Batalla de Divorcio - BATDIV - Capítulo 196
Cuando los brazos de Daisy se enredaron en su cuello, Maxim la levantó con un solo y suave movimiento. A pesar de sus sorprendidas protestas, la llevó hasta la cama y la acostó con delicadeza. Sus besos continuaron con apasionada intensidad durante todo el trayecto y más allá.
¿Estaba bien esto?
No podía estar segura, pero detenerse ahora se sentía imposible. Cada lugar que sus manos tocaban parecía estallar en llamas. Aunque su mente estaba llena de dudas, su cuerpo parecía anhelar su contacto cada vez con más desesperación. Sentía como si todo su autocontrol hubiera desaparecido por completo.
‘Lo que tenga que pasar, pasará’
Se negaba a perder en su cruel juego unilateral. Tal vez la verdad que había dicho con una desafiante terquedad se estaba convirtiendo en una tentación mucho más fuerte de lo que ambos habían esperado.
Sintiendo su vacilación, Maxim le acarició la cara, bloqueando sus pensamientos dispersos y dejando solo a los dos en este momento. Los suaves y húmedos sonidos de sus labios al encontrarse llenaron la tranquila habitación.
Habían ido mucho más lejos durante su tiempo en Waldeck, así que, ¿por qué un simple beso se sentía tan abrumadoramente intenso ahora? Una sensación como estar al borde de un precipicio le hizo sentir un cosquilleo en la piel y sus nervios vibrar de emoción.
Thump, thump
Su corazón golpeaba contra su pecho como si fuera a estallar. El sonido húmedo de sus lenguas entrelazadas resonaba con su pulso acelerado, haciéndola sentir mareada.
‘Necesito una copa’
Esto era insoportable estando sobria. Jadeando, Daisy presionó sus manos contra el pecho de Maxim. Con un suave sonido, sus labios se separaron, dejando un delgado hilo de saliva entre ellos.
—¿Por qué?
murmuró Maxim, su lengua recorriendo su labio inferior mientras la miraba con ojos pesados. Su mirada hambrienta y llena de deseo hizo que Daisy tragara nerviosamente.
—S-solo una copa más.
—¿Vino?
Ella asintió frenéticamente.
‘Igual que la primera vez, siempre buscando vino a pesar de su terrible tolerancia. Como si el alcohol pudiera de alguna manera ayudarla en esta situación. ¿De verdad crees que todavía hay una manera de escapar?’
Su intento de evitar lo que estaba sucediendo entre ellos era casi dulce. Maxim apartó su cabello revuelto detrás de su oreja con dedos gentiles.
—Preferiría que te mantuvieras sobria esta noche —dijo suavemente.
—¿Por qué?
—Porque…
Sus labios se deslizaron por su cuello, su lengua presionando contra la delgada tela del negligé, provocando un pezón.
—¡Nngh, ah!
—Dijiste que querías estar conmigo primero.
La atención juguetona arrancó suaves sonidos de Daisy, su respiración se aceleró, volviéndose superficial y errática.
—Planeo adorar cada parte de ti esta noche. Voy a besar y chupar cada centímetro de ti. Quiero que me sientas por completo, Izzy.
—P-pero… es vergonzoso.
—Todavía ni siquiera te he desnudado. ¿Qué podría ser vergonzoso en esto?
La tela húmeda se le pegaba, revelando el contorno de su pezón sonrojado. «Qué lindo». Quería que el otro lado combinara. Acariciando su pecho, hizo que el pezón sobresaliera de forma tentadora.
‘Demasiado tarde para echarse atrás. Le había encantado cuando él hizo esto junto a la tía’
—Quítamelo primero… ¡ah!
Ignorando sus protestas, le mordió el pecho a través de la tela, succionando con fuerza. Sus caderas temblaron con cada tirón, el pezón se endureció en su boca. Cuando se echó hacia atrás, ambos pezones se transparentaban a través de la tela. Su obra era lasciva, pero la expresión desconcertada y aturdida de ella era la verdadera obra maestra.
—¡Esto es aún más vergonzoso! —se quejó.
Maxim se rio de su protesta, enterrando su rostro contra su cuello e inhalando profundamente. «Todavía usa jabón con aroma a rosas, tan maravillosamente consistente. Adorable».
—¿De verdad?
Ella asintió firmemente.
—Entonces pídeme que te lo quite.
Besó su oreja, su voz juguetona, y Daisy cedió a regañadientes.
—P-por favor… quítamelo.
—Buena chica.
—Nngh.
