La sirvienta fugitiva es amada por el Gran Mago - Capítulo 147

Lutan, que se encontraba cara a cara con Roina, suspiró de pronto en un momento dado. Ante eso, Roina abrió los ojos un poco más. Le había preguntado por el sacrificio para el Dragón Dorado, así que ¿qué significaba esa reacción?

—¿Por qué me preguntas eso a mí?

—…¿Acaso tú no eres el Dragón Dorado?

—…Sí y no.

Si era un ‘sí’, era un ‘sí’, y si era un ‘no’, era un ‘no’. Pensó que, incluso mil años después, él seguía hablando de manera enigmática. Roina, con un poco de molestia, dijo:

—¿No puedes decidirte y decirme de una vez? ¿Qué significa eso?

—Soy el Dragón Dorado, pero no soy el Dragón Dorado al que los humanos le ofrecen sacrificios.

—¿Qué?

Entonces, ¿quién se hacía pasar por el Dragón Dorado? Roina se quedó atónita.

—Como dices, no me alimento de humanos. Incluso puedo vivir sin comer animales. Eso es algo que solo hacen los seres inferiores.

‘Inferiores’… Roina abrió ligeramente la boca ante esa palabra tan extraña que nunca imaginó escuchar de Lutan. Era cierto, esta era la primera vez que Lutan le hablaba de esa manera.

—Entonces, ¿quién es el que recibe los sacrificios? Los reciben porque alguien los ofrece, ¿no?

—Supongo que sí.

Diciendo eso, Lutan se dejó caer en el sofá que estaba en un rincón de la habitación.

—Tengo una ligera idea de quién podría ser. Simplemente no siento la necesidad de investigarlo y detenerlo.

—¿Tienes una idea?

A pesar de la pregunta de Roina, Lutan solo se limitó a mirarla en silencio. Sintiéndose algo impaciente, Roina continuó:

—¿De quién sospechas?

—…¿De verdad no lo sabes?

—Si no lo supiera, no te lo preguntaría, ¿o sí?

—…

Ante la reacción de Roina, Lutan bajó la mirada ligeramente y soltó un débil suspiro. Intrigada, Roina levantó una ceja.

A estas alturas, Roina también tenía un sospechoso. ¿Acaso había alguna otra persona de la que Lutan y ella hubieran hablado? Era Ryu Hyeon.

Sin embargo, a pesar de haberse dado cuenta, decidió no mencionar su nombre.

—¿Por qué crees que lo sé? ¿Te gusta tomar el control de la conversación de esa manera?

—…Ja.

Lutan resopló con desaprobación, pero Roina sintió un triunfo. No estaba acostumbrada a este tipo de interacciones con Lutan, así que no se había dado cuenta antes, pero en realidad le molestaba un poco su hábito de hablar de manera tan ambigua. Por eso se llevaba tan bien con Meili. Roina prefería una comunicación más directa.

—Vamos, si lo sabes, solo dímelo. No me andes tanteando.

—…Me caes mal.

—Es un honor. Escuchar eso de ti.

Roina sonrió. Su apariencia era la misma que mil años después, pero ver a Lutan con el cabello corto y dejándose manipular por ella era… de alguna manera, lindo, como si fuera su versión de la niñez.

—…Ryu Hyeon.

—Ryu Hyeon, eh… Si es él, ¿por qué haría algo así y por qué tú lo dejarías pasar?

—Aaah, qué fastidio.

Roina levantó la ceja con un poco de envidia. Se acercó al sofá donde Lutan estaba medio recostado y se sentó a su lado. Luego, le puso una mano en el hombro y le habló.

—Después de todo lo que nos ha pasado, ¿todavía puedes decir que es un fastidio? Tenemos que resolver este contrato rápido, ¿no crees?

Roina deslizó la mano que tenía en el hombro de Lutan y se acercó a él de un tirón. A pesar de su movimiento, Lutan permaneció inmóvil, mirándola fijamente.

—Mil años en el futuro, Ryu Hyeon incluso intenta devorarte a ti.

—Ya veo…

—¿’Ya veo’? ¿Qué ‘ya veo’? ¿Por qué te falta tanto la motivación? Mmm.

Lutan, con una expresión un poco aturdida, devoró los labios de Roina. Era una interrupción clara de la conversación, y Roina trató de zafarse, pero él no se movió.

La lengua que se abrió paso entre los labios de Roina acarició suavemente sus dientes, luego se deslizó lánguidamente entre ellos y se enredó con la suya. Una vez más, el maná fluyó entre ellos, y una intensa euforia los envolvió. La fuerza le abandonó de repente a Roina, que gimió con un ‘Mmm’ y empujó débilmente a Lutan. Sin embargo, su mano, ya sin fuerzas, solo logró rozarlo.

—Haah… Haah, haah.

Cuando sus labios se separaron, Lutan finalmente esbozó una sonrisa torcida.

—Por fin pones una expresión que me gusta.

—Haah, en serio, eres insoportable.

