Felizmente Psicótica - Merry Psycho - Capítulo 210

—Esa mujer…….

 

Seo-ryeong tragó saliva. Era un nombre que, ahora, parecía difícil de pronunciar.

 

—Subdirectora Joo Seol-heon… ¿dónde la enterraron?

—Está en el columbario.

 

Seo-ryeong asintió inexpresivamente. No había ninguna emoción en su rostro, pero era Woo-shin quien estaba nervioso, observándola.

Inclinó la cabeza profundamente hacia un lado, examinando el semblante de Seo-ryeong. Al ver su ceño fruncido de preocupación, Seo-ryeong fue la primera en hablar.

 

—Si digo que no siento nada… ¿parezco aterradora?

—Para nada.

 

La respuesta fue inmediata. Seo-ryeong hundió su rostro un momento en la mano que le acariciaba la mejilla con ternura.

 

—Como no tengo ningún recuerdo, tampoco siento tristeza. Era como escuchar la historia de otra persona. Aunque digan que son mis padres biológicos… nunca pasamos tiempo juntos ni vivimos.

—……

—Y le oculté a propósito al instructor que yo era el ratón de la Fortaleza de Invierno. La rabia que sentí por Kim Hyun no la siento por ellos. Aún así……

 

‘Ya deben haber encontrado la paz y la tranquilidad’

Un fino vaho salió de sus labios como un incienso. Lee Wooshin abrazó a Seo-ryeong, que parecía tranquila, apoyó la barbilla en su gorro de piel shafka.

Entonces, ella, naturalmente, le rodeó la cintura con los brazos y lo miró directamente a los ojos, sonriendo. Era una sonrisa tímida que no podía ocultar su vergüenza, con la nariz arrugada.

 

—Ahora que lo pienso, usted falló incluso antes que yo, instructor. No me reconoció ni teniéndome enfrente.

 

Sus labios se crisparon como si se regodeara. Dijo que había pasado diez años trabajando como agente del Servicio Nacional de Inteligencia para encontrar los documentos del Castillo de Invierno, ¿entonces se «casó» falsamente conmigo, a quien no conocía ni de nombre ni de rostro, y luego desapareció?

Las mejillas enrojecidas se le levantaron, como si hubiera escuchado la historia más ridícula y absurda del mundo. Lee Wooshin no pudo apartar la vista de su rostro inocente por un momento, y luego desvió la mirada de repente.

 

—¿Todavía piensas en Kim Hyun?

 

Cuando ella lo miró fijamente, la mandíbula de Woo-shin se tensó. Giró la cabeza, mirando algún punto en el lago, y parecía estar dudando si debía decirlo o no. La punta de sus orejas estaba extrañamente roja.

 

—Si todavía te gusta Kim Hyun.

—…….!

—¿Por qué no puedes responder de inmediato?

 

Mientras Seo-ryeong solo mantenía los ojos muy abiertos, él la miró fijamente con una mirada amenazante. Después de un largo rato, ella permaneció callada y rígida, y Woo-shin suspiró profundamente, como si se sintiera incómodo. Su mirada, inusualmente tensa, se aferró obstinadamente a los labios cerrados de ella.

Al final de un silencio que pareció una eternidad, en el instante en que Seo-ryeong movió los ojos, él explotó y le mordió la pequeña nariz con furia.

 

—¡Ay……!

 

Dio un paso atrás sorprendida, pero él no se detuvo y bajó a sus labios. Ansiosamente, se tragó el labio inferior y, sujetándole ambas mejillas, la besó profundamente.

Seo-ryeong gritó sin pensarlo, como si fuera a caerse de repente sobre el hielo. Inesperadamente, la respuesta fue clara.

 

—¡Me gustaría que mi hijo se pareciera a Kim Hyun!

—… ¿Qué?

 

Lee Wooshin, que le estaba empujando aire cálido, soltó su rostro con un gesto de desilusión.

 

—Me gustaría que creciera tan amable como Señor Hyun.

—……

—Por eso quiero darle su nombre. Es bonito. Ahora puedo estar segura de que Kim Hyun no fue una ilusión para mí.

—Tú, no importa lo que digas……

 

Mientras Lee Wooshin se pasaba la mano por la cara, incapaz de continuar, ella añadió rápidamente:

 

—Por supuesto, el apellido sería Lee.

