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La Emperatriz que regresó en el tiempo - Capítulo 285

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  4. Capítulo 285
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Mientras tanto, Verónica y Jane observaban a Layla desde un lado con tensión. Por su parte, Flint estaba sentado junto a Eliana con su habitual rostro frío. Simplemente saboreaba el té. Sin embargo, no le dijo a Eliana las palabras de siempre, como: ‘El té que preparaste es realmente delicioso’.

—Lia, ¿no podemos hablar solo nosotras dos? Me siento un poco incómoda.

Layla se dirigió a ella de nuevo de forma familiar. Entonces, Verónica le advirtió:

—Señorita Layla, me gustaría que guardara la debida cortesía hacia Su Alteza la Gran Duquesa Howard.

Layla levantó una ceja y replicó:

—Señorita Verónica, yo soy la prima de Lia. Cuando éramos niñas, éramos como hermanas. Lia me seguía a todas partes llamándome hermana. Qué grosero.

—Pero, Señorita Layla, eso es solo el pasado.

Ante el reproche de Jane, Layla dijo triunfante:

—¿Pasado? Bueno, pregúntenle a Lia directamente.

Ante eso, Eliana abrió la boca lentamente:

—Si tanto quieres que te llame hermana, no hay razón para no hacerlo.

Layla miró a su alrededor con arrogancia, alzando la barbilla. Verónica y Jane le lanzaron miradas de disgusto. Las dos damas de compañía esperaban que la Gran Duquesa Howard le diera su merecido a esa insolente joven. Y Eliana no defraudó sus expectativas.

—Pero, hermana, yo no siento la necesidad de hablar a solas contigo. ¿No crees que ya deberías conocer tu lugar?

—¡¿Qu-qué…?!

Layla tartamudeó ante el veneno de Eliana. Nunca antes había escuchado ese tipo de palabras de ella.

—No tengamos una guerra de desgaste inútil. La Duquesa Rosana que conocías era una persona desocupada, pero la señora del Norte no lo es.

Layla puso una expresión como si le hubieran dado un golpe en la cabeza. La Eliana que había reencontrado era demasiado diferente a la de su infancia… Justo cuando Layla apretó los dientes para replicar, Eliana la detuvo con una sola frase:

—Hermana Layla, en este momento, hay un sacerdote de la Orden alojado en la Gran Mansión Howard. ¿Quieres ir directamente a la Orden?

En ese momento, se escuchó un golpe en la puerta. Era Ariel. Tan pronto como Layla vio el uniforme de sacerdote con el emblema de la Orden, soltó un jadeo.

—Li, Lia… No, ¿verdad? Lia, eres buena… ¿Sí? ¿Me salvaste para ayudarme, ¿no es así?!

—Depende. Por muy buena que sea, si las cosas salen mal, no sé qué podría pasar. A veces, la buena voluntad se desvanece incluso por una pequeña cosa.

Eliana doblegó fácilmente el espíritu de Layla. Al ver al sacerdote de la Orden, Layla tembló de miedo. Para ella, la Orden, que definía la magia oscura como malvada, era un lugar de terror. Y todavía no había podido borrar los rastros de magia oscura.

Ahora comenzó a suplicarle a su prima que le salvara la vida. Incluso se arrodilló en el suelo y derramó lágrimas.

—Y-Yo no quiero ser arrastrada a la Orden para morir… Si soy torturada por los Inquisidores…

—Pues no debiste haberte metido con la magia oscura.

El tono de Eliana era tan ingenuo como cuando era niña.

—¿Tanto querías ser la Princesa Heredera? Qué mal se sintió Lily por tu culpa.

Layla, que temblaba, gritó como un chillido:

—¡Yo quería vivir! ¡Quería escapar de tu padre!

Ante eso, Eliana, que inclinaba la tetera, se detuvo por un momento.

—¡Pensé que si me convertía en la Princesa Heredera, podría escapar de tu padre! ¿Cómo podría haber escapado de las garras de tu padre? ¡Gracias a que tu padre confiscó las propiedades, mis padres tuvieron que hacer toda clase de trabajos sucios bajo sus órdenes!

Layla se desahogó detalladamente sobre su vida difícil. Los días miserables como plebeya pobre donde no podían comer correctamente, la humillación y el dolor de recibir educación con niños nobles bajo las órdenes de Duque Rosana… Incluso lloró diciendo que sus padres a veces llegaban a casa con marcas de latigazos en sus cuerpos.

Aunque era una historia que debería inspirar compasión, Eliana no parpadeó. Layla la atacó con el rostro lleno de resentimiento:

—¿Sabes algo? Tu padre está traficando con personas en secreto. ¡Mis padres tuvieron que hacer ese tipo de cosas infrahumanas solo para poder comer!

Layla reveló la verdad sobre el Duque Rosana para intentar desestabilizar a Eliana. Pensó que Lia se shockearía al saber lo que había hecho su propio padre. Pero el rostro de Eliana permaneció inalterable. Por el contrario, ella reveló un hecho aún más sorprendente:

—Hermana, eso no es algo que solo haya hecho nuestro padre. Duque Rosana ha sido el cabecilla del tráfico de personas durante generaciones.

