La sirvienta fugitiva es amada por el Gran Mago - Capítulo 143

Roina sintió pena por Jason y se preguntó si debía dejar de insistir.

‘¿Será que lo que estoy haciendo le da falsas esperanzas?’ A pesar de todo, él sabía en lo que se metía y lo aceptó. Además, era su contratista. Aunque siempre lo rechazaba por su gran pasión, tenía que estar con él por las buenas o por las malas mientras el contrato durara.

En realidad, no sería gran cosa si el momento de conocer al Lutan del pasado se retrasara un poco.

Pensando en eso, Roina suspiró débilmente y dijo:

—Entiendo tu preocupación, Jason. Estaré contigo hasta que dejemos al niño en un lugar seguro.

El rostro de Jason se iluminó, pero el niño se mordió los labios con una expresión triste.

—¿Es por mí?

—¿Eh?

—Lo hiciste por mi culpa. Lo sé.

Roina se preguntó qué debía responder a esa insolencia, cuando de repente, el niño salió corriendo. Con la misma cara de miedo de antes, cerró los ojos y corrió con todas sus fuerzas. Jason y Roina se sorprendieron e intentaron atraparlo, pero el chico, a pesar de ser pequeño, era un hombre bestia, y su carrera era muy rápida.

—¡Espera, muchacho, hacia allá no…!

—Ha desaparecido.

Ambos se quedaron mirando el bosque con una expresión de desconcierto. El niño corrió en la misma dirección de donde provenía la intensa energía asesina del dragón dorado. Es decir, corrió directamente hacia el dragón al que tanto le temía.

—¡Rápido, síguelo, Jason!

—De acuerdo.

Él dijo ‘Con permiso’ y metió una mano por debajo de las rodillas de Roina, mientras la otra la sostenía por la espalda y la cargaba. Ella se sorprendió por el movimiento repentino, pero no dijo nada y se dejó llevar.

‘Definitivamente, esto será más eficiente que perseguirlo con magia…’.

Podía flotar en el aire y volar, pero era un bosque muy denso. A menos que volara por encima de los árboles, este método no sería muy eficiente. Y si volaba por encima, le sería imposible encontrar al niño y a Jason. Además, percibir el maná le requería tiempo y concentración si quería ser precisa.

Roina apoyó la cabeza contra el pecho de Jason. Sintió que sus músculos tensos se contraían.

—¡Vámonos!

Oyó los fuertes latidos de su corazón y sintió su cuerpo caliente. Lo miró y vio que sus orejas estaban completamente rojas. ‘¿Aún se pone así por algo tan simple?’ Roina pensó.

Lo que sucedió después fue un instante. Jason corrió rápidamente por el bosque, siguiendo el rastro del niño con su agudo oído y olfato. A lo lejos, vieron la espalda del niño, que aún corría con todas sus fuerzas.

—…De verdad que lo encontraste muy rápido.

—¡Esto es pan comido!

Jason, que exclamó con confianza, de repente se quedó con la expresión seria.

—¿Eh?

—Ah.

El niño, Jason y Roina se detuvieron de golpe. El chico temblaba de pies a cabeza, y Jason parecía congelado y no se movía.

Roina también lo sintió y lo entendió.

‘Es el aura de Lutan’.

La afilada aura azul llena de instinto asesino. El aura de Lutan se sentía muy cerca.

—Me parece que les dije que no hicieran ruido cerca de mi hogar.

Esa voz grave y profunda se escuchó muy cerca de ellos. Él, como una bestia escondida en las sombras del bosque, los estaba presionando desde un lugar invisible. El niño, que estaba temblando, perdió la fuerza en las piernas y se desplomó en el suelo.

—No sé cuál es el límite de la descortesía de los humanos.

De repente, el hombre se hizo visible. Iba cubierto por una capucha negra y, a diferencia de sus recuerdos, tenía el pelo corto y negro y una expresión distante. A pesar de eso, Roina lo supo: era Lutan. Su corazón comenzó a latir con tanta fuerza que sintió un dolor agudo. El simple hecho de que el Lutan de sus recuerdos estuviera allí, hablando y moviéndose, hizo que todo su cuerpo reaccionara.

Pero Lutan no la tomó en cuenta. Miró fríamente a Roina y a Jason, y levantó la mano. Su gesto era claramente para hacerle daño al niño. Roina se soltó de Jason, bajó y gritó:

—¡Lutan…!

