La Emperatriz que regresó en el tiempo - Capítulo 103

Pavel movió los ojos de un lado a otro, observando con cautela. Fue el sirviente de Pavel quien le dio la respuesta a Flint.

 

—Su Alteza la Duquesa está conversando con Barón Wells, el tutor de política del Príncipe.

 

Flint miró a Pavel una vez y luego dio media vuelta. Cuando Pavel se quedó parado, Flint se giró e hizo una seña para que lo siguiera.

 

—Tengo entendido que tienes clase en tu próximo horario.

—¡Sí, sí! ¡Así es!

 

Pavel siguió a Flint a trompicones. Entonces, Flint lo tomó y lo atrajo a su lado.

 

—Eres un príncipe, puedes caminar a mi lado.

 

Cuando Flint señaló la etiqueta, el rostro de Pavel se sonrojó.

Aunque Vizcondesa Sullivan se lo señalaba una y otra vez, las costumbres arraigadas no desaparecían fácilmente. A Pavel le avergonzaba no poder dominar la etiqueta apropiada para un príncipe.

Aun así, tal vez porque había comido en el palacio imperial durante un año, Vizcondesa Sullivan lo había elogiado diciendo que aprendía rápido. Pero al ver a la Duquesa, modelo de etiqueta, y al recto Duque, Pavel se sentía infinitamente pequeño.

Flint y Pavel caminaron en silencio. Flint también sintió que Pavel, a su lado, lo miraba con mucho recelo. Flint ajustó su paso al del pequeño niño.

 

—Flint, sé más amable con Pavel. Es tu primo.

 

Flint quería seguir las palabras de Eliana, pero no sabía cómo ser amable con un niño.

Sabía en su mente que Pavel era su pariente, pero honestamente, no lo sentía así. No se parecían en absoluto, no habían tenido la oportunidad de establecer un vínculo.

De hecho, Flint tampoco sentía afecto familiar por Hereise.

Era solo la camaradería que surgió al compartir las vicisitudes de la vida y la amistad que floreció gracias al constante esfuerzo de Hereise. Por lo tanto, no había forma de que sintiera afecto por Pavel.

 

—Incluso si es ilegítimo, sigue siendo de la realeza.

 

Esa frase de Eliana lo molestó mucho. Flint nunca había despreciado a Pavel por ser ilegítimo.

¿Quizás era porque ella misma había nacido y crecido en Zacador? A veces, le parecía que ella lo consideraba un hombre despreciable. Flint suspiró con resentimiento.

Entonces sintió que Pavel se encogía a su lado, lo que le perturbó aún más. Eliana le había dicho que lo tratara bien, pero parecía haberlo asustado más.

Cuando se acercaban a la habitación de Pavel, vieron a Barón Wells salir apresuradamente.

 

—¿Oh? ¿Maestro?

 

Pavel ladeó la cabeza. Barón Wells se puso aún más pálido al ver a Flint y se inclinó profundamente.

 

—¡S-Saludos, Su Alteza el Gran Duque! ¡Que la bendición del Hada de la Suerte esté con usted! ¡Príncipe, que tenga buena salud también!

 

Después de proferir buenos deseos a Pavel, el Barón Wells, olvidando toda su dignidad, salió corriendo.

Cuando el sirviente de Pavel iba a tocar a la puerta, esta se abrió de golpe y Eliana apareció.

 

—Lia.

 

El rostro de Flint, que había estado inexpresivo todo el tiempo, se iluminó. El rostro de Eliana, lleno de fatiga, también se iluminó. Pavel observó fijamente esa serie de cambios.

 

—Llegó justo a tiempo. Dicen que el mago viene hoy a hacer florecer las flores, ¿no quiere verlo conmigo?

—Hagámoslo.

 

Flint tomó suavemente la mano de Eliana. Cuando Pavel movió los labios, Eliana sonrió levemente y dijo:

 

—¿Tu próxima clase es esgrima, verdad? Esfuérzate.

—¡Sí, sí! Noona, pásalo bien con el hermano.

—Así será.

