La Emperatriz que regresó en el tiempo - Capítulo 16

Joven Marqués Albich, indeciso, era difícil de mirar a los ojos. Eliana contempló el vacío.

En ese momento, sus ojos se encontraron con otros. Eliana le sonrió brevemente a la persona con la que cruzó miradas. Sonreír cuando alguien te mira era una vieja costumbre que arrastraba desde su vida anterior.

‘No debería sonreír tan fácilmente, pero esta costumbre es imposible de corregir’

Eliana apartó la mirada de los ojos grises que brillaban plateados bajo la luz. Incluso mientras pensaba en otra cosa, sus movimientos de baile eran fluidos. Girando, el ruedo de su falda dibujaba hermosas formas.

En el banquete de ese día, Eliana bailó con varios jóvenes nobles además del joven sub-marqués Albich. Fue porque la princesa Rosanna, quien no bailaba con nadie a menos que fuera por sugerencia del anfitrión o de su padre, bailó con Joven Marqués Albich, lo que animó a muchos hombres.

¿Podría ser que Princesa Rosana estaba buscando un esposo?

Sin darse cuenta de que esos rumores se extendían, Eliana regresó a su mansión después del banquete. Al regresar a su habitación, Eliana fue recibida por Pamela, quien había regresado perfectamente.

—Señorita, ¿no llegó esta niñera justo a tiempo?

Pamela, que apareció con un tinte para el cabello, les gritó a las sirvientas que salieran todas. Las sirvientas salieron apresuradamente de la habitación solo después de que Eliana asintiera. Las manos de Pamela, al quitarle el capó a Eliana, fueron cuidadosas.

—Las raíces le han crecido mucho. Esta niñera se sintió aliviada de que llevara puesto el capó todo el tiempo.

Al quitarse el capó, lo que quedó a la vista fue un cabello rosa pálido cuyas raíces habían crecido bastante. Eliana se sintió conmovida por el largo tiempo sin teñirse.

—Esta niñera no puede apartarse de la señorita ni por un momento. Si no soy yo, ¿quién haría de la señorita una perfecta princesa de la familia Rosana?

Pamela susurró mientras aplicaba el tinte negro. Eliana no respondió nada.

—Si se descubre este color descolorido, todos dudarán del nacimiento de la señorita.

En su vida anterior, Eliana consideraba su cabello rosa pálido como una vergüenza. Fue por las palabras de Pamela, que eran como un lavado de cerebro.

—Niñera, ¿por qué mi cabello es de este color?

—Pobre señorita, usted nació con falta de pigmentación. Es una especie de enfermedad.

Ella creyó esas palabras al pie de la letra. En ese entonces, su mundo era solo el regazo de Pamela.

En el pasado, cuando su esposo hizo desaparecer a la niñera, no había nadie que le tiñera el cabello. Naturalmente, las raíces de su cabello rosa pálido se hicieron visibles. Su esposo dijo que ese color era tan hermoso y delicado, y le preguntó por qué lo había ocultado. Eliana se conmovió por esas palabras. Después de eso, vivió sin teñirse el cabello, considerando hermoso lo que antes pensaba que era una vergüenza.

El secreto de ese color de cabello se reveló más tarde.

—Ese hermoso cabello no era una enfermedad, sino una prueba de que eras una bastarda. Una bastarda cuya madre no se conoce… ¿Te atreviste a robar una reliquia de la esposa legítima para casarte conmigo?

Eliana fue criada como la legítima heredera del ducado, pero no era hija de la duquesa. El duque Rosanna había hecho pasar a una bastarda que tuvo fuera del matrimonio como la gemela del joven duque y la había criado. Eliana conoció el secreto de su nacimiento de la peor manera.

「A Su Majestad la Emperatriz de Zacador. La Casa Ducal de Rosanna de Bianteca exige la devolución del artefacto mágico con el que se cambia el color del cabello de Su Majestad. Se informa que es una reliquia de la difunta Duquesa y que Eliana Zacador no tiene derecho a poseerlo」

Al principio, fue una carta cortés entregada con la firma de Damián Rosana. Pero Eliana había olvidado por completo la existencia de tal artefacto mágico. Cuando era muy pequeña, siempre llevaba ese artefacto consigo, pero cuando creció un poco, Pamela lo recuperó y usó tinte para el cabello.

En ese entonces, Eliana sentía mucho resentimiento hacia Damián Rosanna. Pensaba que era descarado que el hombre que la había usado hasta el cansancio y la había abandonado intentara algo ahora. Así que ignoró esa carta.

La carta secreta que había ignorado pronto se convirtió en una carta oficial de acusación. Era muy directa y agresiva, como si no tuvieran nada que ocultar al ser una nación enemiga.

「La bastarda que robó la reliquia de la familia debe devolver inmediatamente los objetos de la difunta Duquesa. ¿Acaso has olvidado la gracia de tu madre adoptiva, aunque no te dio a luz? Devuelve inmediatamente la reliquia. Arrepiéntete y confiesa tus pecados」

La bastarda que robó la reliquia. Eliana se sintió atónita ante ese comportamiento insolente.

Fue un instante en que se reveló al mundo que era una bastarda. En Zacador, donde los bastardos no eran considerados personas, se encontró en una situación muy difícil. No, era más que difícil, era fatal.

No había tiempo para estar en shock por el secreto de su nacimiento, era demasiado peligroso. Tenía que arreglar la situación. Ser una bastarda era inevitable, pero tenía que limpiar la mancha de ser una ladrona desvergonzada que no conocía la gratitud.

