Felizmente Psicótica - Merry Psycho - Capítulo 245

—…….

Aunque no era de buena educación preguntar por el pasado, no lo hizo… ¿Pero en verdad no hubo misiones relacionadas con mujeres? De repente, Seo-ryeong sintió sed y abrió una botella de agua mineral.

‘No, pensemos solo en cosas buenas’.

Ayer fue doenjang-jjigae, ¿entonces hoy será kimchi-jjigae? ¿O sopa de algas? Sería genial si fuera sopa de algas. Una sopa caliente de algas es lo mejor cuando estás cansada…

Incluso en medio de todo esto, Seo-ryeong se tomó un momento para revisar su celular. No había problemas de parte de Lee Wooshin. ¿Estará durmiendo la siesta?

—Ja, jaaa, ¿por qué tienes esa cara?

—El delantal…

—Juuu, ¿qué?

Dong Jiwoo, que seguía en la máquina de entrenamiento, movió el brazo mientras preguntaba.

Dong Jiwoo…

Para recordar bien ese nombre, que le sonaba familiar, tuvo que remontarse al programa de entrenamiento de la compañía Blast, en el que ella había participado.

—Jaa, jaa…

Con la cara empapada, como si fuera a desmayarse en cualquier momento. Seo-ryeong se quedó mirando a Dong Jiwoo, que todavía tenía la cara redonda como una castaña, y que, aunque no era proactivo, sorprendentemente sobrevivía por mucho tiempo.

¿Habrá sido el primer día de entrenamiento de novatos en el NIS?

El shock y lo ridículo que fue encontrarse de nuevo con Dong Jiwoo… La última vez que lo había visto, ella estaba secuestrando al subjefe Ju Seolheon.

‘¿Acaso no es este Dong Jiwoo el mismo idiota que agitó salvajemente una porra para bloquearme?’

‘¿No era un novato del NIS que se infiltró en el entrenamiento de la compañía Blast, fingiendo no saber nada, ser inútil e inofensivo?’

‘Oye, oye. Espera. No digas nada. ¡No digas nada…!’

Justo cuando la actitud fría de ella cambió y estaba a punto de agarrarlo del cuello. Dong Jiwoo, que la abrazó de repente, susurró suplicante:

‘¡No digas nada aquí…!’

‘¿No me vas a soltar?’

‘¡Y tú por qué te llamas Joo Seolyeong…! ¡Por qué te cambiaste la identidad de manera tan sospechosa!’

‘…!’

‘Si no quieres meterte en problemas, no finjas que me conoces’.

‘……’

‘Hablemos afuera, afuera’.

La sensación de ser abrazada por un hombre que temblaba era peor de lo que esperaba. ¿Debería romperle un brazo? Por un instante, tuvo un pensamiento violento y miró fijamente a Dong Jiwoo, quien de inmediato captó su fría mirada y comenzó a mover la cabeza frenéticamente.

Claro…

Dong Jiwoo era la persona que había presenciado por completo la podrida personalidad de Seo-ryeong en el campo de entrenamiento de la compañía Blast.

Ambos, que no querían que los agarraran de un cabo, hicieron una promesa tácita en ese momento de no interferir en la posición del otro.

Así, unos meses después, Seo-ryeong pudo entender por qué Dong Jiwoo, que ya era un agente del NIS, se había infiltrado en ese lugar.

‘Mi evaluación de desempeño no es buena… Mi posición en la organización es débil y no puedo ir a misiones de campo… Las misiones que me asignan son solo de este tipo: observar a los novatos, escribir opiniones y analizarlas’.

‘….…’

‘Pero esta vez, nuestro jefe de división me dijo que si encontraba a alguien bueno, lo hiciera mi compañero. Como no soy el típico agente de campo, me dijo que si encontraba a alguien que pudiera compensar mis debilidades, me dejaría ir a una misión de campo’.

‘¿Y cuáles son tus debilidades?’

