Felizmente Psicótica - Merry Psycho - Capítulo 180

Operación Red Veil

‘Zoya’ se acercó a Rigai, una estudiante de posgrado de la Universidad de Moscú que había publicado una tesis peligrosa, concibió un hijo con ella y, en secreto, introdujo a su hija en el monasterio de Sajalin.

Y los entrenamientos que eran casi maltrato. El circo nocturno que disfrutaban los altos funcionarios rusos. Y el Castillo de Invierno…

El Castillo de Invierno era el último obstáculo para los agentes rusos.

—…….

Lee Wooshin no podía hacer nada más que temblar. Esta era la respuesta de por qué había una niña de cabello negro en el grandioso Castillo de Invierno, el secreto de la mansión que tanto había querido desvelar.

—Subdirector Joo Seolheon……

¿Así que usted fue el cronista de este documento?

Llevaba diez años trabajando bajo su mando. Se sentía como un sirviente ciego.

Cuando finalmente abrió las páginas que registraban detalladamente a Sonya, la niña nacida como una herramienta de espionaje y que Estados Unidos intentaba recuperar, la que ella había traído a Corea y criado.

—Ah… Al final, un gemido se escapó de sus labios.

Por qué Joo Seolheon había revelado este documento solo después de su muerte. Ella no era simplemente una ciudadana con doble nacionalidad, sino que quería utilizar al heredero de la casa Solzhenitsyn hasta el final. Algunas frases se clavaron en sus ojos como fragmentos de vidrio.

Afortunadamente, no quedan recuerdos……

Se relacionaba en secreto con Yuri Solzhenitsyn……

Capturados al intentar escapar juntos del Castillo de Invierno……

Una ola del tamaño de una casa arrasó su mente, finas grietas comenzaron a aparecer en su cuerpo, crac, crac.

Su orgullo, la superioridad de haber probado solo el éxito en las operaciones, la arrogancia de creer que nunca sería descubierto, el egoísmo de querer imponer su propia verdad sin importar los medios, e incluso su desvergüenza.

—… estuvo justo delante de mis narices.

Todo se estaba desmoronando como cerámica rota.

—La niña… estaba viva.

Han Seoryeong era la hija de Joo Seolheon, sacada a escondidas del Castillo de Invierno. Han Seoryeong era la «ratita» que había soportado y sobrevivido tenazmente desde el monasterio de Sajalin hasta el Castillo de Invierno.

Han Seoryeong era esa niña.

Han Seoryeong… era su esposa, a quien había desechado sin consideración.

—…….

Oh, Seo-ryeong. Mi Seo-ryeong.

La había tenido en brazos tanto tiempo…

No te reconocí. Cuando te ponía en mi regazo y te cubría con una manta suave, no había nada más cálido…

Sus ojos ardían como si les clavaran varillas de hierro. No podía hacer nada más que hundir su rostro en los documentos y contener la respiración. Lee Wooshin no pudo soportar el torbellino de ese momento y se desmoronó.

Lo siento. Lo hice mal. Lo siento. Pero no tenía la cara para expresar las palabras de disculpa que arañaban su pecho. Porque era una disculpa que no le había dado ni siquiera cuando ella estalló de ira.

Pero es la verdad. Si no hubiera sido por esa misión, no habría conocido a mi hermosa Han Seoryeong. Por eso no me arrepiento en absoluto de ese matrimonio, y no quería decir que todo fue una actuación de mierda.

Estoy loco, lo admito. Para mí, es el recuerdo más preciado.

¿De qué sirve disculparse? Yo no me disculpo ni muerto.

Sin embargo…….

—Ugh……

Se agarró el costado y arrugó el dolorido puente de la nariz.

Lo siento. Yo… lo hice… todo mal.

‘Así que tú también tienes que perderme al menos una vez. Estoy harta de ti y de todo esto. Así que me iré a un lugar donde no estén ni Kim Hyun, ni Lee Wooshin. Dejaré de vivir como Han Seoryeong’

Una terrible sensación de pérdida la golpeó tardíamente.

¿Me atrevería a disculparme contigo, por tu vida? ¿Sería eso siquiera apropiado?

Una disculpa de unas pocas palabras parecía demasiado ligera y superficial, nada más que un truco.

Por mucho que odié y me opuse a Rigai por matar a mi familia, destruir la gran mansión y, además, hacerme perder al bebé, en realidad yo soy descendiente de quien pisoteó tu vida de forma tan cruel. Yo era quien debía pagar por sus crímenes.

Una culpa que había mantenido sumergida en su subconsciente asomó la cabeza y las pupilas de Lee Wooshin se dilataron horriblemente. El blanco de sus ojos, llevado al límite de la desesperación, se inyectó en sangre. Le costaba mantener la cordura.

‘Volveré como Sonya’

Pero, pequeña.

¿Crees que no te encontraré?

Si abandonas a Han Seoryeong y vuelves como Sonya…

Yo también abandonaré a ‘Lee Wooshin’.

—… ¿No se puede rastrear?

La mirada del hombre se volvió bruscamente salvaje.

La persona que durante días había estado en silencio, mirando aturdida por la ventana, se había transformado de repente, lanzando una mirada feroz. Bajo su expresión, que parecía ordinaria, se agitaban violentamente emociones oscuras.

Na Wonchang agachó la cabeza, como avergonzado, y Heo Channa se sentó con las piernas cruzadas de forma arrogante, mirando a Lee Wooshin.

Fue anteanoche cuando irrumpió de repente con un «¡Jefe de equipo!» —ya fuera el jefe de equipo del Servicio Nacional de Inteligencia o el de la empresa Blast, la coincidencia en el título hizo que por un momento la afiliación de Heo Channa resultara confusa.

