La sirvienta fugitiva es amada por el Gran Mago - Capítulo 142

—¿Un dragón dorado vive aquí?

La voz de Roina tembló ante la inesperada noticia.

¿Lutan, de hace mil años? ¿Cómo será ahora?

—¿Tendrá relación con el fragmento de la magia primigenia?

—Mmm.

Jason dejó el tazón de estofado vacío a un lado, haciendo un ruido sordo. Al mismo tiempo, hizo un sonido de desaprobación, como si algo le molestara.

—Me imagino que sí.

—Entonces, tendremos que ir a buscarlo. Aun si no es así, tal vez podamos obtener su ayuda.

—… De acuerdo.

Ella sintió que él respondía de mala gana, pero Roina lo ignoró. Sabía que él no podía darle una respuesta, así que prefirió fingir que no lo había visto.

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Los dos se dirigieron hacia el interior de la isla.

El interior estaba densamente poblado de arbustos y árboles, y no se veían rastros de humanos. La imagen de los hombres bestia que intentaron detenerlos con todas sus fuerzas cuando se dirigían hacia el interior de la isla vino a su mente.

—¿La gente no entra aquí?

—Parece que no ha habido pisadas humanas en al menos unos meses.

Dijo él mientras cortaba con un cuchillo los arbustos que se interponían. La escena le daba toda la razón, por lo que Roina solo asintió con la cabeza.

En ese momento, se escuchó un grito extraño de alguna parte.

—¡¡AAAAH!!

—¿Qué es eso?

—Parece ser un niño en peligro…

Jason y Roina se miraron a los ojos al mismo tiempo y asintieron. Los dos querían ir al lugar de donde provenía el grito.

Ambos se abrieron paso entre la maleza hacia donde se escuchaba el grito.

Cuando llegaron, lo que encontraron fue…

—Pero, ¿qué es esto…?

La escena de un grupo de hombres bestia linchando a un niño.

Como si el grito de hace un momento hubiera sido una mentira, el niño no podía siquiera emitir un gemido, acurrucado, y era sacudido de un lado a otro por las patadas.

—¡¿Qué están haciendo?!

Roina, por reflejo, gritó y salió corriendo. Jason, para protegerla, se paró un paso delante de ella, pero no parecía tener ninguna intención de detenerla.

—¿Qué pasa? ¿Quién se mete?

—¡Son esos humanos de ayer!

—Oye, ten cuidado. El hombre parecía un hombre bestia de alto rango.

Los murmullos hicieron que Roina frunciera el ceño.

—¿Acaso en este momento les parece lo más importante fijarse en el rango del oponente?

—No, señorita, está equivocada. Este mestizo intentó huir.

—¿Qué?

—Un mestizo. Un híbrido. Un esclavo que será sacrificado al dragón.

Ante esas palabras, la expresión de Jason se endureció. La de Roina tampoco era buena.

—¿Esclavo? ¿Sacrificio?

—¡Pero, hombre, cómo es que no sabe esto! Si no hacemos un sacrificio, nos pasará algo terrible.

—El mundo se dará vuelta.

—Y este tipo intentó escapar, como si quisiera que todos muramos.

—Debería estar agradecido por la gracia del dragón y por tener la oportunidad de ser sacrificado.

Roina, sin darse cuenta, abrió un poco la boca, sorprendida. Los hombres bestia de la manada de perros salvajes siguieron hablando, como si no les importara la reacción de Roina.

—Amarren a este tipo. Lo dejamos libre porque se portaba bien.

—Qué molestia.

Se movieron rápidamente para preparar una cuerda y agarrar al chico por los hombros. A pesar de que su cuerpo estaba hecho un desastre, el chico gruñó desafiante. Se escuchó un ‘¡Ay!’ cuando le dieron otro golpe.

En ese momento, Jason, cuya atmósfera había sido hostil desde hace un rato, salió corriendo y pateó al hombre bestia que había golpeado al chico. Con un sonido de clank, el hombre bestia salió volando y golpeó con la espalda un gran árbol.

—Qué mierda, ¿de qué hablan? ¿De gracia? ¿De la oportunidad de ser sacrificado? Estos hijos de puta, se hacen los nobles y sagrados cuando en realidad lo único que hacen es vivir cobardemente a costa de la vida de este niño.

Con esas palabras, todo a su alrededor se quedó en silencio. Nadie pudo contradecir a Jason.

—Pero el mestizo no vivirá mucho de todos modos, así que debería ser sacrificado…

—¿Acaso tienen la cabeza de adorno? ¿Solo tienen tallarines de udón dentro? ¡Piensen, hijos de puta! ¿Acaso los mestizos no tienen personalidad? Si tienen que morir sin poder elegir su propia vida, ¿qué importa si viven poco o mucho? ¿Acaso creen que a él le gustará?

