La Emperatriz que regresó en el tiempo - Capítulo 82

Eliana hizo ademán de levantar su falda de forma juguetona, pero Flint rápidamente puso su mano sobre la suya para detenerla.

—Me refiero a tu cabello natural.

Eliana parpadeó con sus ojos verdes. Flint tomó un pequeño mechón de su cabello negro y lo acarició, diciendo:

—Una vez que lo vi, no pude olvidarlo… siempre quise volver a verlo.

Al escuchar esas palabras, Eliana sintió el deseo de mostrárselo. Su esposo de la vida anterior también había dicho que ese color era hermoso. De hecho, todos los que lo veían lo decían.

En el momento en que ella llevó su mano al pendiente, su cabello negro azabache volvió a tornarse rosado.

Flint parpadeó ante el cambio. Eliana también abrió los ojos de par en par, muy sorprendida.

—¿Eh?

¡Aún no se había quitado el pendiente…!

—¿Uh, uh?

Eliana, confundida, intentó quitarse el pendiente. Sus manos fallaron y Flint le desabrochó el cierre. Pensó que el pendiente se habría roto, pero estaba intacto.

—¿Será que la piedra de maná agotó su poder o que el artefacto mágico funciona mal?

Eliana no lo sabía, pero incluso en la cueva, a pesar de llevar el pendiente, su cabello había vuelto a ser rosado.

En ese momento, la situación era tan urgente que no hubo tiempo para prestarle atención, pero Flint recordaba vívidamente el cabello rosado que había visto cuando la abrazó.

Eliana negó con la cabeza ante las palabras de Flint.

—Esto no es una piedra de maná. Es obsidiana común… Y nunca ha funcionado mal.

Si salía del carruaje con este color de cabello, todos se sorprenderían. Por supuesto, dado que ya no estaba bajo el yugo del Ducado Rosana, no era absolutamente necesario ocultar el color de su cabello. Pero era un poco incómodo.

—Sería bueno que mi cabello se volviera negro antes de que tenga que explicar la situación…

—Se ha… transformado.

Esta vez, los labios de Flint se abrieron ligeramente.

Eliana ladeó la cabeza, mirando el pendiente en su mano. En ese instante, las palabras de Astin le vinieron a la mente. ‘¿Será que realmente tengo el talento de una maga…?’

En ese momento, Flint tomó el pendiente de la palma de la mano de Eliana. Tan pronto como el pendiente se separó de Eliana, el color de su cabello volvió a ser rosado. Flint, sumido en sus pensamientos, dijo:

—El principio de activación de la magia es la voluntad. Quizás este artefacto mágico está funcionando según la voluntad de Señorita Eliana.

Flint volvió a colocar el pendiente en la palma de la mano de Eliana y dijo:

—Intente pensar en cambiar el color de su cabello a otro.

—Mmm… ¿Rojo?

Pero el cabello seguía siendo rosado.

—Piense con fuerza. A veces, se dice que los artefactos mágicos se manifiestan con una voluntad fuerte.

‘¿Cómo se piensa con fuerza?’

Eliana deseó fuertemente en su corazón: «Por favor, cambia el color de mi cabello a rojo». En ese instante, el color del cabello de Eliana se convirtió en un rojo ardiente.

—Esto…

Eliana, tan sorprendida, dejó caer el pendiente. Flint lo atrapó ágilmente en el aire y, mirando el cabello de Eliana que había vuelto a ser rosado, dijo:

—Parece ser un artefacto mágico muy antiguo.

Flint acarició el cabello de Eliana. Su toque era suave y lleno de cautela.

Eliana se sintió un poco avergonzada, como si la distancia con Flint fuera, de repente, muy corta. Sintió incluso su aliento y se tensó un poco.

En ese momento, se escuchó un golpe en la puerta del carruaje. «Es Jane». Al oír que era Jane, Eliana la invitó rápidamente a entrar. Quería salir de esa atmósfera incómoda como fuera.

—Pronto llegaremos al Marquesado de Brohwen… ¡Oh, señorita!

Jane se sorprendió al ver el cabello rosado pálido y luego puso una expresión aturdida.

—¡El cabello de la señorita es tan hermoso…! ¿Se lo tiñó?

‘Oh, no’

Eliana se dio cuenta de que no llevaba los pendientes puestos. Pero ahora, ponérselos deprisa también resultaría extraño.

Jane giró la cabeza y miró a Flint. «¿Su Alteza se tiñó el cabello…? ¿No huele a nada en el carruaje…?».

En lugar de Eliana, que no podía hablar por la sorpresa, Flint dijo con calma:

—Aunque el negro es el símbolo de Rosana, este es su color de cabello original.

Jane asintió y dio una palmada, diciendo:

—¡El duque es muy anticuado y obstinado! Debe haber sufrido mucho para que el color coincidiera con el símbolo de la familia. Y lo fuerte que es el tinte…

Jane había estado a cargo de teñir el cabello del joven maestro cuando trabajaba en el Sur. La madre del joven maestro lo había obligado a teñirse el cabello, diciendo que su color era un rubio apagado. Siempre se quejaba de lo fuerte que era el tinte, por lo que le habían conseguido un artefacto mágico, pero incluso eso le causaba dolores de cabeza y le resultaba muy difícil.

Jane maldijo al duque Rosana en su interior. Flint había ocupado el lugar de ella junto a Eliana, y Jane, que había pasado mucho tiempo con la reciente y descarada Adele, ahora usaba un lenguaje más atrevido.

