Hipnotizando a mi cachonda madre - Capítulo 55
—¡No! ¡Voy a amasarlos un poco más! Cuando se note lo suficiente, los soltaré, así que no te preocupes. ¡Lo mío es mío y haré con ello lo que quiera!
Wow~, incluso mientras lo decía, no me lo creía.
Mi madre puso una cara de puchero y bajó la cabeza sin decir nada.
¡Nunca hubiera imaginado esta debilidad en mi madre!
Cuanto más la veía, más adorable, estimulante y sexy me parecía~
¡Ay~, de verdad que me volvía loco!
Por fin sentí la satisfacción de haber conquistado por completo los pechos de mi madre.
¡Ahora tocaba la parte de abajo!
—¿Por qué tardaron tanto?
Mi padre frunció el ceño nada más entrar en la pensión.
—Había muchas cosas que comprar y estuvimos dando vueltas, así que se nos hizo tarde. Lo siento~, prepararé la cena enseguida.
Mi madre se apresuró a excusarse y, cogiendo las bolsas de la compra, se dirigió rápidamente hacia el fregadero.
Mientras que conmigo era tan exigente, verla agacharse y obedecer a mi padre sin rechistar me hizo pensar que una mujer es una mujer.
¡Le arrebataré a mi madre a ese viejo gruñón!
En lugar de ese padre desagradable, haré que se derrita solo con verme y que abra bien los muslos mientras me hace ojitos.
Después de amasar los pechos de mi madre a mi antojo, me sentía tan seguro de mí mismo que creía que podía hacer cualquier cosa con ella.
Ayudé a mi madre a preparar la cena, tuvimos una comida bastante satisfactoria.
Al principio, mi padre estaba de mal humor, pero luego comió a gusto la panceta de cerdo a la parrilla con varias hojas para envolver, se palmeó la barriga diciendo que había comido muy bien.
Odiaba esa expresión de satisfacción de mi padre.
Seguro que, con esa panza enorme por delante, desnudará a mi madre y la manipulará a su antojo para tener sexo sucio.
Me daba rabia pensar cuántas veces aparecería la cifra de relaciones sexuales en la ventana de estado de mi madre mañana, pero de todos modos sentía mucha curiosidad.
Además, mi madre había estado todo el día sufriéndome, así que su nivel de excitación vaginal también debía ser bastante alto…
Cuánta agitación de caderas mientras metía el pene de mi padre en su coño y dejaba escapar fluidos…
¡Solo de imaginarlo, me excitaba hasta la locura!
¿Cuándo podría abrazar a mi madre en la cama y meter mi pene erecto en su agujero trasero a mi antojo?
Mi hermana comió hasta saciarse y luego se fue a la habitación que había ocupado con su teléfono, mi padre, que estaba viendo la televisión, también se fue a la habitación grande diciendo que le entraba sueño.
La pensión tenía dos habitaciones, así que me tocó dormir en la sala de estar.
Mi madre estaba ocupada limpiando la mesa y lavando los platos en el estrecho fregadero.
Mi hermana no pensaba en ayudar con nada, solo sabía comer y luego tumbarse.
Claro que mi padre también era así…
—Yo lavaré los platos, mamá, tú descansa un poco.
Me acerqué a mi madre y cogí un plato que había que lavar.
—Ya que tengo las manos mojadas, lo haré yo. Tú ve a ver la televisión.
Mi madre cogió los platos con ambas manos y me empujó con el hombro.
—¡Te digo que te ayudaré!
Me acerqué a su espalda y le susurré al oído, rozando su lóbulo de piel suave con mis labios.
Su redondo ♡trasero♡ tocó su abultada bragueta.
Lamentaba que mi madre llevara pantalón.
—Estoy bien, vete rápido de aquí~
Mi madre movió la cintura y me empujó de nuevo.
Parecía preocupada de que me acercara.
Claro, con mi padre y mi hermana en la habitación al lado, separados solo por una puerta, debía ser incómodo que yo me acercara restregando mi entrepierna.
