Felizmente Psicótica - Merry Psycho - Capítulo 229

A pesar de que Seo-ryeong había aceptado su destino y le había dicho a Wooshin que esperaría, él la seguía atormentando de formas extrañas.

Cuando ella le decía que ya no se sentía ansiosa ni asustada, él fruncía el ceño de una manera extraña y parecía visiblemente nervioso. Aunque todo esto se debía al amor que él le había dado, llenando sus carencias, Wooshin, con una expresión de desaprobación, dejaba marcas de mordidas en toda su nuca.

—Me pediste algo más que amor.

—¿Eh?

—Mi amor, mi vida, mi debilidad, mi punto vital… todo eso eres tú.

—…….

—Te llevaste a Han Seo-ryeong de mi lado, ¿y ahora cambiaste de opinión? ¿Me odias?

—…¿Cuándo dije que lo odiaba?

Seo-ryeong se tocó las orejas, que se sentían calientes, y parpadeó.

En el momento en que los dos cayeron, ¿había sido «Han Seo-ryeong» lo que ella le había pedido con avidez, desahogando por primera vez una codicia desenfrenada? Era una sensación extraña, como si le hubieran regalado una versión intacta de sí misma, sin cicatrices ni defectos. Su respiración agitada se volvía un poco más cálida.

—Así me suena. La mujer que dijo que me ataría, me mataría de hambre y me aplastaría a la fuerza, ¿ahora me ignorará, me dejará ir y me esperará? Esto es una confesión fraudulenta y un matrimonio fraudulento.

—¿Qué…?

Seo-ryeong se burló con incredulidad, pero con Wooshin, quien aceptaba su fealdad y su verdadera naturaleza sin importarle, su garganta se sentía como si se estuviera derritiendo.

No importaba cuán codiciosa fuera ella, él siempre respondía de maneras inesperadas. La abrazaba y la mimaba, incluso cuando ella estaba inestable.

Una mano suave acarició su cabello con un susurro. Seo-ryeong se puso roja y se echó a reír. El tiempo que pasaron recuperándose estuvo lleno de momentos en los que escuchaban la respiración del otro.

Debido a esta atmósfera, las miradas de los demás miembros del equipo comenzaron a clavarse en ellos. En particular, a causa de Jin Hoje, Wooshin se apegaba aún más a Seo-ryeong cada vez que él pasaba, por lo que no tuvieron más remedio que anunciar su matrimonio.

Ese día, la villa estaba tan ruidosa que a Seo-ryeong casi le dolía un oído. Cuando ella confesó que se había casado dos veces, todos pusieron una cara de no entender nada.

—Pero Han Seo-ryeong… ¿no dijiste en la cena del año pasado que te habías casado por un fraude?

Ki Taemin parpadeó y habló con voz aturdida. ¿Se había casado dos veces, no solo una? Entonces, ese matrimonio fraudulento…

Sus ojos se movían de su jefe a su subalterno. Parecía estar llegando a una conclusión ridícula, así que Ki Taemin se recompuso de nuevo.

—Matrimonio fraudulento…

En ese momento, Wooshin susurró fríamente. «Esa es mi historia hoy», dijo, frotando la mano de Seo-ryeong y mirándola fijamente, como si quisiera morder su mejilla blanca.

Seo-ryeong trató de ignorar esa mirada ardiente y miró avergonzada a los miembros del equipo, que todavía estaban confundidos. En ese momento, el rígido Jin Hoje de repente gritó: «¡Aaaah!». Su cara estaba extrañamente roja.

—E-Entonces… ¿se conocían desde la escuela de entrenamiento?

—Así es.

Cuando Wooshin respondió con indiferencia, Jin Hoje aulló como una rana que cae en agua hirviendo: «¡Aaah, aah, aah…!». Ki Taemin le dio un codazo a su amigo, que bailaba frenéticamente, y volvió a preguntar:

—Entonces, ¿trataste a tu exesposa, de esa manera tan cruel?

—Nunca nos divorciamos.

Wooshin lo descartó como si estuviera molesto.

—Simplemente estuvimos separados por un tiempo debido a una situación complicada.

Seo-ryeong se rio al escuchar esa simple frase que resumía una situación tan complicada.

—Jefe, ¿es por eso que me molestaba cada vez que tenía la oportunidad?

Jin Hoje se cubrió la cara con las manos y gritó, con una vena en el cuello. Su voz temblorosa estaba llena de injusticia. Seo-ryeong miró a los dos, como si preguntara de qué hablaban.

—¿Se molestó porque dije que la soldado Han Seo-ryeong me parecía bonita? ¿Porque ella me miraba intensamente, y yo me emocionaba pensando que tal vez tendría una novia?

—Cállate.

Wooshin miró a su imprudente subordinado como si quisiera matarlo y chasqueó la lengua. Seo-ryeong miró a Wooshin, preguntándose qué significaba todo eso, pero él solo apretó la mandíbula obstinadamente y no parecía tener intenciones de explicar nada. Preocupada por su actitud repentinamente fría, se volteó a mirar al soldado Jin Hoje.

—¿Dijiste eso?

Pudo sentir la gran inhalación de aire de Wooshin a su lado. Jin Hoje abrió la boca tímidamente, mirando a alguien.

—Simplemente sentí que nos mirábamos mucho. Me equivoqué por un momento…

—Ah… No creo que haya sido un error, ¿sabes?

Seo-ryeong se rascó la barbilla, avergonzada. Entonces, un aliento frío pareció cubrirle la oreja de inmediato. Con los ojos todavía en el rostro viril de Jin Hoje, le dio un codazo a Wooshin.

