Hipnotizando a mi cachonda madre - Capítulo 70

Después del momento intenso y apasionado, la realidad incómoda y difícil me abrumó.

Agarré mi entrepierna flácida y la sacudí en el aire un par de veces como si quitara polvo, luego retiré a mi avergonzado «yo» dentro de mi pantalón.

El único pensamiento que cruzaba mi mente era…

‘Vaya, sí que salió mucho…’ una sensación de aturdimiento…

Y la sensación del toque cálido y reconfortante de mi mamá~

—¿Nos vamos ya?

Mi mamá habló primero.

Incluso en este momento sentí su consideración.

—Sí…

Respondí con una voz débil sin darme cuenta.

Cuando vinimos, yo iba adelante, tomando la mano de mi mamá y jalándola, pero esta vez ella tomó la delantera y comenzó a caminar por entre los estrechos arbustos.

Como si estuviera sin alma, como si mi espíritu se hubiera ido de casa, con la cabeza vacía, seguí sus caderas que se balanceaban de izquierda a derecha, caminando pesadamente.

Mi mamá caminaba tranquilamente hacia el apartamento, con el mismo paso con el que solía pasear, como si nada hubiera pasado.

La braga de mi mamá están ahora en mi bolsillo…

Los músculos de las nalgas de mi mamá sin ropa interior se contraían de izquierda a derecha bajo la luz de la farola, creando curvas atractivas.

¿Qué demonios me pasó?

Como si hubiera salido de un mundo de ensueño «mareado», siento que ahora estoy recuperando la cordura.

Tenía ganas de orinar, así que saqué mi entrepierna sin dudarlo y oriné, luego agarré la mano de mi mamá, haciéndola tomar mi entrepierna, comencé a derramar sin control el deseo que había acumulado hacia ella.

Mientras tanto, mi mamá sostenía mi entrepierna con su mano izquierda, acariciándola, frotándola, amasándola, como una directora de orquesta que guía la eyaculación, me hizo sentir un ♡tacto♡ estimulante y cálido en mi entrepierna.

Envuelto en la hábil guía de mi mamá, sin darme cuenta, casi desmayado,

en un estado de somnolencia, terminé eyaculando un semen pegajoso y caliente en el aire.

De principio a fin, siguiendo la estimulante guía de mi mamá, cometí un acto impulsado por el instinto como un animal de baja inteligencia.

Esta sensación de vacío, esta oquedad, ay…

¡Y, en pocas palabras, esta vergüenza!

Debí haber aguantado hasta el final…

Sonó la alarma de las 8:10.

Me levanté de golpe, abrí la puerta de mi habitación y miré la sala de estar.

Estaba en silencio.

Mi hermana ya debería haber salido a trabajar.

¡Mi mamá también estaría muy ocupada preparándose para ir a trabajar después de ducharse!

Salí a la sala de estar en calzoncillo y camiseta interior y llamé a la puerta cerrada de mi hermana.

Como era de esperar, no hubo ningún sonido.

Esta vez agarré el pomo de la puerta de la habitación principal y lo giré.

«Srrr…» La puerta se abrió.

Me preocupaba que mi mamá la hubiera cerrado con llave por precaución, pero afortunadamente no fue así.

Abrí la puerta suavemente y entré, desde adentro escuché el sonido de un secador de pelo.

Era obvio que mi mamá se estaba arreglando el cabello antes de ir a trabajar.

Mi corazón comenzó a palpitar con fuerza de nuevo al pensar en coquetear con mi mamá.

¡Yo, que había eyaculado anoche mientras mi mamá sostenía mi pollq!

Solo pensar en eso ya hacía que la sangre fluyera hacia mi entrepierna y mi erección subiera hasta mi abdomen.

Miré hacia adentro.

Como era de esperar, mi mamá estaba sentada frente al tocador, vestida con un traje y arreglándose el cabello.

—¡Ay! Ni siquiera sabía que te habías levantado. Ya preparé el desayuno, así que come y ve a la escuela.

Mi mamá me habló con naturalidad, como si nada hubiera pasado entre nosotros.