—¿Qué…?

El rostro de Layla se quedó en blanco. Había pensado que era solo la maldad de Dmitry Rosana, el actual Duque Rosana.

—¿De dónde crees que salió la interminable riqueza del Ducado Rosana? Una familia rica no dura tres generaciones, ¿por qué nuestra casa tiene tanta riqueza, incluso después de gastar sin parar?

—N-no puede ser…

—Tus padres trabajaron en el Gremio Veled, ¿verdad?

—E-el Gremio Veled es un antiguo socio comercial de tu padre…

Eliana sonrió de lado y dijo:

—Para ser exactos, es un antiguo socio comercial del Ducado Rosana. Los Duques Rosana han estado traficando personas con el Gremio Veled durante generaciones, y así han acumulado la riqueza de la familia.

Ahora Layla ya no pudo responder nada. Eliana continuó:

—¿Cómo crees que el Gremio Veled pudo crecer hasta convertirse en el gremio número uno de Bianteca? ¿Por qué el Ducado Rosana impulsó al Gremio Veled?

—…….

—La corrupción del Ducado Rosana está más allá de la imaginación. ¿La familia más antigua del continente? Durante todo ese tiempo, han carcomido este continente.

El tono de Eliana estaba lleno de disgusto y autocrítica. En su vida anterior, ella había hecho la vista gorda ante las atrocidades del Ducado Rosana por ser su familia. Incluso ayudó a encubrir, siguiendo las órdenes de su padre, y ayudó a la familia cada vez que estaba en crisis.

—Pero nosotras vivimos bien gracias a la riqueza y el prestigio de Rosana…

El arrepentimiento se reflejó en el rostro de Eliana. Quizás el hecho de haber vivido infelizmente y haber muerto miserablemente en su vida anterior fue un castigo. Sentía que era una retribución kármica.

—¿Nosotras? ¡Tú quizás, pero yo no! ¡Qué vida tan miserable llevé cuando era plebeya!

Cuando Layla se alteró, Eliana dijo con tono burlón:

—Pero, hermana, al final volviste a ser noble gracias a papá. Te convertiste en la dama de compañía de la Emperatriz por recomendación de papá. Por eso soñaste con ser la Princesa Heredera. Pero ahora que lo veo… tú misma no eres tan pura. Robaste la semilla del Príncipe Heredero usando magia oscura malvada.

—¡Robar la semilla! ¡El Príncipe Heredero y yo éramos amantes! Aunque era su concubina… ¡Y di a luz al bebé del Príncipe Heredero!

Layla mintió sin pestañear. Ahora Eliana se burló abiertamente:

—¿Concubina del Príncipe Heredero, dices? Es imposible que el Príncipe Heredero, que decidió casarse con Lily, haya tenido amoríos contigo. La Orden ya había enviado la fecha propicia para la boda real del Príncipe Heredero. ¿Quién lo sustrajo y lo encubrió? ¿La Emperatriz?

—…¿C-cómo lo sabes…?

El rostro de Layla palideció al ser descubierta la verdad. Incluso sus manos temblaban. La comisura de los labios de Eliana se alzó al confirmar su suposición.

¿Quién tendría el poder suficiente para liberar a Layla, que había sido capturada por los inspectores del Emperador? Solo la Emperatriz, excluyendo al Emperador y al Príncipe Heredero. Además, lo que Flint había dicho en la Fuente de las Hadas respaldaba su suposición:

—Recientemente, en el palacio temporal, escuché algo. Que la culpable usó magia oscura, apuñaló la pierna de Su Majestad la Emperatriz y escapó con el bebé. Dicen que incluso mató a todos los Tréboles.

Labrante dijo que Layla solo había usado magia oscura, pero que no era una hechicera oscura. Por lo tanto, fue la Emperatriz quien mató a los Tréboles y ayudó a Layla a escapar. Incluso llegando a montar el teatro de apuñalarse la pierna.

—No intentes engañarme. Lo sé todo. Preguntarte es solo un procedimiento de confirmación.

Tras amenazar a Layla, Eliana ahora le ofreció palabras de persuasión:

—Hermana, podríamos ser buenas aliadas. Nos llevábamos bien cuando éramos niñas. Yo tampoco quiero enviarte a la Orden para que sufras. Después de todo, somos de la misma sangre.

Para Layla, acorralada hasta el borde del precipicio, esas palabras sonaron dulcemente. Pero no podía deshacerse de su sospecha. ¿Qué alianza podía haber entre ella y Lia? Y, fundamentalmente, ¿por qué debía confiar en ella? Layla fue directa:

—¿Cómo puedo confiar en ti?

—Mmm, tendrás que confiar. ¿No quieres vengarte de mi padre?

