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En el jardin de Mayo - EEJDM - Capítulo 116

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  4. Capítulo 116
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Era una emoción que apenas podía describirse con palabras. Amar tanto a una pequeña vida que aún no había nacido, cuyo rostro ni siquiera conocía.

Quizás era porque ella había anhelado durante mucho tiempo a alguien a quien poder dar su amor. A veces como un amigo, a veces como marineros que, apoyándose mutuamente, atravesaban con éxito las tormentas, o acostarse uno al lado del otro en una pequeña cama para leer juntos un libro y compartir el calor…

Sentía que podría hacer cualquier cosa para proteger a esta maravillosa compañera, pero la verdad es que la situación no siempre fue fácil. Principalmente, su cuerpo era el problema.

Hubo períodos en los que apenas podía tragar comida y solo sobrevivía con agua azucarada y frutas. También hubo días con fuertes espasmos y dolores abdominales, y rara vez, días con rastros de sangre. Hubo momentos en los que pensó que el bebé en su vientre estaba realmente en peligro.

En esos momentos, primero maldecía su frágil cuerpo, y otros días sentía que todo era culpa y error suyo. Después de un viaje tan largo, por mucho que se hubiera cuidado, seguramente su cuerpo había soportado una carga sin que ella lo supiera…

[Señorita Liber. Es hora de levantarse]

Con la voz tranquila de Jacques Marshal, Vanessa se despertó de sus pensamientos. El coche ya se había detenido frente a la puerta principal de la mansión del Marqués de Polignac.

Había dejado el trabajo de tutora la semana anterior, pero Alice le había concedido una generosa cortesía: le permitió seguir recibiendo tratamiento de su médico personal. Y, además, le dijo que podía usar su coche cuando quisiera, siempre que le avisara con antelación. Era una amabilidad invaluable en ese momento.

[Espere un momento. La ayudaré]

Jacques Marshal se bajó apresuradamente del asiento del conductor, abrió la puerta del coche y le tendió la mano. Vanessa dudó un momento y luego, con cautela, tomó su mano y bajó del coche.

[Disculpe, Señorita Liber]

Jacques Marshal volvió a sujetar con fuerza la punta de los dedos de Vanessa, que estaban a punto de soltarse. Vanessa lo miró con los ojos muy abiertos, perpleja por la actitud de un hombre que nunca antes se había comportado así.

[Lamento haberla sorprendido. Pero parece que no podré verla así por un tiempo. Quería despedirme antes de irme.]

[Eso quiere decir, ¿acaso…?]

[Sí. Me alisté en el ejército. Presenté la solicitud hace dos días y hace un momento recibí la carta a través de un mensajero. Me han asignado a un centro de entrenamiento de reclutas no muy lejos de aquí.]

Jacques Marshal dudó un momento y luego, con el rostro tenso, habló:

[Y por eso, ¿podría, quizás, darme… un recuerdo para que pueda recordarla, señorita Liber?]

[Sir Marshal. Eso…]

[Un mechón de pelo, un pañuelo. No importa lo insignificante que sea, está bien.]

[Es inapropiado. Sabe que tengo un prometido.]

[…También sé que ese hombre la ha olvidado a usted, que lleva a su hijo.]

Vanessa miró al hombre con el rostro pálido. La verdad era que las palabras de Jacques Marshal distaban mucho de la realidad. Theodore Liam Battenberg nunca había sido su prometido, y seguramente no sabía que ella estaba embarazada.

Pero todos los sirvientes de la Casa del Marqués de Polignac lo creían así. Que ella había sido abandonada por su prometido, que ni siquiera había podido recibir el nombre de ese hombre a pesar de estar embarazada, y que por eso seguía siendo la «Señorita Liber». O que quizás no había sido una relación tan inapropiada como para revelarla.

[En un momento, pensé que ese hombre podría venir a buscarla. Así que intenté reprimir mis sentimientos a la fuerza. Pero ya no quiero hacerlo. Temo que, de lo contrario, me arrepienta el resto de mi vida.]

Lo que sacó de su bolsillo fue un guardapelo de plata. Dentro había una fotografía de Jacques Marshal, que parecía uno o dos años más joven de lo que era en ese momento.

[Es un recuerdo de mi madre. Sería inmensamente feliz si la señorita Liber lo guardara.]

[No puedo aceptar algo así]

[Si no lo acepta, me preocuparé por usted incluso en el frente. Lant no es un buen país para criar un hijo sola]

[……]

[Este guardapelo será la prueba de que estamos casados. Si se lo muestra a mi padre, él con gusto será su testigo. Señorita Liber, quiero que venda mi nombre para su conveniencia]

Y luego, sonrió y añadió en tono de broma:

[Y si muero, el Estado pagará una pensión]

[¡Sir Marshal!]

[En cualquier caso, el simple hecho de que la señorita Liber tenga este guardapelo será para mí una razón para volver con vida, y el objetivo de mi vida]

Madame Marshal. Una tenue sonrisa apareció en los labios de Jacques mientras llamaba a Vanessa con ese nombre, como lo había anhelado. Vanessa negó con la cabeza con una expresión firme.

[……Puedo guardar su recuerdo por un tiempo. Pero eso es solo porque deseo que Sir Marshal regrese sano y salvo]

[Me esforzaré por conseguir una medalla. Así tendré una casa y una pensión estable. Y si eso sucede, Señorita Liber……]

Su aliento se le cortó ante la mirada del hombre que la observaba fijamente.

[¿Se casaría conmigo?]

⋅•⋅⋅•⋅⊰⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅∙∘☽༓☾∘∙•⋅⋅⋅•⋅⋅⊰⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅

El dolor abdominal comenzó de nuevo. Vanessa jadeaba, apoyándose en la puerta principal de la mansión. El guardapelo de plata en su bolsillo hacía que sus pasos se sintieran cada vez más pesados.