Qué diferentes eran nuestros deseos~
—¡Por qué regañas así si te digo que te ayudaré a lavar los platos!
Me pegué aún más a su trasero y presioné suavemente mi abultada bragueta contra sus nalgas.
—Ay~, de verdad, ¡apártate!
Mi madre susurró suplicante, sin poder alzar la voz.
—¡Quédate quieta un momento!
—¿Estás loco? ¡Papá está en la habitación! ¡Va a ser un desastre!
Después de todo, parecía que mi madre le tenía miedo a mi padre. Estaba increíblemente cautelosa.
—¡Pues quédate quieta! ¡Yo estoy mirando!
Diciendo eso, metí ambas manos entre las axilas de mi madre, estirándolas hacia su pecho, agarré ambos ♥pechos♥.
—¡Ay~! ¡Qué le pasa! ¡¿De verdad estás loco?! ¡Va a ser un desastre! ¡Apártate rápido!
Mi madre se agitaba con una expresión de pánico, con el rostro tan rojo♥~como un tomate.
—¡Quédate quieta!
Yo también susurré amenazadoramente al oído de mi madre.
Los pechos que sostenía en mis palmas se movían ‘blandos~ blandos♡♥~’.
¡Tan dulces y estimulantes, estos pechos llenos de elasticidad!
—Por favor, apártate, te lo ruego~
Mi madre dejó de lavar los platos y movió sus abultadas nalgas de lado a lado, como si se resistiera.
—¡Por qué tienes tanto miedo!
—¡¿Ahora mismo parece que no tengo miedo?!
—¡Está bien!
Como mi madre estaba tan asustada, retrocedí y volví a sentarme en el sofá.
Era una pena, pero ¡ya era algo poder ‘amasar-amasar♡~’ los pechos de mi madre cada vez que tenía oportunidad!
Sentado en el sofá, mirando la espalda de mi madre mientras lavaba los platos, incluso con pantalones, el ♡volumen♡ de sus nalgas seguía vivo.
‘Qué pena retirarme así~’
Además, sabía perfectamente que si mi madre entraba en la habitación de mi padre, él no la dejaría en paz, así que me sentía muy impaciente.
¿Como si me estuvieran robando a mi novia, a la que realmente amo?
¡Ah, sí! Mientras disfrutaba de las curvas de las nalgas de mi madre, sentí curiosidad por la ventana de estado.
En mi mente, grité con fuerza: «¡Ventana de estado!».
— Charrrrr~
Sobre las nalgas de la abundante pelvis conectada a su esbelta cintura, hermosas letras comenzaron a aparecer claramente.
⋯⋯⋯⋯⋯⋯⋯⋯⋯⋯⋯
[Experiencia de violación 1 vez]
[Probabilidad de embarazo 30%]
[Satisfacción sexual 43%]
[Frecuencia semanal 2]
[Receptividad uterina 80%]
[Agrado 85%]
*10% es el valor predeterminado
⋯⋯⋯⋯⋯⋯⋯⋯⋯⋯⋯
La receptividad uterina había subido hasta ¡un 80%!
Además, mi agrado también estaba en ¡un 85%!~
¡Wow~! ¡De verdad que era increíble!
Esperaba que el agrado subiera…
¡Pero si la receptividad uterina estaba en un 80%, significaba que el coño de mamá estaba completamente excitado!
¡Era demasiado obvio lo que haría mi madre si entraba en la habitación de mi padre!
¡Antes de que mi padre pudiera acercarse, sacaría su pene y lo chuparía sin parar, para luego ir directamente a su agujero trasero!
Después de darme cuenta de lo perra caliente que era mi madre, no podía creerlo.
Eran poco más de las ocho.
Mi padre y mi hermana, que habían entrado en sus habitaciones, estaban en silencio.
Mi madre terminó de lavar los platos y se giró.
—Mamá, ¿vamos a dar un paseo por aquí cerca para hacer la digestión?