Pero mi mente estaba llena de… el recuerdo lascivo del sonoro azote en las nalgas de mi mamá ayer, la memoria impúdica de orinar abundantemente y masturbarme mientras recibía su mirada…

Mi mamá parecía haber olvidado todo.

Me acerqué por detrás mientras ella se secaba el pelo.

Mi rostro se reflejaba en el espejo, pero mi mamá evitaba mi mirada intencionalmente.

—¡Mamá, te ves muy linda con ese maquillaje!

Puse mis dos manos suavemente sobre los hombros de mi mamá, que vestía una blusa.

Cada vez que movía su brazo derecho, que sostenía el secador de pelo, sus músculos del hombro se contraían.

Deslicé mis manos por debajo de sus axilas entreabiertas y apreté sus abultados senos con un «¡apretón~!».

—¡Ay~! ¿Qué haces? ♡~ ¡Mamá tiene que ir a trabajar~!

—Mamá solo tiene que peinarse, no te preocupes~

Dicho esto, apreté sus senos abundantes aún más fuerte con un «¡apretón~!».

—¡Ay♡~! ¡Te dije que no lo hicieras♡~!

Aun así, mi mamá seguía mirándose en el espejo mientras sostenía su cabello con la mano izquierda y movía el secador de pelo con la derecha de un lado a otro.

Como tenía los dos brazos levantados, sus senos se levantaban más y se sentían tensos.

Cuando intenté desabotonar su blusa, fue entonces cuando mi mamá agarró mi mano con la izquierda.

—Ahora no~ Ya me vestí toda… se va a arrugar~

Mi mamá me miró a través del espejo y negó con la cabeza de lado a lado.

Con el ceño fruncido…

—Está bien~ ¡Solo tocaré por encima entonces!

Solté los botones que iba a desabrochar y volví a juntar los senos de mi mamá en el centro, apretándolos.

Los dos montículos se juntaron como si se rozaran, creando un profundo escote.

La sensación carnosa de sus senos envolviendo mis palmas hizo que mi entrepierna que presionaba su espalda baja se tensara con un ‘¡bulkeun~!’

En ese momento, mi mamá empujó hacia atrás la silla del tocador y se levantó lentamente.

Cuando apartó la silla, sus caderas redondas llamaron mi atención de inmediato.

Las curvas sensuales de sus abultadas nalgas envueltas en una falda gris~

Ayer golpeé estas nalgas con un «¡chak!♡» resonante a mi antojo, excitando a mi mamá…

Recordando la sensación de ayer, golpeé las nalgas de mi mamá con la palma de mi mano.

Con un sonido de «¡chak!», un gran gemido de «¡ay!» brotó de mi mamá.

‘¡Mamá definitivamente es una masoquista a la que le gusta el azote!’

Pensando eso, me armé de valor y volví a golpear sus nalgas con un «¡chak!» sonoro.

—¡Ayat! ¡Duele♡!

Aun así, mi mamá seguía de pie, apoyándose en el tocador con ambas manos.

No era diferente de la vez anterior cuando estaba de pie apoyándose en el fregadero.

Le di dos palmadas seguidas en las nalgas: «¡Pum! ¡Pum!».

—¡Ay♡~!

Mi mamá dejó escapar un gemido como si estuviera llorando y sacudió sus caderas de lado a lado como si las estuviera sacudiendo.

Esta vez, con la sensación de aliviar el dolor, agarré sus nalgas con ambas manos y las amasé ampliamente moviendo mis manos de lado a lado.

El rostro de mi mamá reflejado en el espejo estaba completamente rojo.

Parece que el efecto de las nalgadas es increíble.

Con solo golpear sus nalgas, su cuello y hombros se enrojecían.

—Ya me tengo que ir♡~

Mi mamá suplicó con voz dulce, como si intentara obtener mi permiso.

—¡Sal del trabajo temprano hoy! Cenemos juntos.

—Tengo mucho que hacer~

—Date prisa y termina temprano, si llegas a las 7 podemos cenar juntos.

Dicho esto, le di otra palmada en las nalgas: «¡Chas!».