—Si lo necesita, puede vender mi nombre cuando quiera. Si le sirve de ayuda, señorita Liber, de cualquier manera.

Aunque había rechazado rotundamente su propuesta de matrimonio, Jacques Marshal insistió en que al menos guardara el guardapelo. Para que lo viera y se acordara de él. Por mucho que lo pensara, le resultaba abrumador, pero era difícil ser cruel hasta el final con alguien que se marchaba de inmediato.

Una vez asignado al centro de entrenamiento de reclutas, sería desplegado en el frente en un mes. Para Jacques Marshal, se acercaba el momento en que la esperanza sería más desesperadamente necesaria que nunca. O el momento en que necesitaría una intensa pasión por volver con vida. Y eso significaba…

—……

Aún le resultaba difícil adaptarse al hecho de que su patria se hubiera convertido en un país enemigo. Al principio, se sintió sumamente confundida, pero en momentos como este, era crucial no perder el equilibrio emocional. De lo contrario, terminaría odiando a todas las personas que viera.

La guerra era simplemente una atrocidad. Aquellos que eran empujados a ese terrible lugar de masacre eran simplemente seres queridos de alguien, vidas inocentes.

Aun sabiéndolo, hoy en particular le costaba calmar su mente. No se trataba de sirvientes a los que solo conocía de vista, sino de un joven ingenuo con el que a menudo reía e intercambiaba saludos, que ahora iría al frente a matar los de Ingram.

Incapaz de calmarse, sintió que sus manos se enfriaban y se recompuso. No podía quedarse allí. En el instante en que agarró el pomo para entrar, la puerta se abrió de golpe hacia adentro.

⋅•⋅⋅•⋅⊰⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅∙∘☽༓☾∘∙•⋅⋅⋅•⋅⋅⊰⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅

Vanessa, llevada por la inercia, corrió unos pasos y estuvo a punto de chocar de frente con alguien que apareció de repente.

[¡Dios mío! ¿Está bien?]

Detrás de una pila de equipaje tan alta que le tapaba la vista, se escuchó la voz de un sirviente. Vanessa se sobrepuso al susto y apenas logró asentir.

[Sí. Me asusté un poco, pero no me hice daño]

[Lo siento mucho. No esperaba que la puerta se abriera de repente… Ah, es la señorita Liber. ¿Vino a buscar al doctor? Ahora mismo está examinando a la Marquesa y al joven amo en el estudio, así que suba a la planta de arriba]

[Gracias por avisar]

[¡Jean! ¿Vas a quedarte ahí parado toda la vida?]

Ante la prisa del mayordomo, el sirviente puso una expresión como de «Ugh», rodando los ojos sin hacer ruido.

[¡Sí! ¡Ya voy, ya voy!]

Vanessa sujetó la puerta y se hizo a un lado para que él pudiera pasar. Cuando entró sola, una atmósfera completamente diferente a la de hacía unos días la recibió.

[¡Cuidado al mover los cuadros! ¡Son reliquias de hace trescientos años!]

[¡Que alguien suba a la habitación del joven amo!]

[¿Alguien ha visto el baúl marrón?]

Los sirvientes subían y bajaban las escaleras atareados, transportando una interminable cantidad de equipaje, mientras las criadas envolvían uno a uno los objetos de cristal con lino suave. Era un momento de desconcierto ante tanto alboroto.

[¡Profesora! ¡Bienvenida!]

[Loise]

Loise bajó corriendo las escaleras de dos en dos desde el piso de arriba, y al llegar frente a ella, sonrió y le tomó la mano. Era muy tierno, pero Vanessa frunció los labios y, con un rostro severo, se llevó un dedo a la boca.

[Tienes que tener cuidado. Te dije que no debías usar el de Ingram en público]

[Pero, mamá……]

[Yo le dije que lo hiciera. De todos modos, nos iremos de aquí pronto]

Vanessa, que miraba a Louis, levantó rápidamente la cabeza. En lo alto de las escaleras estaba Alice, con un abrigo de piel y un gorro de lana. Su rostro pálido y sin una pizca de color, tenía el maquillaje corrido y desordenado.

[Llegaste justo a tiempo. Ya iba a enviar a alguien más porque te estabas tardando]

Alice le hizo una seña a la niñera de Louis para que se llevara al niño, luego tomó la mano de Vanessa y se detuvo frente a un enorme tapiz. Vanessa tomó la mano de Alice con una expresión preocupada.

[Algo le pasó, ¿verdad?]

[El cuerpo de mi hermano……]

Alice no pudo continuar y guardó silencio por un momento.

[Fue recuperado. Dicen que lo encontraron en la zona fronteriza]

Alice, conteniendo a duras penas un sollozo en la garganta, apretó los labios. Bajó los párpados, reguló su respiración temblorosa y, al poco, levantó la cabeza como si nada.

[Me informaron que mi hermano fue llevado a la Casa del Marqués Winchester. El funeral comenzará mañana]

Asure: Faltan 38 capítulos y termina la novela :v …. y pensar que elegí esta novela al azar porque en idioma inglés la tenían abandonada en su momento y ya hay lectores de ésta … Feliz jueves

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Comments for chapter "Capítulo 116"

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2 Comments

  1. Eliz_2000

    Como que ya se acaba. En 30 capítulos Theo no va a arrastrarse suficiente para merecer a Vanessa.

    junio 13, 2025 at 6:45 am
    Responder
  2. Merry

    Aaaaaaai, falta poco para que termine!
    Ahora si la está pasando mal Theo🤭
    Gracias por traernos esta novelita Asure!

    junio 16, 2025 at 12:31 pm
    Responder
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