La sirvienta fugitiva es amada por el Gran Mago - Capítulo 120

¡Bang-!

El hombre, que se había descuidado, se cayó, y un ruido inesperadamente fuerte resonó. Nail no lo miró y, apresuradamente, se arregló la ropa y huyó de allí. Escuchó que le gritaba algo con voz áspera, pero ella solo corrió con todas sus fuerzas en la dirección opuesta.

Le desagradaba. Le daba asco y la repugnaba. Le habían enseñado sobre las cosas que sucedían entre un hombre y una mujer, pero nunca pensó que él haría algo así de repente sin haberse casado. Se sintió confundida.

Sin saber siquiera por qué le molestaba, simplemente huyó.

Escuchó el sonido de una silla cayendo y de algo rompiéndose. La voz de la sirvienta, que la llamaba, se escuchó débilmente. Y en un momento, alguien la agarró por la muñeca.

—Nail, ¿qué pasó?

Haa, haa.

Solo entonces sintió el aire que le llegaba hasta la barbilla. La persona que la sostenía por la muñeca era su padre. Lágrimas calientes se deslizaron por sus mejillas.

—Papá… es que… él…

Mientras Nail tartamudeaba, de repente escuchó un ¡bang! detrás de ella. Era el hombre, con una expresión de profunda indignación. Al ver a su prometido, Nail se encogió. Quiso esconderse detrás de su padre, pero él no la soltó de la muñeca.

—Nail, entra.

En ese momento, esas palabras se sintieron como una cuerda salvavidas. Nail, asintió, dijo «sí» y se apresuró a entrar en su habitación. El corazón le latía con tanta fuerza, que su respiración agitada no se calmaba. Todo lugar que su mano había tocado le resultaba repulsivo. La humillación se apoderó de ella, solo que un poco tarde. Nail se hizo un ovillo y rompió en llanto.

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Su padre entró en su habitación mucho después. Para entonces, ella se había calmado un poco y pudo recibir a su padre, Alzan, con serenidad.

—Bien, ya escuché todo.

—Sí.

Nail ya estaba lista. Lista para contarle a su padre lo que había sentido en ese momento, y para decirle que no quería casarse con ese hombre. Con valentía, abrió la boca.

—Yo…

—¿Por qué hiciste eso?

Nail se paralizó, confundida. ¿Por qué lo hice? Era una pregunta que no se esperaba, y su mente se quedó en blanco. El hombre de mediana edad suspiró, con una expresión de cansancio, y continuó:

—Tu futuro esposo está muy enojado. Voy a organizar otra reunión para que te disculpes.

—¿Qué? Papá, él me tocó sin mi permiso…

—¡Ajá!

Alzan la miró con severidad. Sus cejas, que eran bastante gruesas, se levantaron, revelando una mirada fría. Era la primera vez que veía a su padre con esa expresión, y Nail volvió a encogerse.

—¿No puedes tolerar una muestra de afecto así de la persona con la que te vas a casar? Quizás el problema es que te he mimado demasiado… ¿Cómo crees que me siento cuando te comportas de esa manera? Tu futuro esposo me dijo que no pudo controlar sus sentimientos.

—Eso… eso no es cierto.

Nail se tambaleó por un momento, incapaz de aceptar lo que su padre le había dicho.

—Él me jaló a la fuerza y trató de quitarme la ropa…

—Nail.

Alzan tomó suavemente la mano de Nail y la miró a los ojos. Con los ojos enrojecidos por las lágrimas, Nail lo miró de nuevo.

—Yo… a mí no me gustó. No me gustan esas cosas.

Dijo, incapaz de controlar su cuerpo tembloroso. Se sentía mareada.

—Nail. Así es el amor entre un hombre y una mujer. Cuando te cases, tendrás que vivir todos los días así, piel con piel. Es cierto que tu futuro esposo fue demasiado impaciente, pero no puedes rechazarlo así. Tu esposo se cayó y se lastimó mucho por tu culpa. Me costó mucho trabajo calmarlo y despedirlo.

—…….

—Si te casas, vivirás una vida mucho más rica y feliz de lo que yo he vivido, sin tener que pasar por ninguna dificultad. ¿Entiendes? No encontrarás otro pretendiente como él.

Nail se quedó sin palabras. No sabía qué hacer. Su cabeza daba vueltas y se sentía abrumada.

