Felizmente Psicótica - Merry Psycho - Capítulo 164

Seo-ryeong cerró y abrió los ojos con fuerza. Sus palabras trajeron a la mente innumerables recuerdos, como un ovillo.

Nuestra acogedora vida de recién casados, la última noche de sexo salvaje que nunca habíamos tenido, dejando marcas por todas partes, un día en que, incluso en su inconsciente, insistía en llamar a su esposa…

Sin embargo, al enfrentar a un Lee Wooshin herido, sintió una opresión debajo del esternón. Sintió como si le hubieran arrebatado su propia parte de ira y tristeza, por lo que…

—¿Eso es tan injusto como para mí?

Seo-ryeong endureció su rostro y arremetió:

—La engañada soy yo, y la que se está volviendo loca también soy yo. ¡No dijiste ni una palabra en todo este tiempo, y si yo no me hubiera enterado, tenías la intención de seguir engañándome hasta el final!

—……

—¡El que se me acercara, el que desapareciera sin decir nada…! ¡Todo el habernos reencontrado con otra cara…! Incluso mostrándome el cadáver de mi esposo, pasando la noche juntos, y hasta volviendo a casarnos. ¡Usted no dijo ni una palabra!

Su voz se quebró bruscamente.

—¡No me dijo ni una palabra!

—……

—Y ahora es lo mismo. Ni siquiera siente la más mínima lástima por mí. ¿Por qué debería aceptar a un hombre que ni siquiera se disculpa por cortesía? ¿Lo que me ocultó todo este tiempo, lo lamenta?

Ante eso, Lee Wooshin expuso sus emociones crudas, desprotegidas, de ansiedad, arrebato y confusión.

—¡Yo, teniendo a Kim Hyun tan cerca, no pude encontrarlo…!

Ella apretó aún más el arma contra el pecho de Lee Wooshin.

—Cuando yo lo buscaba a unos pasos de distancia, ¿en qué pensaba?

Seo-ryeong apretó los dientes para evitar que sus ojos se empañaran. Por nada del mundo quería llorar delante de Lee Wooshin. No quería mostrarle ni la más mínima debilidad.

—Cuando yo, buscando a mi esposo, me movía desesperadamente a cada momento… ¡Usted solo observaba en silencio! ¡Siendo tú Kim Hyun, siendo usted mi esposo…!

Se le cortó la respiración. Todo su cuerpo le dolía como si le arrancaran la piel mientras sacaba a relucir esas espinas de emociones.

—¡Desde lo más alto de mi cabeza, mirándome desde arriba…! ¡Entrando descaradamente en nuestra casa de recién casados, en nuestro dormitorio…! ¿Alguna vez… usted no fue un asunto de trabajo para mí?

Como si su casa de recién casados hubiera sido un mero set de filmación, todo lo que hizo para encontrar a Kim Hyun había terminado siendo un juego en las manos de Lee Wooshin.

Cuando finalmente tuvo su primera llamada con el esposo que creía desaparecido, cuando secuestró al vicedirector, Lee Wooshin, a quien creía de su lado, era un agente del Servicio Nacional de Inteligencia hasta la médula.

Kim Hyun para acercarse a la hija de Rigai, Lee Wooshin para vigilar a su antiguo objetivo que se había vuelto un elemento peligroso… A medida que lo repasaba, la sensación de traición crecía, la fuerza se le escapaba del cuerpo.

—Yo, siempre, fui solo un objetivo bajo su vigilancia…

Lee Wooshin permanecía hundido en la oscuridad, como una persona que ha perdido el habla. Sangre putrefacta, que le había empapado el cabello, le goteó por el puente de la nariz.

—¿Esa misión tiene un final?

—¿Qué final puede haber entre nosotros, Seo-ryeong?

Unas palabras lánguidas le cortaron la respiración. Aunque era ella quien le apuntaba con el arma, de alguna manera sentía que estaba siendo ejecutada. Lee Wooshin la miró con fuerza a pesar de su desorden.

—Tú eres mi misión. Eres lo más pesado que cargo.

Apretando fuertemente el largo cañón del arma, él habló como escupiendo. Era una mirada que envolvía a Seo-ryeong obsesivamente de pies a cabeza. Aun así, su ceño fruncido y arrugado parecía desesperado.

—Por mucho que……

Seo-ryeong sonrió con desesperanza y cerró sus ojos humedecidos.

—A la misma persona, dos veces……

—……

—¡Cómo me haces enamorarme dos veces!

Ya no tenía más que un corazón pobre y marchito. A pesar de eso, cultivó la tierra árida con sus propias manos para hacer un lugar para él.

Habiendo reunido todo ese amor, incluso el que no tenía… Y la verdad es que yo ni siquiera sé amar bien, salvo lo que usted me enseñó…

El primer amor fue un engaño, y el segundo también. ¿Puede una persona llegar a ser tan miserable?

—Así que usted también debería perderme una vez.

El delgado camisón se agitaba sin control con el viento frío. Después de desahogar todo el resentimiento acumulado desde el fondo, una abrumadora fatiga la invadió. Incluso la ira que bullía parecía desvanecerse poco a poco.

Cuando anhelaba tanto el calor, sentía que con eso sería suficiente, pero no era así.

El mundo no podía superarse solo con amor. Y lo que es peor, una niña que había crecido sin recibir amor no sabía distinguir entre lo real y lo falso. Por eso, siempre arruinaba todas sus relaciones.

—Estoy harta de ti y de este lugar. Así que iré a un lugar donde no haya ni Kim Hyun, ni Lee Wooshin.

—……!

—Vivir como Han Seo-ryeong, ahora, voy a dejar de hacerlo.

