Cargando...
Novelas de Asure
  • Browse
    • Action
    • Adventure
    • Boys
    • Chinese
    • Drama
    • Ecchi
    • Eastern
    • Fantasy
    • Fighting
    • Fun
    • Games
    • General
    • Girl
    • History
    • Horror
    • Horrow
    • LGBT+
    • Male Lead
    • Manhwa
    • Realistic
    • Romance
    • Sci-fi
    • Sports
    • Teen
    • Urban
    • War
    • Wuxia&Xianxia
  • Authors
    • Libenia
    • Gakim
    • Purrine
    • Geon Eomul Nye
    • Dam Yeon Seo
    • Ahn Siha
    • Jaya
  • Ranking
  • New
Advanced
Sign in Sign up
  • Browse
    • Action
    • Adventure
    • Boys
    • Chinese
    • Drama
    • Ecchi
    • Eastern
    • Fantasy
    • Fighting
    • Fun
    • Games
    • General
    • Girl
    • History
    • Horror
    • Horrow
    • LGBT+
    • Male Lead
    • Manhwa
    • Realistic
    • Romance
    • Sci-fi
    • Sports
    • Teen
    • Urban
    • War
    • Wuxia&Xianxia
  • Authors
    • Libenia
    • Gakim
    • Purrine
    • Geon Eomul Nye
    • Dam Yeon Seo
    • Ahn Siha
    • Jaya
  • Ranking
  • New
  • User Settings
Sign in Sign up
Prev
Next
Novel Info

La Emperatriz que regresó en el tiempo - Capítulo 223

  1. Home
  2. All Mangas
  3. La Emperatriz que regresó en el tiempo
  4. Capítulo 223
Prev
Next
Novel Info

Eliana solo se había alegrado en ese momento, pensando que era ventajoso para ella. Consideró que no había necesidad de rechazar una bendición que le había caído del cielo.

Al leerlo de nuevo ahora, se daba cuenta de que era una cláusula extremadamente radical. Entregarle todo si él moría…

Pero ahora era algo insignificante.

La falta para el divorcio era de ella. Él se sentiría humillado al saber que le había brindado tanta consideración a la hija de su enemigo.

No era difícil que el amor se convirtiera en odio. El odio de Eliana hacia su familia era parte de esto, y sus sentimientos por Marcel habían sido exactamente iguales.

Después de ser abandonada, comenzó a odiarlos y despreciarlos, deseando su muerte.

De hecho, en su vida anterior, Eliana había intentado matar a Damian, a quien había amado y apreciado. Y en esta vida, intentó matar a Marcel cuando se reencontraron.

¿Qué pasará si Flint hace lo mismo conmigo?

Al llegar a ese pensamiento, las lágrimas de Eliana cayeron a goterones.

No quería vivir cargando con ese odio por el resto de su vida. Sería mejor irse como una mujer que cometió adulterio.

Él la amaba. Cuanto más profundo era el amor, más profundo sería el odio. Si desaparecía rápidamente de su vista, tal vez no la perseguiría para matarla.

Eliana colocó el sobre grueso sobre el escritorio. Era la carta que había estado escribiendo en la habitación anterior. Esperaba que la información que había escrito allí le fuera útil para su futuro.

Por último, se quitó dos anillos y los puso al lado: el anillo de bodas que él le había puesto el día de la ceremonia y su anillo de sello.

 

—Dame la vela. Tengo que quemarlo.

 

Cuando una pareja se divorcia, es común que quemen o se deshagan juntos del contrato matrimonial. A menudo se rompía en medio de una pelea.

Pero en esta situación, le parecía correcto deshacerse de él ella misma. Eliana tenía la intención de quemar el contrato matrimonial, dejando solo el preámbulo.

Acercó la vela a una de las copias del contrato. Pudo ver el papel blanco prenderse fuego y consumirse. Su corazón también se quemaba hasta volverse negro.

El papel se convirtió en cenizas, dejando solo el título de ‘Contrato Matrimonial’.

Tomó la otra copia del contrato matrimonial con tal fuerza que parecía que iba a arrugarla, pero al final no pudo acercarla a la vela.

