Jefe, si me mata un dragón, ¿cuenta como accidente laboral? - 143

‘Esto es todo porque ese Marius no me hizo caso.’

El duque dirigió una mirada penetrante a su hijo, que estaba de pie debajo del estrado de la sala de audiencias. Le había dado la oportunidad a ese mocoso irresponsable, que solo pensaba en el amor, de realizar su amor y también la voluntad de su padre, y mira cómo lo había arruinado.

El hombre que había estado a punto de perdonar a Marius cuando Lavanda obedecía sus palabras, había desaparecido.

 

—He oído que algunas familias no se arrepienten de sus fechorías y buscan mi caída. Incluso están difundiendo el rumor de que mi maldición aún no se ha roto, alegando que no tengo un heredero.

 

Lavanda, que miraba al duque con ojos arrogantes, soltó una carcajada.

 

—Reúne la lista.

 

Cuando el Rey anunció otra masacre, Duque Castel no pudo cumplir la orden de inmediato.

‘¿Planea acabar por completo con las fuerzas de la oposición?’

Si no hay un enemigo común, las facciones se dividirán. Ya había sutiles indicios de desacuerdo entre sus familias aliadas. En el momento en que el nuevo Rey se convirtiera en un enemigo común, la Casa Castel se encontraría en una situación de no poder hacer nada.

Pero si desafiaba su voluntad, la punta de la espada de Lavanda podría dirigirse a una de sus casas aliadas.

 

—Recibiré la orden, Su Majestad. Sin embargo…

 

Duque Castel sacó a colación, con cautela, la preocupación que tenía desde hacía tiempo.

 

—No es que yo esté de su lado, pero ha pasado más de un año desde el matrimonio, y si no hay noticias de un heredero, cualquiera que piense en el futuro del reino se preocupará, ¿no cree?

 

Especialmente porque había una maldición, no era extraño que se propagara el rumor de que la maldición del Rey no se había roto.

 

—Creo que es necesario seguir el ejemplo de Princesa Freesia y tener un heredero de inmediato para disipar la ansiedad del pueblo y frustrar a los enemigos que acechan a Su Majestad.

 

Y él también necesitaba un heredero al trono con la sangre de la Casa Castel y el linaje real de Trodel. Si el régimen de terror continuaba así, la traición era inevitable. El duque necesitaba una nueva carta en la mano antes de que las fuerzas hostiles intentaran poner a Princesa Freesia o a su hijo como rey.

 

—Freesia. Siempre Freesia.

 

Lavanda regresó a sus aposentos y se enfureció.

 

—Si tanto la quieren, que hagan a Freesia reina.

—Mi padre no intenta comparar…

 

Cuando Marius comenzó a defenderlo, Lavanda se dio la vuelta bruscamente y le clavó el cetro real, incrustado con un gran diamante, en el pecho.

 

—¿Así que tú también compartes la opinión de tu padre?

—…….

 

Tan pronto como le preguntó si tenía la intención de tener hijos, Marius se quedó callado.

 

—De todos modos, no tienes esa intención. Incluso si yo no te hubiera rechazado la noche de bodas, no habrías tenido la intención de tocarme, y no me lo has pedido hasta ahora.

 

Era un tipo extraño. ¿Pensé que era el títere de Duque Castel, pero no lo es? No parecía tener ninguna intención de crear un heredero, a pesar de la presión de su padre.

 

—¿Cuál es tu propósito, después de todo?

—…

—No sé si lo que intentas proteger es tu Casa o la mujer que amas.

 

Lavanda notó que Marius dudó por un momento ante la mención de ‘la mujer que amas’.

 

—Yo solo quiero proteger a todos.

—No niegas que la amas.

—… Su Majestad tampoco me ama.

 

Puesto que la situación había llegado a este punto, Marius decidió ser sincero.

 

—Su Majestad, todo el mundo se casa así. ¿No podemos simplemente empezar a trabajar juntos como pareja desde ahora?

—¿En serio? Eso solo es cierto cuando la línea de salida es la misma.

