La Emperatriz que regresó en el tiempo - Capítulo 87

«¡Sí! ¡Es mentira!» Pero Milles no pudo gritarlo.

 

—También revisé el presupuesto y los detalles de los gastos de la boda.

 

Eliana había organizado todo tan bien que Flint no tuvo necesidad de preguntar nada más. Aunque el presupuesto era ciertamente grande, al revisar los detalles, todos eran gastos necesarios.

 

—Todo es un gasto razonable, no sé cuál es el problema. Entonces, ¿yo también soy derrochador?

 

Milles se postró y se disculpó.

 

—M-me equivoqué, Su Alteza. Parece que este viejo enloqueció.

 

Cuando el viejo administrador se disculpó rápidamente, la ira de Flint disminuyó gradualmente. Él, en principio, tenía una profunda confianza y gratitud hacia los administradores locales. Por eso siempre fue generoso.

Pero había algo que no podía tolerar.

 

—Milles, ¿mencionaste la dote a la Gran Duquesa?

 

Flint interpretó todas las palabras que Eliana no había terminado a su manera. Fue una bendición para Eliana.

La palabra «dote» salió a flote y Milles se puso blanco como el papel. «¿Cómo supo lo que pensé en mi interior?» De hecho, sí había estado cuchicheando con los otros administradores sobre la dote a sus espaldas.

 

—¿Tengo que escuchar de mi propia esposa que lamenta no poder contribuir con una dote a los gastos de la boda?

 

De hecho, Flint estaba estupefacto.

‘Santo cielo, ¿qué clase de hombre hay que haga que la dote de una novia contribuya a los gastos de la boda?’

Por muy ignorante que fuera Flint en ese aspecto, eso sí lo sabía.

No había nada tan mezquino como presionar a una dama por cuestiones de dinero. Era algo que solo hacían esos tipos de Zacador……

Flint dijo con frialdad:

 

—La próxima vez no habrá perdón.

 

Los empleados de la oficina de finanzas se tensaron al ver a Milles suplicar con las manos y los pies. Una ama de casa que, apenas llegada, se hacía con el control de las finanzas, y un cabeza de familia que cedía sin reparos. Todo esto había sucedido en menos de una semana desde la llegada de la Gran Duquesa a la mansión Howard.

Flint convocó a todos los administradores y les ordenó nuevamente que hicieran todo según la voluntad de la Gran Duquesa. Era lo mismo que decir que no toleraría ninguna desobediencia.

Mientras tanto, Milles fue a buscar a Eliana por separado para disculparse. Estaba arrodillado y con una actitud completamente abatida.

 

—Le pido disculpas por la falta de respeto que cometí antes, Su Alteza.

 

Eliana miró a Milles y sonrió dulcemente.

 

—Es natural, ya que has administrado las finanzas de Howard como si fueran tu propia fortuna. ¿Acaso no todo proviene de tu lealtad?

 

Con esas palabras punzantes, Milles tembló. Eliana dijo con un rostro imperturbable:

 

—¿Te sientes mal? Es cierto que ya estás muy viejo. En otra familia, ya te habrías jubilado.

 

Eliana le dio buenos deseos, diciéndole que hablara con el médico de la corte para que le preparara un tónico reconstituyente. Pero no le dijo a Milles que se levantara de inmediato.

Finalmente, Milles salió tambaleándose de la habitación de la Gran Duquesa. Sus rodillas temblaban.

‘En cuanto termine la boda, voy a investigar a Milles’

La mirada de Eliana, que observaba la espalda de Milles, era fría.

Ella detestaba que sus subordinados desafiaran su autoridad. Aunque Flint interviniera y las cosas se calmaran por un tiempo, sería temporal.

Sinceramente, sospechaba que estaba malversando fondos. De lo contrario, no había razón para que se alterara tanto por una fortuna que no era suya.

Después de mucho tiempo, tuvo una fuerte corazonada. No se equivocaba.

 

 

 

 

 

 

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Ese día fue el de conocer al jardinero que se encargaba del vasto jardín de la mansión Howard. Eliana decidió contratar a varios jardineros jóvenes y fuertes adicionales para ayudar al anciano.

En solo una semana, Eliana ya tenía una idea general de cómo funcionaba la mansión Howard. Los preparativos de la boda también avanzaban sin problemas.

Después de la cena, Eliana vio un paquete de cartas que le entregaban.

 

—¿Qué es esto?