Los hombres bestia que escucharon eso de frente retrocedieron, pareciendo asustados por Jason.

—Ustedes no dijeron que iban a ir al interior de la isla de todos modos?

En ese momento, un hombre bestia gritó. Como no lo negaron, se llenó de valor. Levantó una de sus orejas, que había agachado por el miedo, y continuó hablando:

—Dentro de la isla vive el dragón dorado. De todos modos, íbamos a dejar a este en la parte de adentro. Así que váyanse y llévenselo a él.

‘¡Sí, es verdad!’, se escucharon voces de acuerdo por todas partes. Roina los miró, sin poder creerlo, pero ellos, sin dejar de retroceder, desaparecieron de la vista al instante. Fue antes de que Jason, furioso, pudiera hacer algo.

—Qué descarados. ¿Solo les importa no tener que asumir la responsabilidad?

Se veía que murmuraba cosas como que no pensaba que fueran así. Se veía triste por lo que había pasado con los hombres bestia con los que se había reencontrado después de mucho tiempo.

‘Soy un híbrido de lobo y perro salvaje.’

De repente, Roina recordó las palabras que él le había dicho en su primera noche juntos. Sus ojos se sacudieron. ‘¿Será por eso que está tan enojado?’

—Jason, tú…

—Oye, levántate. ¿Puedes solo?

Jason, como si no la hubiera escuchado, se arrodilló y se acercó rápidamente al niño. El chico parecía tener heridas por todo el cuerpo, pero afortunadamente no parecía tener ninguna grave, y se levantó. Roina se fijó bien y notó que el chico tenía cuernos de carnero y orejas de gato al mismo tiempo.

—Suélteme. Puedo hacerlo solo.

Pero su mirada era desafiante y belicosa. El chico le apartó la mano de Jason bruscamente. Jason, a diferencia de un momento antes, se rio de buena gana.

—Oye, mocoso, ¿crees que te harás más fuerte si te pones así? Eres tan pequeño y tan insolente.

Cuando el chico se recuperó un poco, Jason le dio algo de la comida y el agua que habían comprado antes de salir y hablaron.

El chico era un híbrido de carnero y gato, como parecía, y había sido abandonado al nacer.

La gente de este lugar parecía pensar que el dragón dorado en verdad comía personas y que, una vez al año, ofrecían un sacrificio, que solía ser un huérfano mestizo como él. Le pareció extraño que ese grupo de hombres bestia estuviera en esta isla deshabitada, pero era porque iban a sacrificar a este niño al dragón dorado y luego se irían. Y hoy por la noche era el día del sacrificio.

Roina se sintió confundida. El dragón dorado que ella conocía era Lutan, por lo que le parecía absurdo que él exigiera y aceptara sacrificios cada año.

—Tanto hace mil años como ahora, la gente es igual de estúpida.

Jason comentó cáusticamente. Roina lo miró de reojo. No sabía lo que había pasado en su pasado, pero probablemente no fue fácil.

—Entonces, ¿qué vamos a hacer ahora?

Roina miró a Jason. El chico tenía el rostro sombrío y solo miraba al suelo. Jason se rascó la mejilla, pareciendo incómodo al mirarlo.

—Jason, quédate aquí con el niño.

—¿Qué?

—Sabes que soy bastante fuerte. Y ahora que he entrado en el bosque, lo sé. Esta aura fresca, es de Lutan, seguro.

El bosque estaba lleno de un aura fresca y azul. Roina lo supo de inmediato. Sin embargo, no sabía por qué se sentía más fría y afilada que cuando lo conoció.

—Aunque sea así, no puedo dejarte ir sola…

Agh—

En ese momento, una pequeña mano lo agarró de la pernera de su pantalón. Era el niño. A diferencia de un momento antes, su expresión estaba llena de miedo y temblaba.

—Váy, váyase. Estoy bien.

No parecía estar bien en absoluto. Jason exclamó ‘Agh’ y se frotó el cabello. Él también estaba teniendo dificultades para ignorar al niño.

—¿Lo ves? En frente de esto… solo están Lutan o animales pequeños. Iré sola.

Jason, con una expresión de conflicto como nunca antes, la miró. Sus ojos temblorosos se encontraron con los de Roina. Roina solo lo miró con calma. Probablemente, él quería decir:

‘¿No podemos simplemente irnos juntos?’

Pero no podía decirlo. Porque él había visto lo que Lutan significaba para Roina.