La sirvienta fugitiva es amada por el Gran Mago - Capítulo 138

—Vaya.

—Ah…

El gran mago, que se había enfrentado a Ryu Hyeon por un largo tiempo, se detuvo tambaleándose. Sus ojos, antes llenos de ira, se entrecerraron a medias y recuperaron la calma.

—Me engañaste,

—Fue divertido, ¿verdad? Me parece que ha llegado el momento de irme.

—Vete. No te vuelvas a aparecer delante de mí.

Ja, ja. Ryu Hyeon se rio con ganas. Esa risa extraña le puso la piel de gallina a Josef, que miraba desde un lado.

—Aunque me odies así, de todos modos, ella es mía. Ahora su cuerpo no puede evitar tener una conexión conmigo.

—¿Qué?

Josef preguntó con nerviosismo, pero el gran mago solo se mordió los labios en silencio. Al verlo, Josef, con los ojos temblorosos, miró a ambos alternadamente.

—¿Qué, qué quiere decir? ¿Qué le pasó a Señorita Roina… qué?

—Literalmente, pequeño. Señorita Roina estuvo llorando en mis brazos hasta hace un momento.

—Te fusionaste con el príncipe heredero.

Ante esas palabras, Ryu Hyeon sonrió de forma desdeñosa. Sus ojos se rasgaron, revelando los de un dragón, y sus afilados colmillos se hicieron evidentes en su sonrisa.

—Lo reconociste al instante. El sello del contrato ahora es mío. Tu cuerpo también lo será muy pronto.

Je, je. Ryu Hyeon se rio, Lutan no lo negó. Ante esa escena, solo Josef se sobresaltó.

—¿Por qué no lo niega? ¿Ah? ¿Qué…?

Él ya sabía de la existencia de los ‘contratistas’ que tenía Roina. Y Josef, que no era tonto, finalmente dedujo la verdad a partir del contexto de la conversación.

—No me digas… ¿El príncipe heredero también era un contratista? Y usted está haciendo que Señorita Roina dependa de los contratistas, para luego absorberlos y concentrar los contratos en usted, ¿cierto? Como parte de eso, implantó algo en el cuerpo del gran mago en la fiesta de Año Nuevo.

Ryu Hyeon se rio a carcajadas ante la suposición. El Gran Mago simplemente permaneció en silencio y se desplomó, tambaleándose.

—¡Gran Mago! No debería hacer eso…

—El Árbol del Mundo ya no nos atacará.

Lutan dijo eso, y se veía agotado. Luego, se cubrió la boca y tosió con fuerza.

—Entonces ese tipo…

—Pronto desaparecerá. Porque es una sombra.

Tosió un par de veces más, luego, escupió sangre negra.

—¡Gran Mago…!

Josef, con los ojos temblorosos, se preguntó si tal vez era por el hecho de haber despertado a la fuerza al Gran Mago.

—No importa.

Lutan cortó de tajo esa preocupación. Simplemente se levantó con una expresión digna.

—Voy con Señorita Roina.

Apretó los dientes y dio un paso. Tenía que ir con ella, la que le había dado la salvación.

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Ryu Hyeon era un ser terrible. Roina tembló al sentir los recuerdos que se agolpaban en su mente. Se estremecía de rabia por la obsesión de él de poseerlo todo de ella.

—¡No…!

Roina negó con la cabeza para ahuyentar los pensamientos. En su mente, los fragmentos de los recuerdos de Ryu Hyeon la reflejaban como trozos de espejo rotos.

Se encogió y abrazó sus brazos. Al ver su angustia, Amor, que se había convertido en un collar en su pecho, emitió una cálida luz reconfortante que la envolvió.

Una lágrima rodó por la barbilla de Roina y cayó.

Cuando Amor la envolvió en luz, su temblor se detuvo, y pareció calmarse un poco.

—Gracias, Amor…

Roina se tranquilizó un poco y miró a su alrededor. Ernst, con la cabeza entre las manos, se había desplomado y estaba inconsciente, y sus compañeros también parecían confundidos. Probablemente estaban viendo una ilusión.

Con un sollozo, Roina se puso de pie en el aire y se acercó al enorme árbol. Mientras más se acercaba, la pequeña gema que colgaba de su cuello, Amor, emitía una luz brillante.

—Árbol del Mundo…

Dijo mientras acariciaba el árbol. Cuando ella lo acarició, sus compañeros, que estaban confundidos, se agarraron la cabeza como si la ilusión se hubiera agitado violentamente y se despertaron.

—¡Malditos bastardos…! ¿Ah…?

—¿Están un poco más conscientes?

Camille, que estaba a punto de gritar algo, se quedó con una expresión aturdida. Lo mismo le pasó a Ethan, que se estaba asfixiando por el cuello por la ilusión que había visto, y a Nella, que lloraba sin parar.

—¿Qué pasó?

—Creo que… nos quedamos atrapados en una ilusión. Una fantasía relacionada con viejos recuerdos.

Roina dijo eso en voz baja y volteó la cabeza. El enorme árbol la recibió con alegría, pero a la vez parecía entristecido, como si estuviera llorando.

—Está sufriendo.