 

Flint dijo con un rostro sombrío:

 

—Son las cartas que le llegaron mientras veníamos al norte. Algunas son de hace bastante tiempo.

 

‘¿Por qué me las da una semana después?’

El rostro de Eliana se endureció por un instante. Pero al ver que las cartas no tenían señales de haber sido abiertas, se tranquilizó de inmediato.

Entre el paquete de cartas, el nombre ‘Isabella Rosana’ llamó su atención. Eliana le entregó el paquete de cartas a Jane. Se escuchó un ligero sonido de Jane clasificando las cartas a un lado.

 

—Estuve dudando si debía darle esta noticia. Perdone que no se la haya entregado de inmediato.

 

Solo una semana después de llegar a la mansión Howard, Eliana se enteró de las noticias de Isabella por Flint.

 

—Se dice que Señorita Isabella Rosana se casó con el Séptimo Príncipe de Zacador. Dicen que la boda ya se celebró en Ringsgen. De hecho, ha pasado bastante tiempo.

—……Ya veo.

 

Mientras venía al norte, Eliana había cumplido veintidós años, y en su vida anterior, por esa época, se había casado con el Séptimo Príncipe. Si no era ella, alguien más debía convertirse en un símbolo de la paz.

De hecho, ya había previsto el futuro de Isabella desde su audiencia con el emperador.

 

—¿Acaso la Casa Ducal Rosana no tiene más hijas que tú?

 

Esa frase del emperador implicaba que, incluso si no fuera ella misma, Isabella sería lanzada a una alianza matrimonial en el continente.

 

—Pero……

 

La expresión de Flint era inusual. Tenía un rostro muy incómodo, como si no supiera cómo darle la noticia.

Eliana de repente tuvo un mal presentimiento. Los labios de Flint se abrieron.

 

—Se dice que Señorita Isabella ha fallecido.

 

Eliana estaba sentada aturdida en el sillón, mirando por la ventana.

 

—Su Alteza, el viento está frío. Cerraré la ventana.

—Déjalo.

 

Eliana detuvo a Jane, que intentaba cerrar la ventana, y miró fijamente las nubes en el cielo. Un sonido ajetreado se escuchaba con el viento.

La mansión Howard estaba muy ocupada con los preparativos de la boda. Varios jardineros, junto con los sirvientes, estaban arreglando el jardín. Aunque no era la época de floración, se arremangaron para hacer florecer las flores.

El deseo de Flint era celebrar la boda en un jardín lleno de flores. No importaba si se gastaba una fortuna. Tenían que hacer florecer las flores antes de la fecha de la boda, costara lo que costara. Incluso se contrató a un mago para esa tarea tan exigente.

A Eliana no le importaba en absoluto. Claro, como novia, además de probarse el vestido de novia, tenía que ocuparse de varias cosas, incluida la recepción de los invitados.

Todas las órdenes e instrucciones necesarias para la boda ya estaban dadas, así que no había problema. Solo tenía que supervisar que todo saliera bien y señalar lo que estuviera mal.

Incluso ahora, el mayordomo Gilbert y la ama de llaves Carol estaban diligentemente informando sobre el progreso. Pero Eliana solo miraba aturdida por la ventana.

 

—Yo… Su Alteza.

 

Jane llamó a Eliana con cautela. Eliana, que había estado perdida en sus pensamientos por un buen rato, volvió en sí y preguntó:

 

—Ah, ¿qué dijiste hace un momento?

—Gran Sacerdote Marco, del Templo Central del Norte, ha aceptado oficiar la ceremonia.

—Estaba a punto de hacer una solicitud al templo de todos modos…

 

Para ser honesta, se le había olvidado por completo. Últimamente, a menudo perdía la concentración de esta manera. Eliana suspiró.

 

—Su Alteza el Gran Duque hizo directamente la solicitud al templo. Preguntó su opinión sobre añadir una misa nupcial a la ceremonia de la boda, todo en el mismo día.

 

Ante las palabras de la ama de llaves, Eliana parpadeó un par de veces y preguntó:

 

—¿De verdad Su Alteza el Gran Duque dijo que la misa y la ceremonia se harían el mismo día?

—No es definitivo, dijo que su voluntad es lo primero.

 

Tradicionalmente, la misa nupcial y la boda se celebraban en fechas diferentes. Especialmente en el caso de las familias nobles de larga tradición, se designaba una fecha específica y se realizaban por separado.