—Pero en serio, ¿no se parece a él?

—Kim Hyun y…….

murmuró el último nombre tan bajo como una hormiga. En ese instante, Lee Wooshin, que tenía una pierna torcida, se pasó la mano por el pelo. Sus ojos se detuvieron por un momento en su ceño fruncido y tenso. Seo-ryeong inclinó la cabeza, al ver su evidente incomodidad.

‘¿Dije algo malo? Pero a menudo he dicho que los dos se parecen, desde la escuela de entrenamiento……..’

Mientras ella observaba su estado de ánimo, el hombre, con el rostro endurecido, la tomó del brazo sin decir una palabra. Su ritmo, como si estuviera enojado, era feroz.

—Instructor, espere. ¡Espere un momento…! ¡A dónde va…!

—Si pones fuerza en tus talones, tu muñeca solo se pondrá roja, Seo-ryeong, relájate.

Ante su voz tranquila y serena, Seo-ryeong encogió los hombros sin razón aparente. Sin embargo, su rostro estaba pálido, casi sin rastro de sangre.

Su corazón se heló ante esa mirada sin expresión, donde la sonrisa había desaparecido por completo. Seo-ryeong cerró la boca sin darse cuenta. Eventualmente, se detuvo en algún lugar del anexo, se frotó la cara con una expresión bastante complicada, pero nunca soltó su mano.

—Como tendremos que ver a Jin Hoje a menudo, solo aclararé esto y seguiremos adelante.

—¿El qué?

—Tienes razón. Kim Hyun se parece a Jin Hoje, es verdad.

—¿Eh?

—Por eso estoy de tan jodidamente mal humor.

Seo-ryeong, atónita, solo pudo mirar mientras él apretaba los dientes. Él cerró la mandíbula con una fuerza brutal, como si estuviera tragando algo que se le subía a la garganta. Con el rostro que parecía volverse siniestro, lo reprimió y continuó.

—Así que, delante de mí, no mires a Jin Hoje. Me resulta difícil soportar que te veas como si estuvieras tonteando con Kim Hyun.

La sensación de precariedad de él, tan profundamente abatido, era casi palpable. Pero Seo-ryeong no lo entendía. ¿Cómo podía ser?

—¿De verdad… es cierto que se parece a Kim Hyun?

Cuando ella le preguntó parpadeando, él se mordió los labios hasta que se pusieron blancos. El hombre frunció el ceño, agachó la cabeza y se tocó la nuca durante un buen rato.

Tenía una expresión que decía que prefería morir antes que abrir la boca, pero cedió a la exigencia de Seo-ryeong, que lo esperaba aturdida y sin parpadear, y confesó:

—Para empezar, cuando creé a Kim Hyun… usé a ese bastardo como modelo.

—…….!

La voz que salió entre sus dientes era escalofriante.

—Se veía saludable por dentro y por fuera, y su personalidad era fácil de tratar. Por eso tú balbuceabas cosas que me partían el corazón, como que querías llamar a tu hijo Hyun, o que querías que se pareciera a Kim Hyun. Todavía se te ablanda la mirada cada vez que ves a Jin Hoje.

Dijo lentamente. La voz baja y amable era sin duda la suya, pero no parecía ser la de Lee Wooshin. Su palma estaba fría.

—No quería decirte esto, Seo-ryeong.

En el rostro de Lee Wooshin, quien siempre parecía estar en la cima, mirando a todos, comenzó a aparecer un rastro de derrota. Seo-ryeong no podía apartar la vista de ese cambio pálido y oscuro.

—Si no me hubiera entrometido, tal vez habrías terminado en la cama con Jin Hoje de verdad. Solo pensar en eso me enciende la cabeza y me dan ganas de matar a algo.

—Originalmente no soy una persona obsesiva.

murmuró Lee Wooshin, inclinando la cabeza con aire de autodegradación. Un pulso salvaje latía en su brazo, que presionaba su rostro enrojecido por la ira.

A través de esto, se podía vislumbrar su impotencia y sus celos evidentes. Además, una leve inferioridad que no le encajaba. Solo después de vislumbrar esos sentimientos tan humanos, el rostro de Seo-ryeong se sonrojó intensamente.

De repente, su corazón cosquilleó. Hubo un tiempo en el que él pisoteó y negó su afecto ciego por Kim Hyun. Decía que no era amor, que era solo un instinto de supervivencia porque no podía ver, que había elegido a Kim Hyun porque quería ser normal. ¿A dónde se habían ido toda esa confianza y arrogancia? A Seo-ryeong le pareció un poco gracioso y decidió molestarlo más.

—Dijiste que lo que hice con Kim Hyun no era amor. ¿Verdad? Dijiste que era un instinto de supervivencia porque no podía ver. Dijiste que elegí a Kim Hyun porque quería ser normal.

—……

—¿Y todavía te molesta lo de Kim Hyun?

Pensaba que ella era la única codiciosa. Verlo objetivar, separar y estar a la defensiva de Kim Hyun le hizo soltar una risa.

Y qué hay de su odio por Jin Hoje… Sin importar a quién usara como modelo, solo había un hombre en este mundo con el que ella había estado. Lee Wooshin se enfurecía y se agotaba por cosas innecesarias. Seo-ryeong lo abrazó con fuerza y movió una de sus mejillas, que estaba aplastada.

—No me importa a quién hayas imitado.

‘Solo te necesito a ti, Lee Wooshin’

¿Cómo es que todavía no lo sabe? Seo-ryeong cerró los ojos y balbuceó:

—O, o… ppa…

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