Su mano temblaba incontrolablemente. Finalmente, no pudo quemar la segunda copia y la dejó cuidadosamente sobre el escritorio.

Era la huella de su apego.

 

 

 

 

 

 

⋅•⋅⋅•⋅⊰⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅∙∘☽༓☾∘∙•⋅⋅⋅•⋅⋅⊰⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅

 

 

 

 

 

 

Eliana, que había estado con los ojos cerrados en la cama, de repente los abrió con un brillo.

Justo en ese momento, Verónica no estaba en la habitación, lo que lo hacía el momento perfecto para hablar. Eliana le hizo un gesto a Lina y preguntó:

 

—¿Están listos los preparativos?

 

Eliana le había ordenado a Lina que preparara la huida de la mansión del Gran Duque Howard.

 

—Sí. Puede irse tan pronto como esta noche. Los grandes nobles debieron de sospechar de una acción individual de la Vice Alteza, porque cambiaron la hora de las patrullas. ¡Pero no nos avisaron ni a mí ni a la señorita Verónica…!

 

Era obvio que lo habían hecho para evitar que huyera. Eliana dijo con sarcasmo:

 

—Quieren que sea Flint quien me mate directamente. Qué gente tan cruel.

 

Lina contó que se había enterado del cambio en el horario de patrullas a través de los miembros del gremio que había infiltrado en la mansión.

Eliana se alegró. Quién iba a pensar que dejar a los miembros del Gremio Astar le sería de ayuda. Realmente, uno nunca sabe lo que depara el destino.

 

—Pero, ¿de verdad va a irse…?

—Sí. Puede que de verdad termine muriendo a manos de ese hombre. ¿Acaso no soy la hija del enemigo?

 

Eliana continuó con un tono sombrío:

—Que él haya crecido miserablemente y sin padres en Ringsgen es por culpa de mis padres.

 

Se negaba a morir a manos de la persona que amaba. No quería volver a pasar por una experiencia tan horrible.

Eliana suspiró. ¿Por qué mi vida es un desastre, tanto en mi vida anterior como en esta? Inmediatamente se recompuso.

De todos modos, el objetivo de su matrimonio era escapar de la sombra de su padre y vivir en paz. Ella ya había escapado de su padre, y este lugar estaba lejos de ser pacífico.

No debía olvidar la meta de su vida.

Eliana, con la mente firme, preguntó a Lina:

 

—¿Rastreaste a la comitiva de la Santa de Labrante?

—Sí, Vice Alteza.

—Iré hacia allá. Intentaré exiliarme en Nymphs.

—Sí, lo prepararé todo sin problemas.

 

Al recostarse de nuevo en la cama, Eliana dijo:

 

—Ya no me llames Vice Alteza.

 

Lina respondió que sí con una cara triste y corrió las cortinas.

Esa noche, Astin, el maestro del Gremio Astar, entró en la habitación de la Gran Duquesa Howard. Eliana abrió la ventana y lo recibió, como lo hacía antes de casarse.

 

—No pensé que vendrías tú mismo.

—Solo alguien como yo puede infiltrarse en la mansión del Gran Duque Howard. A los demás los atraparían.

 

Astin, que habló con aire de presunción, continuó:

 

—De todas formas, la extradición o el escape de nobles es especialidad del Gremio Belled, no la nuestra.

—Ellos son clientes de mi padre, así que no.

 

El Gremio Belled era un lugar sucio y sospechoso, ya que trabajaban mano a mano con su padre en la trata de personas bajo la mesa.

 

—Bueno, el Gremio Astar también aprovechará para aumentar su experiencia. Por eso yo, el maestro, me involucré directamente.

—Presumes a pesar de que no es la primera vez que lo haces.

 

Astin se sintió aliviado al ver que Eliana parecía estar mejor de lo que pensaba. Pero no olvidó las palabras de consuelo.

 

—¿Debe estar muy apenada, no?

 

El secreto de su nacimiento como hija ilegítima había salido a la luz, y ella tuvo que cargar con las malas acciones de su padre.