Solo al llegar a esa tierra primigenia, supo ver su propia carencia. Entonces, tanto la sed de venganza como la obsesión que llenaban su mente le parecieron problemas que se originaban en ella misma.

La gente se rompe cuando codicia algo que no le corresponde. Lentamente, ella separó el dedo del gatillo.

—Voy a volver a ser Sonya.

La fuerza que obstinadamente había mantenido unidos a los dos se aflojó poco a poco. Sintiendo que ella soltaba el arma, Lee Wooshin la agarró con fuerza del otro lado.

¿So…nya? Sus labios se movieron sin sonido.

—¿Sonya?

Una mirada aturdida, como si hubiera sido tomada por sorpresa, se dirigió hacia ella. El hombre, que había estado tan tranquilo incluso encadenado, ahora tenía un rostro indescifrable.

¿Así se vería una mirada cuando toda la calma desaparece? Su expresión era aún más gélida que cuando se había descubierto su identidad.

Sus pupilas temblaban, como si le hubieran echado agua fría, un tanto perplejas pero con una claridad de alerta evidente. El hombre, pálido al instante, preguntó:

—¿Recuerdas…?

—Parece que el Servicio de Inteligencia Nacional también sabía que yo tenía un pasado.

—…….

—Ustedes son realmente irritantes.

Seo-ryeong inclinó la cabeza y resopló en silencio. Ya no sentía ninguna expectativa ni resentimiento. Solo el deseo de irse.

—De todos modos quería irme, así que salió bien, ¿verdad? Volveré al lugar donde se supone que debo estar. A donde nací. ¿Y cómo me va a detener usted? ¿Va a reventarme como ese neumático?

—¡Han Seoryeong, cuida tu boca…!

Él gruñó, rugiendo. Seo-ryeong se encogió de hombros por un momento ante el regaño familiar, pero rápidamente se sacudió las emociones inútiles.

Justo en ese momento, unos faros deslumbrantes iluminaron intensamente el lugar. El sonido retumbante de un coche se acercaba rápidamente, como si fuera a romper el espacio inmaculado de ellos dos.

Fue el instante en que Seo-ryeong bajó el arma sigilosamente. De repente, el hombre, con la mirada transformada, le sujetó el arma con fuerza y no la soltó. Su rostro irradiaba una mezcla de determinación y escalofrío.

—Yo no me arrepiento.

—……!

—¿Qué tiene de malo amar dos veces, Seo-ryeong? Incluso si volviera al día en que recibí la primera misión…

Se le notaba apretar los dientes.

—Volvería a ser Kim Hyun, sería el esposo de Han Seo-ryeong. Lo mejor que he hecho en mi vida fue convertirme en todo para ti, ¿por qué iba a arrepentirme? Si no hubiera sido por el espionaje, no te habría conocido. Dos veces no es suficiente.

—……!

—Te amaré de nuevo, sea una tercera, una cuarta vez.

Él quitó el arma que apretaba su pecho y la tomó por la nuca. Sus labios ardientes la mordieron brevemente, como si arrancaran carne, y luego se separaron.

—Así que, ni como Sonya ni como una bestia, te dejaré ir.

En ese instante, un mareo inexplicable le hizo dar vueltas a la cabeza. Sobre Lee Wooshin, quien estaba de pie sosteniendo el arma, se superpuso la imagen de un niño blanco y hermoso.

Seo-ryeong sacudió la cabeza, intentando enfocar, pero no era tan fácil como pensaba.

¿Por qué de repente me siento tan mareada? Esto… la droga… ¿Será que el efecto de la droga también me está afectando? ¿Habré besado demasiado su lengua hace un rato? Una expresión de frustración cruzó el rostro de Seo-ryeong.

En medio de todo esto, la extraña alucinación continuó. Mientras el niño, con un gorro de piel cubana de origen ruso, la miraba fríamente, Lee Wooshin le forzaba el dedo sobre el gatillo.

Una sensación escalofriante le recorrió la columna vertebral. Él le acercó el arma, como si midiera alguna parte de su cuerpo, y apretó con fuerza el dedo índice de Seo-ryeong. El niño me disparó.

¡Bang!

El cuerpo de Seo-ryeong retrocedió con la fuerza del impacto.

—Ah……

Sucedió antes de que su cuerpo pudiera reaccionar. Seo-ryeong no podía entender lo que le había pasado, su mente entumecida no podía seguirle el ritmo.

La sensación fría del gatillo, la calidez del hombre que le apretaba el dedo con fuerza, todo era vívidamente real.

Mientras ella parpadeaba aturdida, Lee Wooshin, pálido y tenso, tosió y escupió sangre.

—……!

Solo entonces se dio cuenta de que salía un humo acre del cañón del arma. ¿Qué es esto? ¿Qué acaba de pasar? Le costaba respirar. El aire helado le hacía sentir un sabor a sangre en la garganta.

El coche que cruzaba la carretera se detuvo con un chirrido, y un extranjero desconocido en el asiento del conductor sacó su teléfono móvil.

¿Qué demonios…? Seo-ryeong, aún aturdida, se miró las manos y luego abajo.

—Ah… I-Instructor…

Lee Wooshin yacía sangrando por el costado. Su torso estaba perforado.

La vista de la sangre tiñendo de rojo el asfalto la hizo reaccionar. Ella corrió hacia él, casi tropezando, Lee Wooshin, a pesar de su tos dolorosa, le apretó la muñeca que se acercaba.

—……¿Entiendes? Bajo ninguna circunstancia puedes ir a Rusia.

A pesar de que necesitaba detener la hemorragia, el hombre no la soltaba.

—Si llegas a escapar……

Lee Wooshin sonrió, como si viera algo hermoso, a pesar de que sus ojos habían perdido el foco.

—A partir de este momento, serás buscada por Interpol por intento de asesinato de tu esposo.