—Nail, el matrimonio es así. No puedes llevarte bien con tu pareja desde el principio. Así que ten un poco de paciencia y compórtate bien, ¿sí? Este padre lo hace todo por amor a ti.

—Sí…

Al final, Nail respondió obedientemente una vez más.

Esa noche, se hundió en sus rodillas y pensó: ‘¿Qué salió mal?’

Ella no había hecho nada, pero todo había ido en contra de su voluntad. Se sentía muy mal.

El hombre le había dicho que lo hizo porque le gustaba, pero ella no podía aceptarlo.

No era una mirada de amor. Ni siquiera estaba segura de si él la veía como una persona. Las lágrimas brotaron al pensar que podría volver a pasar por algo así, o por algo peor.

Con cuidado, levantó su brazo y miró el brazalete. El amuleto que le había dado el sacerdote de maná brillaba en su muñeca. Con cautela, giró el colgante, lo abrió y dijo:

‘Quiero escapar’

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En ese momento, debido a ese susurro, ella comenzó a comunicarse en privado con el sacerdote de maná, y después de varios intercambios y sucesos, se escapó. Ahora, con la ayuda del sacerdote de maná, se estaba quedando en ese lugar.

—…Así fue como pasó.

Roina escuchó a Nail hasta el final y suspiró con tristeza.

—Todavía no sé si hice lo correcto. Mi padre me dijo que me amaba…

Nail bajó la cabeza y dejó la frase inconclusa. Roina, con cuidado, le dio unas palmaditas en el hombro.

—No. Eso no importa.

Nail levantó la cabeza ante las palabras de Roina. Sus ojos estaban llenos de lágrimas.

—¿No importa…?

Roina asintió con firmeza.

—Que tu padre te ame no tiene nada que ver con que tú vayas a donde quieres ir y no te cases con alguien con quien no quieres casarte.

—¿De verdad será así…?

Dijo Nail, con los hombros ligeramente caídos. Roina le acarició el hombro con calidez.

—En realidad, a mí me parece que tu padre se ama a sí mismo amando a su hija.

—… ¿Qué?

Nail abrió mucho los ojos. Era una chica con ojos grandes y redondos, con el cabello trenzado, y una impresión linda y gentil. Era muy bonita, y como acababa de llegar a la adultez, todavía tenía un aire de niña.

A Roina le molestaba ese prometido por querer hacerle algo así a una chica como ella.

—Nail. No tienes que atarte a eso. Aunque tu padre te ame de todo corazón, tú no puedes obedecerle en todo. Eso es algo aparte. No pasará nada si te llevas un poco mal con tu padre.

Roina se dio cuenta de que estaba diciendo muchas cosas sin quererlo y sonrió, frunciendo ligeramente el ceño. Sabía que esas palabras provenían de sus experiencias antes de renacer en ese mundo.

‘Qué parecidos son a mis padres’

Una persona que no sabe cómo respetar a su hijo como un ser humano, no tiene por qué ser idolatrada solo por ser un padre. No importa cuán buenas cosas te den, ¿qué sentido tiene si ni siquiera escuchan una sola palabra tuya y piensan lo que quieren?

—No te preocupes. Si no quieres, no le diré a nadie que estás aquí.

Roina abrazó a Nail. El calor se transfirió a través de la tela.

—Hiciste muy bien en escapar de tu casa. Era algo necesario.

Mientras Roina se acercaba a Nail, los tres hombres que estaban cerca de ella movieron los dedos. Parecían preocupados de que Roina estuviera en peligro.

—Pero piénsalo. Como te escapaste sin decir nada, en realidad no cerraste ese capítulo correctamente. Y de hecho, parece que todavía te afecta.

Roina dijo con una sonrisa que era casi un suspiro.

—Quédate aquí por un tiempo y escucha tu propia voz para saber qué es lo que quieres hacer.

Ante las palabras de Roina, Nail levantó la cabeza. Era la primera vez que alguien le decía algo así, y parecía un poco sorprendida. Y luego abrazó las manos de Roina que la sostenían. Quería sentir su calor. Solo quería sentir ese consuelo.

Nail, que sintió el calor en silencio, rompió a llorar sin darse cuenta. Como una niña, sin más. Por un tiempo, los sollozos y los gemidos se escucharon desde el pecho de Roina. Roina se limitó a cerrar los ojos y a acariciarle la espalda a Nail. Pensando en lo bueno que hubiera sido que alguien le hubiera dicho lo mismo a ella cuando era joven.