Lutan se detuvo ante su llamada. Y puso una cara de disgusto.

—¿Cómo sabes ese nombre, humano?

Y con solo un simple movimiento con su dedo, Roina fue arrastrada por esa fuerza invisible. Aunque la energía dorada dentro de su cuerpo era abundante, no opuso resistencia. Instintivamente supo que su maná no era una amenaza para ella. Ella no tenía intención de atacarlo.

Lutan, que había arrastrado a Roina en un instante, puso la punta de su dedo debajo de su barbilla y la levantó. Roina cerró los ojos por un momento al sentir una sacudida cuando su dedo la tocó. Sabía que era una reacción de su cuerpo, ya que había pasado mucho tiempo desde que se había relacionado con Lutan. Tenía que intentar no dejarse llevar.

Cuando abrió los ojos de nuevo, supo que él había sentido lo mismo.

—¿Qué me hiciste, tú?

Sus ojos dorados se vieron atrapados por una intensa codicia.

Roina se mordió los labios por un momento y luego habló. El Lutan de ahora no la conoce. Lo supo por la conversación que acababan de tener. Y de repente, sintió un deseo inexplicable por ella. Lleno de un instinto asesino para matar a todos hace un momento, su acción ahora era clara.

—Antes de contarle los detalles, por favor, deje ir a esas dos personas. No tienen nada que ver con usted.

Él puso una expresión torcida y agitó la mano. Roina se dio cuenta de que ese gesto era magia de ataque y reaccionó rápidamente. Le había pasado mucho en los últimos años, y Lutan había retrocedido mil años, así que pudo detenerlo más fácilmente de lo que pensaba. Sorprendido por su reacción, Lutan la miró.

—¿Eres un dragón? No, eso es imposible.

—Por favor, déjelos ir.

Roina dijo con voz obstinada. Lutan la miró en silencio por un momento, y luego agitó la mano, como si le molestara. Las dos personas desaparecieron de ese lugar.

Roina, que estaba concentrándose, se dio cuenta de que habían sido teletransportados fuera de la isla.

Probablemente caerán en el mar y sufrirán un poco, pero era mucho mejor que morir. Roina exhaló un suspiro de alivio. Lutan, como si le dijera que no se distrajera, puso el otro brazo detrás de ella, atrapándola. Sus intensos ojos dorados la miraron. Roina tocó ligeramente el corazón que latía descontroladamente, como si estuviera roto, y desvió la mirada. Entonces, él la agarró de la barbilla para que no se atreviera a mirar a otro lado y la obligó a mirarlo a los ojos. El corazón que intentaba mantener en calma, al final, latió con fuerza, afirmando su presencia.

—Tú, ¿qué diablos eres?

—Roina. Mi nombre es Roina.

—Eso no importa. Tú, ¿qué…?

Él hundió la nariz detrás de la oreja de Roina, en la nuca, y soltó un gemido bajo, un ‘Agh’. Solo con olerla se sintió muy excitado. Roina lo empujó un poco y dijo:

—Es una reacción al maná. No tiene nada que ver con nuestros sentimientos…

Después de lo que pasó con el Árbol del Mundo, Roina empezó a ver los grilletes del contrato. Y ahora, aunque habían vuelto mil años en el tiempo, ella los seguía viendo. Los grilletes que unían a Lutan y a ella.

—¿Lo entiende?

—… No hay forma de que algo así aparezca de la nada… Agh, esto, ¿qué se supone que debo hacer…?

Parecía que le estaba subiendo la temperatura y respiraba con dificultad. Roina supo por instinto que para calmar su excitación, tendrían que tener relaciones. Roina ya se sentía estable con él después de haber estado juntos varias veces, pero el Lutan de hace mil años…

‘No es la primera vez, ¿verdad? No, eso no es importante ahora’.

Roina hizo un ‘Shhh’ e hizo que Lutan, que no sabía qué hacer y se aferraba a ella, levantara la cabeza. Y luego, apoyó sus labios sobre los de él. Sintió unos labios suaves y cálidos. No se detuvo ahí, sino que suavemente le pasó la lengua por los labios y lo besó.

Lutan, del pasado, se quedó quieto, como si le hubiera caído un rayo, sorprendido por su acción.