—Ya basta, de ahora en adelante no mencionaré ni la «K» de Kim Hyun.

—¿Por qué? ¡Usted es Kim Hyun, instructor!

—No soy lampiño como ese bastardo, ni tengo esa cara.

—Qué tontería… ¡Si es la misma persona!

—No, vas a volverte loca si ves a alguien parecido a Kim Hyun en la calle.

—¿Yo?

—Lo hiciste a menudo. Lo seguías olfateando.

—¡Cuándo yo…!

 

Ella, que estaba a punto de ofenderse, se detuvo. Ya el rostro de alguien había pasado por su mente.

 

—¿En quién pensaste ahora?

—……

 

Seo-ryeong cerró la boca discretamente, pero al ver a Woo-shin volverse aún más hosco, levantó sutilmente la comisura de sus labios.

‘De solo pensarlo, me sigue pareciendo increíble. ¿Cómo puede ser Kim Hyun, Lee Wooshin…? La cruel verdad que antes se sentía como una punzada en el corazón, ahora era una electrizante emoción que le hacía latir el pulso’

 

—¿Cómo puede ser usted Kim Hyun, instructor?

 

Todavía con incredulidad en su tono, él se quedó petrificado. Su rostro era como el de alguien que ha recibido un azote.

 

—¿Señor Hyun es Lee Wooshin…?

 

Era la rara y preciosa risa que escuchaba después de mucho tiempo. Seo-ryeong soltó una carcajada. Con los ojos que se curvaban bellamente, Lee Wooshin se quedó congelado aturdido, para luego exhalar el aliento que había estado conteniendo.

Con una culpa que quizás nunca lo abandonaría, clavada en su garganta, se lanzó de nuevo, olvidando su dignidad. Besó su rostro repetidamente, sellándolo con sus labios, y ella volvió a reír, como si se desmoronara. Lee Wooshin contempló cada una de esas adorables expresiones, grabándolas en su memoria, para luego volver a besarla con intensidad.

 

—Me cuesta más creerte a ti.

 

Bajo las estrellas que caían, los labios de ambos se unieron de nuevo.

 

 

 

 

 

 

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―…….

―…….

 

Lee Wooshin suspiró, agotado por el silencio que caía como un bombardeo desde ambos auriculares.

‘¿Qué estarán pensando estas insignificantes criaturas para hacer esto?’

A diferencia de lo que esperaba, que sería una avalancha de regaños que le destrozarían los tímpanos, los dos estaban espantosamente silenciosos.

Desde el momento en que decidió no ocultarle más secretos a Seo-ryeong, había buscado y reconectado el bastón y el comunicador que había tenido apagados, con la intención de revelarle la existencia de este audífono.

 

—¿Por qué la copia de seguridad es tan mala?

 

La fugaz duda de si la conexión era inestable se disipó al instante por el jadeo tembloroso de alguien. Woo-shin se dio cuenta de que esto era una protesta a su manera por parte de esos dos.

 

—¿Volviste a pegarle la etiqueta de novato? No mezcles emociones con el trabajo.

 

Ante el reproche, alguien rechinó los dientes en un oído. Pero a juzgar por el sonido inútil de ese rechinido que no llegaba a nada, Na Won-chang parecía ser el más insatisfecho. Sin embargo, Woo-shin se frotó el entrecejo, sintiendo claramente que lo culpaban en silencio.

 

—De todos modos, iba a decírselo a ustedes.

—…Lo sabía… ¡¿no se va a pronunciar ahora mismo?! ¡Por favor, cállese!

 

Apenas abrió la boca, las palabras brotaron de ambos auriculares como si hubieran estado esperando. Woo-shin frunció el ceño.

 

—Escuchen bien. Lo que pasó es que…

—¡No, no necesitamos excusas! ¡No puedo más! ¡No lo soporto! Líder de equipo, ¿qué me dijo? ¿Que ser el esposo de Búho era su destino, y por eso dejó el NIS? ¡Dijo que su segundo matrimonio no era una cortina de humo, sino algo sincero…! ¿Por qué se contradice? ¡Cómo puede con una sola boca, con dos mujeres….! ¿Al final fue el pecho? ¿Tanto le gustaba el pecho?

—……

—Heo Channa, quien debería crecer viendo solo cosas buenas en Corea del Sur, está mucho más traumatizada. ¿Lo sabe? ¡Ella no paraba de reír desde que se cortó la comunicación…!

