Felizmente Psicótica - Merry Psycho - Capítulo 232
Aunque la sensación de abrir el estrecho camino aún no era familiar, la sintió bienvenida y conmovedora.
Aunque no era su primera noche juntos, fue hoy cuando sintió una verdadera conexión con él. Sin embargo, esa sensación de alivio duró poco, y el impacto que sintió en su vientre hizo que perdiera el control.
—…….!
No supo qué sonido estaba haciendo. Solo sentía con claridad la mano que la sujetaba firmemente por la cintura. El calor y la fricción constantes la dejaron sin aliento.
La verga, que apenas se veía, se asomaba poco a poco cada vez que él movía sus caderas lentamente. El rostro de ella se puso tan rojo por esa conexión descarada que parecía que iba a explotar.
En sus abdominales, bien musculosos, las venas azules se marcaban. Su rostro, lleno de éxtasis, la miraba fijamente y seguía penetrándola.
—¡Ah, ah, haa…!
‘Somos esposos. Siempre lo hemos sido y siempre lo seremos’
Seo-ryeong envolvió las caderas de él con sus piernas con todas sus fuerzas.
Lee Wooshin frunció el ceño con violencia por ese fuerte abrazo. Por un momento, una expresión feroz cruzó por su rostro, pero desapareció sin dejar rastro mientras él tomaba un respiro profundo.
Él la penetraba y salía una y otra vez con fuerza. Cada vez que alzaba sus caderas, el sonido de la fricción resonaba fuerte.
—¡Haa…! ¡Hmph, mmm…!
Ella se estremeció y dejó escapar gemidos jadeantes. Cada vez que su verga gruesa le golpeaba alguna parte de la pared interior, sentía que su espalda se incendiaba. La entrada se contrajo aún más, y cuando su interior se encogía así, Lee Wooshin también soltaba un gemido bajo.
Entonces, el hombre, con el ceño fruncido, le agarró la mano y la puso sobre su unión perfecta.
Ella, por inercia, tocó la base de su pinga que bloqueaba su agujero como un tapón, su cara se puso completamente roja.
Lee Wooshin entrelazó sus dedos firmemente con la mano tímida y le dio un beso. Abajo, la verga, aún caliente como el fuego, entraba y salía.
—Puse mi nombre en grande, así que esto es tuyo hasta la muerte.
—¡Ugh…! No me lo obligue, ni sea tan malhumorado…
—¿Por qué estaría de mal humor? Si no es porque me vuelvo loco por lo hermosa que eres.
Él le daba pequeños besos en las orejas, las mejillas y la barbilla, le mordió el labio inferior con suavidad. Cuando él aceleró un poco, su verga, que solo entraba superficialmente, comenzó a penetrar más profundamente.
—¡Hmph…! ¡Mmm…!
Una sensación de hormigueo atravesó su cuerpo y un dolor se extendió por toda su pelvis. Era el punto de éxtasis de Seo-ryeong, que no necesitaba decirlo en voz alta.
Con la sensación de ir cada vez más rápido, Seo-ryeong torció la espalda. Ella jadeaba, a punto de llorar, mientras miraba a Lee Wooshin, que la miraba como si fuera a devorarla.
—Haa, haa, despacio… despacio…
—¿Más de lo que ya estoy yendo?
—¡Mmm, más… es demasiado rápi-do…
Él frotaba y empujaba su interior sin parar. El clímax, en el que se sentía como si un manojo de electricidad la aplastara, hacía que viera chispas frente a sus ojos. Su cuerpo se sacudía tanto que su cabello estaba hecho un desastre. Pronto, sus ojos se empañaron por las lágrimas que brotaron involuntariamente.
‘¿Por qué de repente me siento así…?’
Seo-ryeong sintió el temor de que su cuerpo se volviera tan blando que se desharía y desaparecería sin dejar rastro.
‘Por culpa de Lee Wooshin, me estoy derritiendo’
Incluso ese resentimiento infantil brotó. Un sonido de fricción seguía resonando en su entrepierna roja, como si alguien hubiera derramado un cubo de agua.
—¡Hmph, ugh…! ¡Instruc-tor…! ¡Basta…!
—¿Ya te vas a rendir?
—Mi… mi cuerpo se siente raro. Hoy se siente… un poco… raro…
—Eso es porque no llamas a tu esposo como debes.
—Qué…….
—No es la primera vez que lo hacemos, llámame como es.
Él siguió moviendo sus caderas mientras le frotaba el pezón, que se había puesto tieso por la excitación. El hombre, terco, la empujaba constantemente, insistiendo en un solo punto.
—Llámame, Seo-ryeong-ah.
—¡Ugh! No puedo. No puedo hacerlo con tu cara enfrente…
—¿Ni aunque te mueras?
Luego, la penetración se hizo más brusca y rápida.
‘¡Ahh, ahh, ahhh!’
Seo-ryeong cerró los ojos y siguió dejando escapar gemidos.
