Felizmente Psicótica - Merry Psycho - Capítulo 198

El escalofriante tono de voz hizo que Seoryeong retrocediera instintivamente. Estar a solas con Lee Wooshin, quien había tomado una droga rusa, no parecía una buena idea. Mientras intentaba escabullirse sin hacer ruido, él chasqueó la lengua como un fantasma.

—No te muevas.

Seo-ryeong se quedó pálida. Él acababa de decirle que había tomado un afrodisíaco. ¿Por qué había cerrado la puerta, corrido las cortinas y… por qué estaba tocando el cabello de Natalia?

Sentía como si un pedernal explotara en su pecho. Seo-ryeong miró fijamente a Lee Wooshin, como si quisiera matarlo, y se quedó quieta.

‘Si le pones una mano encima a Natalia… Si haces algo así… no te perdonaré más de lo que te perdoné la segunda vez que me engañaste. Sí, así será……’

Apretó los dientes como para reprimir sus emociones, luego volvió a su rostro impasible. Contuvo la respiración y esperó a que él se acercara.

—¿Por qué la ama de llaves no se corta las uñas? Además, sus uñas son muy pequeñas.

Lee Wooshin se acercó, se inclinó y respiró hondo.

—La gente normal solo tiene callos en el dedo medio donde el lápiz los toca. Pero tú, extrañamente, tienes callos por todas partes. Y son ampollas muy viejas, tan profundas como la madera. ¿Quieres que adivine?

—……

—Seguro también los tienes en las palmas de las manos. Como alguien que ha agarrado mucho la barra de dominadas.

El corazón de Seo-ryeong dio un vuelco y apretó con fuerza las palmas de sus manos.

—Esa textura rugosa se me ha quedado grabada en la mente.

Cuando él intentó tocarle el cabello de nuevo, Seo-ryeong apartó bruscamente la cabeza. Lee Wooshin bajó su mano, que solo había cortado el aire, con desilusión y tragó saliva amargamente.

—…Ahora voy a tocarte un poco……

¡Ni pensarlo!

Seo-ryeong tiró la bandeja con estrépito y corrió directamente hacia la puerta. Pero Lee Wooshin, como si lo hubiera esperado y sin inmutarse, llegó a la puerta antes que ella y la levantó sobre su hombro, mientras ella jadeaba.

—No te asustes.

Con su pecho voluptuoso aplastado contra la escápula de él, Seo-ryeong apenas podía respirar. Trató de resistirse con todas sus fuerzas, pero sus brazos y cuello fueron sujetados con la fuerza de un animal, y fue lanzada sobre el sofá boca abajo.

¡Ugh…!

Su nariz se aplastó al golpear su cara contra el cuero del sofá. Apenas pudo respirar por la garganta apretada. Mientras tanto, Lee Wooshin se subió a sus caderas, le rasgó las medias y le sujetó la planta de los pies con una mano.

Comenzó a acariciar las plantas de sus pies, como si fuera a contar uno por uno los callos incrustados. Solo entonces Seo-ryeong se horrorizó y comenzó a retorcerse. Él era el hombre que había calado de inmediato a la mujer de cabello y ojos castaños. Sin duda, su intuición monstruosa se había activado de nuevo.

Seo-ryeong arrugó el rostro, sintiéndose frustrada, y luchó por salir del sofá. Pateó la frente del hombre con el talón trasero, pero de inmediato le mordieron el talón.

—¡Suéltame…!

Lee Wooshin la sujetaba con fuerza de los tobillos sin decir una palabra. Seo-ryeong frunció el ceño con fuerza y lo miró con fiereza.

Justo cuando sintió un aliento caliente, Lee Wooshin frotaba su frente contra la pequeña planta del pie. Pudo sentir claramente cómo su mano temblaba levemente.

—…Me gustaría que trabajaras en mi mansión el mayor tiempo posible. Si quieres, te haré rica. Te subiré el sueldo decenas de veces y te daré bonificaciones de rendimiento cada temporada.

¿Bonificaciones de rendimiento a una empleada doméstica…? Su ceño se frunció ante la absurda propuesta.

—A cambio, habla conmigo como si estuvieras compadeciendo a un cachorro abandonado.

Le apretó el delgado tobillo con tanta fuerza que le dolió.

—Mi esposa no confía en mí.

—…….

—¿Qué debo hacer para mostrarle mi corazón y obtener su perdón?

Exhaló bruscamente, como si estuviera reuniendo su paciencia.

—¿Qué diablos debo hacer…?

Lee Wooshin murmuró como alguien estrangulado y se cubrió la frente con las manos. Verlo luchar por contener sus emociones le produjo un nudo en el estómago por alguna razón.

Luego, como si se sintiera impaciente, se revolvió el cabello bruscamente, la soltó apresuradamente y se bebió la taza de té restante de la mesa como si fuera veneno.

—…….

Seo-ryeong abrió la boca con asombro.

‘¡Eso, por qué se lo bebió todo…!’

Seo-ryeong, que se había caído del sofá, le golpeó la espalda con brusquedad. Lee Wooshin tosió repetidamente y gimió débilmente.

—El afrodisíaco ruso es famoso desde hace mucho tiempo por ser potente. Si lo que querías era crear a mi hijo ilegítimo, supongo que esta es la droga más fuerte. Dicen que hay bastantes personas que pierden la memoria si la impulsividad es estimulada a alta intensidad.

—¡Qué diablos estás pensando…!

—La fiebre sube hasta la muerte, y los músculos tienen espasmos.