Mientras le mordisqueaba la oreja, Daisy se encogió, arrugando el cuello. Aprovechando el momento, él subió su negligé y bajó sus bragas.
—Mira esto.
Inclinándose hacia delante, reveló su erección, de nuevo rígida entre la bata abierta. Los ojos de Daisy se abrieron de par en par.
—Estoy duro de nuevo, cariño.
Mientras ella instintivamente intentaba cerrar las piernas, Maxim las mantuvo suave pero firmemente separadas.
—Ya que tú has causado este problema, deberías hacerte responsable.
Sus pliegues sonrojados y húmedos brillaban con un ardiente deseo. Él deslizó su miembro a lo largo de sus delicados labios, acariciando lentamente, cada movimiento deliberado, como un artesano dando forma a una fina madera.
Squelch, squelch
Los íntimos y lujuriosos sonidos llenaron el aire. Cada roce de la punta de su miembro contra su sensible clítoris enviaba chispas de calor a través de ella.
—¿Por qué estás tan mojada, eh?
murmuró, con la voz baja y burlona.
—Nngh, hah……
—¿Tú también me deseas?
Cubriéndose con la sedosa excitación de ella, él se echó hacia atrás, presionando la punta contra su temblorosa entrada. Su deseo goteaba por su miembro. Perdiendo la paciencia, él agarró sus muslos y empujó con fuerza, el impacto resonando.
—¡Ahh! ¡Nngh!
Sus apretadas paredes se contrajeron a su alrededor, arrancándole un jadeo agudo. Aplastándola suavemente debajo de él, se impulsó hasta que la base de su miembro se presionó contra ella, completamente enterrada.
Throb, throb
Sus paredes espasmódicas lo agarraron con fuerza, y él apretó la mandíbula para evitar eyacular.
Calmándose, contempló a la temblorosa belleza empalada en él, con los ojos encendidos por la pasión.
—¿Estás llorando?
—Hic, n-no…
Sin embargo, lágrimas brillantes surcaban sus mejillas, provocadas por la intensidad de su ardiente reclamo. Una risa baja retumbó en su pecho, sus labios se curvaron en una sonrisa pícara. «Soy un pícaro, ¿verdad?», pensó, sin remordimientos.
—Estás deslumbrante, incluso con lágrimas —susurró, su tono cálido con adoración.
Acariciando sus mejillas sonrojadas y húmedas por las lágrimas, suavemente deslizó sus pulgares por sus ojos brillantes, difuminando las delicadas huellas de su emoción. Su rostro surcado de lágrimas conmovió su corazón, sin embargo, hoy, anhelaba ver su radiante sonrisa.
—Hoy es especial. Déjame ver tu sonrisa.
—Hic, ¿q-qué?
jadeó ella, su voz una temblorosa melodía de sorpresa.
Incluso en medio de sus lágrimas e hipo, su espíritu brillaba feroz y cautivador, encendiendo una salvaje devoción dentro de él.
—Esta es nuestra primera vez libres de misiones, de sombras.
Suavemente levantó las comisuras de sus labios, su propia sonrisa brillante y sin reservas.
—Así que sonríe para mí, mi amor.
Retirándose, se movió con deliberada lentitud, su miembro deslizándose contra sus sedosas paredes, golpeando profundamente antes de casi retirarse.
Slick, smack.
Los lujuriosos e íntimos sonidos de su unión llenaron el aire, volviéndose cada vez más fervientes. Como aquel día.
—¿Vamos a la cama?
—Quiero hacerlo contigo, Comandante.
En su primera vida, después de una cita tranquila en un teatro en ruinas, ella había tomado la iniciativa por primera vez. Pero hoy era diferente, no era lo mismo. Hoy, él la había perseguido con implacable ardor, persuadiendo a su corazón a ceder. Como hombre y mujer, no como asesino y objetivo, este momento tenía un peso sagrado para Maxim.
Recordó su diario de aquella vida, sus páginas llenas de verdades que ella nunca había dicho en voz alta. Le había pedido salir para mantenerlo a distancia, sin embargo, al final, había buscado su abrazo.
‘¿Qué se agitó en tu corazón cuando viniste a mí?’
—¿Por qué, Izzy……?
El silencio de ella solo profundizó su necesidad de entender.
—… ¿Por qué quisiste acostarte conmigo?
insistió, su mirada escudriñando la de ella.
Sus ojos verde pálido, brillantes por las lágrimas, temblaban como hojas frágiles atrapadas en una suave brisa, guardando secretos que él anhelaba desentrañar.
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Merry
Iiiii por que lo ama y anhela!
Mil gracias por el capítulo Asure!