Heo Channa, que escupió improperios del norte con vehemencia durante unos diez minutos, era sin duda útil.

Era necesario asegurar al menos un rehén más para provocar a Han Seoryeong. Lee Wooshin consintió así la incorporación de Heo Channa.

—Parece que Búho se quitó el anillo de bodas. La última ubicación es un centro de detención en Azerbaiyán.

—… ¿Se quitó el anillo?

Las cejas de Lee Wooshin, que solo miraba por la ventana, se contrajeron.

—Se quitó el anillo porque le daba asco verlo, ¿o qué? ¿Qué tiene de bueno un marido estafador para que se lo llevara? ¡Ah…! ¡Nuestra hermana mayor, la ‘muchacha’, dijo que se escapó con un hombre nuevo! ¡Entonces, si lo derrite para usarlo como regalo de boda en su nuevo matrimonio, sería perfecto! Pero, por lo que veo, ¿quizás el anillo era demasiado insignificante para derretirlo y usarlo?

—……

—¡Marido deficiente, anillo deficiente…! ¡Carácter de autolesión deficiente…!

—……

—Pero, ¿por qué actúa como si le hubieran traicionado, diciendo: «¿Se quitó el anillo que le di?» ¡Ni siquiera el Ejército Popular de Corea era tan incapaz de discernir…!

Na Wonchang, con los brazos cruzados, pisoteó el pie de Channa, quien estaba fuera de control. Ella fulminó con la mirada al débil «hermano» surcoreano, que le estaba dando señales desesperadas, y luego cerró la boca en silencio.

Sin embargo, su labio inferior, que sobresalía, seguía refunfuñando. Na Wonchang, sudando, continuó su informe.

—Pe-pero, Kiya es bastante famosa en ese mundo. No es agente del SVR (Servicio de Inteligencia Exterior) ruso, pero se dedica a hacer cosas que benefician al Kremlin. En ese sentido, el monasterio de Sajalin también parece estar bajo protección.

‘Así debe ser’

Lee Wooshin apretó la mandíbula.

—En Estados Unidos se le conoce como Boogeyman, pero recientemente fue fotografiado con un traficante de armas soviéticas. No hay otros rastros aparte de eso.

—¿Y el monasterio de Sajalin?

—Parece que la ceremonia del segundo líder se frustró, así que no hay ningún movimiento por allí; está en silencio.

Lee Wooshin bebió agua a grandes tragos, como si tuviera la garganta seca.

—Pero, jefe de equipo…… eh……

Lee Wooshin, que estaba arrugando la botella de plástico vacía, miró a Na Wonchang, que dudaba.

—¿De verdad tiene que atrapar a Búho?

—¿Qué?

—No, es que……

—Si has molestado a alguien, dilo claramente.

Na Wonchang, incapaz de soportar la mirada feroz, agachó la cabeza. Heo Channa, incapaz de soportarlo más, palmeó el hombro de Na Wonchang como para que se apartara y se adelantó.

—Jefe de equipo, escuche con atención. Este hermano es un cobarde y no puede hacerlo, así que yo investigué un poco a la Interpol.

—…….!

—Ese traficante de armas es un viejo que opera a menudo en Corea del Norte, China y Siria, así que investigué solo por ese lado.

Channa levantó las comisuras de sus labios.

—Y así, solo una foto. No es segura, pero ¿no hay una mujer en el borde de la foto?

—…..!

—La cara no es clara, y es solo un rumor, pero ese viejo soltó esto.

Channa sonrió de lado y aplaudió. Ante eso, Na Wonchang cerró los ojos con fuerza.

—¡La mujer de Kiya!

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—Haa… haa…

Se oyeron respiraciones agitadas. Seo-ryeong, a pesar del temblor de su cuerpo, no mostró cambios en su expresión.

Hoy también, el ruido de fricción, chapoteando con humedad, le había despertado de su sueño matutino. Su cuerpo se mecía sin cesar por el movimiento de alguien.

—¡Tú otra vez, por tu cuenta…!

Kiya estaba arrodillado junto a la cama, masturbándose. Sujetaba la base, manipulaba su escroto por debajo y frotaba el glande vigorosamente.

—¡Haa, ugh…!

Los gemidos salvajes continuaban. Ella miró el pene oscuro que entraba y salía de su mano, finalmente suspiró.

Él deslizó su pene sin restricciones y la miró con ojos llenos de lujuria.

—¡Sonya… ugh…!

Los dedos que frotaban el glande a veces rascaban el extremo hendido con la uña, y su gruesa lengua se enredaba en el dorso de su mano seca, como si la besara. La lengua roja, claramente visible fuera de sus labios, lamía y humedecía su dorso de la mano de forma obscena. La saliva le escurría por el dorso de la mano. ¡Ay, por Dios…!

—Kiya.

Con un llamado bajo y tranquilo, él levantó la cabeza bruscamente.

—¿Hasta cuándo vas a seguir así?

—Hasta que me mires, ¡hnng…!

—Ni siquiera quiero poner la suela de mi zapatilla sobre eso. ¿Entiendes? Aunque quisiera golpearte, no quiero acercarte ni mis manos, mucho menos mis pies. Así que deja de hacerlo mientras te lo digo por las buenas. ¡Por tu culpa, mis sueños son horribles cada noche!

—No quiero. Haa…, Sonya… mírame.

—……

—¿Has visto algo tan grande como lo mío?

Ya de por sí, una masa formidable palpitaba.