 

Eliana se dio la vuelta, escoltada por Flint. Pavel, que los observaba en silencio, solo entró en la habitación cuando su sirviente lo llamó.

Su siguiente clase era esgrima, así que tenía que cambiarse de ropa. Pavel era el que más disfrutaba de la clase de esgrima.

 

 

 

 

 

 

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—Lia, pareces cansada. ¿Barón Wells te complicó las cosas?

 

Ante la pregunta de Flint, Eliana negó con la cabeza.

 

—¿Cómo podría sentirme complicada si confirmé la lealtad de tu señor?

 

Flint no entendió de inmediato las palabras de Eliana.

‘¿Confirmó la lealtad a Hereise por parte de Barón Wells?’

 

—Su Alteza Hereise es, en efecto, el hijo de Su Majestad el Emperador.

 

Flint caviló, tratando de captar el significado implícito en las palabras de Eliana.

 

—Creía que solo Su Majestad el Emperador quería que se confirmara la lealtad de Howard, pero tu señor también lo desea.

 

El rostro de Flint se ensombreció. Era un cambio imperceptible si no se observaba con atención.

 

—Solo me sorprendió un poco que su influencia se extendiera hasta el corazón del Norte. Así que no te preocupes, Flint.

—¿Acaso no me dijiste que me preocupara?

 

Su tono era ahora un poco más afilado. Aunque era una diferencia sutil, Eliana la percibió con agudeza.

 

—El Norte es un dominio directo de Howard, pero está bajo el control de Bianteca.

—Lia.

 

Flint la llamó con voz firme. Las miradas de ambos se entrelazaron.

 

—Si no me dices directamente qué te ha molestado, no tendré más remedio que juzgarlo a mi manera.

 

Un viento frío sopló, revolviendo el chal de Eliana. Al ver sus cabellos rosados ondeando, Flint se quitó el manto.

Cuando el manto tocó los hombros de Eliana, una voz clara surgió:

 

—Barón Wells, el tutor de política de Pavel, es una persona de Su Alteza el Príncipe Heredero.

—¿Qué órdenes le dio Hereise?

 

preguntó Flint en voz baja, mientras le ajustaba el manto.

 

—Barón Wells le dijo a Pavel que viviera como si estuviera muerto.

—……

—Y que esa era mi voluntad.

 

La mano de Flint, que ajustaba el manto, se detuvo.

 

—Yo le pedí que le enseñara política a Pavel, no que le enseñara a conocer su lugar.

 

replicó Flint con frialdad.

 

—Es una virtud necesaria para Pavel.

 

Los ojos de Eliana se entrecerraron.

‘¡Quién no lo sabe!’

 

—¿Acaso no es una virtud que ya aprendió siendo pisoteado en el palacio imperial? ¿Qué gana Howard al pisotear a un príncipe sin poder? ¿Y eso, mientras se hace la vista gorda ante la suplantación de Howard?

—Eso…….

—Detesto ese tipo de cosas.

 

La ira hirvió dentro de Eliana. No era por el trato a Pavel. Eso le era indiferente. Era algo que Eliana también tenía en cuenta.

Estaba furiosa por la forma en que Hereise estaba revolviendo el interior de Howard. ¿Acaso el Príncipe Heredero se habría atrevido a hacer algo así contra Duque Beaune?

 

—Si ha suplantado a Gran Duquesa Howard, también podría suplantarte a ti.

 

Los ojos plateados de Flint eran muy tranquilos. Él debería haberse sentido molesto. Pero no mostró la menor señal de ello.

Eliana dijo como un suspiro:

 

—……Ya estás acostumbrado.

 

Ante las palabras de Eliana, Flint desvió ligeramente la mirada de sus ojos plateados.

Eliana se dio cuenta de repente. Él no protestaría ante el Príncipe Heredero.

La conclusión era clara.

Entonces, ella lo haría.

 

—Está bien. Si tú no puedes hacerlo, yo lo haré.

—Lia, Hereise es…….

—No me defiendas al Príncipe Heredero. No te escucharé.

 

Ante las duras palabras de Eliana, Flint movió los labios. Eliana esperó, viendo que tenía algo que decir.