Ante esas palabras, los ojos de Layla vacilaron. Eliana continuó con suavidad:

—Hermana, a mí me gustaría que papá muriera. Yo, siendo su hija, no puedo mancharme las manos con la sangre de mi padre. Pero sí puedo provocar su ruina.

Las palabras de Eliana conmovieron el corazón de Layla. Incapaz de resistir el impulso, confesó todo lo que había vivido.

⋅•⋅⋅•⋅⊰⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅∙∘☽༓☾∘∙•⋅⋅⋅•⋅⋅⊰⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅

Layla cooperó con Eliana de forma sorprendentemente total.

—Lia, tienes que asegurarte de que Dmitry Rosana sea arruinado.

En realidad, Eliana no sabía que el resentimiento de Layla hacia su padre era tan profundo. Solo había aprovechado el desahogo de Layla sobre su padre de hacía un momento, y había acertado.

—¿No te dijo tu padre que te secuestraría, a ti, que estás casada con el Gran Duque Howard, y te enviaría a Zacador? Habrías muerto si te hubieras casado con Zacador.

Layla se ensañó con Duque Rosana. Incluso criticó sin piedad a la Duquesa, quien había revelado que Eliana era una hija ilegítima.

—Diciéndote que deberías haber muerto en lugar de Isabella, que eres vulgar porque te pareces a tu madre biológica… Fue demasiado. ¿Cómo pudiste llegar a eso?

Ella escribió el confesionario palabra por palabra, según se lo dictó Eliana, y firmó sin dudar. Por supuesto, no olvidó asegurar su propia supervivencia.

—Dijiste que tenías una amistad con la Santa, ¿verdad? Debes asegurarte de que no me torturen si tengo un juicio por herejía, ¿de acuerdo? Prométeme que cuidarás de mi futuro.

Eliana se lo prometió, y Layla salió de la sala de visitas exultante de alegría. Verónica y Jane la siguieron para vigilarla.

Mucho después de que se cerrara la puerta, Eliana habló:

—No sabía que Layla odiaba tanto a mi padre.

—A veces, el rencor paraliza la razón de las personas. Solo mire a los norteños. Parece que Duque Rosana no fue muy bueno con ella.

Flint respondió con calma y abrazó a Eliana. Sus ojos rebosaban una alegría que no podía ocultar.

Hasta ahora, Eliana siempre había ocultado primero a Flint los asuntos clandestinos, como las intrigas. Él siempre fingía no saber, pero eso le resultaba molesto. También le entristecía sentir que no le había dado confianza como esposo.

Pero hoy, ella lo había llevado consigo para reunirse con Layla Rosana. Estaba conmovido. Se sentía orgulloso, como si ella hubiera derribado el último muro que la rodeaba.

Mientras tanto, Eliana, acurrucada en los brazos de Flint, estaba absorta en sus pensamientos. Necesitaba encontrar otra razón para la dócil cooperación de Layla. Seguro que había algo más… De repente, se dio cuenta.

—Ah, para Layla, aliarse conmigo es la mejor opción. El objetivo de la Emperatriz Beatrice debe ser el bebé que dio a luz Layla con el Príncipe Heredero.

Pero ese bebé había muerto. Layla había perdido su valor para la Emperatriz y ya no tenía nada a lo que aferrarse. Además, aunque Eliana le había ordenado escribir una confesión, le ofreció un camino de supervivencia.

「Fui forzada por Duque Rosana a usar magia oscura, quedé embarazada del hijo del Príncipe Heredero」

Al ver esa frase en la confesión, Layla sonrió de oreja a oreja. Si decía que usó magia oscura, pero fue obligada, ¿no sería eso algo atenuante? Se regocijó con la idea de echarle la culpa de su crimen a Duque Rosana. Incluso se tomó el tiempo de escribir cada carácter con esmero.

—Ahora solo queda hacer pública esta denuncia. Si lo denunciamos a la Familia Imperial y lo notificamos al Templo Central de la capital, no podrán silenciarlo. El Gran Sacerdote Piaton es un hombre íntegro.

—Esta vez, Duque Rosana tampoco podrá escapar. Pero, ¿estás segura?

Flint estaba un poco preocupado. ¿Estaría ella exagerando? Después de todo, el Duque Rosana es su padre…

—Mi rencor no es tan grande como el tuyo, pero el mío hacia mi padre es considerablemente profundo. No creerás que me queda algún afecto por el padre que me azotaba, ¿verdad? Y eso no es todo.

Una rabia contenida se percibía en la voz de Eliana. Justo cuando iba a continuar, Ariel, que había estado en silencio en la habitación, habló:

—Su Alteza la Gran Duquesa, la Orden aún no ha tomado ninguna decisión sobre esa mujer.

Ariel ahora tenía una expresión solemne.

—¿Cómo intenta hacer pasar por víctima de la magia oscura a una mujer que la usó para su beneficio personal? Y eso de ‘cuidar de su futuro’… es demasiado precipitado. Por mucha amistad que tenga la Santa con Su Alteza, no se pondrá de su lado sin más. ¿Acaso le hizo una falsa promesa a Layla Rosana.


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