‘Bueno… según el jefe de división, solo soy apto para trabajo de oficina. Tiendo a dudar cuando las situaciones se ponen peligrosas. Vacilo en los momentos decisivos… Y por mi culpa, a veces se han retrasado las operaciones. También dijo que soy vulnerable al estrés, débil para los interrogatorios coercitivos. Y bueno, me falta sentido práctico en el campo…’.

Dong Jiwoo parecía haber soportado muchas miradas de desaprobación, ya que su cuello estaba tan encogido como el de una tortuga.

‘Ay… pero con mi experiencia… ¿Habrá algún novato que pueda compensar a un superior como yo…?’.

Inadvertidamente, sus ojos se encontraron.

‘Alguien que sea completamente opuesto a mí… Algo así como… un tipo loco… dónde… dónde…’.

Las palabras de Dong Jiwoo se ralentizaron como una radio descompuesta. Él entrecerró los ojos como si estuviera pensando en algo y miró fijamente a Seo-ryeong. Luego, como si sintiera un escalofrío, se estremeció y se dio dos o tres golpes en la mejilla. Su cara, que se movía como la de un burro, estaba un poco lívida.

¿Por qué actúa así?

Cuando ella lo miró fijamente, Dong Jiwoo rápidamente desvió la mirada.

‘Bueno, está bien. Trata de buscar bien’.

Seo-ryeong se levantó de su asiento con una expresión indiferente. Lo que ella quería confirmar era si él sospecharía de su nueva identidad, Ju Seolyeong. Afortunadamente, él parecía no tener ninguna sospecha.

O más bien, parecía haber aceptado el flujo de los acontecimientos por los que ella, que trabajaba para una compañía de servicios militares, fue reclutada por el NIS. Incluso continuó rondándola con la cara de alguien que tenía un favor que pedirle.

—Jaaa… jaaa… ¡Yo también ya estoy muerto!

Finalmente, Dong Jiwoo, tirado en el suelo, soltó un fuerte suspiro. Se tambaleó como si sus ojos fueran a salirse de sus órbitas y luego la miró fijamente.

—Oye, tú…

Sus labios, secos y blanquecinos, se movieron. Su voz era extremadamente baja.

—Deja de sonreír de esa manera mientras entrenas.

—¿Yo qué?

—En el último sprint, te ríes como una pervertida. Si los agentes te preguntan por qué, respondes cosas raras como «porque me recuerda a mi marido de una forma espeluznante». Dices comentarios que hacen que la gente piense que eres antisocial. Como si fueras la única persona en el mundo que tiene novio…

—No es novio, es recién casado.

Seo-ryeong respondió con desinterés mientras bebía agua. El sabor del agua que bajaba por su garganta era muy bueno. Dong Jiwoo la miró con recelo y luego, con aire astuto, entrecerró los ojos.

—Oye, ¿tu marido sabe que haces este tipo de trabajo?

—Más o menos.

—Aunque te diga eso, no debe saber con exactitud, ¿verdad? Que no solo eres una funcionaria de nivel 7 que escribe informes en el NIS, sino que también puedes ser enviada al extranjero si te asignan bien. ¿Sabe eso?

—…

—¿Sabe que aquí tomaste entrenamiento marítimo, que aprendiste técnicas de camuflaje, y habilidades sociales como jugar a las cartas y al mahjong? ¿No se enteró de que la vez pasada te enseñaron modales para beber y técnicas de maquillaje? Aunque fuiste pésima.

—…

Seo-ryeong se quedó en silencio, solo tragando, y tragando más agua.

—Yo también he engañado a mi mamá, y sé que es muy difícil y pesado ocultarle cosas a la familia.

—…

—Piensa qué pasaría si algo sale mal en una misión. A los familiares no les dicen la causa exacta de muerte ni las circunstancias. Aunque es un trabajo que yo elegí hacer, es cierto que no es algo que se le pueda hacer a la familia.