—¿A qué se refiere…?

—Duque, no te amo, pero al menos no amo a otro hombre.

—Su Majestad, eso no es…

—Vaya… no solo la línea de salida es diferente, también la dirección. Porque tú no me miras a mí, solo a Freesia.

—Su Majestad, por favor, escúcheme. Es cierto que Princesa Freesia estaba en mi corazón, pero eso es cosa del pasado.

—¿Desde cuándo?

—… Desde el momento en que decidí casarme con Su Majestad.

 

Lavanda, al darse cuenta de que fue una elección forzada, comenzó a preguntar con insistencia.

 

—¿Ah, sí? Entonces, ¿por qué decidiste casarte conmigo?

 

Lavanda recordó la conversación que escuchó entre la dama de compañía de Freesia y Marius en el banquete de bodas.

 

—Pero ¿por qué de repente se casa con la Princesa Lavanda?

—Es por circunstancias ineludibles…

 

Circunstancias ineludibles…

 

—¿Cuáles son esas circunstancias ineludibles por las que te casaste conmigo a pesar de amar a Freesia? ¿Fue ordenado por tu padre?

—……..

—Pero ¿por qué ese hombre, tu padre, me eligió a mí en lugar de a Freesia, que es amada por todos y muy fácil de hacer reina?

 

El rostro de Marius se puso cada vez más pálido.

 

—¿Te atreves a despreciar al Rey? Responde de inmediato.

 

La punta afilada del cetro real lo pinchó profundamente en el pecho una vez más, pero Marius se mantuvo firme, con la boca cerrada. Si enfurecía más al Rey, podría dañar a su padre y a su Casa. Pero si decía la verdad, el Rey podría intentar dañar no solo a su padre, sino también a Princesa Freesia y a Duque Rodel.

‘Esto es algo que ni siquiera mi inteligente hermano pudo prever…’

Pensó que solo tenía que controlar a su padre. Eso fue cuando no sabía que Lavanda era una persona de carácter volátil y cruel.

 

—Su Majestad, sean cuales sean las circunstancias, quiero estar de su lado.

—Mientes y desprecias al Rey.

 

En el momento en que Lavanda esbozó una sonrisa fría, Marius expresó su agotamiento, como un suspiro.

 

—Prefiero que me mate.

 

La mitad de sus palabras eran sinceras. Tenía que detener la conspiración de su padre sin causar la ruina de su Casa. Al mismo tiempo, tenía que evitar que la flecha se dirigiera al Norte y ganarse la confianza de Lavanda.

La carga que llevaba se hacía más pesada cada día. Temía que si cometía un error, no solo él, sino también todos aquellos a quienes quería proteger, tuvieran un final miserable.

 

 

¡Clang!

 

 

¿Debería no haber expresado su agotamiento? Lavanda perdió la cabeza y comenzó a enfurecerse.

 

—¡Su Majestad!

 

El cetro real rompió la porcelana y los adornos de la mesa y fue arrojado al otro lado de la habitación. Mientras las aterradas doncellas limpiaban rápidamente el desorden, Marius intentaba calmar a Lavanda.

 

—¡Solo eres leal a tu Casa y a Freesia, hasta el punto de desafiar a la muerte, pero no tienes intención de serme leal a mí! ¡Para ti, yo también soy solo una herramienta!

—¡Pero Su Majestad también ascendió al trono utilizando a nuestra Casa como trampolín!

 

Marius, que siempre cedía, replicó, incapaz de soportarlo más. Contrariamente a lo esperado, Lavanda se detuvo en seco y se echó a reír a carcajadas.

 

—Sí, estar en una relación donde ambos nos tratamos como herramientas no está mal. Pero, Duque.

 

Lavanda lo agarró del cuello de la chaqueta con una mano y le lanzó una réplica feroz.

 

—Al menos tu padre tiene valor para mí como herramienta, pero ¿qué eres tú? No tienes ningún valor para mí.

