Cargando...
Novelas de Asure
  • Browse
    • Action
    • Adventure
    • Boys
    • Chinese
    • Drama
    • Ecchi
    • Eastern
    • Fantasy
    • Fighting
    • Fun
    • Games
    • General
    • Girl
    • History
    • Horror
    • Horrow
    • LGBT+
    • Male Lead
    • Manhwa
    • Realistic
    • Romance
    • Sci-fi
    • Sports
    • Teen
    • Urban
    • War
    • Wuxia&Xianxia
  • Authors
    • Libenia
    • Gakim
    • Purrine
    • Geon Eomul Nye
    • Dam Yeon Seo
    • Ahn Siha
    • Jaya
  • Ranking
  • New
Advanced
Sign in Sign up
  • Browse
    • Action
    • Adventure
    • Boys
    • Chinese
    • Drama
    • Ecchi
    • Eastern
    • Fantasy
    • Fighting
    • Fun
    • Games
    • General
    • Girl
    • History
    • Horror
    • Horrow
    • LGBT+
    • Male Lead
    • Manhwa
    • Realistic
    • Romance
    • Sci-fi
    • Sports
    • Teen
    • Urban
    • War
    • Wuxia&Xianxia
  • Authors
    • Libenia
    • Gakim
    • Purrine
    • Geon Eomul Nye
    • Dam Yeon Seo
    • Ahn Siha
    • Jaya
  • Ranking
  • New
  • User Settings
Sign in Sign up
Prev
Next
Novel Info

Jefe, si me mata un dragón, ¿cuenta como accidente laboral? - 80

  1. Home
  2. All Mangas
  3. Jefe, si me mata un dragón, ¿cuenta como accidente laboral?
  4. 80
Prev
Next
Novel Info

‘Los niños siempre serán niños.’

Marius en verdad había ido corriendo a delatarlo con Chowon.

Seungjun miró a Chowon y a Marius, que estaban sentados uno al lado del otro en un banco en el rincón del patio. Ambos estaban conversando en voz baja. Aunque no podía oír lo que decían, era obvio de qué se trataba.

‘Con este calor, parece que quieren morirse asados.’

Estaban sentados muy cerca el uno del otro. Cualquier desconocido pensaría que estaban teniendo una cita secreta.

Seungjun entró en el patio. Había olvidado por completo a la sirvienta, así que no tenía ni idea de la sonrisa maliciosa que se había dibujado en el rostro de quien hacía un momento estaba pálida.

—Usted se comporta como si la princesa no le importara. ¿No le molesta para nada?

—……

—Ay… princesa, es usted demasiado blanda. Una persona tan delicada como usted, ¿por qué tuvo que conocer a un hombre tan rudo y desinteresado…?

‘¿Yo, delicada como un conejito? ¿Ese hombre es rudo y desinteresado? Hmm…’

Chowon solo parpadeaba, sin saber qué negar y qué admitir. En ese momento, un fuerte paso resonó en el patio.

—¿Vino a quejarse con la princesa?

Chowon levantó la cabeza de golpe al oír esa voz grave y familiar. Aunque la voz era tan ardiente como el sol, el rostro del hombre era frío como el hielo.

—Ah, duque…

Justo cuando Chowon estaba a punto de intervenir para calmar la situación, Marius, por alguna razón, le agarró la mano. Y, al mismo tiempo, una gran grieta apareció en ese hermoso bloque de hielo.

—¿Quejarme? Ya está yendo demasiado lejos. La princesa tiene que saber la verdad. No voy a quedarme de brazos cruzados mientras usted no hace nada al respecto…

—El clima de hoy es perfecto para un asesinato.

También para volverse loco por el calor.

Seungjun añadió esa escalofriante frase mientras se acercaba lentamente. A los ojos de Chowon, era como si una pantera negra estuviera acortando la distancia con su presa, justo antes de saltar.

—Hace calor, ¡así que me voy a adentro!

No sabía si él estaba buscando cazarla a ella o a Marius, pero si se quedaba, podría ser peligroso. Cuando él se acercó un paso, ella se levantó de golpe y se sacudió la mano de Marius como si se estuviera sacudiendo el cabello.

—Yo la acompaño.

Otra mano ocupó de inmediato el lugar donde la de Marius estaba y la condujo al pasillo.

‘Uf…’

Era muy pronto para sentirse aliviada. En cuanto entraron al pasillo, Seungjun se volteó y le advirtió a Marius, que lo estaba mirando fijamente.

—Ah, si vuelve a tocar a mi esposa, le pediré un duelo formal.