Uno de los fragmentos de la magia primordial que ella había dejado caer era una semilla. Esa semilla cayó bajo tierra en el reino de Castelo y creció hasta ese tamaño. Absorbió toda la humedad del reino y creció hasta conectarse con el ser conceptual llamado Árbol del Mundo.

Por eso el lugar se había convertido en un desierto.

Roina cerró los ojos. Sintió una emoción dolorosa y amarga. Pero también una emoción que celebraba el regreso de Roina. Este fragmento de magia simplemente la había esperado allí por mucho tiempo. Probablemente tenía una naturaleza similar a la de Fides.

—¿Por qué te duele?

El Árbol del Mundo no habló. Solo permaneció allí en silencio. Pero Roina pudo sentir su voluntad. Había una serpiente negra que se alimentaba del árbol.

Roina se mordió los labios y, como si estuviera tocando un instrumento con sus dedos, reunió una energía dorada para encontrar a la serpiente. La serpiente, que estaba enroscada como un insecto y comiéndose el árbol, trató de huir asustada, pero fue atrapada por la energía dorada.

Roina apretó la mano y sacó a la serpiente de un tirón. Sus poderes se estaban haciendo más fuertes con cada relación, y ahora era capaz de hacer algo así de una sola vez.

—Desaparece.

La serpiente que había sido expulsada del Árbol del Mundo desapareció como humo. El grupo, que había presenciado el asombroso proceso, solo la miró con ojos llenos de asombro.

—Una serpiente negra que se alimenta del mundo…

En ese momento, Nella murmuró.

—Lo leí en un libro de mitología. Se dice que el Árbol del Mundo sostiene nuestro mundo, y que a veces, una serpiente negra maligna se lo come, destruye el orden y trae caos y muerte al mundo. ¿Será… esa serpiente?

Sus hombros, de bella forma, se encogieron. El asombro de un ser humano que se enfrenta a un ser divino era palpable. Lo mismo sentían los demás.

Roina solo acarició el Árbol del Mundo con ojos pensativos.

—Sí, sí… Este Árbol del Mundo, parece que quería proteger a los humanos de esa serpiente. Como parte de eso, los encerró en las piedras mágicas. Porque la serpiente no puede invadir las piedras mágicas que son sólidas.

—Así que eso fue lo que pasó…

Mientras todos asentían con la cabeza, Ernst, que estaba tirado, se levantó de repente, abrió los ojos y dijo:

—Entonces, ahora que la serpiente murió, ¿va a liberar a los humanos que estaban encerrados en las piedras mágicas?

—Así es. Pero antes…

La mirada de Roina se volvió borrosa y se dirigió hacia Camille. Él se rio con torpeza, ‘¡Ja, ja!’.

—Yo no soy real, ¿verdad?

—¿Qué?

—¿A qué se refiere con eso?

El grupo la miró con los ojos llenos de asombro.

—En realidad, lo he estado pensando. No es que mis recuerdos se hayan borrado como precio por haber sido cortada. Sino que parece que nunca los tuve.

Roina cerró los ojos con una expresión abatida. Aunque en algún momento sintió que algo andaba mal, la sensación que ignoró por dudar ahora se sentía clara. Ella era una parte del Árbol del Mundo, un clon.

—Este árbol, que ha visto el nacimiento y la caída de Castelo, debió querer que este país no desapareciera.

—¿Por eso me revivió? Recogiendo todo tipo de fragmentos. Como soy un ‘harapo’, mis recuerdos están así.

Roina simplemente se quedó en silencio. Ante esas palabras, algo que Ethan había estado conteniendo finalmente estalló y gritó:

—¡Eso no puede ser verdad!

Camille lo miró con ojos amargos.

—Cuando escuché que se seguían creando clones, lo pensé. ¿Y si yo también soy un clon?

—No, hermana. Por favor, solo me queda usted…

—¿Por qué dices que no te queda nada?

Camille habló con firmeza.

—Salva a Castelo. Si quieres expiarte, hazlo como es debido. No te quedes lamentándote y llorando.

Ethan se detuvo, congelado por esas palabras. Sus pupilas se dilataron y sus manos temblaron.

Camille soltó una exclamación, ‘Ah’, y levantó una mano. La punta de sus dedos se estaba desvaneciendo.

—Creo que… voy a volver a donde vine.

—Hermana…

—Recuerda mis palabras. Mi cuerpo ya no dejó ni rastro por la explosión mágica, así que solo esta espada quedará aquí.

Mientras le entregaba la espada que sostenía, continuó:

—Tómala. Con esta espada, venja a esta nación. Reúne el honor de la gente. Sé que ya hay un ejército de mujeres que se han organizado para recuperar este país. Conviértelas en caballeros. Cumple con mi legado.

Ethan, finalmente, no pudo contener las lágrimas. Sin sollozos ni gemidos, las lágrimas que había reprimido cayeron gota a gota.

Con la espada en la mano, Ethan miró a la dueña de la espada con ojos perdidos. Intentó torpemente abrazar a Camille, pero ella, cruelmente, solo dejó una risa fuerte mientras se desvanecía.

Al final, tal como lo había dicho, ella desapareció del mundo, dejando solo la espada.