El sonido de sus cuerpos chocando resonó por toda la villa. Sentía ganas de orinar, pero no tenía fuerzas para alejarlo. La sensación de su interior rugoso siendo aplastado se hacía más clara y fuerte con el paso del tiempo.
De repente, a través de la visión borrosa, vio el rostro de él, excitado.
—……..
Las arrugas nerviosas entre sus cejas eran profundas y sensuales. Él, que no parecía cansarse y seguía embistiendo con rapidez, de repente le apartó el flequillo empapado de sudor. Por un instante, el corazón de Seo-ryeong se sintió como si fuera a estallar.
En ese momento, él, que no había parado de moverse, le besó la rodilla. Pasó a sus muslos y costados, y luego lamió con intensidad el canal de su pecho, que brillaba por el sudor.
Él seguía marcando su territorio en lo que era valioso para él, como si su lengua fuera un sello. A pesar de ver su rostro lleno de lujuria, sus ojos desbordaban de un amor infinito. Seo-ryeong se sentía sin aliento.
—Haa, haa…….
Tenía la cara y el cuerpo ardiendo. Incluso su mente estaba hirviendo, por lo que Seo-ryeong no se dio cuenta de que estaba frotando su mejilla mojada contra el cuello de él.
El sonido del roce en la carne húmeda se detuvo un momento, luego la verga, que estaba hundido hasta la base, comenzó a vibrar con fuerza en el interior.
La pared vaginal, que era estimulada violentamente, se contrajo una vez más con placer. La vergüenza la invadió, pero su pecho también se apretó. «Ah… no puedo vivir sin ti…».
—Cariño… cariño. Te amo de verdad…
—Mierda, haaa…
Al final, el hombre, completamente desmoronado, se apresuró a besarla. Su gruesa lengua se adentró en su garganta, pero su corazón estaba a punto de explotar por esa increíble suavidad.
En ese instante, su cintura se estremeció como si le hubiera caído un rayo y sintió unas ganas repentinas de orinar. Seo-ryeong apretó los dedos de los pies con fuerza, pero sintió con claridad algo que estallaba en lo más profundo de su interior.
—Ah, aahh…
Al ver su rostro que se deshacía de forma tan lasciva, Lee Wooshin también soltó un fuerte gemido y tensó sus abdominales. El aliento agitado de ambos se sintió claramente en los labios que estaban juntos.
Él no solo hundió su pinga en lo más profundo, sino que también, mientras eyaculaba, empujaba con su abdomen. Sus ojos, enrojecidos por la excitación, se veían extrañamente avergonzados y desbordados. Él la miraba fijamente mientras continuaba eyaculando sin parar.
—… Qué lío. ¿Qué voy a hacer ahora?
Su pinga, que había terminado de eyacular, salió de su cuerpo. Su cuerpo tembló por la sensación del líquido saliendo, y su cabeza se rozó suavemente contra su frente, que estaba ardiendo. Lee Wooshin soltó un suspiro y susurró sin fuerzas, como si hubiera caído en una trampa inesperada.
—Cuando el amor es demasiado, sientes una sensación de fracaso.
Él volvió a acercar las piernas de Seo-ryeong. De repente, la piel de ella se erizó por el líquido turbio que le corría por el trasero. La gruesa punta de su verga frotaba su agujero resbaladizo. Al sentir de nuevo la presión en esa zona que aún estaba sensible, su cintura se alzó sin querer.
—¿Creerá esta niña que el matrimonio no es suficiente?
—Ah…
—Ahora no sé qué debo hacer.
—¡Ahhh!
Cuando ella levantó la cabeza, él también soltó una maldición baja. Aunque entró más fácilmente que la primera vez, el interior que aún se estremecía por el eco de la primera penetración, ahora se sintió completamente lleno.
El calor de su cuerpo era muy confortable, la respiración que inhalaba el olor de su cuerpo, la suave mano que le acariciaba la espalda húmeda. Ella lo abrazó con fuerza por su espalda ancha y amable.
Lee Wooshin, sin sacar su verga, se acurrucó en su cuello. Le encantaba la sensación de estar completamente unida a él. Un lugar tan seguro y pacífico como este no lo encontraría de nuevo.
Ya no tenía fuerzas para gemir. Sintió que un relámpago blanco pasaba por su mente y su cuerpo.
No supo cuánto tiempo pasó, ni cómo su cuerpo se quedó inmóvil.
El calor que se había acumulado explotó en ella. Ella se balanceó y sollozó sin parar, y luego se desplomó.
Era un estado de éxtasis en el que no escuchaba nada, ni siquiera su propia respiración. Quizás fueron unos segundos. No, fue una sensación extraña, como si hubieran pasado años.
En ese lugar, Seo-ryeong vio la eternidad.
Su visión se nublaba poco a poco. A través de esa visión blanca como la nieve, Seo-ryeong vio una luz que la guiaba. Solo entonces se dio cuenta de que sus ojos estaban llorosos.
—Seo-ryeong-ah, buenos días.
Era amor.
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