La lección secreta de Señorita Baronesa Felice - 16
Felice le sonrió a Claude y, sin querer, tragó saliva. La punta de sus dedos temblaba por los nervios. Lo que acababa de tener en su mano era mucho más grande que el dibujo.
—Ha.
Claude, al encontrarse con la mirada de Felice, soltó una risa que parecía un suspiro y bajó un poco la cabeza. Al echarse el cabello, todavía húmedo, hacia atrás de la frente, su gesto denotaba una especie de resignación.
Felice frunció el ceño ante la repentina reacción de Claude, pero al ver que él se levantaba lentamente de la silla, su entrecejo se alisó de inmediato.
Frente a sus ojos, la enorme cosa de él se erguía firmemente hacia ella.
Con la bata a medio poner, él no ocultaba lo que se movía cerca de la cara de ella.
—Parece que la que está nerviosa es la profesora… ¿Será porque su boca es muy pequeña?
Claude extendió la mano y le sujetó suavemente la barbilla a Felice.
—Me alegra que diga que puede tragárselo, pero…….
Claude arqueó los ojos formando medias lunas.
—¿No cree que es mejor comprobar si realmente puede hacerlo? Sus delgados dedos no son suficientes, así que lo haré con los míos.
Apretando más la barbilla, Claude abrió la boca de Felice. Él, con una sonrisa en el rostro, metió su dedo en la boca de ella.
—…Uug.
—Le será más fácil medirlo con mi dedo que con el suyo, ¿no? Lástima, pero si, después de medirlo, considera que no puede aceptarlo, daremos la clase por terminada.
Felice se estremeció ante la amenaza de ser despedida. Por supuesto, él no le dio tiempo para responder. Mientras hablaba, Claude seguía moviendo su dedo por debajo de la lengua de ella, hurgando dentro de su boca.
Sin poder responder de otra forma, Felice movió su lengua con suavidad, lamiendo el dedo de él.
Afortunadamente, él pareció entender su respuesta y le dijo:
—Ah…… Con dos, parece que está bien.
Felice movió la lengua con más insistencia, como queriendo decir que con dos era pan comido.
En ese momento, la imagen de una mujer en una obra erótica le vino a la mente. Recordando el dibujo, Felice movió ligeramente la cabeza de adelante a atrás.
Recordaba que así era como debía hacerlo. Como no estaba segura, se movió con lentitud y lo miró de reojo. Justo cuando iba a observar la expresión de Claude, el dedo anular de él se metió de golpe, Felice cerró los ojos sin querer.
—Uug. Ha…… Uug.
Pero no se detuvo, siguió moviendo la cabeza y la lengua.
La saliva se le escurría, pero a Felice no le importó. Se limitó a intentar acariciar suavemente lo de él, sin usar los dientes, tal y como había aprendido en los libros.
—¡Maldición!
Claude retiró su dedo de repente.
—Felice, abre más la boca.
Claude gruñó con voz baja y le agarró la cabeza a Felice.
La cosa de él, caliente, pegajosa y enorme, se frotó contra los labios de Felice.
Cuando Felice abrió la boca, lo de Claude entró de inmediato.
—…¡Uug!
En el instante en que esa cosa enorme se abalanzó, Felice frunció el ceño. En definitiva, era incomparablemente más grande de lo que había medido con sus propios dedos y con los de Claude.
Su lengua se sintió aplastada al tener la boca completamente llena, pero ella abrió la mandíbula al límite y frunció los labios.
La postura era incómoda para mover la cabeza, así que Felice estiró los brazos hacia adelante. Al apoyarse en el muslo firme de Claude y comenzar a mover la cabeza lentamente, él soltó un ligero suspiro.
—Ha……
Claude cerró un puño con fuerza y luego lo abrió, y se pasó las manos por la cara varias veces.
Sabía que había llegado a su límite debido a Felice, que lo acariciaba con sus ojos inocentes como si estuviera fascinada, pero de verdad sentía que podría correrse solo con su boca, tal como ella había dicho.
Ahora mismo, verla con los ojos rojizos y llenos de lágrimas, moviendo la boca con torpeza, hizo que el deseo de eyacular se elevara.
Y es que, para Claude, también era su primera vez.
—Haa… Uug. Haup.
Junto con el sonido pegajoso, el jadeo forzado de Felice llenó el dormitorio.
Felice entrecerró los ojos ante la sensación de que, aun teniéndola cerca de su campanilla, la longitud era tal que no podía meterla toda.
Entonces, de pronto, movió sus manos con nerviosismo. Al darse cuenta de que tenía las manos libres, Felice las retiró con cuidado de los muslos de Claude.
Y agarró la de él.
—…¡Ah!
Al mover la boca y las manos, Claude soltó un fuerte jadeo.
Se sintió cómo lo de él, que palpitaba dentro de su boca, se inflaba aún más.
Cuando Felice aumentó la velocidad con la cabeza, Claude, que le sujetaba la cabeza, terminó cerrando los ojos.
Fue entonces que a Felice le faltó el aire y separó la boca.
