La lección secreta de Señorita Baronesa Felice - 72

—¿Ya no le duele?

 

Claude inhaló profundamente y frunció el ceño. Cada vez que la mano suave se movía lenta y pausadamente, su respiración se entrecortaba.

La voz de Felice apenas rozó sus oídos, pero de sus labios no salía ninguna respuesta.

 

—Claude… Parece que todavía le duele.

 

Su dedo pareció apartarse por un momento, y luego sonó un chasquido chuup.

 

—¡Haa…!

 

Su pecho se elevó abruptamente y luego descendió.

 

—Haa… ¿Felice?

 

Se levantó a medias y la miró con cara de sorpresa.

La figura de Felice, inclinada sobre su miembro, con los labios abiertos, succionando y escupiendo, se movía a contraluz de la tenue luz exterior.

 

—Haa, ¿ya… no le duele?

 

Felice se apoyó en su muslo, se incorporó y se limpió la barbilla con el dorso de la mano.

 

—Haa… Me duele, ump.

 

Claude la jaló y se tragó los labios de ella, que acababa de hacerle una pregunta tan provocativa. No importaba lo que quisiera decir, ya no necesitaba oír más.

Claude le quitó toda la ropa incómoda que cubría el cuerpo de Felice y la acostó en la cama.

La agarró de las piernas y la atrajo apresuradamente hacia él, haciendo que las caderas de Felice se pegaran a su muslo.

 

—Felice…

 

Entre sus piernas abiertas, la parte íntima de ella estaba muy húmeda.

 

—Ah… C-Claude. No mire.

 

Felice estiró la mano y se esforzó inútilmente por cubrir su parte de abajo, pero Claude apartó su mano con facilidad y acarició su centro suavemente con un dedo.

 

—Estás completamente mojada, Felice.

 

Cuando abrió su parte húmeda con el dedo y presionó suavemente, se escapó un grito agudo de ella.

 

—Haa… Ang! No, ungh, no diga esas cosas…

—¿Por qué?

 

Claude le preguntó a cambio. Al mismo tiempo, levantó su cintura y bajó la cabeza, lamiendo su parte baja, que estaba totalmente mojada.

 

—Haa, aung… Unng.

 

Felice se cubrió la cara con las manos, gimió y negó con la cabeza.

¿Sería porque esta forma era la primera que experimentaba sin ser una ‘lección’? Ante su aspecto de confusión, Claude lamió su punto culminante con aún más insistencia.

 

—¡Haaah…!

—Felice. ¿Desde cuándo estás tan mojada, eh?

 

Claude, que había estado con el rostro hundido disfrutando del fluido por un buen rato, ahora acercó su miembro y le preguntó.

 

—……Unng.

 

Felice no le dio respuesta, pero su cuerpo honestamente le decía que ella también había estado teniendo pensamientos lascivos mientras él se ocupaba de su miembro.

Claude sintió una excitación incontenible al pensar que Felice lo estaba deseando.

Mientras frotaba su miembro contra la hendidura abierta de ella, las dos piernas abiertas de Felice temblaron.

 

—¡Aang!

 

Un sonido suplicante escapó de los labios de Felice por sí mismo. Ella se sorprendió momentáneamente y se tapó la boca, pero el sonido que ya había salido era inevitable.

Felice miró a Claude con una mirada de urgencia. Como era de esperar, Claude, que no podía haber dejado pasar ese sonido, estiró la comisura de sus labios y frotó su miembro, desde la punta hasta la base, a lo largo de su hendidura.

 

—Felice. ¿Quieres que te lo meta? Tu parte de abajo se estremece. ¿Eh? Lo hace cada vez que me muevo.

 

Felice cerró los ojos fuertemente a causa de Claude, que pronunciaba palabras vergonzosas sin dudarlo.

Mientras tanto, todo tipo de fluidos se frotaban contra su piel, y el sonido resonó por toda la habitación.

Él solo se frotaba pacientemente, como si quisiera escuchar su gemido una vez más.

Finalmente, Felice apretó sus labios pero no pudo evitarlo y dejó escapar un gemido.

 

—……¡Aang!

 

Su cadera se movió por sí sola. Su cuerpo, que deseaba que él entrara pronto, se agitó como si fuera a engullir su miembro en ese instante.

 

—Felice.

—……Ugh, sí.

—Me vuelves loco de lo mucho que me gusta.

 

Las pestañas de Felice temblaron ante las palabras de Claude.

Probablemente… quería decir que le gustaba el acto.

Aun así, el corazón de Felice latía con fuerza. Claude amaba a Elise, y este acto era simplemente el resultado de no poder controlar su deseo. Aunque sabía que debía ser así…

 

—¡Haayt!

 

En cuanto su miembro duro se abrió paso y entró en ella, Felice soltó un grito de placer y levantó las caderas.

Su miembro, enorme, llenó el espacio bajo su vientre con solo entrar, y las lágrimas se acumularon en sus ojos.

