Jefe, si me mata un dragón, ¿cuenta como accidente laboral? - 101

—Llévate a Marius.

La mirada de Seungjun se agudizó mientras observaba al duque de Castel por encima de su taza de té.

Se preguntaba por qué el duque había insistido en verlo antes de irse. Ahora lo entendía: era para obligarlo, bajo la apariencia de una propuesta, a llevarse a su hijo en el viaje para encontrar a la bruja.

‘¿Cuál es su motivo?’.

Este hombre le había prestado a sus dos hijos para ayudarlo, a pesar de que él no tenía ninguna base. Aunque había sido a petición de la princesa, nadie ayuda a un desconocido sin esperar algo a cambio. Mucho menos alguien en la cima del poder.

—No lo sé. Es un viaje muy peligroso. Sería mejor que Conde Marius se quede a salvo en el castillo.

—Creo que no hay nada de qué preocuparse, ya que este muchacho es más tenaz de lo que parece…

Eso ya lo sabía, estaba hasta el cuello de ello. Mientras el duque de Castel palmeaba el hombro de su hijo con una carcajada, Seungjun solo se limitaba a inclinar su taza en silencio. Cuando la risa vacía cesó, el Duque se inclinó sobre la mesa, como si tuviera algo importante que decir.

—Aunque no debería pasar nada, ¿no sería una elección prudente tener a alguien de confianza al lado de la princesa, solo para estar preparados ante cualquier eventualidad?

Al ver que su rostro se volvía sombrío, el duque de Castel se echó para atrás. Quizás también había leído su intención de descubrir sus motivos, y comenzó a dar excusas.

—No tengo otras intenciones. Sé que puede ser desagradable para un duque oír esto, pero la vida de la princesa y el destino del reino están en juego, así que seré honesto. Usted bien sabe que un solo dragón ya es una gran carga para las finanzas y la seguridad del reino.

Era gracioso ver cómo se refería al destino del reino para insinuar que él era un tonto egoísta que se dejaba llevar por sus emociones.

—Si el señor duque me lo permite, estaré listo para partir hoy mismo. Por supuesto, sé que la princesa también estará de acuerdo. Como sabe, la princesa confía más en mí que en nadie, ¿no es así? Seré un buen compañero de viaje.

¿Compañero de viaje? Más bien sería un compañero de cama.

Seungjun se rió entre dientes, sin que se escuchara al otro lado de la mesa.

Ese tipo siempre había sido así. Se pegaba a Chowon como un perro, moviendo la cola, y en cuanto ella no estaba, se comportaba como si fuera el dueño del territorio.

Como si Chowon fuera su mujer. Cuando en realidad, esa noche, él no había sido el elegido por ella.

—Cuando el señor duque no pudo cumplir con su deber por un lamentable accidente, yo estuve a su lado y la cuidé bien.

Cuando el tipo, con su actitud arrogante, añadió una frase más, el rostro de Seungjun se oscureció. No era la primera vez que Marius lo provocaba. Pero era la primera vez que mencionaba haber pasado la noche con Chowon.

De todas formas, era algo que había pasado.

Mientras Chowon siguiera viniendo a su cama todas las noches, no importaba. Seungjun cambió su expresión a una de indiferencia y dejó lentamente la taza sobre la mesa. Un sirviente se acercó, pensando que quería que le sirvieran más té, mientras que debajo de la mesa, la vena de su puño, llena de ira, palpitaba.

—¿No sería una elección prudente tener a alguien de confianza al lado de la princesa?

¿Alguien de confianza? Si tuviera que ordenar a todas las personas del mundo por su fiabilidad, Marius estaría al final de la fila.

—¿Realmente cree que yo, siendo solo una mujer y la espina en el costado de una familia de barones, podría haber planeado algo tan grande sola?

Seungjun recordó lo que la sirvienta le había dicho en el calabozo el día que se transformó en hombre lobo.

—¿Quién desearía más que nadie que la relación entre el señor duque y la princesa se rompiera sin posibilidad de reparación, y que incluso el señor duque falleciera?

Marius. Era una respuesta que hasta el perro del castillo sabía.

—Señor duque, yo solo soy un títere y una distracción.

—Entonces, ¿dónde están las pruebas?

—Esa persona ya sabía que yo le tenía celos a la princesa. Le di un regalo descortés a la princesa en un banquete. Al ver eso, esa persona decidió usarme. Claro, también me amenazó.

Seungjun le dijo que eso no era una prueba, y le pidió evidencia, pero la mujer solo siguió diciendo tonterías.

—Dijo que quería recibir el beso de la princesa. Solo él, por el resto de su vida.

Pero pensándolo bien ahora, tal vez no todo era una tontería. Ya que la mitad de su deseo se había cumplido, ¿intentaría cumplir la otra mitad?

—El momento más peligroso es cuando se baja la guardia, pensando que todo ha terminado. Tenga cuidado, señor duque. Esa persona lo está vigilando.

Seungjun no sabía si había sido Dorothea por voluntad propia la que había envenenado la sangre de hombre lobo, o si había sido Marius quien se lo había ordenado. Si fuera un plan de Marius, ¿qué cambio de parecer habría tenido para conseguir un hígado de dragón?

De hecho, era sospechoso lo fácil que había sido para él obtener el hígado a pesar de la estricta seguridad. Cuando le preguntó cómo se había infiltrado, Marius, arrogante, se jactó, pero evadió las preguntas importantes.