Familiares…

Seo-ryeong se detuvo al escuchar esa palabra desconocida. En ese momento, no sentía la menor empatía por lo que significaba.

—En fin… piénsalo bien seriamente…

Continuó con un consejo que sonaba amargo. Luego, sin motivo, agregó: —¿Y qué clase de persona es el hombre que se casa con alguien como tú? y se ganó un golpe con la botella de agua. Seo-ryeong, que había lanzado la botella, con calma buscó una toalla para secarse el sudor.

‘Él es bueno con las tareas de la casa, cocina bien, limpia bien’. Los elogios a su esposo salieron con tanta fluidez como si fuera una boba enamorada.

Dong Jiwoo se rascó la nuca y murmuró algo incomprensible: —Ah… parece que sí te separaste de esa persona…

—¿Qué dijiste?

Ella estaba a punto de preguntarle de nuevo.

La puerta del campo de entrenamiento se abrió y alguien con traje entró sin dudarlo. El hombre con gafas de montura plateada miró a los novatos tirados en el suelo con desprecio. Una arruga se formó en su entrecejo.

—Todos a su puesto.

—¡A su puesto!

La respuesta más fuerte no fue otra que la de Dong Jiwoo. Él fue quien jaló a Seo-ryeong para que se levantara rápidamente, él que era conocido por su pereza.

‘Siempre tan astuto y rápido solo en momentos como este’. Seo-ryeong suspiró y miró al hombre frente a ella. Cloc, cloc, el hombre alto que caminaba hacia ella…

‘¡Ah…! ¿Se refiere al jefe de división Tae Moogyeong? Él es realmente asombroso. Principalmente, ha trabajado en Hong Kong y China, y se dice que obtuvo muchísimos resultados en ese entonces. Probablemente superó los récords del subjefe Ju Seolheon, ¿no? Es el poseedor del récord de ascenso en el menor tiempo posible. Ah… ¡Pero honestamente, si el jefe de equipo Lee Wooshin no se hubiera retirado tan temprano…!’

¡El nombre de la placa del jefe de división se habría cambiado de Tae a Lee!

Fue una historia que Na Wonchang le contó una vez.

Tras una gran reestructuración interna en el NIS, fue el jefe de la segunda división de inteligencia exterior más joven en ser seleccionado.

Era un puesto a solo dos escalones de ser subjefe. El actual jefe de división, con solo treinta y seis años, y jefe del equipo de envío al extranjero.

Decían que era una persona que tenía experiencia en el campo y habilidades administrativas, y era el único que podía dirigir una operación y al mismo tiempo participar en la acción.

Cuando Seo-ryeong escuchó eso, se rio con desdén. ‘Ah. Hay una persona así en mi casa’.

Seo-ryeong esbozó una sonrisa sutil, pero de repente se oscureció. ‘Que una persona tan asombrosa… viva como un ama de casa recluida…’.

Por más que le repitiera que ahora podía confiar en él, él no hacía actividades públicas. El único momento en que se movió con mucha actividad fue cuando ‘Yuz Company’ empezó a tomar forma en la villa de Sajalín. Después de regresar a Corea a salvo y formar su hogar de recién casados, se convirtió en un ama de casa completo.

Parecía que de vez en cuando hablaba de negocios con Channa, pero eso era solo mientras cocinaba o cuando iba a tirar la basura de alimentos.

‘Nuestro instructor era increíble en Blast Corp… ¿Cómo se diría esto…?’

¿Interrupción voluntaria de su carrera?

En ese momento, una voz fría se coló en sus pensamientos.

—Reserva 15.

Seo-ryeong levantó la cabeza. A través de la delgada montura plateada, sus ojos se encontraron directamente con los fríos de él.

Ese aire gélido no era solo por su traje perfectamente cortado. La energía áspera que lo rodeaba parecía repeler a las personas como si fuera el vacío.

—Las entrevistas personales de hoy comenzarán con el número 15.

Tae Moogyeong la señaló.

—Quiero verla un momento.