Jefe, si me mata un dragón, ¿cuenta como accidente laboral? - 163

—Ah, Duque.

La partera, que estaba a punto de salir, se interpuso en el umbral de la puerta, salió apresuradamente y cerró la puerta. La forma en que estaba parada frente a la puerta parecía como si estuviera impidiéndole entrar.

—Duque, no tiene por qué preocuparse. Ambos están a salvo.

El ceño fruncido de Seungjun se relajó ante el comportamiento sospechoso de la partera. Pero se dio cuenta de que era demasiado pronto para soltar un suspiro de alivio en el instante en que la partera añadió algo.

—Sin embargo, el p-pequeño duque salió demasiado pronto… no sé si logrará superar la crisis…

Con toda su atención centrada en la posibilidad de que el bebé muriera, Seungjun no se percató de que la partera tartamudeó al referirse al bebé como «pequeño duque». Él intentó entrar, pero la partera se mantuvo firme, bloqueando la puerta.

—Quítate de inmediato.

—No puedo, Duque. La Princesa me ordenó que solo le transmitiera ese mensaje y que no le permitiera entrar.

—… ¿Qué?

Cabello negro, como el de su madre, y ojos marrones, como los de su padre. Pero el bebé era demasiado pequeño para distinguir a quién se parecía en la nariz, los ojos o la boca.

Le preocupaba que si aplicaba un poco de fuerza en sus manos, se rompiera, o si sus dedos lo rozaban, le saldría un moretón. El simple hecho de tenerlo en brazos lo ponía ansioso.

‘¿No querías estar en mi vientre porque dije que no podía ser una niña? ¿Por eso saliste antes?’

Chowon acunó al bebé en sus brazos, más pequeño y frágil que su propio antebrazo, y preguntó en silencio.

Si este fuera el Seúl moderno, el bebé habría recibido exámenes y tratamientos especializados en la unidad de cuidados intensivos neonatales tan pronto como naciera. No, antes de eso, habrían intentado por todos los medios evitar que naciera prematuramente. Y luego, como muchos bebés prematuros, habría crecido saludablemente sin ningún problema.

‘Lo siento, bebé……’

Las lágrimas llenaron sus ojos mientras miraba al bebé. Preocupada de que incluso las lágrimas que cayeran pudieran lastimar al bebé, Chowon se secaba continuamente las mejillas.

La tragedia ocurre sin razón.

La doctora que había en ella decía que no era su culpa, que era inevitable. Pero para la madre que había en ella, todo era su culpa.

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Aunque de alguna manera lograron construir la bicicleta, era imposible construir una incubadora. Lo único que hicieron fue crear una cubierta con encaje y tela para la cuna y regular la temperatura y la humedad de la habitación del bebé.

Intentaron algunas medicinas, consultando con el mago del castillo, que no fueran peligrosas para un recién nacido, pero no hubo un efecto notable. Dado que el bebé no estaba herido ni enfermo, el acelerador de curación que funcionó tan bien con Marius tampoco tuvo efecto. Si existiera algo parecido a un acelerador de crecimiento, sería genial, pero el mago dijo que nunca había oído hablar de un acelerador de crecimiento humano.

—Pero aun así es admirable que aguantes, mi bebé.

Chowon alimentaba al bebé, que no podía succionar por sí mismo, con leche materna de a poco usando una cucharilla de té mientras le hablaba sin cesar. Estaba inmensamente agradecida de que hubiera sobrevivido diez días sin mayores crisis.

Sin embargo, le preocupaba que el peso siguiera disminuyendo. Chowon levantó al bebé en sus brazos, con cuidado de que no vomitara la leche que tanto le había costado darle, y le susurró al oído:

—Mamá te ama.

Chowon dejó al bebé dormido con las sirvientas y salió de la habitación, deteniéndose en seco. Seungjun estaba apoyado en la ventana, frente a la puerta. Solo con ver sus brazos cruzados sobre el pecho y su expresión de desaprobación, era obvio de qué venía a hablar.