Roina lo miró con asombro, ya que nunca en su vida hubiera imaginado que Lutan tenía ese lado.

—A mí me gusta el ahora, ¿qué puedo hacer?

—¿¡Qué!?

—¿Conoces la vida aburrida de vivir miles de años sin ningún estímulo?

—…

—Y ahora, tengo un gran estímulo, así de indefenso, justo frente a mí.

—¿A qué te refieres con eso?

Roina empujó a Lutan con todas sus fuerzas. Esta vez, él se dejó llevar por el empujón.

—¡¿A qué te refieres con eso?!

—¿Y qué? ¿Acaso está mal?

—Ja, claro, es tu vida y puedes hacer lo que quieras. Y sé que tienes el poder para hacerlo. Me puedes vencer con facilidad. Pero…

Roina lo agarró por el cuello de la camisa, obligándolo a mirarla a los ojos.

—Si vives sin pensar en el impacto que tu vida tiene en el mundo, no eres más que un muerto.

Ella misma había escapado de una vida de esclava.

—¡Es casi lo mismo que aceptar ser esclavo de las cadenas de la vida!

Por eso debía de ser. Por eso se sentía tan enojada.

Roina, sin darse cuenta, gritó con fuerza y jadeó.

—… ¿Es así?

—¡Sí! ¿Por qué no te das cuenta, si te encanta dominar las situaciones? ¡¿Por qué vives sin rumbo?!

—…

Roina aferró a Lutan por el cuello y él se quedó inmóvil, como si el tiempo se hubiera detenido. Un lejano y débil sonido de trueno retumbó.

—Vive de verdad, mira de frente a la realidad.

Con esas palabras, Roina lo soltó de golpe. Él permaneció en silencio, aceptando lo que ella hacía.

¡Kugung—!

Fue entonces. El suelo tembló de repente. Roina perdió el equilibrio por la repentina vibración y cayó sobre Lutan, quien, por puro reflejo, la sujetó.

—¿Qué, qué es esto?

—Es obra de Ryu Hyeon.

¿Obra de Ryu Hyeon? ¿Ese temblor? Roina lo miró con los ojos muy abiertos, como si no pudiera creerlo.

—Como puedo encubrirlo como si fuera obra mía, se puede romper un poco la regla del mundo.

—¿Eso… es posible?

—Sí. Es difícil, pero es posible. Por eso creo que reunió los sacrificios.

—¿Y para qué reunió los sacrificios?

—Para preparar la destrucción del mundo.

—¿¡Qué!?

Roina, tan sorprendida por esas palabras, se volteó a mirarlo. ‘Seguro que no lo escuché bien’, pensó.

—No, ¿qué quiere hacer destruyendo el mundo? ¿Y tú lo sabes y lo permites?

—Para él, el mundo es una enorme prisión. Para ser libre, debe eliminarla. Aunque la cadena en la que está atrapado sea por su propia culpa, no tengo la obligación de detenerlo.

¡Kugung!

De nuevo, el suelo tembló con fuerza. Roina se pegó a Lutan y le gritó:

—¡La destrucción de este mundo no estaba en los planes!

—Ah, si el futuro mil años después existe, parece que esto de hoy fracasará.

—¡¿Qué ‘fracasará’ ni qué ocho cuartos?! ¡Haz algo!

Lutan puso una expresión de fastidio evidente, pero no se negó a lo que Roina le pidió. Teletransportó a ambos al cielo de la isla, mientras la sostenía en sus brazos. Por un momento, a ella le pareció escuchar que él decía: ‘Ahora que lo pienso, la destrucción tampoco es algo tan bueno para mí’.

El frío viento y las nubes llenas de vapor rozaron su mejilla. Roina cerró los ojos y los volvió a abrir. El mar se había teñido de un color sangriento y el cielo se había oscurecido.

—¿P, por qué está pasando esto? ¿Por qué es de este color…?

—Parece que ha hecho algo bastante grande esta vez.

—¿Grande?

—Ha distorsionado las reglas. ¿Planea romper su atadura y manifestarse en este mundo?

—¿Qué significa eso?

Lutan, sosteniendo a Roina, la miró tranquilamente y le explicó:

—Ryu Hyeon es una gran serpiente que come continuamente los residuos del mundo, dándole vueltas. Incluso la punta de su propio cuerpo.

Ante esas palabras, Roina se quedó atónita y dijo:

—¿El mito de Uróboros…?

Aunque no esperaba escuchar eso en un lugar como este, la historia se parecía mucho a un mito que había escuchado en su vida anterior.

—¿Uróboros? No sé de qué hablas. En fin, parece que ahora mismo está intentando escapar de ese castigo interminable y manifestarse en este mundo.

—¿Dijiste que iba a destruirlo?

—Sí, lo destruirá. Y luego planea crear uno nuevo.

—Pero, ¿qué…?

Parece que, de alguna manera, esta era la razón por la que ella había venido a este lejano pasado.