No había nada que la familia Castel pudiera hacer en un duelo. En ese momento, Marius tendría que luchar por el honor de su familia. Contra un asesino de dragones, que había acabado con un dragón con solo una espada.

—Por el honor de su padre, lo dejaré vivir, pero…

Seungjun le lanzó una mirada llena de desprecio a Marius, directo a su mano.

—Será mejor que tenga cuidado, a menos que quiera comer con los dedos de sus pies.

‘Ay… de repente me dio un escalofrío…’

Chowon se frotó los brazos mientras caminaba por el sombrío pasillo.

Pensó que la frase de que ‘una helada cae en junio’ debía cambiarse a ‘un hombre se pone celoso’ en lugar de ‘una mujer se enoja’.

Chowon miró de reojo al hombre que la estaba llevando hacia las escaleras, con el brazo alrededor de su cintura. Quería preguntarle muchísimas cosas, pero al ver esa cara de sepulturero, no podía abrir la boca.

‘Ni siquiera puedo preguntarle a dónde vamos.’

El sonido de sus pasos subiendo las escaleras era lo único que se oía en medio del silencio. Mientras caminaba con la cabeza gacha, vio el durazno en su mano. Sin pensarlo, le dio un mordisco.

—¿Come sola? Yo también tengo boca.

Chowon ladeó la cabeza.

‘¿Qué le pasa? ¿Las sirvientas no le dieron uno?’

Justo cuando estaba a punto de ofrecerle el lado que no había mordido de su durazno, Seungjun…

—¡Tome, ay!

El brazo que la rodeaba por la cintura se hizo más fuerte. Pero, ¿por qué su otro brazo le agarraba el trasero? De repente, la levantó y su espalda golpeó la pared.

—Jefe, aquí no…

‘¡Es la escalera!’

Susurró mientras miraba nerviosamente arriba y abajo de la escalera, pero él no le hizo caso. Enseguida, sus piernas se abrieron, y la parte inferior de su cuerpo se pegó al de él. El calor y la presión que sentía a través de su falda de verano eran inmensos.

Estaban en el rellano, así que nadie los veía, pero aun así… ‘¿No es este un lugar por donde pasa la gente todo el tiempo?’

—Ah, por favor, mejor…

Justo cuando iba a empujarlo del pecho con la mano que sostenía el durazno para pedirle que fueran a la habitación, un pedazo de carne caliente entró en su boca antes de que pudiera terminar la frase.

—Gahhh…

Su lengua exploró cada rincón de la boca de Chowon. Ella intentó corresponder, pero la suave carne solo rozó su mejilla. Parecía que no estaba buscando su lengua.

Se dio cuenta de que lo que hacía era robarle los pedazos de durazno que había mordido. Incluso el trozo que había escondido debajo de la lengua se lo quitó en un descuido. Esa carne suave era increíblemente fuerte; no había forma de ganarle.

‘Se llevó todo…’

Él siguió moviendo su lengua con insistencia, como si quisiera asegurarse de que no le quedara nada escondido. El roce de su lengua en el paladar, en las mejillas y en los dientes, le puso la piel de gallina. El espacio entre sus piernas se llenó de humedad en un instante.

Se siguieron besando, intercambiando la dulce fruta y la suave carne. Algo le escurría por la comisura de los labios, pero no sabía si era saliva o jugo de durazno.

La respiración agitada y el sonido del frote se intensificaron. Cada vez que sus labios se separaban por un segundo, sus gemidos se escapaban y resonaban en el estrecho y oscuro espacio de la escalera. Inmersa en el beso, Chowon se sobresaltó por un ruido inesperado.

‘¡Alguien viene!’

Unos pasos subían por las escaleras, y antes de que pudiera hacer algo, se encontró cara a cara con la persona. No importaba que fuera su esposo, pero que los descubrieran devorándose en las escaleras a plena luz del día…

Chowon cerró los ojos y golpeó la espalda de Seungjun con la mano que lo rodeaba del cuello. Para su suerte o su desgracia, sus labios se separaron, pero el sonido del beso resonó en el hueco de la escalera, haciendo que su cara se sintiera ardiendo.

—Ughh… ¿Por qué? ¿Le cuesta respirar?

—No es eso. Es que una sirvienta nos vio.

—¿Y qué?

—¡A mí sí me importa!

Un suspiro rozó los labios de Chowon, y sus dos pies volvieron a tocar el suelo.

—La misma que me besó por sorpresa la última vez, cuando había tanta gente, me dice esto…

Ella no pudo decir nada. Después de todo, era culpable.