 

—¿Esto es también una lección?

 

Claude, que movió la cintura empujando a fondo, preguntó.

 

—¿Lección… Aungh!

—¿Eh? ¿Es una lección? No lo es, Felice.

—No… ¡Haa!

—¿Y si no lo es, qué es? ¿Eh? Si no lo es, ¿por qué estás tan mojada?

—¡Haa! Ang! ¡Haa!

 

Como Felice no podía responder y solo gemía, Claude detuvo de repente el movimiento de su cadera.

 

—Haa… Si no es una lección, ¿qué es?

 

Con su miembro clavado dentro, Felice jadeaba con respiraciones agitadas.

Si no es una lección…

 

—Haa… Cuidado de enfermería.

 

Felice expresó la situación actual con una palabra concisa.

 

—¿Cuidado de enfermería?

—Cuando un estudiante está enfermo, normalmente…

—Ah, ¿así que como dije que era un estudiante y que me dolía, usted está actuando como mi maestra?

 

La voz de Claude bajó de tono de forma extraña.

 

—Sí…

 

Felice respondió sin entender el porqué. ¿Acaso no había dicho que le dolía? Que sentía calor, que su mano fresca era agradable, que su boca ardía y por eso…

 

—Es una maestra excelente.

 

Sus ojos seguían igual, pero Claude subió las comisuras de sus labios y reanudó el movimiento de su cadera.

 

—¡Aungh!

 

Debido a su impulso, que era aún más violento que antes, Felice arqueó la espalda de nuevo.

 

—Entonces, tengo que esforzarme en el cuidado de enfermería. Porque el estudiante aún no se ha recuperado del todo.

 

Claude sujetó la cintura de Felice, que estaba arqueada bruscamente, y luego agarró sus caderas y la levantó.

Felice se sorprendió brevemente al tener la parte inferior de su cuerpo medio suspendida en el aire, pero la sorpresa duró poco, ya que su miembro penetró más profundamente dentro de ella.

 

—¡Haa… C-Claude! ¡Ah! ¡Ah! ¡Haa!

 

Felice tembló en el clímax. Completamente exhausta, dejó caer el cuerpo y respiró profundamente.

 

—Haa…

—Maestra Felice.

 

En ese momento, Claude la llamó con voz firme.

 

—Yo, su estudiante, aún no me he recuperado del todo.

 

Él sonrió y sujetó el cuerpo de ella, que acababa de llegar al clímax.

Tal como él dijo, el miembro de Claude seguía erguido y duro.

 

—Ah… C-Claude…

—¿Está agotada? Solo quédese boca abajo. Yo me encargaré.

 

Claude volteó su cuerpo.

Felice se estremeció, sintiéndose extremadamente sensible después de un clímax.

 

—Haa… C-Claude.

 

Felice lo llamó con voz temerosa, con el rostro pegado a la cama.

 

—¿Qué pasa? El estudiante aún no se ha curado, la maestra no debería rendirse, ¿verdad?

—Haa… Pero ahora mismo es un poco… ¡Haayt!

 

Felice se estremeció.

Claude abrió sus nalgas y lamió la zona con la lengua.

 

—Seguiremos hasta que yo me cure del todo, Maestra Felice. Ah, si piensa rendirse, por favor, dígamelo. Entenderé que la maestra abandona al estudiante.

—Ah… E-eso…

—Qué alivio. Tengo una maestra con un alto sentido de la responsabilidad.

 

Claude acercó su miembro a sus nalgas.

 

—¡Haa… ungh! ¡Aah! ¡Hut!

 

Quizás porque no hacía mucho que había alcanzado el clímax, Felice tembló en sus caderas tan pronto como Claude entró.

 

—Haa… C-Claude… Haau…

—¿Qué sucede? ¿Se rinde?

 

Cuando Claude comenzó a mover la cadera, las lágrimas rodaron por el rabillo de los ojos de Felice.

 

—¡Aungh! ¡N-no… unng! Pero… ¡hut!

 

Mientras escuchaba los gemidos de Felice, Claude penetró, penetró y volvió a penetrar su interior. Incluso después de eyacular sobre su espalda, se aferró a su deseo que no se calmaba fácilmente y exploró el cuerpo de Felice hasta el final.

Parecía que había puesto demasiadas expectativas en el hecho de que ella lo deseara. Hubo decepción, pero cambió de opinión. Ya que cada vez sería la maestra y el estudiante, prefería que Felice lo deseara solo a él, ahora que las cosas habían llegado a este punto.

Que se estremeciera con solo el roce de su mano, que se mojara, y que su cuerpo respondiera de forma que no pudiera evitar desearlo.

Para que, incluso sabiendo que él era el ‘estudiante’, su cuerpo reaccionara primero.

Si eso sucedía, ¿no llegaría el momento en que Felice lo quisiera a él?