¿Tal vez conseguir el hígado también era parte de su plan? Quizás fingía ser un amante puro que salva la vida de su rival para ganarse el corazón de Chowon. El hecho de que se comporte como un cordero dócil solo cuando está frente a Chowon también le daba peso a su teoría.

Quizás, después de ganarse completamente el corazón de Chowon, intentaría deshacerse de él, ya que él es un obstáculo.

—Por favor, si me deja vivir, le contaré todo lo que sé. Incluso testificaré ante el Rey.

Al final, la sirvienta reveló sus verdaderas intenciones y empezó a rogar por su vida. En ese momento, su intuición le dijo que lo que había dicho antes era solo un truco para prolongar su vida.

La mujer le gritó a sus espaldas, mientras él se daba la vuelta con firmeza, diciendo que no hacía tratos con criminales.

—No sé. Si logra sobrevivir a lo que está a punto de suceder, me necesitará.

Se ha cumplido lo que la mujer dijo. Quería volver a buscarla para preguntarle, pero Chowon y Bastian se encargaron de ella antes de que Seungjun se diera cuenta de lo que pasaba. Ahora no había forma de aliviar la sospecha de que lo que la mujer había dicho no eran tonterías.

La razón por la que ha estado manteniendo la distancia con Chowon no es solo por el miedo de no poder controlar sus emociones y terminar hiriéndola. También es por la posibilidad de que, si parecen más cercanos, Marius, frustrado porque su plan no ha funcionado, intente matarlo.

‘Y ahora me pide que me lleve a ese bastardo’

Justo ahora, solo espera el día en que pueda irse del castillo sin él.

—Claro, esto es solo por si acaso. Y no se preocupe por mi reputación, puede usar a este muchacho para lo que quiera. Además, los viajes son más seguros cuando hay más gente. Mi propuesta es solo por el bien de la seguridad de ustedes dos.

En la realidad, un hombre como Jo Seungjun no le habría dado importancia a una presión como esta. Tenía tantas conexiones y conocía las debilidades de tantas personas, que, aunque fingía ser considerado, rara vez lo era.

Pero el duque de Rodel en la novela es diferente. Es un duque de fachada, un plebeyo sin ningún tipo de poder. ¿Y Chowon tiene poder por ser una princesa? Tampoco. El Rey no es el tipo de persona que dejaría a su hermana tomar el poder.

No era una buena idea irritar a la familia Castel, que tiene la riqueza, el poder y el ejército más grande después de la familia real. Él llama a llevarse a Marius una «propuesta», pero su insistencia a pesar de haber leído la negativa de Seungjun, le hace pensar que habrá represalias si se niega.

Además, aunque el hechizo se ha roto, no podrá alcanzar el final de la novela si no tiene un título, una propiedad o un castillo. Una hermosa princesa en un castillo lleno de tesoros. Y un hijo y una hija que se parezcan a la princesa y a él. Esas eran las condiciones para el final. Esto significa que necesita a alguien que pueda proteger el castillo mientras los dos están fuera. Y la única persona en la que puede confiar para eso es Bastian.

Seungjun se prometió a sí mismo que, en cuanto regresara, echaría a toda la familia Castel. Después, se encargaría de proteger el castillo y alcanzar el final de la novela, para así escapar rápidamente de este mundo tan problemático. Pero el simple hecho de pensar en lo que vendría después lo dejaba sin aliento.

—De hecho, me enteré de lo que pasó hace unos días.

Las palabras del duque de Castel le trajeron a la mente a Seungjun la noche en que casi no regresa.

De todas formas, si él muere en la aventura y no puede pasar la noche con Chowon, ella también morirá. Pero, ¿qué pasaría si se lastima o se aleja de ella por alguna circunstancia, como esa noche?

Esa noche, le había parecido muy molesto que Marius estuviera parado detrás de Chowon, como una hiena. Pero que hienas desconocidas rondaran a una Chowon sola en un mundo tan peligroso, era no solo molesto, sino también peligroso. Al menos, Marius no la lastimaría.

Seungjun desvió la mirada de los rostros de la familia Castel, que esperaban su respuesta, y dio una respuesta de mala gana.

—Está bien. Aunque solo será una pérdida de tiempo para él.

Sería suficiente con no dejar que Marius se saliera con la suya.

Seungjun levantó la cuchara del platillo y revolvió el té. Siguiendo el hábito que había adquirido últimamente, se aseguró de que la cuchara de plata no se decolorara antes de levantar la taza. Desde el incidente de Dorothea, vivía con los sentidos agudizados, alerta a cualquier amenaza de envenenamiento.

‘Debería llevarme la cuchara de plata. No, todavía queda mucho antídoto que Chowon me hizo’.

Mientras él planeaba en silencio cómo evitar el envenenamiento de Marius, el tema de conversación en la mesa cambió. El duque de Castel, que había elegido vino en lugar de té, parecía un poco ebrio, ya que criticó los placeres y los lujos de la nobleza, y luego elogió el ascetismo.

—Duque, he hecho de mi misión hacer al reino más fuerte.

—¿Se refiere a la familia real?

—No, me refiero al reino.

Era un lugar donde el Rey era el Estado. Pero la distinción entre «familia real» y «reino», y el hecho de que se enfocara en el «reino», era una declaración poco común para alguien de aquí. Seungjun se cuestionó la intención del duque.