—Si casi no he comido nada. Si te sientes agobiado, sal tú. Yo entraré en la habitación a descansar un poco.
Como siempre, mi madre se negaba.
—¿Por qué vas a entrar ya en la habitación? ¡Vamos a dar un paseo!
Alcé la voz con un tono ligeramente serio.
—Estoy bien. Puedes salir tú solo.
Tal vez porque mi padre estaba en la habitación, mi madre se resistía bastante.
¡Era imposible seguir así!
Me levanté de golpe del sofá y abrí la puerta de la habitación donde estaba mi padre.
Mi madre puso los ojos como platos y mostró una expresión de sorpresa.
—Papá, vamos a dar un paseo por aquí cerca con mamá para hacer la digestión. ¿No quieres salir?
—Hoy quiero descansar un poco. ¡Qué bien! Parece que tu madre ha engordado un poco últimamente, ¡así que sal a pasear con ella!
—Sí. Entonces me iré. Creo que tardaremos unos 30 minutos.
—Está bien, pero vuelve antes de las nueve.
Mi padre, que estaba acostado en la cama mirando su teléfono, asintió con la cabeza de buena gana.
¡Qué bien!
Cerré la puerta de nuevo y miré a mi madre, que estaba parada en medio de la sala de estar.
Mi madre negó con la cabeza, con una expresión de disgusto.
—A papá también le gusta. Sal rápido.
Hablé en voz alta para que me oyeran mi madre, mi padre y mi hermana.
—¡De verdad que no tienes remedio!
Mi madre refunfuñó en voz baja.
—¡Mamá! ¡Cámbiate a la falda!
Me acerqué a mi madre y le ordené.
—¿Estás loco?
—¡Loco tú! ¡Hazme caso rápido!
Yo también fruncí el ceño y hablé con firmeza.
—La falda está en la habitación de papá~
—¡Ve a buscarla!
—¡No puede ser! Pensará que es raro.
—¡Qué va a pensar raro! Solo tienes que sacarla disimuladamente. Ve al baño y cámbiate allí.
Empujé la espalda de mi madre a la fuerza.
Mi madre dudó un momento y luego comenzó a caminar hacia la habitación.
Los músculos de su trasero, que se contraían, eran demasiado apetitosos.
Mi madre entró en la habitación y murmuró algo con mi padre, y poco después volvió a la sala de estar.
Llevaba la falda doblada dentro de la camisa…
Era obvio que la había sacado a escondidas de mi padre.
Aunque la hubiera sacado sin más, a papá no le habría importado…
Le levanté el pulgar a mi madre, que tenía una expresión de desconcierto.
Mi madre volvió a fruncir el ceño con fuerza.
Al final, entró en el baño y cerró la puerta con un golpe.
En realidad, aunque se hubiera cambiado en la sala de estar, no había nadie más que yo para verla…
Cuando la veía así, parecía una mojigata, como una virgen que nunca había tenido una relación con un hombre.
Poco después, mi madre se cambió a la falda de algodón que se había puesto la última vez que salió a pasear por el apartamento.
Dejó los pantalones doblados debajo del armario de la sala de estar y cerró la puerta.
Como era de esperar, la falda daba una sensación completamente diferente a los pantalones. Desprendía un aire sexy.
Al ser una falda de algodón, el volumen de sus nalgas se realzaba aún más.
Combinaba muy bien con la ajustada camiseta de color claro que llevaba arriba, resaltando su figura de una manera increíble.
¡Si se hubiera vestido así cuando fuimos al supermercado, qué sexy habría sido!
¡Seguro que habría metido la mano debajo de la falda y habría intentado quitarle la braga!
En cualquier caso, era una oportunidad increíble.
Solo pensar en estar a solas con mi madre hizo que la sangre fluyera a mi entrepierna, tensándola, ¡y mi corazón comenzó a latir con fuerza!
Con prisa, empujé la espalda de mi madre y la llevé casi a rastras hasta la entrada, donde me puse las zapatillas y salí por la puerta.