—¿El bebé está bien?

Parecía que había decidido preguntar primero por el bienestar del bebé antes de ir al grano. Chowon se esforzó por sonreír y asintió. Intentó llevarlo a otro lugar, pero Seungjun no se movió ni un paso.

—Ya que dice que está bien, supongo que puedo verlo ahora.

—Uh…

—Me he duchado de nuevo y me he cambiado a ropa nueva. Haré lo que usted ordene: me desinfectaré las manos antes de entrar y me pondré una bata. Entonces, ¿por qué razón todavía no se me permite ver a mi propio hijo, cuando todas las sirvientas, la niñera y el mago ya lo han visto?

Chowon se quedó sin palabras ya que él estaba refutando punto por punto todas las excusas que ella había usado.

—¿Tiene alguna discapacidad? ¿Teme que rechace a mi propio hijo?

—No es eso… De hecho, todavía no lo sabemos. No hay discapacidades visibles, pero podría haber complicaciones.

—Entonces, ¿me impide verlo porque está muy grave?

—No…

Chowon evitó el contacto visual y titubeó.

—No es para tanto.

—¿Entonces por qué?

Al ver la determinación en sus ojos de permanecer allí todo el día hasta que le permitiera ver al bebé, Chowon no tuvo más remedio que abrir la puerta que había cerrado herméticamente.

‘Es demasiado pequeño……’

Seungjun tragó un suspiro mientras miraba la criatura que yacía en la cuna. El bebé era mucho más pequeño de lo que había imaginado. Temiendo que Chowon se culpara a sí misma si decía algo al respecto, Seungjun solo dijo cosas amables.

—Es lindo. Hola, bebé. Soy tu papá.

Con cautela, acercó la punta de su dedo hacia el bebé que se movía inquieto. Cuando tocó la palma de la mano abierta, el bebé curvó los dedos y agarró su dedo índice. El hecho de que ni siquiera pudiera rodear completamente el dedo de un adulto hacía que su pequeñez se sintiera más real. Seungjun se esforzó por sonreír y le preguntó a Chowon:

—Dijiste que era un niño, ¿verdad?

Chowon solo asintió en silencio.

—Este niño es tan bonito como su mamá, ¿no?

Chowon sonrió por fuera, pero por dentro estaba ansiosa.

¿Lo dice sabiendo que en realidad es una niña, o lo dice sin saberlo?

Solo podía esperar que fuera algo que había dicho sin malicia. Si este hombre se enterara de que este recién nacido, que apenas se aferraba a la vida con un hilo más delgado que una telaraña, era una niña, podría soltar inmediatamente palabras de felicidad y llevársela de vuelta a su mundo original.

El interés que tanto había deseado cuando se trataba de Noah, ahora le daba miedo. Incluso deseaba que volviera a ser tan indiferente como lo fue en aquel entonces.

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Era el día en que llegó la buena nueva de que la Princesa había nacido a salvo en el Palacio Real. En el castillo ducal, donde el invierno había pasado y la primavera apenas comenzaba, todo el mundo también tenía una sonrisa en los labios últimamente.

Chowon sonrió mientras acariciaba con la punta de los dedos la suave mejilla del bebé que tenía en brazos. La piel, que era rojiza y delgada y le daba miedo tocar, ahora, tres meses después de su nacimiento, se había vuelto tan clara y suave como la de Noah cuando era recién nacido.

El bebé estaba creciendo a pasos agigantados, superando muchas crisis una por una. Gracias a eso, Chowon pudo relajar un poco la tensión que había sentido durante los últimos tres meses.

—Me gustaría que nuestro bebé comiera un poco mejor.

Aunque ya había crecido lo suficiente como para mamar por sí mismo, le daba pena que todavía no tuviera la fuerza necesaria para comer mucho.