Había escapado de su padre traicionero, pero ese padre había vuelto a arrastrarla hacia abajo. Y no solo su padre, también su madre biológica había sido utilizada como herramienta para el mal.

Astin recordó lo que Lina le había dicho:

 

—El Gran Duque estaba tomando pastillas anticonceptivas. ¡Tanto así que la Vice Alteza está negando su embarazo, diciendo que tal vez no sea real! No creo que sea adulterio. Por eso la situación se ha vuelto incómoda.

 

Astin sentía una profunda lástima por Eliana.

¿Ser sospechosa de llevar la semilla de otro en su vientre? ¡Si iba a usar anticonceptivos, que los usara bien!

‘Por eso los hombres son así.’

No pensó que hasta Flint Howard sería un hombre que cometería errores de anticoncepción.

Y pensar que las sospechas recayeron justo en la sangre del Séptimo Príncipe Imperial, Zacador.

Astin no ignoraba el resentimiento de Flint hacia la Casa Imperial de Zacador. También conocía su desafortunada historia. Era una verdad lo suficientemente fuerte como para enfriar cualquier afecto, por profundo que fuera el amor que sentía.

Si él fuera Eliana, también elegiría ser acusada de adúltera en lugar de exponer las fechorías de sus padres.

El Flint que Astin conocía era un hombre capaz de abandonarla. Es un hombre implacable cuando decide dar la espalda. No había necesidad de mencionarlo, solo había que ver cómo Soveur casi muere.

‘¿Será realmente necesario que dé a luz a ese niño? Tendré que hablar con ella seriamente más tarde.’

Un niño solo sería una carga para una mujer que quería valerse por sí misma. Más aún si su esposo se volviera en su contra.

Flint no era un hombre tan irresponsable como para abandonar a su propia sangre, pero a veces, el odio hace que las personas dejen de ser humanas. Astin había visto muchos casos así.

 

—¿Apenada? ¿De qué sirve? No puedo extirparme esta sangre que corre por mis venas.

 

Dicho esto, Eliana pensó: ¿Por qué algo que está fuera de mi voluntad me estrangula de esta manera? Se sentía como si estuviera atrapada en un pantano. La sensación de que el suelo se hundía y ella caía. De que algo tiraba de su tobillo desde abajo. Pero, ¿qué se le iba a hacer?

No tomaría la misma decisión que en su vida anterior, cuando lo abandonó todo y maldijo al mundo.

Eliana se decidió a escapar del peligro mortal que la rodeaba. Era un pensamiento que no había tenido en su vida anterior.

 

—Mi vida está en tus manos. Confío en que mantendrás mi paradero en secreto para Flint.

—Por supuesto. No quiero perder a una clienta como Lady Eliana.

 

Astin le dio a Eliana varias recomendaciones, empezando por empacar sus objetos de valor.

 

—Recoja todas sus joyas. ¿Tiene dinero en efectivo? Supongo que ha estado ahorrando el dinero restante de su asignación personal, ¿verdad? Lord Flint no es el tipo de persona que iría a recuperar cada pequeña cosa…

 

Ante esto, Eliana puso una expresión incómoda. A Astin, que la instaba a empacar de inmediato, Eliana le dijo:

 

—Astin, no quiero llevarme nada que pertenezca a los Howard.

—¡Cómo puede decir eso! Todo eso es propiedad de Lady Eliana.

—Debe quedar dinero en mi cuenta… Con eso es suficiente.

 

Cuanto más dinero, mejor. El dinero de la cuenta no era suficiente.

Astin se puso las manos en la cadera y dijo:

 

—¡Usted ha trabajado como Gran Duquesa, Lady Eliana, durante todo este tiempo!

—No fueron ni dos años. Es solo un año y medio.

—Considérelos los honorarios por su arduo trabajo de ese año y medio y llévelos.

 

Eliana no accedió.

Lina negó con la cabeza ante la confrontación entre ambos. Ella misma le había dicho lo mismo varias veces, pero Eliana no escuchaba.

 

—Astin, la última vez te vendí información. El pago por eso debe estar en mi cuenta.