—¡Mi hermano mayor, tonto, eso es…!

 

¡Ay, si solo vieras, si solo vieras…!

El sonido de Heo Channa golpeándose el pecho con el puño se oía hasta aquí. Woo-shin giró el bastón hacia sí mismo y miró la cámara de forma sombría.

 

—Cállense todos antes de que vaya yo mismo.

 

Entonces, un silencio como el de un tifón que ha pasado se apoderó del lugar. Él se presionó las sienes palpitantes y miró su reloj.

Incluso dejar a Seo-ryeong, que dormía profundamente, un momento en el dormitorio lo ponía tan impaciente que se volvía loco. Había cerrado la puerta del dormitorio y, a pesar de que el pasillo estaba lleno de cámaras de seguridad grabando, se sentía tan ansioso como si hubiera dejado su corazón allí, y no podía vivir. Se llevó una mano a la frente y dijo:

 

—Encontramos a Búho.

—…¿Sí?

—Tenía el rostro de Natalia. Iba a decírselo, pero no tuve oportunidad.

 

Na Won-chang jadeó, conteniendo el aliento, y luego se atragantó.

 

—Está bien, primero bebe un vaso de agua y aclara tu voz. En un momento, le voy a revelar a Seo-ryeong este audífono, así que saluda.

—…Espera, un momento. ¿Qué va a hacer?

—Mi esposa está muy ansiosa, así que no digas tonterías. Si no quieres morir, sé discreto. Si mencionas el tema del pecho, estás muerto. Solo di cosas sensatas. Tengo muchas de esas, ¿no?

—Yo… con la cuñada Búho… ¿Saludar?

—Quítate esa voz tonta y sé confiable, confiable, Won-chang.

—¡Qué, no soy un colador…!

—¿No lo sabías? Eres una calabaza rota.

—¿Esto es como una reunión informal de las familias, verdad? ¿Verdad? Entonces voy a buscar la definición de «sensato» primero…

 

Una voz con mucho esfuerzo revoloteó apresuradamente. «Ja…» Woo-shin se sacudió el cabello con irritación y se levantó. «¿Debería simplemente ocultar el audífono?» Por un momento fue presa de esa tentación, pero luego cambió de opinión.

Si seguía mintiendo, una por una, en algún momento se volverían incontrolables y podrían herir su corazón. Él era una persona que se había dedicado a ocultar todo de forma misteriosa, pero en la relación con su nueva esposa, tenía que empezar de cero.

En ese sentido, si levantaba el velo entre su vida personal y profesional, y presentaba a los subordinados que nunca antes le había presentado, la vaga ansiedad de ella quizás mejoraría.

 

—Pero, líder de equipo, hay un problema. «Sensato» significa sano y diligente, ¿no?

—Sí, algo así.

—¿Y qué puede ser así…? Ah… Hizo diligentemente su papel de Kim Hyun… Se tatuó de forma sana en el miembro… Hizo diligentemente la investigación de Búho… Besó de forma sana a una extranjera de cabello castaño…

 

Al final, Woo-shin golpeó su frente contra la ventana y apretó los puños.

 

—¡Maldito bastardo, no sabes distinguir!

—¡Por qué insulta! ¡Besó! ¡Lo hizo! ¡Besó a una mujer que no quería!

—¡Basta, cállense! ¡Cállense todos!

 

En ese momento, una limusina negra desconocida se detuvo tenuemente frente al imponente portón al otro lado de la ventana. Sus ojos, que estaban pegados a la ventana para calmar el ardor que le subía, se entrecerraron de repente.

Woo-shin ordenó de inmediato:

 

—Revisa las visitas de hoy.

 

Entonces, la cacofonía en sus oídos se convirtió de repente en modo de trabajo, solo se oyeron los ruidos de un teclado.

 

—¡Oh…!

 

La exclamación de Na Won-chang fue simultánea a la apertura de la puerta de la limusina.

‘¿Por qué habrá venido esa persona aquí…?’

murmuró Heo Channa con voz interrogante pero rígida.

De la puerta del conductor salió primero una pierna larga. Un hombre elegantemente vestido con un traje miraba la mansión de Solzhenitsyn con curiosidad.

Un hombre con el cabello largo recogido en una media cola.

 

—Es Agente Yud… Superior de Blast…