—…….

—Con solo el aire rozando, la piel me duele.

—……

—Después de desmayarse, es posible que solo el deseo se desborde, más que la razón.

Pero, ¿por qué…? Seo-ryeong no podía entender el comportamiento excéntrico de este hombre.

—Una vez fue famoso como tortura en el Spetsnaz. Si no puedes vencer el impulso sexual, confiesas información secreta o te dejas atrapar fácilmente. Por eso, lo primero que se aprende en el entrenamiento sexual no es la técnica, sino cómo cortar y contener el apetito sexual.

A través de todos sus sentidos, era evidente que él se estaba excitando poco a poco. El sudor comenzó a brotar lentamente de su cuerpo. La energía de la droga, que de repente le había puesto la piel rojiza, estaba subiendo de forma explosiva, y el aliento que exhalaba con los labios entreabiertos era caliente y áspero.

Sorprendida, ella retrocedió y se apoyó en el sofá, lo que produjo un sonido de cuero arrugándose. Lee Wooshin levantó sus hombros con sensibilidad solo por eso.

—Para mí, esos entrenamientos eran pan comido.

De repente, él apretó los dientes y tiró con violencia del cuello de su delgada camisa, como si le resultara asfixiante. Por el aumento forzado de la temperatura corporal, se podían ver erupciones rojas, como urticaria, apareciendo en su nuca.

‘Esto, ¿está bien?’

Seo-ryeong empezó a preocuparse.

—El calor era ridículo, y aguantar era más fácil que pestañear…

Él estaba de pie, mirando fijamente a Seo-ryeong. Aunque no podía ver su expresión, era evidente que la mirada oculta por el vendaje la seguía solo a ella.

—Tal vez fue porque lo más deseable no estaba frente a mis ojos.

Cada vez que abría y cerraba el puño, las venas se le marcaban gruesas. El calor que emanaba de su piel parecía penetrar hasta su vientre.

—Pero, siempre una sola persona es mi prioridad. Permíteme demostrarte que nunca más te haré daño. Si te resulta difícil creer, míralo primero con tus propios ojos.

—……

—Protegerte es mi instinto.

Sin embargo, Seo-ryeong pudo ver con sus propios ojos cómo su cuerpo se desmoronaba a cada instante. Sus rodillas se doblaron, y se arrodilló, apoyando la frente en el sofá. Su flequillo, ya empapado de sudor, caía lacio, y él murmuraba disparates.

Aun así, intentó varias veces recomponer su respiración y levantarse, haciendo fuerza con las piernas, pero su estado empeoraba cada vez más. Parecía que la gravedad que oprimía su cuerpo había caído solo sobre él.

Seo-ryeong apenas tragó saliva seca, tratando de controlar su corazón vacilante. Tenía que hacer algo. Al menos, ir a buscar una toalla húmeda… Y avisar a alguien que su cuerpo estaba mal, que la droga no era algo común. Tenía que hacerlo. No podía demorarse. Justo en el momento en que se movió.

—Cariño, ven aquí…

Una voz ronca, mezclada con un sonido metálico, se escapó de sus labios. Seo-ryeong solo lo miró fijamente a su corpulento torso. Con esa llamada extraña, toda la sangre de su cuerpo se precipitó rápidamente hasta la punta de sus pies, y sus piernas se agitaron sin control.

¿Qué… era eso? El dolor de cabeza que había persistido se desvaneció de repente, y una sensación agridulce, como si algo estuviera a punto de ser atrapado pero no, la invadió. Era una reacción que ni ella misma podía entender.

En ese momento, la cintura que sostenía a Lee Wooshin se aflojó por un instante, y él se tambaleó violentamente. Cuando Seo-ryeong instintivamente extendió una mano para ayudarlo, sintió como si abrazara una bola de fuego caliente.

Haa, haa…

Las llamas ardientes se filtraban en sus lóbulos de las orejas y sus mejillas, y un aroma espeso se esparcía desde algún lugar. Al mismo tiempo, Lee Wooshin exhaló un corto juramento.

—……

Al bajar la mirada, notó algo que había empapado sus pantalones de algodón.

—Ah…….

No era solo dolor, era real… La droga realmente estaba haciendo efecto… Hasta ahora, solo había usado drogas para calmar a Lee Wooshin; esta era la primera vez que veía el caso opuesto, y su garganta se agitó fuertemente.

—Seo-ryeong.

Que su identidad fuera descubierta ya no le sorprendía. Volvió a abrazarlo mientras se tambaleaba,

¡Ugh—!

Lee Wooshin gimió de dolor.

Podía sentir claramente, a través de la camisa, cómo su piel se erizaba por completo. Desde algún momento, su masculinidad se había levantado debajo de los pantalones, y sus músculos pectorales se habían hinchado. En su cuello tenso, gruesas venas se entrelazaban como raíces, y palpitaban cada vez que exhalaba.

Seo-ryeong sintió como si se hubiera encontrado con algo salvaje a muy corta distancia. Además, cada vez que él se movía, algo viscoso se aplastaba con un sonido de «clack».

—Está bien……. pero, ¿qué tal si no tocas y solo miras?

Si seguía recibiendo este calor incontrolable, algo dentro de ella podría romperse. Aunque una luz roja de advertencia se encendió en su cabeza, lo único que le quedaba a Seo-ryeong era la idea de obtener una confesión en esta oportunidad.

Sin dudarlo, se quitó la película modificadora de voz que tenía pegada en el cuello.