‘Bebé, lo siento, mamá. El hecho de que no deseara que fueras una niña no era porque no te quisiera’

Chowon besó la frente del bebé, cuyos ojos redondos como una castaña brillaban. Cuando no sabía que era estéril, pensaba vagamente que algún día le gustaría tener una hija. Y ese deseo se había hecho más fuerte mientras criaba a Noah.

Porque no podía trenzarle el cabello de forma bonita a Noah ni ponerle vestidos de colores. Tal vez había algo que solo el mismo sexo compartía, porque Noah ya mostraba claramente que le divertía más jugar con su padre que con su madre.

‘Hija mía, crece rápido para que podamos hacer muchas cosas divertidas juntas’

Chowon se reía mientras le ajustaba la ropa, que aún le quedaba grande al bebé, cuando Seungjun se acercó con una cucharada de arroz mezclado con sopa de huesos. Este hombre le había estado regañando para que se cuidara ella misma, no solo al bebé, y como Chowon no hacía caso, ahora la seguía como si fuera su madre, cuidándola. Darle de comer a todas horas era una de esas cosas.

Ella se inclinó hacia adelante y abrió la boca, pero la cuchara retrocedió. Ella levantó la mirada hacia Seungjun con aire de duda, y justo cuando inclinó más la cabeza para agarrar la cuchara con la boca, él le dio un suave beso en la frente.

—Mmm… ¿Qué está tramando?

—¿Tramando qué? ¿Acaso no puedo darle un beso a mi amor?

Chowon dejó escapar una risita, frunció los labios y los extendió. Al mismo tiempo, giró el cuerpo en la dirección opuesta, rodeando al bebé con sus brazos, lo que parecía como si estuviera escondiéndole el bebé.

‘No es que se lo vaya a robar…’

Era evidente que la mujer realmente pensaba eso. Casi nunca le permitía sostener al bebé, con la ridícula excusa de que estaba bien verlo, pero que le preocupaba su fuerza.

Últimamente, Chowon lo vigilaba como una hembra que protege a su cría. Seungjun también sabía que esto no se debía al instinto animal, sino al final inminente.

La miró, besó brevemente sus labios y luego ella volvió a concentrarse en el bebé. Él dudó, pero finalmente preguntó:

—¿Cuándo le pondrá un nombre al bebé?

—¿Quién sabe? No hay prisa, así que cuando se me ocurra un buen nombre…

El hecho de que estuviera postergando esto, a diferencia de la prisa que tuvo con Noah, reforzaba aún más su suposición.

—¿Qué tal Hanna?

Chowon detuvo la mano que acariciaba al bebé.

‘… ¿Ese es un nombre de mujer?’

Lentamente levantó la cabeza y Seungjun la miró fijamente con ojos que lo sabían todo. Se había propuesto confesar la mentira en el momento adecuado, pero él ya se había dado cuenta.

—¿Parecía yo el tipo de hombre que dejaría a su hijo enfermo atrás?

Aunque Chowon notó la amargura en su voz, asintió honestamente.

—Usted es una persona que siempre trata de tomar decisiones racionales y razonables.

Seungjun se quedó sin palabras. En general, él era esa clase de persona, pero en asuntos relacionados con esta mujer, estaba muy lejos de ser racional o razonable.

—Si yo fuera realmente esa persona, ni siquiera me habría enamorado de Chowon en primer lugar, y no le habría tomado cariño a Noah.

—Entonces, dígame la verdad.

—¿Sobre qué?

—Si hubiera sabido que era una niña y hubiera tenido que verla superar todas esas crisis, ¿qué decisión habría tomado?

—…

—¿Se acuerda de hace un mes, cuando tuvo fiebre y hubo un alboroto en la noche? ¿No cree que me habría abrazado de repente y me habría dicho lo feliz que estaba, mientras yo intentaba desesperadamente bajarle la temperatura? ¿Está seguro?

Seungjun miró a Chowon con un rostro que revelaba una clara vacilación, y después de un largo momento, dio su respuesta.