—¡Ay~! Está bien, para~ ¡Duele♡~!

—¡Estás exagerando!

—¡No estoy exagerando~! ¡De verdad duele mucho~!

—Está bien, hoy cuando llegue a casa te pondré ungüento.

—No es eso…, no sé, de todos modos, me voy a trabajar.

Mi mamá también parecía un poco arrepentida.

Mi mamá salió a la sala de estar, tomó el cárdigan que estaba colgado en la silla del comedor y caminó hacia la entrada.

La seguí y le di otra palmada en las nalgas: «¡Chas!»

—¡Qué nalgas tan increíblemente sexys! ¡Los hombres babearán!

—¡Ay~! De verdad que no tienes remedio~

—¡Te digo que tengo razón! Probablemente haya muchos tipos que se masturban pensando en estas nalgas de mamá~

—¡Ay~! ¡Este chico de verdad! ¿¡Eres un pervertido?!

—¡Sí! ¡Así es! ¡Soy el hijo pervertido de mamá! ¡Un hijo pervertido loco por las nalgas de mamá!

—¡Dios mío, de verdad! ¡Ay~! ¡No quiero oírlo! ¡Por favor, ten cuidado con lo que dices cuando estén papá y tu hermana! ¡Será un gran problema! ¡Se armará un escándalo si se enteran de esto!

—¡Deja de preocuparte por cosas innecesarias!

Mientras mi mamá se ponía los tacones altos, le di otra palmada en sus prominentes nalgas: «¡Chas!».

—¡Ay♡♥~!

Mi mamá, como si no le disgustara, se quejaba de dolor pero movía sus caderas hacia mí de forma lasciva.

‘¡Maldita sea~! ¡Seguro que esta vieja perra todavía está secretamente excitada por dentro!’

Quería quitarle hasta la braga, pero había prometido no tocar la parte de abajo…

¡Algún día haré que se quite la braga por sí misma!

Mientras le daba nalgadas a mi mamá, mi polla se excitó tanto que me resultaba incómodo caminar, mis pantalón se hinchó hasta reventar.

Para colmo, mi polla es de esos que no se deshinchan por la mañana, incluso si me quedo quieto…

‘¡Auh~! ¡No puedo soportarlo más!’

Presioné mi pantalón abultado contra las nalgas de mi mamá, que estaba agachada poniéndose los tacones.

Mi pantalón tensos presionó la falda de mi mamá con un «¡apretón~!».

—¡Ay~! Ya basta~

Mi mamá se enderezó y refunfuñó.

Me pegué a su espalda y, sin darme cuenta, saqué mi polla erecta por el costado de mi pantalón.

—¡Mamá! ¡Solo una vez! ¡Es difícil aguantar~!

Agarré la mano izquierda de mi mamá y la jalé hacia atrás, gimiendo suavemente.

—¡Este chico de verdad♡~!

Agarré la muñeca de mi mamá que intentaba zafarse y la jalé hacia mi polla que sobresalía por el costado de mi pantalón y se extendía hacia la izquierda.

Los dedos de mi mamá, como atraídos por un imán, agarraron suavemente mi polla con un «¡srrruk♡~!

Mi mamá también parecía acostumbrada a agarrar mi polla ahora.

Debido a que la cálida palma de mi mamá acariciaba mi polla, mi sangre caliente comenzó a fluir hacia mi glande con un «¡bulkeun bulkeun~!».

—¡Auh~! ¡Mamáa~!

Parecía que mi pinga se había erectado por completo en un instante. Tal vez porque era de mañana, sentía que mi pinga erecta se extendía con más fuerza, «¡jjuk jjuk~!

—¡Este chico de verdad~! ¿¡Qué vas a hacer!? ♡♥~

Mi mamá puso una expresión preocupada mientras apretaba mi pene con sus manos.

—¡Mamá~! ¡Solo una vez, chúpamelo~! ¿Sí?~

¡Wow~! ¡Estoy realmente loco!

Como mi entrepierna estaba excitada, ahora no había nada que no pudiera decirle a mi mamá.

¡Estaba rogándole a mi mamá que me chupara la pinga desde la mañana!