Hacer que un sacerdote oficiara la ceremonia y la misa nupcial al mismo tiempo, de esta manera, era una moda reciente impulsada por las generaciones jóvenes.

Eliana se sorprendió de que el inflexible Flint quisiera terminar la misa y la ceremonia en un solo día. «¿Es obstinado, pero también eficiente?».

 

—Si Su Alteza desea que la misa y la ceremonia se hagan por separado…

 

A Eliana, a quien le agradaba la idea de Flint, negó con la cabeza y dijo:

 

—No, eso me parece más cómodo a mí también.

 

El rostro de la ama de llaves se iluminó.

Normalmente, la boda se celebra con una gran cantidad de invitados y de forma ruidosa, mientras que la misa se realiza de forma solemne, con la presencia de solo las dos familias.

Flint no tenía familiares directos que asistieran a la misa nupcial. Además, no era posible invitar al emperador o al príncipe heredero de la capital, ¿verdad?

Por eso, la ama de llaves y Gilbert agradecieron que Eliana, a pesar de provenir de una familia noble de larga tradición, no insistiera en una boda a la manera tradicional.

Jane, que estaba llenando las tazas de té a un lado, también tenía el rostro alegre.

En realidad, Eliana no era muy diferente. Aunque enviaría invitaciones a la Casa Ducal Rosana por las apariencias, sabía que nadie vendría.

Más que nada, a Eliana le resultaba engorroso dedicar dos días a la boda.

¿Sería porque ya se había casado en su vida anterior? Aunque esta vez no era un matrimonio forzado, sino uno en el que había elegido a su propio prometido, Eliana no sentía mucha emoción durante el proceso de preparación.

Si tuviera que compararlo, era una sensación similar a cuando, en su vida anterior, como emperatriz, organizaba eventos en el palacio imperial.

 

—Su Alteza, los pasteleros y artesanos que encargó antes llegarán mañana.

 

Ante las palabras de Gilbert, Eliana pensó un momento, recordó que había encargado el pastel de bodas y asintió. Una expresión de aburrimiento se dibujó en su rostro.

 

—Y el diseñador principal dice que tiene algo que informarle a Su Alteza sobre la tela del vestido de novia.

 

Después de Gilbert, la ama de llaves continuó informando sobre la situación, pero Eliana tenía una expresión algo decaída.

Jane, al verla así, les susurró algo a los dos. Ellos solo informaron lo esencial sin elaboraciones, dejaron los documentos resumidos y se retiraron.

 

 

 

 

 

 

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Los preparativos de la boda se estaban concretando, la Gran Duquesa, que debería estar llena de entusiasmo, permanecía inusualmente tranquila. Algunos administradores cuchicheaban sobre la actitud de la novia, diciendo que incluso si prepararan la boda de otra persona, estarían más emocionados.

Aunque se concentraba intensamente en los preparativos de la boda, los pensamientos de Eliana se interrumpían abruptamente.

Todos se sentían incómodos porque a menudo se interesaba y participaba en esto y aquello, solo para perder el interés de golpe. Su estado de ánimo era tan volátil que parecía estar sufriendo depresión pre-matrimonial.

Cada vez que esto ocurría, acudían a Flint para preguntarle su opinión.

 

—Si la Gran Duquesa está de acuerdo, cualquier cosa…

 

Aun así, Flint también suspiraba. Sabía que Eliana había estado apática y distraída últimamente.

Se había sentido orgulloso cuando ella había mostrado entusiasmo al llegar a la mansión Howard, decorando su habitación y el resto de la casa, pero ahora parecía haber perdido toda su energía.

 

—A veces, algunas novias sufren depresión antes de la boda. No se preocupe, Su Alteza.

 

Eran palabras del diseñador que le estaba confeccionando el traje de gala a Flint.

Incluso la diseñadora se rio, diciendo que la Gran Duquesa era más experta que las damas que preparaban las bodas de sus hijas.

De hecho, Flint sabía la razón de la apatía de Eliana. Había estado así desde que se enteró de la muerte de su hermana.

Cuando Flint, tras mucho pensarlo, le dio la noticia de la muerte de Isabella, Eliana se sorprendió un momento, pero luego su rostro se tornó inexpresivo.

 

—Qué lástima. ¿Cuál fue la causa de la muerte?

 

Como su interlocutora estaba tranquila, Flint le relató la situación tal cual.