por donde Jason había pasado.

Jason, horrorizado, aumentó aún más su velocidad. Como su corazón latía más rápido, sus patas se hundían más en el agua. Inseguro por esto, Nova se agarró más fuerte del pelaje de Jason.

—¡Ay, eso duele, pero agárrate así de fuerte! ¡Voy a ir más rápido!

Jason sonrió con su boca de lobo. Y no era una fanfarronería, ya que corrió tan rápido que Nova tuvo la ilusión de que había desaparecido. Las bestias solo se tragaron el aire vacío.

⋅•⋅⋅•⋅⊰⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅∙∘☽༓☾∘∙•⋅⋅⋅•⋅⋅⊰⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅

En el centro de la isla, suspendidos en el aire, Lutan y Roina se vieron envueltos en un breve silencio. Roina estaba demasiado sorprendida, mientras que Lutan parecía simplemente aburrido.

—…Lutan. Tengo una pregunta.

—¿Cuál?

—¿A ti no te importa que el mundo sea destruido?

Roina lo miró fijamente, aún abrazada a él. Lutan no la soltó, como si le gustara estar cerca de ella.

—…Así es.

—¿Por qué?

—…….

—Si el mundo se acaba, no quedará nada. Tú también morirás. Espera un momento, ¿acaso…

—…….

—¿Quieres morir?

Roina de inmediato lo agarró del cuello de la camisa y lo jaló hacia ella. Los ojos de Lutan se abrieron un poco al ser arrastrado por la mano de Roina.

—¿Por qué?

—…….

—Tienes un poder tan grande y estás vivo. Entonces, ¿por qué?

—…Porque estoy aburrido.

—… ¿Solo por eso?

—¿Acaso sabes lo que se siente vivir por miles de años?

—……..

—Puede que sea soledad. Y además de hacer estas tonterías, ¿qué otra cosa puedo hacer? Solo me queda este papel superficial de “guardián del mundo”. No tiene sentido vivir en este estado.

Roina, con las manos aún en su cuello, escuchó aturdida las palabras de Lutan. Por primera vez, los ojos de Lutan se llenaron de una emoción intensa. Furia. Era furia. Furia contra sí mismo.

—No.

—….. ¿Eh?

—Claro que tienes un motivo para vivir. Tu motivo se crea en el momento en que haces algo. Nadie vive sin un motivo. Cruzarse de brazos así solo es una pereza disfrazada.

—¿Qué…?

—¿Quieres refutarme? Está bien. No sé casi nada de ti, así que es natural que quieras refutarme. Pero, si es así, vive. Vive aunque solo sea para refutarme y haz lo que tengas que hacer.

—…….

—Porque eso es vivir.

En ese instante, ¡CUGUGUNG! La tierra volvió a temblar. Roina miró a su alrededor, sorprendida. Había una herida larga y rasgada en el cielo. Una herida rasgada, esa era la única forma de describirla.

Un profundo vacío oscuro llenaba el espacio de la herida, que parecía una cicatriz larga. Roina sintió un déjà vu al verla.

—Ryu Hyeon.

—Así que lo reconoces.

—¿Qué es esto?

—Como dije, es obra de Ryu Hyeon. Está tratando de romper este mundo para entrar. Es algo que no debería poder hacer, pero parece que el consumo continuo de sacrificios se lo ha permitido.

—El consumo de sacrificios… Entonces, ¿todas las personas que se sacrificaron hasta ahora…?

—Se las comió Ryu Hyeon. Es una suposición, claro.

—Y tú simplemente lo dejaste hacer. Qué tonto.

—…….

—¿Qué era lo que te atormentaba tanto? ¿Te ríes de la muerte? ¿Tanto como para dejar que él te mate? Probablemente, el último sacrificio serás tú.

—…No me importa.

—¡Claro que no es verdad! ¡Tonto, idiota!

Sin darse cuenta, Roina lo criticó duramente. Se le vino a la mente la imagen de él, mil años en el futuro, siendo devorado por Ryu Hyeon.

—No. He decidido que eso no pasará. Voy a detenerlo con todas mis fuerzas, así que ya verás.

Roina se agarró la tela del vestido que había creado con magia, se separó de Lutan y se paró en el aire. Ella también podía hacer eso. Con una mirada de reproche, se quedó flotando en el aire y de repente vio unas figuras que se acercaban corriendo por el mar.

—¡¡Jason…!!

—Parece que el tonto no soy yo.

—¿Qué quieres decir?

—Los lancé a un lugar lejos de la isla a propósito, y ahora vuelven por su cuenta.

—¿Hay alguna razón para que no deba venir?

—¿No ves la grieta imperfecta? Ryu Hyeon está buscando más sacrificios. Si se traga una cosa más, probablemente podrá manifestarse por completo.

Roina se mordió los labios ante esas palabras. No serviría de nada decirle a Jason que no se acercara. En el tiempo que estuvieron hablando, ya había acortado la distancia y ahora había llegado a la orilla de la isla.

En ese momento, un tentáculo negro y oscuro se extendió desde la grieta, y se disparó hacia Jason y Nova. Roina rápidamente creó una hoja de viento para cortar el tentáculo.

Solo entonces Ryu Hyeon pareció notar la presencia de Roina, ya que una voz extraña provino de la oscuridad.

[Me estás estorbando. No eres el dragón dorado, ¿quién eres?]

Roina dudó un momento, pero respondió.

—Roina.

[¿Una mujer? Qué extraño. No debería haber humanos que usen esta clase de magia. Dragón dorado, ¿la has enseñado tú?]

Ambos, Roina y Lutan, respondieron a sus palabras con silencio. Roina no sabía qué decir, Lutan estaba demasiado perezoso para responderle.

[Jojo… No importa. Mataré y me tragaré a esa humana. Dentro de poco, te tragaré a ti también, Lutan.]

Junto con esas palabras, los tentáculos negros cayeron sobre Roina de un solo golpe.