 

Astin sonrió. Eliana le había vendido información sobre la Emperatriz Beatrice. Era un contenido bastante detallado y chocante.

 

—Emperatriz Beatrice es estéril. Y la persona que la dejó estéril fue Emperador Leopoldo. Además, cuando Beatrice Sanders se convirtió en Emperatriz y quedó embarazada, el aborto que sufrió no fue espontáneo.

 

Sorprendentemente, Eliana también conocía los detalles internos.

 

—La culpable es la Condesa Eliza Bennett, la jefa de las damas de compañía del palacio de la Emperatriz y su amiga. El Emperador la sobornó para provocar el aborto. Después, la dejó estéril. Aunque yo no sé con qué método.

—¿Por qué abortar a un valioso Nieto Imperial?

—Para entregar su puesto íntegramente al Príncipe Heredero Hereise. Su Majestad sufre de un complejo de ser el hijo menor. Por eso despojó al Príncipe Pavel de su derecho de sucesión y lo expulsó del palacio. La propia Emperatriz probablemente ni siquiera sepa que el aborto fue intencional por parte del Emperador.

 

Era información realmente valiosa.

Y esta información fue comprada por una gran suma por la Princesa Helena, que guardaba rencor contra la Emperatriz Beatrice.

La Princesa descubrió incluso por qué la Emperatriz se había vuelto estéril: fue a causa del té Laniel.

Solo Astin sabía que el rumor pasado de moda que circulaba discretamente en la sociedad de la capital había salido primero de la boca de Eliana.

Astin sentía curiosidad por saber cómo Eliana conocía esa información, pero no se atrevió a preguntar la fuente.

Debido a la falta de fuente, Astin no le había pagado el precio completo.

A Eliana no le importó. Solo le había dicho que fuera a la propiedad del Conde Bennett —ya que la Condesa, jefa de las damas de compañía del palacio de la Emperatriz, se había retirado— y lo comprobara.

Pero Astin no necesitó verificarlo por separado. La Princesa Helena había confirmado que era verdad.

La Emperatriz Beatrice se había distanciado temporalmente del Emperador al enterarse del té Laniel. Lloró amargamente, se enfureció con el Emperador, y tuvo fuertes cambios de humor. De tan grave que fue, el Príncipe Heredero tuvo que ir a consolarla.

Astin pagó en silencio el resto del valor de la información relacionada con la infertilidad de la Emperatriz a Eliana. Y ese dinero se había acumulado en la cuenta de Eliana.

Dado que Eliana también tenía el dinero de su asignación personal que había desviado cuando estaba en la casa del Duque Rosana, y el dinero de las joyas que había vendido en secreto, consideró que el dinero de la cuenta era suficiente. Pero Astin pensaba diferente.

Incluso si el patrimonio personal era grande, cuanto más dinero, mejor. Además, Eliana solía gastar mucho.

Necesitaría mucho más dinero para seguir viviendo un estilo de vida tan opulento. Por eso Astin le aconsejó que se llevara todas las joyas.

 

—¡El dinero es lo más importante para que una noble divorciada viva en paz y con seguridad! Así que no sea terca y lléveselas.

—Venderé más información. No quiero llevarme nada que le pertenezca a ese hombre.

—¡Ay, Dios mío, Lady Eliana!


Prev
Next
Novel Info
Madara Info

Madara stands as a beacon for those desiring to craft a captivating online comic and manga reading platform on WordPress

For custom work request, please send email to wpstylish(at)gmail(dot)com

Comments for chapter "Capítulo 223"

MANGA DISCUSSION

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

You must Register or Login to post a comment.

Contact Us
  • Contact
  • Help & Service
Resource
  • Terms of Service
  • Privacy Policy
Referral
  • Buy theme
  • Other products

© 2025 Madara Inc. All rights reserved

Sign in

Lost your password?

← Back to Novelas de Asure

Sign Up

Register For This Site.

Log in | Lost your password?

← Back to Novelas de Asure

Lost your password?

Please enter your username or email address. You will receive a link to create a new password via email.

← Back to Novelas de Asure