 

—Yo solo…… me preocupa que tengas fricciones con Hereise.

—No dices que protestarás hasta el final.

 

Flint guardó silencio por un momento y luego dijo con un tono un tanto sensible:

 

—……Puedo protestar. Pero no obtendré el resultado deseado.

 

Hereise era su señor, pero también su amigo. Este tipo de cosas se podían discutir sin problema.

Y la reacción de Hereise también era predecible. Se disculparía y explicaría por qué lo hizo, suplicando comprensión.

Lamentablemente, Flint entendía la cautela de Hereise hacia Pavel.

Hereise estaba herido por el funeral que se celebró a pesar de que su cuerpo no había sido encontrado en su país natal, aún más impactado por la aparición de otro príncipe que no era él.

Prácticamente sufrió un ataque al enterarse de que ese príncipe sería educado para convertirse en el próximo heredero. Flint recordaba cómo Hereise se lamentaba y lloraba cada noche.

Hereise se había lamentado, preguntándose si el poder de su hermanastro lo dejaría en paz al regresar a casa. Incluso los subordinados de Flint, que lo detestaban, lo consolaban diciendo que no pasaría nada, que solo tenía que matarlo primero.

Sin embargo, Hereise no pudo matar a su hermanastro. Se sentía indefenso ante el joven que se parecía a él y con quien compartía la mitad de su sangre. Desconfiaba de Pavel, pero a la vez sentía pena por él.

 

—Ojalá Pavel nunca crezca. Ojalá hubiera sido un niño ambicioso y malvado.

 

Flint no se molestó en explicar las circunstancias de Hereise para que Eliana lo entendiera. La ira de ella era justa.

Flint se sintió como el hombre más inepto y se culpó a sí mismo.

 

—No le diga nada a Su Alteza el Príncipe Heredero. Obtendré el resultado que quiero por mis propios medios. ¿No me impedirá esto también, verdad?

 

Flint asintió con una expresión grave.

 

—Por supuesto. Lia, haz lo que desees.

 

Tenía fe en que Hereise no le haría daño a su esposa. Pero le preocupaba, de hecho, que su corazón pudiera sufrir si chocaba con Hereise.

Sabía que no debía decir eso. Por eso, Flint guardó silencio.

Por un tiempo, un silencio incómodo flotó en el aire. La primera en hablar fue Eliana.

 

—Parece que los mayordomos están teniendo dificultades últimamente, quizás porque la mansión se ha gestionado con un sistema de más de 30 años.

 

Cuando Eliana cambió de tema, Flint lo aceptó con gusto.

 

—Los tiempos han cambiado. Si uno no se adapta, ¿no debería ser eliminado?

 

Esa declaración fue bastante fría. Pero él también había sentido que la mansión funcionaba de manera más sistemática desde que se casó con Eliana.

Había oído a Gilbert que Eliana había modificado eficientemente el sistema de gestión de la mansión, pero no esperaba sentirlo tan directamente.

Oliver también sonreía y decía que su trabajo era mucho más fácil:

 

—Al ver a Lord Flint, casi me dan ganas de casarme también. La ayuda de Su Alteza la Duquesa es excelente, así que solo tendría que preocuparme por los asuntos externos.

 

Flint reflexionó en silencio. Ciertamente… ella se encargaba de toda la gestión de la casa y la mansión, así que él no tenía nada de qué preocuparse.

Flint sonrió mientras escuchaba las palabras suaves de Eliana.

 

—…Así que decidí contratar a una persona más para la oficina de gestión financiera.

 

Flint pensó: «¿Me está diciendo esto sutilmente para pedir permiso? No me importa en absoluto».

 

—El trabajo de Miller se aligerará mucho.

—Así es. Miller también está en una edad en la que debe cuidar su salud.

 

Con una atmósfera mucho más relajada, los dos pasearon por el jardín.

 

—Sir Bishop es un talento que se graduó segundo en la academia y obtuvo el título de baronete. Afortunadamente, solicitó un puesto en la oficina de gestión financiera por su lealtad hacia ti.

 

En realidad, era un talento que Eliana había reclutado directamente para deshacerse de Miller.