Eliana rebuscó y rebuscó en sus recuerdos de la infancia y envió una respuesta diciendo que su niñera de la infancia, Pamela, había recuperado el artefacto mágico. Aliviada de que su esposo hubiera dejado escapar a la niñera a la que intentó matar al principio de su matrimonio, pensó que pronto se sabría la verdad.

Ella creía firmemente que la niñera que la había cuidado y amado con tanto esmero le diría la verdad a la familia Rosanna.

Pero la familia Rosanna respondió con una acusación furiosa, diciendo que sabían que ella había matado a Pamela para silenciarla. Eliana saltó ante la noticia de la muerte de Pamela. ¡Ella nunca había matado a Pamela! Le había dado a Pamela mucho dinero e incluso joyas para que regresara a Bianteca a salvo y viviera una vida cómoda en sus últimos años. Cuando Eliana lo negó, la familia

Rosana la criticó duramente, diciendo que seguramente codiciaba esos tesoros.

Tantas veces usaron la palabra bastarda que Eliana incluso pensó que el problema no era la devolución de la reliquia, sino que estaban tratando de derrocarla.

No había escapatoria de la situación que se había desarrollado. Las peticiones para destituir a la emperatriz llovieron.

No fue por un defecto moral como el robo, sino por su nacimiento como bastarda. Eso la desesperó.

La emperatriz de un país enemigo que había luchado con uñas y dientes para mantener su lugar comenzó a derrumbarse a partir de ese momento.

Fue realmente terrible. Todavía me tiemblan las manos. Su noble linaje se convirtió en una mentira y fue cubierta de oprobio.

Era obvio que no tener ese artefacto mágico en su poder traería problemas. ¿Qué pasaría si después del matrimonio le exigieran que devolviera la reliquia y revelaran su nacimiento como bastarda?

No tanto como en Zacador, pero en Bianteca también la miraban con recelo si era bastarda. Por lo tanto, tenía que recuperar al culpable, Pamela. Eliana pensó mientras observaba a Pamela teñir cuidadosamente su cabello.

‘Tengo que hablar con Isabella. ¿Cómo puedo recuperar mi artefacto mágico de Pamela sin que se sepa que soy bastarda?’

Ya había registrado el pequeño cuarto que se había preparado en una esquina de la habitación cuando Pamela estaba en confinamiento, pero no había encontrado el artefacto mágico.

¿Pamela siempre lo lleva consigo? ¿O está en la habitación personal de Pamela? ¿Acaso ya lo vendió como objeto robado? Pero si hubiera aparecido como objeto robado, su padre se habría dado cuenta y no habría dejado en paz a Pamela.

—Bueno, señorita, terminé.

Ante las palabras de Pamela, Eliana volvió en sí.

—Niñera, podrías trabajar como peluquera después de jubilarte.

Eliana dijo sarcásticamente mientras tocaba su cabello teñido impecablemente sin que ni un solo mechón se escapara. Pamela, que no se dio cuenta de su sarcasmo debido a su tono suave, sonrió y dijo:

—¿Cómo podría jubilarme? Esta niñera estará siempre al lado de la señorita.

Pensando que era como una sanguijuela, Eliana recibió el masaje capilar de Pamela. Siempre le dolía la cabeza después de teñirse el cabello. Probablemente era porque la medicina era fuerte.

—Señorita, ¿ya se va a dormir?

Eliana obedeció las palabras de su niñera y se acostó tranquilamente en la cama. Sintiendo el tacto de la manta que Pamela le cubrió cuidadosamente, cerró los ojos. Pamela puso una bolsa de agua caliente calentada en la manta y le cantó una canción de cuna. Le amargaba que la canción de cuna que antes pensaba que la hacía sentir cómoda ahora no lo hiciera.

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Eliana entró por primera vez en la habitación de Isabella. Al ver el interior tan lujoso como su propia habitación, Eliana se sentó.

—Tengo algo importante que decirte, así que retira a todos.

—Emily, ¿oíste? Debes asegurarte de que nadie escuche. Especialmente Pamela.

Ante las palabras de Isabella, la sirvienta llamada Emily salió de la habitación.

—Joven Marqués Albich me miraba con ojos de pescado podrido. Parece estar perdidamente enamorado de ti, hermana.

—Al final tendrás que casarte, ¿no crees que Joven Marqués Albich está bien?

—Entonces cásate tú con él.

Eliana no respondió. Rechazaba a un hombre tan tonto. Ni siquiera era su tipo.

—Isabella, ¿cuál es tu plan para deshacerte de la niñera?

—No te preocupes. Tengo un plan.

—Te estoy diciendo que quiero saber ese plan.

Eliana bebió su té y esperó las palabras de su hermana menor. Isabella sonrió dulcemente.

—Tenemos que echar al ladrón de la casa.

Con solo esas palabras, Eliana pudo adivinar vagamente su plan. La idea era acusar a Pamela de robo y así echarla.

—Pronto la desenmascararemos. Tú solo tienes que esperar, hermana. Me encargaré de todo limpiamente el día que salga nuestro hermano mayor, así que no te preocupes.

Eliana, que iba a decir que lo hiciera cuando el Joven Duque no estuviera, sonrió dulcemente ante las palabras anticipadas de su hermana. Por primera vez, sintió satisfacción por la inteligencia de su hermana. Pero Eliana sintió que se necesitaba algo más sólido.

—No es fácil echar a una niñera que ha servido a la familia durante tanto tiempo solo por robar las pertenencias de la señorita.

—¿Y si también tiene las pertenencias del joven duque?

—Hay algo más seguro.

Isabella, que entendió el significado de esas palabras, mostró una expresión de disgusto.