—Tenga, jefe, cómaselo usted.

Chowon le dio el durazno que estaba comiendo como si se lo tirara, y sin decir nada más, subió las escaleras. Estaba a punto de limpiarse la boca con la manga cuando un trozo de tela blanca y suave, más suave que su manga, se posó en sus labios. Era un pañuelo.

Seungjun le agarró la barbilla con una mano y levantó su rostro, y luego limpió con cuidado, y de forma vergonzosamente lenta, el desastre que había dejado.

Pensó que terminarían dándose besos en cada escalón.

Mientras desviaba la mirada, sus ojos se posaron en el pañuelo. No era el que Chowon le había hecho, el que tenía un pollo flaco y amarillo bordado.

‘Claro, le habría dado pena llevar una cosa tan fea.’

Aunque lo había llevado por un tiempo, pensando en el esfuerzo de la persona que lo hizo, él también debió pensar que era demasiado. Estaba a punto de dejarlo pasar, pero él le hizo la pregunta que ella debía haberle hecho.

—Por cierto, ¿dónde está mi pañuelo?

—¿Qué?

—El pañuelo que me hizo, Chowon.

—No sé. Pregúntele a la sirvienta.

—Le pregunté, y no lo encuentra.

‘¡Qué bien, qué suerte!’

En ese momento se alegró por dentro.

—¿Lo botó usted? Dígame la verdad. Se le nota en la cara.

Ay, no… no pude controlar mi expresión. ¿Cómo no voy a estar feliz de que un momento vergonzoso de mi vida haya desaparecido?

—Jefe, sé que usted suele ser perspicaz, pero esta vez se equivoca. Quería botarlo, sí, pero no fui yo.

—¿Y por qué quería botarlo?

En lugar de responder, Chowon apartó la mano que tenía el pañuelo y continuó subiendo las escaleras.

—Por cierto, jefe, ¿se enteró del rumor? El que le contó Marius.

Seungjun frunció un poco el ceño y luego lo relajó, asintiendo con la cabeza. Había estado intentando cambiar el tema para evitar esto, pero parece que no podía.

—¿Qué vamos a hacer?

—¿Qué vamos a hacer con qué? Lo dejamos así.

—¿No le molesta que corra un rumor así? Hace poco le dio comida a la gente, así que su reputación está en su mejor momento. ¿No cree que alguien está esparciendo rumores raros a propósito para arruinar su imagen?

Seungjun miró la parte superior de la cabeza negra de Chowon con curiosidad. Le parecía extraño que ella no sospechara ni por un segundo que el rumor de que tenía a otra mujer pudiera ser verdad. Y, para ser honesto, se sintió conmovido. Además, ella parecía genuinamente molesta.

—Qué gente tan despreciable…

—Chowon, tengo una pregunta.

—¿Sí?

—¿Usted era así en la empresa también?

—¿Cómo?

—¿Se preocupaba así si alguien hablaba mal de mí o esparcía rumores?

Chowon se detuvo. Abrió la boca para responder, pero no salía la voz. No podía mentir y decir: ‘¡Claro! ¡Yo era la protectora oficial del jefe en la sede central!’.

Jamás se había preocupado. Al contrario, solía unirse a las críticas. Aunque se consolaba un poco pensando que ella no era la que esparcía los rumores.

Como no pudo responder, agachó la cabeza, y escuchó una risa burlona sobre su cabeza. Estaba a punto de reanudar la marcha, pero un largo brazo se interpuso en su camino. Los labios, aún húmedos del beso, se posaron en su oído.

—Entonces, ¿por qué le importa ahora?


Prev
Next
Novel Info
Madara Info

Madara stands as a beacon for those desiring to craft a captivating online comic and manga reading platform on WordPress

For custom work request, please send email to wpstylish(at)gmail(dot)com

Comments for chapter "80"

MANGA DISCUSSION

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

*

Contact Us
  • Contact
  • Help & Service
Resource
  • Terms of Service
  • Privacy Policy
Referral
  • Buy theme
  • Other products

© 2025 Madara Inc. All rights reserved

Sign in

Lost your password?

← Back to Novelas de Asure

Sign Up

Register For This Site.

Log in | Lost your password?

← Back to Novelas de Asure

Lost your password?

Please enter your username or email address. You will receive a link to create a new password via email.

← Back to Novelas de Asure

Caution to under-aged viewers

Jefe, si me mata un dragón, ¿cuenta como accidente laboral?

contains themes or scenes that may not be suitable for very young readers thus is blocked for their protection.

Are you over 18?