Frente a sus ojos, algo blanco se disparó.
—Ah……
Felice cerró un ojo y tocó con su mano el líquido blanco y pegajoso que se había adherido a su rostro.
……Qué alivio.
Junto con el olor a azahar, sintió un gran alivio.
Cuando la mandíbula le dolía y pensaba que no podía seguir estimulándolo con la boca, su mente solo se llenaba con la idea de cómo evitar la siguiente vez.
—Parece que la clase de hoy termina aquí.
Felice se limpió la cara con el dorso de la mano y se levantó.
Mirando a Claude, que respiraba con dificultad y lucía totalmente confundido, Felice sonrió ampliamente.
—Es la primera vez, así que es normal. Con su permiso, me retiro a ducharme. Por favor, dígame la fecha de la próxima clase mañana.
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Regresando a su habitación, Felice recibió el agua para lavarse a través de la densa oscuridad de la noche. Tenía un gran deseo de pedírselo a una de las sirvientas, pero no podía hacerlo en ese estado.
Se limpió con papel y se frotó la cara con jabón.
El líquido, más pegajoso de lo que pensaba, no desaparecía por completo sin importar cuántas veces se lavara.
Justo cuando pensaba que su cara estaba limpia, se dio cuenta de que todo su cuerpo estaba empapado en sudor. No se había dado cuenta de cuánto estrés estaba sintiendo hasta que el sudor comenzó a fluir. Soltó un largo suspiro como una persona que acaba de terminar un trabajo arduo.
Una vez que todo terminó, sus músculos de la mandíbula se sentían rígidos. Parecía que le sería difícil abrir la boca de par en par por un tiempo.
—Pero la próxima clase será con la dama, así que podré enseñarle a ganarse su corazón, en vez de tener clases como esta……
Felice, con su cuerpo cansado, se cambió de ropa.
Colgó el vestido en el perchero y, al reflejar la tela en la luz de la vela, frunció el ceño.
A pesar de ser una tela mezclada, era un vestido caro que a Felice le costaría comprar, y ahora tenía manchas blancas salpicadas por todo el pecho.
—Lo lavaré mañana… Ah. El olor……
El olor de él se había impregnado por completo en la ropa.
Felice tragó saliva y presionó suavemente las manchas blancas con el dedo.
Incluso Felice, que no sabía mucho de esas cosas, no podía decir que el olor de un hombre que olía por primera vez era bueno, pero, por alguna razón, no le disgustaba. Además, el rostro de él, dominado por el placer, llenaba su mente. La expresión de Claude, con la cara contorsionada y respirando con dificultad…
—¡En qué demonios estoy pensando…!
Felice cerró los ojos y sacudió la cabeza.
Sin embargo, la sensación de Claude llenando su boca debajo de sus ojos cerrados se hizo aún más vívida. A pesar de que se reprendió a sí misma, diciendo que era una profesora y no podía dejarse llevar por esas cosas, por alguna razón Felice apretó los muslos.
Sintió una extraña insatisfacción debajo de su abdomen.
Felice se mordió el labio inferior mientras doblaba los dedos de los pies y tragaba saliva repetidamente.
—No……
Felice abrió los ojos de golpe.
Parecía que necesitaba lavarse la cara de nuevo con agua fría.
—Esto es todo porque leí obras eróticas.
Felice respiró profundamente y se puso un chal sobre su delgada camisa de dormir. Necesitaba recuperar el control con agua fría.
Las caras de Claude y de ella se dibujaban sobre las indecentes imágenes del libro.
Además, ahora que había visto la parte de abajo de Claude, la imagen de su cosa burlándose de ella flotaba vívidamente en su mente.
—Tengo, tengo que recuperar el control rápido.
Diciendo esto mientras cruzaba el pasillo, Felice de repente se dio cuenta de que se había mojado abajo y se detuvo.
—Ha….. No……
Felice se enterró la cara en las palmas de las manos.
Tenía que aceptar que no le había disgustado la lengua de Claude, sus dedos hurgando en su boca, e incluso su cosa.
Su deseo, que había escondido tan bien en su vida, se hizo presente.
En realidad, incluso en su primer beso…
—Ah. No. Esto……
Sus pensamientos se habían alejado demasiado.
Felice se dio una palmada en la mejilla de inmediato.
—No. Esto es solo… un deseo inevitable para los humanos. Es solo un mecanismo que Dios creó para la supervivencia de la especie.
Felice asintió y levantó la cara de sus manos.
Objetivamente, Claude era muy guapo, tenía un buen cuerpo, y su parte de abajo también… era excelente.
Felice tragó saliva y siguió caminando.
—Pero yo soy la profesora, él es el estudiante.
Era algo bueno para ella como profesora tener un estudiante tan brillante. Felice exhaló profundamente y apretó el puño.
—Tengo que pagar mi deuda y preguntarle sobre las reliquias de mi abuelo. Así que… no lo olvides.
No dejes que el cuerpo de él te arrastre y te haga olvidar la realidad, Felice Kelton.
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