 

La mano que sostenía su cuello lo empujó sin piedad. Lavanda salió de la habitación, dejando una última frase fría.

 

—Si quieres morir, hazlo por tu cuenta, no esperes que use mi mano.

 

 

 

 

 

 

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‘Parece que el tirano finalmente extenderá su mano hacia el Norte.’

Seungjun suspiró mientras miraba el edicto real.

‘Supongo que la sangre llama a la sangre.’

El Rey anterior hizo lo mismo, y ahora este Rey estaba ansioso por obligarlo a someter al dragón del Sur.

No lo hizo para recibir agradecimiento, pero después de esforzarse tanto para romper la maldición, en lugar de estar agradecido, el Rey le exigía ayuda como si fuera lo más natural del mundo.

 

 

[Esperamos el apoyo total que prometiste…]

 

 

Y por si fuera poco, utilizaba las palabras que él y Chowon dijeron cuando apoyaron la sucesión al trono de Lavanda de esa manera, traicionándolo.

 

—La subyugación está en problemas debido a la ausencia de General Fribald…

 

Walter, que estaba de pie al otro lado del escritorio leyendo el edicto, soltó una risita. Era increíble que la persona que había purgado a General Fribald dijera algo tan descarado.

 

—Huele muy mal.

 

Seungjun y Bastian no tuvieron más remedio que estar de acuerdo con la sospecha de Walter. ¿Por qué el Rey hacía esto a su hermano menor, que no había participado en la lucha por el trono, no era de la facción opositora, vivía en paz en la frontera y solo le había brindado ayuda hasta ahora?

 

—Me pregunto quién está detrás.

 

Las palabras de Seungjun significaban que podría no ser una orden directa del Rey. La persona que sospechaba era, naturalmente, Marius. Podría ser un truco para alejarlo de Chowon, ya que aún no había renunciado a su amor por ella.

 

—No debe haber nadie detrás.

 

Bastian, que sin duda conocía sus intenciones, negó con la cabeza.

 

—Y por lo que he oído, si alguien de la Casa Castel interviene para intentar resolver esta situación, solo empeorará.

—Eso significa que el Rey quiere enviarme al Sur por motivos personales.

 

Bastian sonrió amargamente en lugar de responder.

Seungjun recordó la silueta oscura que estaba al pie de la cama. ¿Por qué había venido al dormitorio de su hermano después de matar al Rey y a la Reina Madre? ¿Tenía la intención de matarlo? ¿Tenía algún rencor personal guardado?

 

—En cualquier caso, no tenemos más remedio que ser más cautelosos con nuestros movimientos.

—Noah, ven con mamá.

 

El niño, que gateaba sobre la alfombra de lana, agarró la mano extendida de Chowon y se levantó lentamente.

 

—Muy bien. Nuestro Noah lo está haciendo bien.

 

El niño de nueve meses se apoyó en la mano de su madre por un momento y luego puso más fuerza en sus piernas. Chowon retiró su mano con cuidado. Noah se quedó un poco confundido al principio, pero pronto se equilibró solo y se puso de pie.

 

—Rápido, rápido.

 

Cuando Chowon dio la orden, el pintor sentado frente al caballete comenzó a dibujar algo en el lienzo con rápidas pinceladas.

Noah sonrió alegremente, como si ya estuviera acostumbrado al pintor. Chowon también esbozó una sonrisa satisfecha, sintiendo que el retrato de hoy sería el más adorable hasta la fecha.

En este mundo atrasado, no solo faltaban artículos esenciales para la crianza, como pañales desechables y leche de fórmula, sino que tampoco había cámaras. Lamentando la falta de un método para capturar el crecimiento diario de Noah, Chowon decidió dibujarlo ella misma.

‘Debí haber escuchado a mi mamá cuando me dijo que fuera a la academia de arte…’

Pero, ¿fue cuando Noah tenía unos seis meses? Seungjun vio un dibujo que Chowon había hecho con los pies en el escritorio de su estudio y, unos días después, sin decir nada, trajo a un pintor.