—Es un malvado por ocultar un color tan bonito… Es una persona muy mala. Mmm, ¿no es tinte sino magia? Dicen que usar un artefacto mágico durante mucho tiempo causa dolor de cabeza…

El rostro de Jane se llenó de preocupación.

—El joven maestro al que servía antes también sufría siempre de migrañas. Señorita, no lo use más. ¿Sí?

Flint también habló, siguiendo las palabras de Jane:

—Tampoco quiero que algo afecte su salud. ¿Acaso no es por eso que tiene el cuerpo débil y se enferma a menudo?

‘¿Será así?’

Había un dicho popular que decía que el uso prolongado de artefactos mágicos causaba fatiga corporal. Pero Eliana había vivido sin artefactos mágicos desde los diez años y había comenzado a usarlos recientemente.

Nunca le había dolido la cabeza por culpa de un artefacto mágico. Simplemente tenía una constitución débil y no le dolía nada en particular.

—¿No será posible? Entonces, ¿qué tal si usa otra joya encima cuando use el artefacto mágico para que no toque su cuerpo? No hay daño en ser precavido.

Eliana asintió ante la sugerencia de Flint. Ya no tenía que insistir en el cabello negro, símbolo de Rosana. Había vivido bien sin los pendientes, así que quitárselos ahora estaría bien.

—Eso suena bien. Pero, ¿no se sorprenderán todos si ven mi verdadero color de cabello? No es un color común…

Si la Gran Duquesa, que había subido al carruaje con el cabello negro, de repente bajaba con el cabello rosado, todos se sorprenderían. Pero Flint respondió con calma:

—¿Qué importa eso?

—Todos se sorprenderán si, de repente, el cabello del Gran Duque se vuelve blanco.

Flint respondió sin dudar:

—Aunque apareciera con la cabeza rapada, ellos no podrían decirme qué hacer.

Eliana soltó una risita ante la exagerada analogía de Flint. La garganta de Flint se movió al ver la sonrisa que florecía en su hermoso rostro.

—Si hay alguien que le falte el respeto a la Gran Duquesa por el color de su cabello, será severamente castigado.

—Bueno… ahora que lo dice, tiene razón.

A fin de cuentas, cambiar el color del cabello no era tan extraño. En el Sur, se decía que era una moda constante cambiar el color del cabello periódicamente debido a las diversas culturas de teñido.

Esa moda incluso se había extendido a la capital y hasta Zacador, aunque eso fue en el futuro.

Eliana guardó los pendientes en su bolsillo con el corazón ligero. Al verla hacer eso, Flint sacó un joyero de su pecho. Eliana abrió los ojos de par en par al ver los pasadores para el cabello que había dentro del joyero.

—Esto es…

El pasador de cabello en forma de mariposa, que había estado roto, estaba perfectamente restaurado. De hecho, era incluso mejor que el anterior. Las joyas rotas habían sido reemplazadas por una variedad de gemas coloridas, y su calidad era a simple vista superior. Además, las antenas reconstruidas eran aún más delicadas que antes.

Flint sacó el pasador y lo colocó en el cabello de Eliana. Su toque fue un poco torpe, pero su intención se transmitió por completo.

—Debí habértelo devuelto antes.

Dijo Flint con un poco de incomodidad. Eliana sacó los pendientes que había guardado en su bolsillo y los puso de nuevo en el joyero.

—Me encanta, Su Alteza. Gracias.

Era una dulce sonrisa, como una flor que se abre en todo su esplendor. Flint sintió que su corazón se estremecía. El pasador en su cabello rosado parecía una mariposa posada sobre una flor.

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Jane, que había terminado su informe de que pronto llegarían al marquesado de Brohwen, bajó del carruaje. Poco después, el carruaje se detuvo.

—Gran Duque, Gran Duquesa, hemos llegado a la Puerta Mágica del Marquesado de Brohwen.

La voz de Gilbert se escuchó junto con un golpe en la puerta. Flint solo respondió con un simple «Entendido» y no se levantó. Eliana bostezó suavemente. Al verla, Flint preguntó con preocupación:

—¿Está muy cansada?

—Mmm, la verdad es que estuve en el carruaje por mucho tiempo y me siento un poco incómoda.

En realidad, Eliana extrañaba los carruajes de la más alta calidad: grandes, cómodos y que no se movían. Su cuerpo, acostumbrado al lujo, era un problema.

—Al llegar a mi feudo, podrá cambiarse a la carreta de la familia. La he hecho esperar frente a la Gran Muralla. Es una carreta preparada a toda prisa, así que tiene muchas deficiencias.

—¡Qué buena noticia que haya otro carruaje esperándonos!

‘Se refiere a la Gran Muralla Howard, ¿verdad?’

pensó Eliana. La Gran Muralla, una famosa estructura del Norte y su entrada. Los ojos de Eliana brillaron.

Poco después, se escuchó otro golpe en la puerta y la voz de Oliver.

—Gran Duque, Gran Duquesa. Todos los procedimientos han terminado. La Puerta Mágica está a punto de activarse.

Por fin, la situación volvía a la normalidad.

—La factura de la tarifa se enviará al Condado de Morris. Se sumará a la factura de allí y se enviará al Palacio Imperial.

Eliana sonrió ante la eficiente gestión de Oliver. La complació la idea de la cara del emperador al ver la factura de la Puerta Mágica y su carta.

—La Puerta Mágica se activará en 2 minutos. Todos se moverán simultáneamente. El destino es frente a la Gran Muralla Howard.

Exactamente 2 minutos después, el carruaje se sacudió.